Número de Expediente 893/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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893/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Ley | MULLER Y OTROS: PROYECTO DE LEY ESTABLECIENDO PARA EL AÑO 2004 LA CONMEMORACION DEL CENTENARIO DE LA SOBERANIA EN LA ANTARTIDA ARGENTINA . |
Listado de Autores |
---|
Muller
, Mabel Hilda
|
Caparrós
, Mabel Luisa
|
Daniele
, Mario Domingo
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
22-05-2003 | 28-05-2003 | 58/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
23-05-2003 | 29-10-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
23-05-2003 | 29-10-2003 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005
ENVIADO AL ARCHIVO : 03-05-2005
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 19-11-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA:SE AP.OTRO PL CONJ.S. 772/03- PASA A DIP. |
OBSERVACIONES |
---|
CADUCO EN DIPUTADOS. |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
1015/03 | 05-11-2003 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-893/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y la Cámara de Diputados,¿
Artículo 1: Establécese para el año 2004 la conmemoración de los "100
años de Soberanía en la Antártida Argentina".
Durante el transcurso del año, la celebración del centenario de
la ocupación permanente del sector Antártico, se extenderá en actos de
homenajes y reafirmación de derechos posesorios y estará a cargo de
organismos oficiales e instituciones privadas que así lo dispongan.
Artículo 2: El Estado Nacional dará difusión a los fundamentos
históricos, geológicos y geográficos que sustentan la legítima
soberanía sobre las Islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos
adyacentes, que integran a pleno derecho el territorio de la provincia
de Tierra del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Artículo 3: Las Cámaras del H. Congreso de la Nación realizarán durante
el año 2004 sendas Sesiones Especiales de "Homenaje a los 100 años de
Soberanía en la Antártida Argentina".
Artículo 4: A partir del año 2004 y previo acuerdo en el seno del
Consejo Federal de Cultura y Educación, todos los establecimientos
educativos oficiales y privados reconocidos destinarán en día hábil una
jornada de recordación y reafirmación de la Soberanía en la Antártida
Argentina.
Artículo 5: El Poder Ejecutivo dispondrá que durante el año 2004 conste
en lugar destacado de toda la documentación oficial, la leyenda
siguiente: "100 años de Soberanía en la Antártida Argentina". Se
invitará a contribuir con igual temperamento a los medios de
comunicación social escritos, radiales y televisivos.
Artículo 6: Se dispondrá la inscripción de la denominación "Antártida
Argentina" en todos los documentos nacionales e internacionales
suscriptos por nuestro país o divulgados en nuestro territorio que
aludan al Continente Antártico y comprendan el Sector del mismo sobre
el que se reclama soberanía, declarándose inadmisible su omisión cuando
consten denominaciones de otros países que designen como propios
espacios de dicho continente.
Artículo 7: Invítase a los Estados provinciales y a la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires a disponer actividades complementarias y concurrentes
con el objeto de la presente ley en sus respectivas jurisdicciones.
Artículo 8: Comuníquese al Poder Ejecutivo.-
Mabel Müller - Mario D. Daniele - Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El 22 de febrero de 2004 se cumplirá un siglo desde que la República
Argentina ocupara, de un modo permanente y con voluntad explícita de
posesión, uso y dominio, una parte del Continente Antártico que nos
pertenece por razones geológicas, geográficas e históricas y, además,
por nuestra condición de país precursor en su asentamiento definitivo
en dicho ámbito desde la fecha antes señalada, condición reconocida
pacíficamente por el resto del mundo durante varias décadas del siglo
veinte.
Los antecedentes argentinos en la Antártida son contemporáneos con el
momento de nuestra Declaración de Independencia Nacional respecto de
España y todo otro país extranjero, proclamada en 1816 ante el mundo,
el cual paulatinamente fue reconociendo nuestra soberanía sobre el
territorio heredado de la monarquía española.
Ya con anterioridad, en 1815, el Almirante Guillermo Brown y su fuerza
naval tuvo presencia en nuestras islas del Atlántico Sur, donde se
dirigió inspirado por su visión geopolítica de la flamante Patria y por
los escritos del destacado marino francés de Bouganville, que datan de
1770. Poco después, en 1818, el buque norteamericano "Ibersilia" al
mando del capitán Shejfield, tuvo que seguir al buque argentino
"Espíritu Santo" que, ya entonces, explotaba habitualmente la caza de
focas en las islas Shetland del Sur, lo cual revela el carácter
primigenio y prioritario de los argentinos en cuanto al descubrimiento
y aprovechamiento de tierras y recursos del continente Antártico.
Ya en tiempos de una Nación política y jurídicamente organizada en su
actual territorio, la República Argentina siguió estableciendo actos y
revelando conductas indubitables de ejercicio de su soberanía en la
región antártica. En 1880, el Instituto Geográfico Argentino apoyó una
expedición al mando del italiano Guillermo Bon. El mismo Instituto, a
cargo del Dr. Francisco Seguí, obtuvo en 1896, la firma de un decreto
presidencial aprobatorio de la primera Expedición polar argentina con
fines de investigación científica.
En función de lo resuelto en 1899 por un Congreso Internacional de
Geografía realizado en Europa, se organizan varias expediciones
exploratorias y de investigación científica hacia la Antártida. Entre
ellas, una patrocinada por el Reino de Suecia al mando del profesor
Otto Nordenskjöld, que desarrolló actividades entre los años 1901 y
1904. En noviembre de 1901, precisamente, se inicia en la Isla de los
Estados la construcción por Argentina de un faro y un observatorio
frente a la costa Norte de dicha isla.
En 1903, durante el último viaje del profesor Nordenskjöld a la
Península Antártica, participó en calidad de meteorólogo y magnetólogo
el alférez de navío argentino José María Sobral. Debido al naufragio
del buque "Antartic" en el que viajaban los expedicionarios, los suecos
debieron ser rescatados por la corbeta argentina "Uruguay" que, al
mando del capitán Julio Irizar, logró el salvataje de todos ellos.
Un año más tarde del rescate de la expedición sueca, la Compañía
Argentina de Pesca Capitán Larsen realizó su primera expedición a
nuestro territorio antártico, teniendo como asesor al propio Doctor
Sobral. La influencia positiva de este último sobre el gobierno
nacional permitió que nuestra Patria adquiriera, del científico y
expedicionario escocés Williams S. Bruce, las instalaciones del
Observatorio situado en la Isla Laurie, en el Archipiélago de las
Orcadas del Sur, cuya posesión efectiva data del 22 de febrero de 1904.
Desde entonces, como se detallará más abajo, nuestra nación se
constituyó en el primer ocupante permanente del continente antártico,
siendo además del pionero, el único sin cesación de continuidad.
Sin embargo, aún hoy poco se conoce del "descubrimiento argentino del
continente antártico como un sistema estructural e integrado",
repitiendo las palabras del Vicecomodoro Marambio (Memorias y
Pensamientos, La Nación, 1958). Las características de lo acontecido
hace cien años lo erigen en un hecho cumbre, por sus características
heroicas y su coherencia histórica, geográfica y política. El
explorador y científico escocés Doctor Williams Bruce, en diciembre de
1903 había cumplimentado su principal objetivo en materia de
observación del desplazamiento del Polo Magnético Sur hacia el
Territorio Antártico Argentino y su movimiento en sentido austral, que
lo convertía aún en más estratégico, pues solo puede estudiarse
empíricamente desde la Península Antártica, que nos pertenece.
Pese a la voluntad del Doctor Bruce de continuar, una avería provocó la
necesidad de reparar su nave y abastecerse. La ayuda argentina fue
inmediata, solidaria y eficaz, permitiendo superar la urgencia. El
mencionado científico ofreció en venta las instalaciones y el
instrumental, a un precio que le permitiera, simplemente, regresar a
Escocia. La operación tenía una condición: que las observaciones y los
trabajos científicos continuaran y cuando se diera a conocer constara
que se trataba de una donación en agradecimiento a la ayuda recibida.
La oferta fue aceptada por un Decreto refrendado por el Presidente
Roca, del 2 de enero de 1904, registrado bajo el Nro. 27, Letra "D",
por el que se "ordena la instalación del Observatorio y se nombra al
personal que se hará cargo del mismo" (art. 3ro.). Su correlato es que
nuestro país también es el primero en establecer un "correo antártico",
que perdura hasta la actualidad. Esta iniciativa inteligente,
previsora, práctica y soberana, fue eficiente desde el primer día como
la mayoría de las emanadas del mismo autor, Don Francisco Pascacio
Moreno.
El Perito urgía al Presidente Roca a establecer "la primera estafeta
postal", "...a la que luego se añadieran las otras instituciones
necesarias para la generación de una ciudad, que tendría grandes
posibilidades de desarrollo por la riqueza de esa extensión de nuestra
Patria, además del compromiso nacional con nuestros espacios
soberanos..." ("Recuerdos de mi abuelo", recopilación documental y
biográfica de la docente Adela Moreno Terrero de Benítez, Buenos Aires,
1935).
La primera base mundial en el Continente Antártico, reconocida al
comienzo como Base Orcadas Argentinas, permitió que la Corbeta Uruguay
rescatara a la Expedición Charcot, de origen francés, renovando en cada
una de las innumerables acciones de salvataje y de ayuda humanitaria
nuestra vocación soberana y reafirmando nuestra política interna e
internacional en ese sentido. Este último auxilio ocurrió en enero de
1905, para resolver el problema debió interactuarse con los espacios de
abastecimiento de Tierra del Fuego. Esto último fue el soporte de la
acción de exploración magnética y geológica de las Islas Argentinas
situadas en el Atlántico Sur y en el Océano Antártico, llevada a cabo
por la Expedición Guardia Nacional, a cargo del Capitán Vago, en 1923.
Este hecho merece recordarse también, porque el
observatorio argentino situado en las Islas Orcadas del Sur fue la
plataforma estratégica y científica del relevamiento llevado a cabo en
1942 por el transporte "1ro. de Mayo", a cargo del Capitán Oddera, que
se completó al año siguiente con la Expedición del Capitán Harriague.
Exploraciones e investigaciones éstas de enorme importancia en el
reconocimiento geofísico del continente antártico.
Merced a estos últimos pudieron determinarse aspectos relativos a la
ubicación del Polo Sur magnético, antes referido en términos generales,
motivo fundamental de los trabajos científicos del pionero escocés Dr.
Williams Bruce en nuestro territorio antártico, que permaneció en esa
situación hasta la década de 1980 y representa un factor de
significación en las corrientes eléctricas vinculadas a las corrientes
líquidas de la parte superficial del planeta. La ubicación de este Polo
constituye un factor muy relevante para las investigaciones físicas,
eléctricas y magnéticas con efectos directos sobre la situación
biológica, química y geológica de la totalidad de la Tierra.
En 1947 los transportes argentinos "Patagonia", "Chaco" y "Ezcurra" y
los patrulleros "King", "Murature" y "Granville", realizaron una
importantísima tarea de reconocimiento geográfico coordinada por el
Capitán García. En ese mismo año el Comandante Portillo protagonizó el
primer vuelo a la Antártida sin etapas, en la historia de este
continente.
Las expediciones realizadas entre 1947 y 1948 por científicos,
representantes de las Fuerzas Armadas y voluntarios de nuestro país,
confirmaron con pruebas tangibles que se encuentran en el antártico
argentino el pico montañoso más alto del continente, Macizo Vinson, que
alcanza los 5564 metros de altura, y la isla más extensa de toda esta
masa continental, llamada Berkner, cuya superficie asciende a 114.700
km2. A ello se añade que la tercera y la cuarta en extensión también
son argentinas, se trata de las Islas Quijada y Portillo, a las que
siguen en superficie Roosevelt y Adelaida, en ese orden.
Por tanto, en esta ley se reconoce una hazaña de gran visión
geopolítica y estratégica, en razón que lo sostenido por razones
geográficas, históricas y empíricas en 1904, resulta probado con los
avances científicos, la técnica y la tecnología que lo hicieron
posible, añadiéndose al compromiso con la Patria y el valor de
generaciones de argentinos que exploraron e investigaron el continente
antártico y ratificaron nuestra soberanía sobre la extensión
territorial y marítima que nos es propia. Son argentinos los montes más
elevados y las islas más extensas e importantes en el continente
antártico, en el cual predomina el agua dulce, potable y apta para el
consumo humano y escasea el territorio firme en condiciones de
habitabilidad, excepto en nuestra área.
Recordando que asimismo nos pertenecen los territorios continental e
insular más cercanos a la plataforma de mayor extensión hacia el norte,
constituida por la Tierra de San Martín y la Península Antártica, las
Islas Shetland del Sur, las Islas Orcadas del Sur y su plataforma de
enlace con el continente, la provincia argentina de Tierra del Fuego,
puede valorarse la significación de celebrar este centenario con la
energía y la expansión cultural que le corresponde.
Los datos enunciados son trascendentales para comprender la relevancia
de nuestro territorio antártico y las múltiples apetencias extranjeras,
extraordinariamente valoradas por los expedicionarios, en especial por
uno de los héroes más reconocidos de la historia más austral de nuestra
Patria, el Doctor Hernán Pujato.
También y con igual jerarquía para meditarlo, las expuestas son
informaciones sobre las cuales se urde un manto de silencio; en ninguna
enciclopedia geográfica mundial, por ejemplo "World Almanac",
"Statisitical Yearbook" de las Naciones Unidas", "L'Etat du Monde",
"Die Welt", entre otras, se esclarece que esa concentración de
"recursos extraordinarios que viabilizan la radicación de la ciudad
antártica, que la Argentina necesita y resulta provechosa para la
humanidad" -así mencionada por el Dr. Hernán Pujato en su pedido al
Presidente Perón, de realizar una serie de expediciones, fundaciones e
instituciones antárticas, a las que este último respondió de inmediato,
en forma positiva y concreta, creando y otorgándole el nombre de dicho
prócer viviente al Instituto Antártico Argentino.
A lo expuesto se añade que la Antártida Argentina tiene, también, uno
de los volcanes más importantes del continente antártico, que se halla
en la Isla Decepción, donde nuestra Patria tiene la Base del mismo
nombre, situada en el archipiélago Shetland del Sur. Mide 567 metros y
su magnitud eruptiva fue la más fuerte de la Antártida, seguida por la
del Erebus, cuya explosión data del año pasado, no obstante sextuplicar
en altura al volcán argentino.
En consecuencia, lo que sostuvieron con convicción inclaudicable el
Perito Francisco P. Moreno, el Presidente Julio A. Roca, el Alférez de
Navío José María Sobral, el Coronel Hernán Pujato y el Presidente Juan
D. Perón, entre otras personalidades de nuestra vida nacional, se
confirmó en los hechos: el territorio antártico argentino es el más
propicio para el desarrollo geoestratégico y la optimización de los
recursos antárticos. Este último objetivo es alentado por la visión del
imprescindible progreso de la humanidad y de las ciencias y por la
fundamentación económica que determina que la Antártida es una de las
mejores inversiones que ofrecen la Argentina y el mundo.
Estos aspectos asombrosos y desconocidos de la Antártida Argentina, a
los que la suscripta redescubrió en los manuscritos biográficos del
Almirante Guillermo Brown, en las cartas de viaje de la señora de
Vernet, Gobernador de las Islas Malvinas, y los Institutos Geográfico
Militar de Argentina y Cartográfico de Catalunya, podrían ser
completados con cientos de informes más que convertirían estos
fundamentos en un tratado sobre la riqueza diferenciada y superior de
la Antártida Argentina en materia económica, representada por sus
recursos geológicos, biológicos y biomarinos, en términos generales, y
zoológicos, en particular, como también físicos y científicos que
resultan de las innumerables expediciones argentinas y de la generosa
ayuda brindada por nuestro país a expediciones extranjeras.
Investigaciones, informes y confirmaciones enriquecidas por las
emanadas de los estudios científico-teóricos y experimentales llevados
a cabo en nuestras bases antárticas.
Luego de la toma de posesión del Observatorio Magnético y Meteorológico
Antártico Argentino, por nuestro país, en las islas Orcadas del Sur,
erigiéndose en la instalación más antigua radicado en la Antártida, el
Presidente Julio Argentino Roca dictó el Decreto por el que se
estableció realizar la apertura legal y formal, como Observatorio
Meteorológico Antártico Argentino, nombre que conserva hasta nuestros
días, sin perjuicio de los estudios magnéticos llevados a cabo.
A partir de aquella fecha inaugural fue creado, en 1951, el Instituto
Antártico Argentino, por iniciativa del Presidente Juan Domingo Perón;
fueron dictados por este mismo Jefe de Estado los decretos confirmando
y ratificando nuestra soberanía sobre distintos archipiélagos de esta
región, que llevan a la obra la consustanciación del citado Presidente
con los pioneros y visionarios de la Antártida.
La relevancia asignada por el Presidente Perón fue el fundamento de su
compromiso con el héroe más destacado de la historia del continente
blanco, el Coronel Pujato, consistente en impulsar los "estudios, la
investigación, el desarrollo, el aprovechamiento con respeto a la
naturaleza, la creación de nuevas bases antárticas y la formulación de
una política de Estado de nuestro país, tan prioritaria como la defensa
de la soberanía nacional" (Escritos y Documentos, Hernán Pujato, Bs.
As., 1974). Es este Primer Mandatario el que bautiza con su nombre al
Instituto Antártico Argentino y quien reconoce con su merecido ascenso
a General a dicho extraordinario soldado de la soberanía nacional.
Compromiso referido al que honró durante toda su vida, el último acto
público, antes de su deceso, fue la donación a dicho Instituto de
instrumental científico, necesario para el progreso de las
investigaciones geotérmicas.
A partir de 1957, esta impresionante parte del territorio nacional fue
designada como unidad política y geográfica bajo el nombre de
Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur; tuvo lugar la delimitación del Sector Antártico
Argentino por decreto-ley 2191, la creación de la Dirección Nacional
del Antártico, por ley 18.513 de 1969, se redactó y entró en vigencia
el Tratado Antártico, en 1959, en cuya formulación participó la
República Argentina y se le incorporaron recomendaciones, como
normativa adicional, a instancias de nuestro gobierno.
Desde aquella lejana fecha, cuyo aniversario se celebra todos los 22 de
febrero, nuestro país abrió las Bases Orcadas, Jubany, Esperanza,
Marambio, San Martín y Belgrano II, con carácter permanente, y las de
Cámara, Decepción, Petrel, Primavera, Melchior, Brown y Matienzo, que
son temporarias. Cabe remarcar que la historia de la presencia
argentina en nuestra Antártida se remonta a tiempos muy anteriores al
del hecho cumbre que se festeja. El Profesor, investigador e
historiador argentino José Luis Muñoz Azpiri, menciona la presencia de
cazadores de focas en ese territorio que comerciaban con el continente
en 1862 y cuya actividad habría comenzado durante el mandato del
Gobernador Vernet. Actividad que, a su vez, encuentra su antecedente en
la expedición del marino y filántropo francés de Bouganville, en
beneficio de nuestro antecesor, la Corona de España, bajo la
orientación de algunos criollos con gran sentido geoestratégico, como
Don Esteban de Luca, padre del combatiente homónimo contra las
invasiones inglesas, revolucionario activo en los acontecimientos
precedentes del Cabildo Abierto, además de fino poeta.
Años más tarde fue notable el interés del Almirante Guillermo Brown
por esa región, describiendo en sus planos ológrafos las islas del Mar
Antártico y del Atlántico Sur.
Es importante recordar, que en virtud de la soberanía argentina, se
recibieron pedidos de ayuda de innumerables expediciones suecas,
noruegas, francesas e inglesas, entre ellas cabe destacar por su
relevancia científica las de Nordenskjöld, Gerlache y Charcot. Por la
tarea de salvataje, asistencia y exploración de también numerosos
compatriotas argentinos, más de sesenta accidentes geográficos en la
región llevan nombres nacionales, por ejemplo Islas Argentinas, Isla
Uruguay, Roca, Quintana, entre los más importantes.
El continente antártico encarna uno de los desafíos de respeto al
Derecho y a las Soberanías Nacionales en este nuevo siglo, por sus
extraordinarias riquezas y su grado de necesidad para un mundo sediento
de agua potable y hambriento de proteínas, vitaminas y medicinas de
origen natural. Para los argentinos, lo más trascendente es que se
trata de nuestro territorio nacional, al que debemos estimar
conscientes de su calidad de tesoro precioso, invalorable y codiciado.
Su defensa depende sólo de nosotros y de nuestra unidad y voluntad
inclaudicables de poseerlos efectivamente, vivificando a los
irrebatibles e indestructibles antecedentes históricos, geográficos y
jurídicos.
Es también la ocasión de observar que todos los países firmantes del
Tratado Antártico publican en enciclopedias, informes sobre política
mundial, atlas geográficos y otras publicaciones, una separata o
capítulo territorial sobre sus pretensiones antárticas fundados en la
diferente naturaleza de esta región, sus peculiares características y
su legitimación de soberanía a través de reivindicaciones permanentes.
La Argentina merece más, no menos.
Respecto de los antes enunciado, Australia, solicitó se brinde
información por separado sobre el Territorio Antártico Austrialiano
desde la década de los sesenta, contemporáneamente lo hizo el Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, sobre el territorio
Antártico Británico y su inscripción en esos términos, entre otras
fuentes habituales de información internacional, en los anuarios de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en el Libro de
Estadísticas Anuales de esta última, entre otros foros de difusión e
información fundamentales.
Por lo expuesto y considerando especialmente que se trata de una
Conmemoración cuya debida valoración ratifica la soberanía argentina
sobre la Antártida, se solicita la más pronta aprobación posible del
Presente Proyecto de Ley.
Mabel Müller - Mario D. Daniele - Mabel L. Caparros.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-893/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y la Cámara de Diputados,¿
Artículo 1: Establécese para el año 2004 la conmemoración de los "100
años de Soberanía en la Antártida Argentina".
Durante el transcurso del año, la celebración del centenario de
la ocupación permanente del sector Antártico, se extenderá en actos de
homenajes y reafirmación de derechos posesorios y estará a cargo de
organismos oficiales e instituciones privadas que así lo dispongan.
Artículo 2: El Estado Nacional dará difusión a los fundamentos
históricos, geológicos y geográficos que sustentan la legítima
soberanía sobre las Islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos
adyacentes, que integran a pleno derecho el territorio de la provincia
de Tierra del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Artículo 3: Las Cámaras del H. Congreso de la Nación realizarán durante
el año 2004 sendas Sesiones Especiales de "Homenaje a los 100 años de
Soberanía en la Antártida Argentina".
Artículo 4: A partir del año 2004 y previo acuerdo en el seno del
Consejo Federal de Cultura y Educación, todos los establecimientos
educativos oficiales y privados reconocidos destinarán en día hábil una
jornada de recordación y reafirmación de la Soberanía en la Antártida
Argentina.
Artículo 5: El Poder Ejecutivo dispondrá que durante el año 2004 conste
en lugar destacado de toda la documentación oficial, la leyenda
siguiente: "100 años de Soberanía en la Antártida Argentina". Se
invitará a contribuir con igual temperamento a los medios de
comunicación social escritos, radiales y televisivos.
Artículo 6: Se dispondrá la inscripción de la denominación "Antártida
Argentina" en todos los documentos nacionales e internacionales
suscriptos por nuestro país o divulgados en nuestro territorio que
aludan al Continente Antártico y comprendan el Sector del mismo sobre
el que se reclama soberanía, declarándose inadmisible su omisión cuando
consten denominaciones de otros países que designen como propios
espacios de dicho continente.
Artículo 7: Invítase a los Estados provinciales y a la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires a disponer actividades complementarias y concurrentes
con el objeto de la presente ley en sus respectivas jurisdicciones.
Artículo 8: Comuníquese al Poder Ejecutivo.-
Mabel Müller - Mario D. Daniele - Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El 22 de febrero de 2004 se cumplirá un siglo desde que la República
Argentina ocupara, de un modo permanente y con voluntad explícita de
posesión, uso y dominio, una parte del Continente Antártico que nos
pertenece por razones geológicas, geográficas e históricas y, además,
por nuestra condición de país precursor en su asentamiento definitivo
en dicho ámbito desde la fecha antes señalada, condición reconocida
pacíficamente por el resto del mundo durante varias décadas del siglo
veinte.
Los antecedentes argentinos en la Antártida son contemporáneos con el
momento de nuestra Declaración de Independencia Nacional respecto de
España y todo otro país extranjero, proclamada en 1816 ante el mundo,
el cual paulatinamente fue reconociendo nuestra soberanía sobre el
territorio heredado de la monarquía española.
Ya con anterioridad, en 1815, el Almirante Guillermo Brown y su fuerza
naval tuvo presencia en nuestras islas del Atlántico Sur, donde se
dirigió inspirado por su visión geopolítica de la flamante Patria y por
los escritos del destacado marino francés de Bouganville, que datan de
1770. Poco después, en 1818, el buque norteamericano "Ibersilia" al
mando del capitán Shejfield, tuvo que seguir al buque argentino
"Espíritu Santo" que, ya entonces, explotaba habitualmente la caza de
focas en las islas Shetland del Sur, lo cual revela el carácter
primigenio y prioritario de los argentinos en cuanto al descubrimiento
y aprovechamiento de tierras y recursos del continente Antártico.
Ya en tiempos de una Nación política y jurídicamente organizada en su
actual territorio, la República Argentina siguió estableciendo actos y
revelando conductas indubitables de ejercicio de su soberanía en la
región antártica. En 1880, el Instituto Geográfico Argentino apoyó una
expedición al mando del italiano Guillermo Bon. El mismo Instituto, a
cargo del Dr. Francisco Seguí, obtuvo en 1896, la firma de un decreto
presidencial aprobatorio de la primera Expedición polar argentina con
fines de investigación científica.
En función de lo resuelto en 1899 por un Congreso Internacional de
Geografía realizado en Europa, se organizan varias expediciones
exploratorias y de investigación científica hacia la Antártida. Entre
ellas, una patrocinada por el Reino de Suecia al mando del profesor
Otto Nordenskjöld, que desarrolló actividades entre los años 1901 y
1904. En noviembre de 1901, precisamente, se inicia en la Isla de los
Estados la construcción por Argentina de un faro y un observatorio
frente a la costa Norte de dicha isla.
En 1903, durante el último viaje del profesor Nordenskjöld a la
Península Antártica, participó en calidad de meteorólogo y magnetólogo
el alférez de navío argentino José María Sobral. Debido al naufragio
del buque "Antartic" en el que viajaban los expedicionarios, los suecos
debieron ser rescatados por la corbeta argentina "Uruguay" que, al
mando del capitán Julio Irizar, logró el salvataje de todos ellos.
Un año más tarde del rescate de la expedición sueca, la Compañía
Argentina de Pesca Capitán Larsen realizó su primera expedición a
nuestro territorio antártico, teniendo como asesor al propio Doctor
Sobral. La influencia positiva de este último sobre el gobierno
nacional permitió que nuestra Patria adquiriera, del científico y
expedicionario escocés Williams S. Bruce, las instalaciones del
Observatorio situado en la Isla Laurie, en el Archipiélago de las
Orcadas del Sur, cuya posesión efectiva data del 22 de febrero de 1904.
Desde entonces, como se detallará más abajo, nuestra nación se
constituyó en el primer ocupante permanente del continente antártico,
siendo además del pionero, el único sin cesación de continuidad.
Sin embargo, aún hoy poco se conoce del "descubrimiento argentino del
continente antártico como un sistema estructural e integrado",
repitiendo las palabras del Vicecomodoro Marambio (Memorias y
Pensamientos, La Nación, 1958). Las características de lo acontecido
hace cien años lo erigen en un hecho cumbre, por sus características
heroicas y su coherencia histórica, geográfica y política. El
explorador y científico escocés Doctor Williams Bruce, en diciembre de
1903 había cumplimentado su principal objetivo en materia de
observación del desplazamiento del Polo Magnético Sur hacia el
Territorio Antártico Argentino y su movimiento en sentido austral, que
lo convertía aún en más estratégico, pues solo puede estudiarse
empíricamente desde la Península Antártica, que nos pertenece.
Pese a la voluntad del Doctor Bruce de continuar, una avería provocó la
necesidad de reparar su nave y abastecerse. La ayuda argentina fue
inmediata, solidaria y eficaz, permitiendo superar la urgencia. El
mencionado científico ofreció en venta las instalaciones y el
instrumental, a un precio que le permitiera, simplemente, regresar a
Escocia. La operación tenía una condición: que las observaciones y los
trabajos científicos continuaran y cuando se diera a conocer constara
que se trataba de una donación en agradecimiento a la ayuda recibida.
La oferta fue aceptada por un Decreto refrendado por el Presidente
Roca, del 2 de enero de 1904, registrado bajo el Nro. 27, Letra "D",
por el que se "ordena la instalación del Observatorio y se nombra al
personal que se hará cargo del mismo" (art. 3ro.). Su correlato es que
nuestro país también es el primero en establecer un "correo antártico",
que perdura hasta la actualidad. Esta iniciativa inteligente,
previsora, práctica y soberana, fue eficiente desde el primer día como
la mayoría de las emanadas del mismo autor, Don Francisco Pascacio
Moreno.
El Perito urgía al Presidente Roca a establecer "la primera estafeta
postal", "...a la que luego se añadieran las otras instituciones
necesarias para la generación de una ciudad, que tendría grandes
posibilidades de desarrollo por la riqueza de esa extensión de nuestra
Patria, además del compromiso nacional con nuestros espacios
soberanos..." ("Recuerdos de mi abuelo", recopilación documental y
biográfica de la docente Adela Moreno Terrero de Benítez, Buenos Aires,
1935).
La primera base mundial en el Continente Antártico, reconocida al
comienzo como Base Orcadas Argentinas, permitió que la Corbeta Uruguay
rescatara a la Expedición Charcot, de origen francés, renovando en cada
una de las innumerables acciones de salvataje y de ayuda humanitaria
nuestra vocación soberana y reafirmando nuestra política interna e
internacional en ese sentido. Este último auxilio ocurrió en enero de
1905, para resolver el problema debió interactuarse con los espacios de
abastecimiento de Tierra del Fuego. Esto último fue el soporte de la
acción de exploración magnética y geológica de las Islas Argentinas
situadas en el Atlántico Sur y en el Océano Antártico, llevada a cabo
por la Expedición Guardia Nacional, a cargo del Capitán Vago, en 1923.
Este hecho merece recordarse también, porque el
observatorio argentino situado en las Islas Orcadas del Sur fue la
plataforma estratégica y científica del relevamiento llevado a cabo en
1942 por el transporte "1ro. de Mayo", a cargo del Capitán Oddera, que
se completó al año siguiente con la Expedición del Capitán Harriague.
Exploraciones e investigaciones éstas de enorme importancia en el
reconocimiento geofísico del continente antártico.
Merced a estos últimos pudieron determinarse aspectos relativos a la
ubicación del Polo Sur magnético, antes referido en términos generales,
motivo fundamental de los trabajos científicos del pionero escocés Dr.
Williams Bruce en nuestro territorio antártico, que permaneció en esa
situación hasta la década de 1980 y representa un factor de
significación en las corrientes eléctricas vinculadas a las corrientes
líquidas de la parte superficial del planeta. La ubicación de este Polo
constituye un factor muy relevante para las investigaciones físicas,
eléctricas y magnéticas con efectos directos sobre la situación
biológica, química y geológica de la totalidad de la Tierra.
En 1947 los transportes argentinos "Patagonia", "Chaco" y "Ezcurra" y
los patrulleros "King", "Murature" y "Granville", realizaron una
importantísima tarea de reconocimiento geográfico coordinada por el
Capitán García. En ese mismo año el Comandante Portillo protagonizó el
primer vuelo a la Antártida sin etapas, en la historia de este
continente.
Las expediciones realizadas entre 1947 y 1948 por científicos,
representantes de las Fuerzas Armadas y voluntarios de nuestro país,
confirmaron con pruebas tangibles que se encuentran en el antártico
argentino el pico montañoso más alto del continente, Macizo Vinson, que
alcanza los 5564 metros de altura, y la isla más extensa de toda esta
masa continental, llamada Berkner, cuya superficie asciende a 114.700
km2. A ello se añade que la tercera y la cuarta en extensión también
son argentinas, se trata de las Islas Quijada y Portillo, a las que
siguen en superficie Roosevelt y Adelaida, en ese orden.
Por tanto, en esta ley se reconoce una hazaña de gran visión
geopolítica y estratégica, en razón que lo sostenido por razones
geográficas, históricas y empíricas en 1904, resulta probado con los
avances científicos, la técnica y la tecnología que lo hicieron
posible, añadiéndose al compromiso con la Patria y el valor de
generaciones de argentinos que exploraron e investigaron el continente
antártico y ratificaron nuestra soberanía sobre la extensión
territorial y marítima que nos es propia. Son argentinos los montes más
elevados y las islas más extensas e importantes en el continente
antártico, en el cual predomina el agua dulce, potable y apta para el
consumo humano y escasea el territorio firme en condiciones de
habitabilidad, excepto en nuestra área.
Recordando que asimismo nos pertenecen los territorios continental e
insular más cercanos a la plataforma de mayor extensión hacia el norte,
constituida por la Tierra de San Martín y la Península Antártica, las
Islas Shetland del Sur, las Islas Orcadas del Sur y su plataforma de
enlace con el continente, la provincia argentina de Tierra del Fuego,
puede valorarse la significación de celebrar este centenario con la
energía y la expansión cultural que le corresponde.
Los datos enunciados son trascendentales para comprender la relevancia
de nuestro territorio antártico y las múltiples apetencias extranjeras,
extraordinariamente valoradas por los expedicionarios, en especial por
uno de los héroes más reconocidos de la historia más austral de nuestra
Patria, el Doctor Hernán Pujato.
También y con igual jerarquía para meditarlo, las expuestas son
informaciones sobre las cuales se urde un manto de silencio; en ninguna
enciclopedia geográfica mundial, por ejemplo "World Almanac",
"Statisitical Yearbook" de las Naciones Unidas", "L'Etat du Monde",
"Die Welt", entre otras, se esclarece que esa concentración de
"recursos extraordinarios que viabilizan la radicación de la ciudad
antártica, que la Argentina necesita y resulta provechosa para la
humanidad" -así mencionada por el Dr. Hernán Pujato en su pedido al
Presidente Perón, de realizar una serie de expediciones, fundaciones e
instituciones antárticas, a las que este último respondió de inmediato,
en forma positiva y concreta, creando y otorgándole el nombre de dicho
prócer viviente al Instituto Antártico Argentino.
A lo expuesto se añade que la Antártida Argentina tiene, también, uno
de los volcanes más importantes del continente antártico, que se halla
en la Isla Decepción, donde nuestra Patria tiene la Base del mismo
nombre, situada en el archipiélago Shetland del Sur. Mide 567 metros y
su magnitud eruptiva fue la más fuerte de la Antártida, seguida por la
del Erebus, cuya explosión data del año pasado, no obstante sextuplicar
en altura al volcán argentino.
En consecuencia, lo que sostuvieron con convicción inclaudicable el
Perito Francisco P. Moreno, el Presidente Julio A. Roca, el Alférez de
Navío José María Sobral, el Coronel Hernán Pujato y el Presidente Juan
D. Perón, entre otras personalidades de nuestra vida nacional, se
confirmó en los hechos: el territorio antártico argentino es el más
propicio para el desarrollo geoestratégico y la optimización de los
recursos antárticos. Este último objetivo es alentado por la visión del
imprescindible progreso de la humanidad y de las ciencias y por la
fundamentación económica que determina que la Antártida es una de las
mejores inversiones que ofrecen la Argentina y el mundo.
Estos aspectos asombrosos y desconocidos de la Antártida Argentina, a
los que la suscripta redescubrió en los manuscritos biográficos del
Almirante Guillermo Brown, en las cartas de viaje de la señora de
Vernet, Gobernador de las Islas Malvinas, y los Institutos Geográfico
Militar de Argentina y Cartográfico de Catalunya, podrían ser
completados con cientos de informes más que convertirían estos
fundamentos en un tratado sobre la riqueza diferenciada y superior de
la Antártida Argentina en materia económica, representada por sus
recursos geológicos, biológicos y biomarinos, en términos generales, y
zoológicos, en particular, como también físicos y científicos que
resultan de las innumerables expediciones argentinas y de la generosa
ayuda brindada por nuestro país a expediciones extranjeras.
Investigaciones, informes y confirmaciones enriquecidas por las
emanadas de los estudios científico-teóricos y experimentales llevados
a cabo en nuestras bases antárticas.
Luego de la toma de posesión del Observatorio Magnético y Meteorológico
Antártico Argentino, por nuestro país, en las islas Orcadas del Sur,
erigiéndose en la instalación más antigua radicado en la Antártida, el
Presidente Julio Argentino Roca dictó el Decreto por el que se
estableció realizar la apertura legal y formal, como Observatorio
Meteorológico Antártico Argentino, nombre que conserva hasta nuestros
días, sin perjuicio de los estudios magnéticos llevados a cabo.
A partir de aquella fecha inaugural fue creado, en 1951, el Instituto
Antártico Argentino, por iniciativa del Presidente Juan Domingo Perón;
fueron dictados por este mismo Jefe de Estado los decretos confirmando
y ratificando nuestra soberanía sobre distintos archipiélagos de esta
región, que llevan a la obra la consustanciación del citado Presidente
con los pioneros y visionarios de la Antártida.
La relevancia asignada por el Presidente Perón fue el fundamento de su
compromiso con el héroe más destacado de la historia del continente
blanco, el Coronel Pujato, consistente en impulsar los "estudios, la
investigación, el desarrollo, el aprovechamiento con respeto a la
naturaleza, la creación de nuevas bases antárticas y la formulación de
una política de Estado de nuestro país, tan prioritaria como la defensa
de la soberanía nacional" (Escritos y Documentos, Hernán Pujato, Bs.
As., 1974). Es este Primer Mandatario el que bautiza con su nombre al
Instituto Antártico Argentino y quien reconoce con su merecido ascenso
a General a dicho extraordinario soldado de la soberanía nacional.
Compromiso referido al que honró durante toda su vida, el último acto
público, antes de su deceso, fue la donación a dicho Instituto de
instrumental científico, necesario para el progreso de las
investigaciones geotérmicas.
A partir de 1957, esta impresionante parte del territorio nacional fue
designada como unidad política y geográfica bajo el nombre de
Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur; tuvo lugar la delimitación del Sector Antártico
Argentino por decreto-ley 2191, la creación de la Dirección Nacional
del Antártico, por ley 18.513 de 1969, se redactó y entró en vigencia
el Tratado Antártico, en 1959, en cuya formulación participó la
República Argentina y se le incorporaron recomendaciones, como
normativa adicional, a instancias de nuestro gobierno.
Desde aquella lejana fecha, cuyo aniversario se celebra todos los 22 de
febrero, nuestro país abrió las Bases Orcadas, Jubany, Esperanza,
Marambio, San Martín y Belgrano II, con carácter permanente, y las de
Cámara, Decepción, Petrel, Primavera, Melchior, Brown y Matienzo, que
son temporarias. Cabe remarcar que la historia de la presencia
argentina en nuestra Antártida se remonta a tiempos muy anteriores al
del hecho cumbre que se festeja. El Profesor, investigador e
historiador argentino José Luis Muñoz Azpiri, menciona la presencia de
cazadores de focas en ese territorio que comerciaban con el continente
en 1862 y cuya actividad habría comenzado durante el mandato del
Gobernador Vernet. Actividad que, a su vez, encuentra su antecedente en
la expedición del marino y filántropo francés de Bouganville, en
beneficio de nuestro antecesor, la Corona de España, bajo la
orientación de algunos criollos con gran sentido geoestratégico, como
Don Esteban de Luca, padre del combatiente homónimo contra las
invasiones inglesas, revolucionario activo en los acontecimientos
precedentes del Cabildo Abierto, además de fino poeta.
Años más tarde fue notable el interés del Almirante Guillermo Brown
por esa región, describiendo en sus planos ológrafos las islas del Mar
Antártico y del Atlántico Sur.
Es importante recordar, que en virtud de la soberanía argentina, se
recibieron pedidos de ayuda de innumerables expediciones suecas,
noruegas, francesas e inglesas, entre ellas cabe destacar por su
relevancia científica las de Nordenskjöld, Gerlache y Charcot. Por la
tarea de salvataje, asistencia y exploración de también numerosos
compatriotas argentinos, más de sesenta accidentes geográficos en la
región llevan nombres nacionales, por ejemplo Islas Argentinas, Isla
Uruguay, Roca, Quintana, entre los más importantes.
El continente antártico encarna uno de los desafíos de respeto al
Derecho y a las Soberanías Nacionales en este nuevo siglo, por sus
extraordinarias riquezas y su grado de necesidad para un mundo sediento
de agua potable y hambriento de proteínas, vitaminas y medicinas de
origen natural. Para los argentinos, lo más trascendente es que se
trata de nuestro territorio nacional, al que debemos estimar
conscientes de su calidad de tesoro precioso, invalorable y codiciado.
Su defensa depende sólo de nosotros y de nuestra unidad y voluntad
inclaudicables de poseerlos efectivamente, vivificando a los
irrebatibles e indestructibles antecedentes históricos, geográficos y
jurídicos.
Es también la ocasión de observar que todos los países firmantes del
Tratado Antártico publican en enciclopedias, informes sobre política
mundial, atlas geográficos y otras publicaciones, una separata o
capítulo territorial sobre sus pretensiones antárticas fundados en la
diferente naturaleza de esta región, sus peculiares características y
su legitimación de soberanía a través de reivindicaciones permanentes.
La Argentina merece más, no menos.
Respecto de los antes enunciado, Australia, solicitó se brinde
información por separado sobre el Territorio Antártico Austrialiano
desde la década de los sesenta, contemporáneamente lo hizo el Reino
Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, sobre el territorio
Antártico Británico y su inscripción en esos términos, entre otras
fuentes habituales de información internacional, en los anuarios de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en el Libro de
Estadísticas Anuales de esta última, entre otros foros de difusión e
información fundamentales.
Por lo expuesto y considerando especialmente que se trata de una
Conmemoración cuya debida valoración ratifica la soberanía argentina
sobre la Antártida, se solicita la más pronta aprobación posible del
Presente Proyecto de Ley.
Mabel Müller - Mario D. Daniele - Mabel L. Caparros.-