Número de Expediente 82/07

Origen Tipo Extracto
82/07 Senado De La Nación Proyecto De Ley PINCHETTI Y BUSSI : REPRODUCEN EL PROYECTO DE LEY MODIFICANDO EL ART. 1º DE LA LEY 23753 ( SERVICIO NACIONAL DE LUCHA CONTRA LA DIABETES ) , CREANDO LA FIGURA DEL EDUCADOR EN DIABETES , REGISTRADO BAJO EL Nº S. 2505/05 .
Listado de Autores
Pinchetti de Sierra Morales , Delia Norma
Bussi , Ricardo Argentino

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
02-03-2007 14-03-2007 4/2007 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
07-03-2007 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
08-03-2007 28-02-2009

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2009

ENVIADO AL ARCHIVO : 07-07-2009

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-82/07)

Buenos Aires, 1 de marzo de 2007

Sr. Presidente del H. Senado de la Nación
D. Daniel SCIOLI
S / D.-

Tengo el agrado de dirigirme al Señor Presidente con el objeto de solicitarle quiera tener a bien dar por reproducido el proyecto de ley de mi autoría, ingresado como S-2505/05 presentado con fecha 12 de agosto de 2005, DAE 125, el cual modifica el art. 1º de la Ley 23753 (Servicio Nacional de Lucha Contra la Diabetes) creando la figura ¿Educador en Diabetes¿.

Saludo a usted atentamente.

Delia N. Pinchetti de Sierra Morales. - Ricardo A. Bussi.

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

Artículo 1º: Modificase el Art. 1º de la Ley 23.753, el que quedará redactado de la siguiente forma:

Artículo 1º: El Ministerio de Salud y Acción Social dispondrá a través de las aéreas pertinentes, el dictado de las medidas necesarias para la divulgación de la problemática derivada de la enfermedad diabética y sus complicaciones, de acuerdo a los conocimientos científicamente aceptados, tendiente al reconocimiento temprano de la misma, su tratamiento, y adecuado control. Llevará su control estadístico, prestará colaboración científica y técnica a las autoridades sanitarias de todo el país, a fin de coordinar la planificación de acciones; y deberá abocarse específicamente a los problemas de producción, provisión y dispensación para asegurar a todos los pacientes los medios terapéuticos y de control evolutivo, de acuerdo a la reglamentación que se dicte.

Créase la figura del Educador en Diabetes, que desempeñará sus funciones en el ámbito de todos los Establecimientos Nacionales de Salud, Sistema Nacional de Seguro de Salud, Sistema Nacional de Obras Sociales, Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, y los Establecimientos incorporados al Registro Nacional de Hospitales Públicos de Autogestión.

Podrán desempeñar estas funciones: los médicos especialistas en endocrinología, nutrición, pediatría, enfermeros especializados en la atención de pacientes diabéticos, nutricionistas y dietistas especializados en la atención de pacientes diabéticos, psicopatólogos especializados en diabetes, podólogos, psicólogos, asistentes sociales, y demás profesionales de la salud que acrediten especialidad en la materia.

El Poder Ejecutivo, a través de los organismos responsables, reglamentará la formación específica e incorporación de Educadores en Diabetes, en los equipos de salud de los distintos establecimientos.

Artículo 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Delia N. Pinchetti de Sierra Morales. - Ricardo A. Bussi.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

La diabetes es una enfermedad que dificulta la utilización correcta de la energía contenida en los alimentos, en especial de los azúcares. Es muy frecuente, aunque no siempre presenta síntomas desde su inicio.

Aproximadamente dos millones de personas la padecen en Argentina, y la mitad de ellos no lo sabe.

Alrededor del 60% de las complicaciones que puede acarrear la diabetes son previsibles.

Al respecto, se publicaron en los medios gráficos de nuestro país, una serie de datos estadísticos bastantes alarmantes en relación al pronóstico realizado por la OMS respecto del futuro de ésta patología.

En dicha publicación se menciona que la diabetes está considerada ¿La Epidemia del siglo XXI¿, estimándose que en el 2.030 habrá en el mundo 366 millones de diabéticos, contra los 171 millones registrados en el 2.002. En la Argentina, el 7% de la población es diabética (1,5 millón de personas) y el 90% sufre la patología tipo 2. Con planes alimentarios y de ejercicio físico, y la adhesión disciplinada a la terapia se pueden evitar las complicaciones del mal.

Otras cifras espeluznantes que expresa la OMS es que el incremento de esta enfermedad en los países desarrollados será del 150%. Cada 30 segundos en algún lugar del planeta se amputará una pierna, y cada 10 segundos morirá un diabético por complicaciones cardiovasculares.

Además el 66% de los enfermos serán menores de 45 años. De ahí que la diabetes sea considerada por la OMS como ¿La Epidemia del siglo XXI¿.

Frente a éste desalentador panorama y con el fin de reducir el impacto socioeconómico de la enfermedad y prevenir sus complicaciones por desconocimiento del mal, o falta de adherencia al tratamiento (neuropatía, neuropatía y retinopatía), la comunidad científica y médica se ha preocupado por optimizar los recursos humanos y económicos, mientras no descansa en la búsqueda de nuevos tratamientos para detener el avance del trastorno, e impulsar programas de educación física, pilares básicos para la lucha contra la obesidad y la diabetes, que suelen ir de la mano.

Juan J. Gagliardino, investigador del Conicet y director de Cenexa, centro colaborador de la OPS/OMS para diabetes, durante un simposio sobre diabetes para periodistas, aseguró que las complicaciones crónicas de la diabetes son prevenibles, pero dos tercios de los diabéticos las padecen. Esto se debe a que no logran un control adecuado de sus glucemias a lo largo del día y de otros factores de riesgo cardiovascular asociados al mal.

Maximino Ruiz, médico consultor de Diabetología de la UBA, indicó que para tratar la diabetes tipo 2 se emplean medicaciones orales que controlan la glucosa en sangre, y que suelen ser efectivas durante muchos años. No obstante, ambos especialistas dijeron que con el correr del tiempo era preciso asociar dos o tres drogas de diferentes mecanismos de acción, y en algún momento reemplazarse por insulina. Este reemplazo debe aplicarse rápidamente, cuando no se alcance las metas de tratamiento con los cambios de estilo de vida y la administración de antidiabéticos orales.

Su par, León Litwak aclaró que no siempre se debe pasar a insulina, pero cerca del 50% debe hacerlo luego del 5º año de terapia debido a que sus cédulas betas productoras de insulina se van comprometiendo en su función.

Esto es característico de la diabetes tipo 2. No se sabe si es un proceso natural o si se debe a que el tratamiento no es lo suficientemente efectivo o si fue inadecuado en las primeras etapas de la enfermedad.

La clave, se sabe, es mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre mediante una rigurosa adhesión al tratamiento y la adopción de un estilo de vida saludable, pero cumplir con esas metas no es tan fácil, menos aún cuando se desconoce como manejarse ante la enfermedad.

Está científicamente demostrado que personas con diabetes tipo 2 que, además de los antidiabéticos orales reciben un única dosis de una nueva insulina, logran mantener los niveles de azúcar en sangre recomendados con un bajo riesgo de hipoglucemias, aplicándose una insulina una sola vez al día. Este esquema permite controlar la enfermedad y disminuir el riesgo de complicaciones de la diabetes, sin temor a sufrir frecuentes bajas de glucosa en sangre ('hipoglucemias'), uno de los efectos secundarios más temido por los pacientes.

David Litwak, jefe de Diabetes en el servicio de Endocrinología y Medicina Nuclear del Hospital Italiano, de Buenos Aires, señaló que el 50% de los diabéticos tipo 2 debe recibir insulina a los cinco años de tratamiento.

El especialista señaló que las hipoglucemias son a la insulinoterapia como los choques al conductor de un automóvil. Siempre que se usa insulina está el riesgo de hipoglucemia y, si ocurren, deberían ser lo menos intensas y frecuentes posibles. ¿Es una sensación muy desagradable para el paciente, con mareos, temblores, sudoración y hasta pérdida del conocimiento, con el riesgo que esto implica. Siempre que se pueda, hay que evitarlas¿, detalló.

Juan J. Gagliardino, dijo que pese a que hay evidencias de que las complicaciones crónicas de la diabetes, como neuropatía, nefropatía y retinopatía, son prevenibles en forma efectiva, en general dos tercios de las personas con diabetes tienen esas complicaciones.

La diabetes es una enfermedad crónica causada por la deficiencia heredada y/o adquirida de insulina o la ineficacia de la misma producida por el páncreas. A su vez, está potenciada por ciertos factores de riesgo, como la obesidad, la mala alimentación, el sedentarismo y el estrés. La diabetes tipo 1 (conocida anteriormente como insulinodependiente y, ahora, como insulinorresistente) se desarrolla cuando el páncreas es destruido por el mismo organismo, y por lo tanto, no puede producir la insulina que es esencial para sobrevivir. En definitiva es un problema de auto inmunidad.

La falla está en el páncreas:
La insulina tipo 2 implica resistencia a la insulina y deficiencia en su producción. La resistencia a la insulina sucede cuando el cuerpo no puede usar efectivamente la suya para convertir la glucosa en energía. Al comienzo, el organismo reacciona produciendo más insulina. Finalmente el páncreas no puede mantener la demanda y produce menos de la necesaria, y obtiene como resultado su deficiencia. Algunos pacientes con diabetes tipo 2 requieren una insulina basal adicionalmente a agentes antidiabéticos orales para lograr niveles óptimos de glucosa en la sangre.

Como vemos, cualquiera de los tratamientos usados en los pacientes afectados por esta enfermedad requiere conocimientos puntuales, y cierta conducta en el paciente, cuestiones que no siempre aparecen hasta que es muy tarde. Ante esto, numerosos países han creado la figura del Educador en Diabetes.

Dicho educador puede ser cualquier profesional de la salud: médicos, enfermeras, psicólogos, etc. los cuáles deben prepararse para tratar la diabetes como enfermedad, pero estudiándola también en sus aspectos psicosociales, analizando los valores y las creencias relacionadas con esta afección.

Es por ello que creemos que la creación de la figura de dicho educador ha de permitir aportar herramientas que ayudarán a los pacientes a modificar sus conductas y sus comportamientos relacionados con la alimentación, la actividad física, el monitoreo de los niveles de glucosa en sangre, entre otras cosas.

El Educador en Diabetes puede trabajar en forma individual o grupal. La primera de estas formas tiene una ventaja cuál es la atención del paciente en forma individual y personalizada, pero el trabajo en grupos también tiene su lado positivo, visto desde el punto de vista que los pacientes pueden compartir sus experiencias, buscando ellos mismos las soluciones, pues se encuentran apoyados por el grupo en su conjunto.

Los médicos endocrinólogos tienen bien en claro cuáles son las funciones del Educador, siendo menester que se les ubique un sitio laboral bien definido, incluyendo su figura en los programas de atención del paciente con diabetes, a través de su inserción como profesional dentro del equipo de salud.

El campo de acción del Educador en Diabetes es primero el paciente, segundo su familia, tercero otros profesionales de la salud que no están involucrados directamente en la diabetes, y finalmente el público en general, así como los integrantes de aquellas instituciones donde se atiende a personas con dicha enfermedad.

Lo ideal sería que la tarea del médico se desarrolle en forma paralela con el Educador en Diabetes. De esta forma el médico hace el diagnóstico, prescribe el tratamiento, pero como no siempre tiene el tiempo físico disponible para decirle al paciente como realizarlo, será el Educador el que asumirá el rol de explicarle al paciente todos los aspectos prácticos de su tratamiento y cuidados, desde la inyección de insulina hasta el auto monitoreo de sus niveles de glucemia, motivando al mismo tiempo al paciente a seguir su tratamiento, que es algo que muy pocas veces logran hacer los médicos.

En éste sentido, cabe citar como ejemplo y/o modelo a seguir, el adoptado por La Federación Española de Asociaciones de Educadores en Diabetes (F.E.A.E.D.), registrada en 1990. Esta Institución está compuesta por un colectivo de carácter multidisciplinario (enfermeras, médicos, dietistas, psicólogos, fisioterapeutas, etc.) cuyo denominador común es el poseer la formación necesaria que los capacita para desarrollar la actividad profesional propia de un Educador en Diabetes. En ella están representadas la mayoría de las Asociaciones de Educadores Autonómicos que existen en España.

Los fines de la F.E.A.E.D. contemplados en sus Estatutos son:

Definir y acreditar la identidad y funciones del Educador en diabetes y promover el desarrollo profesional de los mismos.

Incrementar el reconocimiento del Educador en diabetes entre las personas con diabetes, las administraciones, instituciones, sanitarias, los equipos asistenciales y por el resto de la sociedad.

Incrementar la demanda y garantizar que la educación diabetológica se desarrolle adecuadamente en los distintos niveles del sistema sanitario.

Desarrollar una organización eficaz y eficiente que atienda las necesidades de sus miembros.

Evaluar y acreditar programas educativos.

Fomentar la investigación específica de educación diabetológica.

Ofrecer y promover la formación continuada de los Educadores en Diabetes.

Aglutinar, coordinar y promover las iniciativas de las Asociaciones integrantes, en el desarrollo de los fines de la FEAED.

Asumir la representación de la educación diabetológica en el marco de las instituciones nacionales e internacionales.

Mejorar la calidad de vida de la persona con diabetes a ser lo más independiente posible respecto a su afección.

Por los motivos expuestos precedentemente, solicito a mis pares aprueben el presente proyecto de Ley.

Delia N. Pinchetti de Sierra Morales. - Ricardo A. Bussi.