Número de Expediente 839/06

Origen Tipo Extracto
839/06 Senado De La Nación Proyecto De Ley RODRIGUEZ SAA Y NEGRE DE ALONSO: PROYECTO DE LEY SOBRE CONSTITUCION DE LA MESA DE ACUERDO NACIONAL GANADERO
Listado de Autores
Rodríguez Saá , Adolfo
Negre de Alonso , Liliana Teresita
Basualdo , Roberto Gustavo

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
04-04-2006 19-04-2006 35/2006 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
12-04-2006 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA
ORDEN DE GIRO: 1
12-04-2006 28-02-2008

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 29-02-2008

ENVIADO AL ARCHIVO : 24-07-2008

OBSERVACIONES
INCORPORACION DE FIRMA DEL SENADOR BASUALDO EL 07/04/06
En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-839/06)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

Artículo 1º: El Poder Ejecutivo Nacional deberá convocar de inmediato a todos los estamentos oficiales, privados y particulares en general, relacionados con la problemática ganadera argentina, para constituir la Mesa del Acuerdo Nacional Ganadero, que establezca en forma definitiva un Plan Ganadero de alcance Nacional, que asegure al sector un desarrollo sustentable acorde con la realidad actual Argentina.

Deben incluirse obligatoriamente en ésta convocatoria todos los organismos oficiales en especial la SAGyP, el SE.NA.SA., INTA, ONCCA; un representante por cada Provincia; las Asociaciones Rurales como la Sociedad Rural Argentina, CARBAP, Confederaciones Rurales Argentinas y las Sociedades Rurales del Interior, la Cámara de Consignatarios de Hacienda, y . en general, toda Organización Ganadera Oficial o Privada representativa de los intereses del Sector, sin exclusiones ni limitaciones.

Artículo 2º: La especial situación del sector obliga a establecer un plazo máximo de 180 días para que la Mesa del Acuerdo Nacional Ganadero apruebe el Plan Nacional Ganadero, el que deberá ser sometido a la consideración del H. Congreso de la Nación.

Artículo 3º: A los fines de mantener el marco de concordia necesario para el fin propuesto, las partes que se encuentran involucradas en la problemática ganadera, deberán retrotraer la situación general del sector a la existente al 15 de diciembre de 2005, en lo que hace en manera especial a Precios y Condiciones del Mercado, comprometiéndose a mantenerlas inalterables en tanto y en cuanto se mantenga el funcionamiento de la Mesa del Acuerdo Ganadero Nacional.

Adolfo Rodríguez Saa. - Liliana T. Negre de Alonso.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El sector ganadero argentino se encuentra hoy en una difícil situación. Una suba de precios generalizada en los distintos tipos de hacienda vacuna que se comercializan en los distintos mercados, producto de una disminución de stocks para faena por la imposición de kilajes mínimos y el aumento del consumo interno, ha provocado la conocida decisión del Poder Ejecutivo Nacional de suspender los embarques de carnes vacunas destinados a los mercados del exterior por un plazo originariamente establecido en 180 días.

Es cierta la preocupación del Gobierno Nacional en el sentido que, siendo la carne uno de los productos básicos de la canasta popular, no puede estar fuera de la mesa de los hogares argentinos de menores recursos.

Pero también es cierto que, hasta ahora, ninguno de los sectores involucrados en el tema ganadero han generado ideas creativas que conduzcan a una solución al problema que hoy nos afecta a todos tan de cerca.

Las idas y vueltas en lo concerniente al peso mínimo de faena, medida implementada por el anterior Ministro de Economía, que hasta la fecha no se ha podido llevar a cabo totalmente, evidencia la desorientación de las esferas de Gobierno relacionadas con el área ganadera sobre el motivo real de la crisis del sector.

Por una parte tenemos que a pesar de la especial situación que vive el país, el consumo interno de carne vacuna ha aumentado, después de haber caído abruptamente en años pasados. El motivo de esta suba del consumo está dado por un lado en un aumento del poder adquisitivo de la población luego de la crisis vivida, y por otra parte por el hecho que las carnes sustitutas, pollo y cerdo, como asimismo el pescado han incrementado sensiblemente sus valores para los consumidores finales, haciendo que, pese a todo, la carne siga siendo el alimento popular más al alcance de los argentinos.

Por otra parte, tenemos el hecho real que, a través del Instituto de Promoción de Carne Vacuna se ha hecho una interesante tarea en lo que respecta a la promoción de nuestras carnes en los mercados internacionales. El Instituto ha logrado que, basada fundamentalmente en su calidad harto reconocida, nuestro producto sea aceptado en países donde anteriormente estaba vedado o donde igualmente no se nos compraba en la misma medida en que lo hacen ahora.

Rusia es un mercado que es la prueba evidente de ello, y de la incongruencia de la política ambigua que se sigue con la suspensión de las exportaciones de carnes vacunas. El malestar generado en sus autoridades por la ¿veda exportadora de carnes¿ está dado por el hecho que la Argentina representa el 28% del total ruso de compras de carnes, donde según datos oficiales en 2005 se habían importado 324.000 Tn de carne argentina por un total de U$S 420 Millones.

Aquí cabe la pregunta: ¿es razonable perder este mercado?; ¿podemos permitirnos, por no haber implementado medidas de apoyo a nuestro sector ganadero, que el mercado ruso (o cualquier otro mercado) se abra para por ejemplo los vecinos brasileros mismo con su aftosa generalizada?

Está absolutamente comprobado que el mundo, en este momento, requiere más carne. Argentina es uno de los principales proveedores mundiales, su carne es una calidad excepcionalmente reconocida y este es un detalle a tener muy en cuenta: es muy cierto que aunque elevemos precios y retenciones el mercado está ávido de la calidad de la carne argentina, y esto no es culpa de los productores.

¿Podemos permitirnos el lujo de seguir manteniendo el IPCVA a un costo de $ 8 Millones, si el Instituto no tiene producto para promocionar?. Esto suena incoherente y abusivo.

Si comprobamos, como lo hemos hecho durante años, que la preferencia de un sector de nuestro consumo interno estaba dado en animales jóvenes de menos de 280 kilos, ¿porqué hemos prohibido la faena de este tipo de vacunos especiales?

Si la idea era obtener animales de mayor kilaje para la faena de exportación ¿porqué no se estableció (como se ha hecho en otras áreas industriales) una política de beneficios impositivos, rebajando por ejemplo la tasa del Impuesto a las Ganancias para aquellos productores que lograran la ecuación ideal ganadera: a menor edad lograr mayor kilaje de novillo terminado, castigando en cambio a aquellos productores que se quedaran con animales de mayor edad, por la pérdida del valor de la carne producida?

No hemos tenido en cuenta, por la ausencia de una clara política en el sector, que medidas como las implementadas solo provocarán inseguridad jurídica sobre los actos comerciales o contractuales del país, que no solo se reflejarán en el comercio de carnes, sino que se trasladarán a toda la economía.

Se ha pretendido intervenir los mercados, sea con precios concertados, sea con retenciones mayores a la exportación, ahora simplemente con la suspensión directa de éstas exportaciones, olvidando que los precios del mercado están sujetos al libre juego de la oferta y demanda y que la exportación solo representa un 25 por ciento del total comercializado en el rubro cárnico en el país.

¿Porqué no haber establecido, si hubiese sido una mejor solución, un precio diferenciado sobre los cortes sobrantes de exportación, en especial los del cuarto delantero, que eran los que podían llegar de esa forma con precios más accesibles para los sectores de menores recursos?.

La falta de una clara política ganadera, que ahora propugnamos, debe establecer el fortalecimiento de las instituciones oficiales que hacen a la excelencia ganadera:

Se debe reformular el SE.NA.SA. y el ONCCA, haciéndolos responsables directos de la fiscalización sanitaria y fiscal, como asimismo de la implantación de un sistema de trazabilidad, necesario para el control de nuestra ganadería mediante una clara y precisa identificación de los stocks ganaderos, aceptable a nivel internacional, pero que no sean una carga para nuestros productores. También deberán ser responsables del otorgamiento de certificaciones que sean aceptadas y reconocidas a nivel nacional e internacional, evitando el tener que recurrir para ello a organizaciones de ámbito internacional con el consiguiente ahorro de costos.

A través del IPCVA, al que se deben incorporar todas las entidades representativas del comercio de carnes, y en estrecha cooperación con la SAGyP se deberán efectuar estudios confiables, no solo de los mercados externos sino también de los internos.

Estos estudios nos deben dar un claro panorama, no solo de las necesidades inmediatas, sino también ayudar a planificar una producción futura y sustentable, ordenada, que permita el recupero de los rebaños ganaderos que se implementará en forma de una política de mejora genética en general, promoviendo el financiamiento preferente a través de los Bancos Oficiales, que permitan la incorporación de reproductores para el mejoramiento de las razas vacunas en general, pero que a la vez sirva para promocionar también zonas marginales de nuestro país, como las semiáridas del Centro y del Noroeste, para incorporarlas a todas ellas al proceso productivo ganadero en mejores condiciones que las actuales.

Medidas de este tipo habrán de hacer más rentable el uso de nuestros recursos productivos, aumentando y mejorando los stocks ganaderos, evitando de esta forma el pase de la ganadería a procesos agrícolas de más rápida evolución, como el cultivo de soja.

Se deberá dar asimismo intervención a todas las provincias ganaderas argentinas, a los efectos de establecer un Plan de Capacitación Agrícola Ganadero Nacional, para lograr el retorno a las actividades agropecuarias de todos aquellos que, en su momento, abandonaran nuestro campo para venir a buscar fortuna en las grandes ciudades, engrosando la mano de obra marginal que hoy allí se hacina, como ocurre especialmente en el cordón industrial del Gran Buenos Aires.

Deberá instarse a los Gobiernos Provinciales a crear nuevas formas asociativas que posibiliten la creación de nuevos asentamientos regionales para los que quieran retornar a las labores del campo, en función a la capacitación obtenida, declarando tales proyectos como de Interés Nacional, dando a los mismos si fuera necesario apoyo financiero con aportes vía el Tesoro Nacional.

Finalmente, habrá de convenirse entre todos los interesados el justo reparto de la Cuota Milton, ya que de ella surgirán los cortes sobrantes que posibilitarán que, a través de un Plan Alimentario Nacional, la carne no falte en los hogares argentinos de menores recursos. Si fuese necesario para este menester, deberá implementarse una rebaja de hasta el 50 por ciento en los valores del IVA que gravan a ese tipo de carnes, para posibilitar la baja de precios.

Todas estas ideas son el esbozo de un proyecto al que deberá llegarse por el esfuerzo y la colaboración de todos los sectores involucrados, para que de una vez por todas el llamado ¿problema ganadero¿ deje de serlo y que, si nuestras carnes continúan como hasta ahora siendo aceptadas mundialmente, el beneficio sea para todos los sectores de la cadena: productores, comercializadores y Gobierno de la Nación.

Por los motivos expuestos, solicito a mis Pares me acompañen en la aprobación del presente Proyecto de Ley.

Alfredo Rodríguez Saa. - Liliana T. Negre de Alonso.-