Número de Expediente 741/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
741/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Ley | IBARRA : PROYECTO DE LEY DECLARANDO CAPITAL NACIONAL DEL TANGO A LA CIUDAD DE BUENOS AIRES . |
Listado de Autores |
---|
Ibarra
, Vilma Lidia
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
06-05-2003 | 28-05-2003 | 49/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
07-05-2003 | 29-09-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
07-05-2003 | 29-09-2004 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2006
ENVIADO AL ARCHIVO : 24-07-2006
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 20-10-2004 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA:PASA A DIPUTADOS |
OBSERVACIONES |
---|
SE REMITE AL ARCHIVO POR ISP- 116/06 |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
1183/04 | 30-09-2004 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0741/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
Artículo 1º: Declárase Capital Nacional del Tango a la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Artículo 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Vilma L. Ibarra.-
FUNDAMENTOS
Señor. Presidente:
Buenos Aires ha sido desde siempre un gran puerto receptor de
inmigración llegada de los cuatro puntos cardinales, cuya mixtura dio
por resultado ese crisol de razas que le ha dado una conformación
social y cultural tan particular.
Muy especialmente entre fines del siglo XIX y principios del XX, cuando
casi seis millones de personas, mayoritariamente europeos, llegaron a
la ya por entonces capital de la República en busca de nuevos
horizontes.
La convivencia de esta inmigración con los gauchos y la población negra
de la ciudad fue definiendo una cultura propia del Río de la Plata. En
la música, se fue insinuando primero en improvisadores por décimas o
cuartetas que rasgueaban milongas simples en las llanuras bonaerense y
uruguaya, y se fue configurando luego en una nueva manera de bailar
viejos ritmos: una danza fronteriza entre el campo y la nueva urbe,
advenida de habaneras y milongas, con pinceladas de candombe y tango
andaluz, cuyo surgimiento parece más producto de una paciente forja que
de la creación instantánea.
Esa cultura surgida del intercambio y la cohabitación destiló una
música, una poesía y una danza propias que se constituyó en el producto
más original y auténtico de la geografía rioplatense: el tango.
Y como bien señala la antropóloga María Susana Azzi, su historia es "la
historia del multiculturalismo en la sociedad argentina y el rescate de
redes sociales y de símbolos de identidad cultural."
El florecimiento del tango tuvo lugar en una región de rasgos comunes
que tenía como ejes tanto a Buenos Aires como a la uruguaya Montevideo,
bipolaridad que se fue desdibujando con el correr de los años, en la
misma medida en que Buenos Aires se transformaba en piedra basal de la
consolidación del género y su industria (discográfica, radiofónica,
cinematográfica, de espectáculos).
Buenos Aires, doscientos años más antigua que Montevideo y capital de
un país con una superficie y una población varias veces mayor que el
Uruguay, hacia 1900 ya era una metrópoli con más de ochocientos mil
habitantes. Su expansión se verificaba en la inauguración de grandes
obras como el Teatro Colón, el Palacio de Tribunales y el Congreso de
la Nación.
Pasados los primeros años de reinado en los suburbios porteños (los
cafetines de la Boca, las casas de baile de Montserrat, algunos
reductos nocturnos de la zona norte), el tango se adueñó del centro de
la ciudad. En un ejercicio de legitimación para sacudirse su origen
prostibulario, el tango comenzó por instalarse en los cabarets de la
década del '20.
Durante los años 30, su trajinar lo llevó por cafés, confiterías y
teatros. Y ya en la década del 40 tuvo su época dorada, la que para
siempre lo fundió con Buenos Aires, convirtiendo a la calle Corrientes
en símbolo mítico y centro neurálgico de su expresión.
Carlos Gardel, ícono internacionalmente referenciado con el tango, es
uno de los grandes referentes que representa a la ciudad en el mundo.
Pese a las controversias sobre su origen -bifurcado en la teoría
oficial de su nacimiento en Toulouse, Francia, y de otras que lo fijan
en Montevideo-, la figura de Gardel está indisolublemente ligada a
Buenos Aires con carácter de emblema.
Su infancia en el Abasto, su casa de la calle Jean Jaures
(recientemente convertida en Museo), sus actuaciones en los escenarios
porteños, sus grabaciones, constituyen los cimientos sobre los que se
edifica el afecto y admiración que el pueblo de Buenos Aires profesa
por Gardel pese al paso del tiempo. Es a ese Gardel que aún reina en
Buenos Aires, "el que cada día canta mejor", al que miles de turistas
vienen a buscar cada año a Buenos Aires.
Buenos Aires es, fundamentalmente, la ciudad que el tango nombra, la
ciudad de la que los tangos hablan. No sólo su nombre propio está
mencionado en infinidad de títulos de ayer y de hoy: Mi Buenos Aires
querido, Buenos Aires, Buenos Aires conoce, Adiós Buenos Aires. También
sus letras la pintan y describen, nos cuentan sus paisajes, sus
costumbres, sus personajes. Nos hablan de sus noches y sus dolores, de
los barrios, del Centro y del río, del canillita, del compadrito, de
las muchachas de lo "de Hansen", y de las banderitas de los taxis
libres.
La diversidad de la vida en toda la historia de los vecinos de Buenos
Aires está en los tangos, graficada por la pluma de decenas de poetas:
"El farolito de la calle en que nací fue centinela de mis promesas de
amor". Gardel-Le Pera, Mi Buenos Aires querido, 1934.
"¡Qué triste palidez tienen tus luces! Tus letreros sueñan cruces, tus
afiches carcajadas de cartón". Homero Expósito, Tristeza de la calle
Corrientes, 1942.
"Aunque me dé la espalda de cemento, me mire transcurrir indiferente,
es ésta mi ciudad... ¡¡Esta es mi gente!! Y es el lugar donde morir me
siento". Eladia Blázquez, Buenos Aires y yo, 1967.
"Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo..., viste? Salgo
de casa por Arenales...". Horacio Ferrer, Balada para un loco, 1969.
Buenos Aires ha sido, desde siempre, la ciudad donde los artistas del
tango legitimaron sus condiciones, se consagraron y alcanzaron
popularidad. De allí que una parte importante de sus protagonistas
(autores e intérpretes), talentos provenientes de Zárate (Homero y
Virgilio Expósito), Luján (Enrique Cadícamo), Campana (Héctor
Stamponi), Mar del Plata (Astor Piazzolla), Bahía Blanca (Carlos Di
Sarli), Rosario (Libertad Lamarque), Santiago del Estero (Homero
Manzi), San Juan (Alberto Podestá) y otras ciudades del interior
argentino como también de Uruguay (Gerardo Matos Rodríguez, Francisco
Canaro, Enrique Campos, Julio Sosa), España (Tania) e Italia (Alberto
Morán, José Libertella, Julián Centeya), recalaron en la capital
argentina y en ella obtuvieron reconocimiento para sus cualidades
artísticas.
Buenos Aires ha sido y es el lugar desde donde el tango se ha expandido
y expande al mundo, desde las incursiones en París a principios de
siglo, la presencia de Gardel y Piazzolla asombrando en los teatros del
mundo, y las tradicionales giras por Japón iniciadas hace casi 50 años.
Más recientemente, el suceso de la revista Tango Argentino que, a
partir de su presencia en 1983 en París y Broadway, provocó el
surgimiento de decenas de espectáculos y compañías itinerantes que
llevan las mejores expresiones de la música y danza porteñas a todos
los rincones del planeta.
Buenos Aires es una ciudad comprometida institucionalmente con el
crecimiento y la vitalidad cultural del tango en la implementación de
proyectos que apuntan a su difusión y desarrollo aquí y en el exterior.
Como breve muestrario de esa voluntad vale señalar:
- Las cinco ediciones del Festival Buenos Aires Tango organizadas por
la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad desde 1998/99 a la
fecha; y las ediciones del mismo festival realizadas en ciudades como
París, Roma, Lisboa o Madrid;
- la existencia desde octubre de 2000 de la única radio del mundo que
transmite 24 horas de tango (FM La 2x4), incluyendo su presencia en el
exterior a través de Internet;
- la creación, en el ámbito de la Secretaría de Cultura del Gobierno de
la Ciudad, de la Orquesta Escuela de Tango, iniciativa didáctica
surgida en el año 2000 con el objeto de transmitir a las nuevas
generaciones de músicos los secretos del género a través del contacto
con los grandes maestros.
Género constitutivo de nuestra identidad cultural, el tango nos expresa
en el mundo. Y el centro de ese universo creativo y productivo es la
ciudad de Buenos Aires.
Con ya cien años de historia forjada en la mixtura de inmigrantes y
nativos, y, a la vez forjador de esa mixtura. Y con un presente pujante
en los sonidos, palabras y pasos de baile de cientos de jóvenes que
encuentran en su cadencia un modo genuino y propio de expresión, una
mirada personal para narrar sus presentes, y una vía productiva desde
la cual canalizar su talento y sus expectativas.
En toda su rica diversidad, Buenos Aires crea, produce, y exporta
tango.
En virtud de todo lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del
presente proyecto de ley.
Vilma L. Ibarra.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0741/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
Artículo 1º: Declárase Capital Nacional del Tango a la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Artículo 2º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Vilma L. Ibarra.-
FUNDAMENTOS
Señor. Presidente:
Buenos Aires ha sido desde siempre un gran puerto receptor de
inmigración llegada de los cuatro puntos cardinales, cuya mixtura dio
por resultado ese crisol de razas que le ha dado una conformación
social y cultural tan particular.
Muy especialmente entre fines del siglo XIX y principios del XX, cuando
casi seis millones de personas, mayoritariamente europeos, llegaron a
la ya por entonces capital de la República en busca de nuevos
horizontes.
La convivencia de esta inmigración con los gauchos y la población negra
de la ciudad fue definiendo una cultura propia del Río de la Plata. En
la música, se fue insinuando primero en improvisadores por décimas o
cuartetas que rasgueaban milongas simples en las llanuras bonaerense y
uruguaya, y se fue configurando luego en una nueva manera de bailar
viejos ritmos: una danza fronteriza entre el campo y la nueva urbe,
advenida de habaneras y milongas, con pinceladas de candombe y tango
andaluz, cuyo surgimiento parece más producto de una paciente forja que
de la creación instantánea.
Esa cultura surgida del intercambio y la cohabitación destiló una
música, una poesía y una danza propias que se constituyó en el producto
más original y auténtico de la geografía rioplatense: el tango.
Y como bien señala la antropóloga María Susana Azzi, su historia es "la
historia del multiculturalismo en la sociedad argentina y el rescate de
redes sociales y de símbolos de identidad cultural."
El florecimiento del tango tuvo lugar en una región de rasgos comunes
que tenía como ejes tanto a Buenos Aires como a la uruguaya Montevideo,
bipolaridad que se fue desdibujando con el correr de los años, en la
misma medida en que Buenos Aires se transformaba en piedra basal de la
consolidación del género y su industria (discográfica, radiofónica,
cinematográfica, de espectáculos).
Buenos Aires, doscientos años más antigua que Montevideo y capital de
un país con una superficie y una población varias veces mayor que el
Uruguay, hacia 1900 ya era una metrópoli con más de ochocientos mil
habitantes. Su expansión se verificaba en la inauguración de grandes
obras como el Teatro Colón, el Palacio de Tribunales y el Congreso de
la Nación.
Pasados los primeros años de reinado en los suburbios porteños (los
cafetines de la Boca, las casas de baile de Montserrat, algunos
reductos nocturnos de la zona norte), el tango se adueñó del centro de
la ciudad. En un ejercicio de legitimación para sacudirse su origen
prostibulario, el tango comenzó por instalarse en los cabarets de la
década del '20.
Durante los años 30, su trajinar lo llevó por cafés, confiterías y
teatros. Y ya en la década del 40 tuvo su época dorada, la que para
siempre lo fundió con Buenos Aires, convirtiendo a la calle Corrientes
en símbolo mítico y centro neurálgico de su expresión.
Carlos Gardel, ícono internacionalmente referenciado con el tango, es
uno de los grandes referentes que representa a la ciudad en el mundo.
Pese a las controversias sobre su origen -bifurcado en la teoría
oficial de su nacimiento en Toulouse, Francia, y de otras que lo fijan
en Montevideo-, la figura de Gardel está indisolublemente ligada a
Buenos Aires con carácter de emblema.
Su infancia en el Abasto, su casa de la calle Jean Jaures
(recientemente convertida en Museo), sus actuaciones en los escenarios
porteños, sus grabaciones, constituyen los cimientos sobre los que se
edifica el afecto y admiración que el pueblo de Buenos Aires profesa
por Gardel pese al paso del tiempo. Es a ese Gardel que aún reina en
Buenos Aires, "el que cada día canta mejor", al que miles de turistas
vienen a buscar cada año a Buenos Aires.
Buenos Aires es, fundamentalmente, la ciudad que el tango nombra, la
ciudad de la que los tangos hablan. No sólo su nombre propio está
mencionado en infinidad de títulos de ayer y de hoy: Mi Buenos Aires
querido, Buenos Aires, Buenos Aires conoce, Adiós Buenos Aires. También
sus letras la pintan y describen, nos cuentan sus paisajes, sus
costumbres, sus personajes. Nos hablan de sus noches y sus dolores, de
los barrios, del Centro y del río, del canillita, del compadrito, de
las muchachas de lo "de Hansen", y de las banderitas de los taxis
libres.
La diversidad de la vida en toda la historia de los vecinos de Buenos
Aires está en los tangos, graficada por la pluma de decenas de poetas:
"El farolito de la calle en que nací fue centinela de mis promesas de
amor". Gardel-Le Pera, Mi Buenos Aires querido, 1934.
"¡Qué triste palidez tienen tus luces! Tus letreros sueñan cruces, tus
afiches carcajadas de cartón". Homero Expósito, Tristeza de la calle
Corrientes, 1942.
"Aunque me dé la espalda de cemento, me mire transcurrir indiferente,
es ésta mi ciudad... ¡¡Esta es mi gente!! Y es el lugar donde morir me
siento". Eladia Blázquez, Buenos Aires y yo, 1967.
"Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo..., viste? Salgo
de casa por Arenales...". Horacio Ferrer, Balada para un loco, 1969.
Buenos Aires ha sido, desde siempre, la ciudad donde los artistas del
tango legitimaron sus condiciones, se consagraron y alcanzaron
popularidad. De allí que una parte importante de sus protagonistas
(autores e intérpretes), talentos provenientes de Zárate (Homero y
Virgilio Expósito), Luján (Enrique Cadícamo), Campana (Héctor
Stamponi), Mar del Plata (Astor Piazzolla), Bahía Blanca (Carlos Di
Sarli), Rosario (Libertad Lamarque), Santiago del Estero (Homero
Manzi), San Juan (Alberto Podestá) y otras ciudades del interior
argentino como también de Uruguay (Gerardo Matos Rodríguez, Francisco
Canaro, Enrique Campos, Julio Sosa), España (Tania) e Italia (Alberto
Morán, José Libertella, Julián Centeya), recalaron en la capital
argentina y en ella obtuvieron reconocimiento para sus cualidades
artísticas.
Buenos Aires ha sido y es el lugar desde donde el tango se ha expandido
y expande al mundo, desde las incursiones en París a principios de
siglo, la presencia de Gardel y Piazzolla asombrando en los teatros del
mundo, y las tradicionales giras por Japón iniciadas hace casi 50 años.
Más recientemente, el suceso de la revista Tango Argentino que, a
partir de su presencia en 1983 en París y Broadway, provocó el
surgimiento de decenas de espectáculos y compañías itinerantes que
llevan las mejores expresiones de la música y danza porteñas a todos
los rincones del planeta.
Buenos Aires es una ciudad comprometida institucionalmente con el
crecimiento y la vitalidad cultural del tango en la implementación de
proyectos que apuntan a su difusión y desarrollo aquí y en el exterior.
Como breve muestrario de esa voluntad vale señalar:
- Las cinco ediciones del Festival Buenos Aires Tango organizadas por
la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad desde 1998/99 a la
fecha; y las ediciones del mismo festival realizadas en ciudades como
París, Roma, Lisboa o Madrid;
- la existencia desde octubre de 2000 de la única radio del mundo que
transmite 24 horas de tango (FM La 2x4), incluyendo su presencia en el
exterior a través de Internet;
- la creación, en el ámbito de la Secretaría de Cultura del Gobierno de
la Ciudad, de la Orquesta Escuela de Tango, iniciativa didáctica
surgida en el año 2000 con el objeto de transmitir a las nuevas
generaciones de músicos los secretos del género a través del contacto
con los grandes maestros.
Género constitutivo de nuestra identidad cultural, el tango nos expresa
en el mundo. Y el centro de ese universo creativo y productivo es la
ciudad de Buenos Aires.
Con ya cien años de historia forjada en la mixtura de inmigrantes y
nativos, y, a la vez forjador de esa mixtura. Y con un presente pujante
en los sonidos, palabras y pasos de baile de cientos de jóvenes que
encuentran en su cadencia un modo genuino y propio de expresión, una
mirada personal para narrar sus presentes, y una vía productiva desde
la cual canalizar su talento y sus expectativas.
En toda su rica diversidad, Buenos Aires crea, produce, y exporta
tango.
En virtud de todo lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del
presente proyecto de ley.
Vilma L. Ibarra.-