"LA CONFITERÍA DEL MOLINO: UNA ASIGNATURA PENDIENTE CON NUESTRA HISTORIA" (PULSO PARLAMENTARIO " JUNIO 2014)
Samuel Cabanchik actualmente está al frente del Centro de Agrupaciones de Parlamentarios Argentinos, una dirección creada especialmente cuyo objetivo es generar grupos de amistad entre nuestro país y el extranjero. Además continúa con su actividad de escritor y docente de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Litoral.
Pulso Parlamentario dialogó con Samuel Cabanchik (M.C.), propulsor del proyecto de ley que declara de utilidad pública y el sujeto a expropiación el inmueble de la Confitería del Molino.
El Senador de la Nación (M.C.), Samuel Cabanchik, fue el autor del proyecto de ley que pretende "revivir" a la Confitería del Molino, uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy, al frente de Centro de Agrupaciones de Parlamentarios Argentinos, continúa su batalla de rescate este edificio testigo de la historia de los últimos 110 años de los argentinos.
La Confitería del Molino es parte del paisaje cotidiano de todos los que trabajamos en el Senado. Antiguamente, en la histórica confitería coexistían la gran pastelería con imponentes salones de baile, todos en un estilo arquitectónico de art noveau que data del siglo XX.
El senador comenta que al redactar el proyecto de ley reforzaron la importancia del edificio. "Partimos de una convicción: el Molino no puede permanecer cerrado más tiempo. Hace más de 15 años que está en desuso, su infraestructura se va deteriorando, dado que deja de tener un mantenimiento adecuado. Nos pareció que teníamos que ayudar a reabrirlo".
El Molino ha sido protagonista de importantes episodios políticos. Por allí pasaron personajes de nuestra historia como Eva Perón, Lisandro de la Torre, Alfredo Palacios, Carlos Gardel, Leopoldo Lugones y otras figuras sobresalientes de nuestro país. Diputados y senadores referentes de la Argentina han estado en las mesas del Molino. De allí han salido acuerdos políticos importantes, se han discutido proyectos de ley, se ha visto desde el Molino pasar la historia de la Plaza de los Dos Congresos y del Congreso mismo.
Un lugar destacado de nuestra historia. La Asociación Internacional World Monuments Fund, una organización privada sin fines de lucro dedicada a la conservación del patrimonio histórico, artístico y arquitectónico a nivel mundial, incluyó en su listado de 100 sitios culturales en peligro al centro de Buenos Aires, y dentro de él, a la "Confitería del Molino".
La Confitería nació en 1848 a 100 metros de su actual emplazamiento, en las calles Rivadavia y Rodríguez Peña. En ese entonces, era conocida como "Confitería del Centro". En 1858, los italianos Constantino Rossi y Cayetano Brenna adquirieron la confitería y la rebautizaron "Antigua Confitería El Molino", por su cercanía al molino Loera, instalado entonces en un sector de la Plaza de los dos Congresos.
En 1904, Cayetano Brenna compró la esquina de Callao y Rivadavia y posteriormente los edificios de Callao 32 y Rivadavia 1815. En 1917, decidido a remodelar y dar brillo a la confitería hizo traer de Italia todos los materiales para incluir en la construcción vitraux, cristalería, mosaicos, mármoles y aberturas. La obra fue encomendada al arquitecto Francisco Gianotti. "Es un edificio magnífico con materiales traídos especialmente de los más altos estándares", agrega Cabanchik.
Por su ubicación, el edificio padeció desafortunados episodios de la vida política del país. En 1930 fue incendiado durante el golpe de estado que derrocó al gobierno de Hipólito Yrigoyen. Posteriormente, la confitería fue reconstruida; pero 8 años después, tras la muerte de don Cayetano, la confitería pasó a manos de diferentes dueños, luego se vendió el fondo de comercio y la marca y, al poco tiempo, los compradores presentaron la quiebra. Es allí cuando los nietos de Brenna recuperaron la Confitería y lograron revivirla. Sin embargo, en 1997, la competencia comercial obligó a sus dueños a cerrar la confitería.
Un proyecto de ley para el Molino. El proyecto propone que la gestión del edificio esté a cargo de una Comisión Administrativa creada en el ámbito del Congreso, integrada por los presidentes de la Cámara de Senadores y la de Diputados, como así también por los presidentes y vicepresidentes de las comisiones de Educación y Cultura de cada una de ellas. Esto permitirá una mayor participación de las provincias en la gestión de un edificio tan importante para el patrimonio histórico-político nacional y, tal vez, hasta un desplazamiento de esa cooperación hacia el área de la cultura y las letras, posibilitando un mayor intercambio artístico.
"El punto principal del proyecto es que la ley autorice al Poder Ejecutivo a expropiar la propiedad para que el Congreso de la Nación se ocupe de su administración. Lo que se persigue es refaccionar el primer piso, la planta baja y el subsuelo. En el primer piso funcionaban los salones de baile, en la planta baja la Confitería y en el subsuelo se fabricaba la pastelería. La idea es que todo esto sea una nueva unidad que tenga un concepto atemporal. La confitería hacia el presente, el museo histórico hacia el pasado y el museo de arte hacia el futuro", explica Cabanchik.
"El proyecto recibió media sanción de la Cámara de Senadores en noviembre de 2012, por lo tanto todavía tiene vigencia parlamentaria en la Cámara de Diputados por lo que resta de este ejercicio. Creo que hay mucha simpatía de todos los bloques para tratar este proyecto pero también hay que tomar decisiones trascendentes, hay muchos intereses de por medio", continúa.
Fundamentos. Según el proyecto presentado por Cabanchik, la ley aspira a cumplir múltiples funciones. En primer lugar, se trata de recuperar el patrimonio histórico de la ciudad y contar con uno de los principales exponentes del art noveau. La reapertura de la confitería no sólo permitirá a los vecinos de la ciudad y a sus visitantes disfrutar de este tradicional paseo, sino que además servirá para la gestión y mantenimiento del edificio, dado que parte de las ganancias obtenidas por la confitería concesionada deberán destinarse a tal fin.
En segundo lugar, se creará un museo histórico de la "Confitería del Molino" que retratará parte de la historia de la Ciudad de Buenos Aires y de la política nacional de una forma vivencial. El hecho de que la confitería y el museo funcionen en el mismo edificio hará del recorrido histórico una experiencia multisensorial.
En tercer lugar, la iniciativa también propone la apertura del centro cultural "De las Aspas", en donde se expondrán obras de artistas jóvenes nacionales que no hayan sido expuestas públicamente en ningún otro medio. Además, desde el centro cultural, se fomentará el debate sobre las artes y las letras, ya sea a través del dictado de talleres y conferencias, así como a través de la organización de concursos y el otorgamiento de becas, entre otras iniciativas. Asimismo, dada su proximidad al Congreso se facilitará la sinergia en la coordinación y el intercambio entre los distintos gobiernos provinciales para la realización de eventos y exposiciones.
Causa popular. Cabanchik expresa que el proyecto está avalado por muchos, grupos de tangueros y también tiene un gran apoyo de la cátedra Martín Marcos de primer año de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, que a fines del año pasado realizó una actividad a favor de la Confitería colgando tasas y cucharitas en toda la esquina y concentrando a todos los estudiantes.