Número de Expediente 701/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
701/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | LESCANO : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES ACERCA DE LA SITUACION DEL AMBITO CIENTIFICO Y TECNOLOGICO . |
Listado de Autores |
---|
Lescano
, Marcela Fabiana
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
30-04-2003 | 28-05-2003 | 47/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
02-05-2003 | 29-07-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
02-05-2003 | 29-07-2003 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 01-09-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 20-08-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
494/03 | 06-08-2003 | APROBADA | Sin Anexo |
PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS
ORIGEN | TIPO | NUMERO | FECHA | AR |
---|---|---|---|---|
PE | RP | 392/03 | 13-11-2003 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0701/03)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, por
intermedio del Señor Jefe de Gabinete de Ministros, informe a este
cuerpo en referencia a la preocupante situación por la cual atraviesa
el ámbito científico y tecnológico, lo siguiente:
1. - Existen políticas tendientes a incrementar el actual presupuesto
destinado a Ciencia de 0,35 por ciento del PBI, teniendo en cuenta que
la UNESCO recomienda que este presupuesto no debe ser inferior a 1 por
ciento?
2. - Porque de las partidas destinadas al CONICET sólo llega a ser
percibido por dicho organismo el 65 por ciento de las mismas?
3. - Cuál es la situación del crédito otorgado por el Banco
Interamericano de Desarrollo por un total de 10 millones de dólares y
destinado a la Secretaria de Ciencia y Técnica?
Marcela Fabiana Lescano.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente
Entre las muchas deudas que acumula la Argentina, la que tiene
con el sector científico y tecnológico nacional es una de las más
inquietantes por sus consecuencias para el desarrollo y bienestar
futuros.
La despreocupación por sostener la ciencia argentina viene de
lejos, pero se ha acentuado con la crisis. En el corriente año se
estima que el presupuesto sólo alcanzará para pagar sueldos y hacer
frente a los servicios indispensables para mantener abiertos los 116
institutos en funcionamiento. Pero no hay recursos para impulsar con
seriedad investigaciones de calidad superior a las que ya,
milagrosamente, se siguen produciendo en un contexto tan desfavorable.
La ciencia moderna ha partido a la humanidad en un 10 o 15%,
que se llama "primer mundo", que tiene un aparato educativo
científico-tecnológico-productivo, y entonces inventa, crea, fabrica,
produce, presta, define, invade, castiga, y un 85 a 90%, que es el
resto, el tercer mundo, integrado por países donde la gente viaja, se
comunica, se viste, se divierte, se cura y se mata con vehículos,
teléfonos, deportes, ropa, medicinas y armas que inventaron los del
primero. Y por supuesto que esto los sume en una vorágine de pobreza,
miseria y dependencia de la que difícilmente pueden salir. En este
segundo grupo se encuentra ahora la Argentina.-
Cada vez que analizamos la declinante influencia de nuestro
país en el mundo y en el campo de la ciencia se saca a relucir que esta
es la tierra de Houssay, Leloir, Milstein y los miles de científicos
que se forman aquí y logran un cierto prestigio en el exterior. Esto es
precisamente parte del problema: confundimos la ciencia y la
investigación científica con el conocimiento y la información, así como
confundimos el crecimiento o la bonanza económica con el desarrollo.
Podemos almacenar información en la memoria de una computadora
o en una biblioteca; en cambio, el conocimiento necesita de mentes
abiertas y entrenadas. El crecimiento económico puede ser el resultado
de buenos negocios aprovechando las ventajas comparativas, dejando
ingresar capitales o contrayendo créditos y deudas, como ha ocurrido en
la Argentina durante los años 90. . El desarrollo necesita un aparato
productivo y de conocimiento preparado para entender y orientar en su
favor esos movimientos que pueden ser propicios o adversos. En general
se habla de ciencia e investigación de la misma forma que se confunde
el desarrollo con el crecimiento. Y este país tuvo y tiene algunos
excelentes científicos, muchos investigadores y técnicos, pero carece
de ciencia, así como tuvo etapas de crecimiento pero no de desarrollo.-
Si a un país le faltan alimentos, combustible o caminos, no
duda un instante en señalar correctamente cuál es su déficit. En
cambio, si le falta ciencia no está capacitado para advertirlo.
Por eso es que los países del tercer mundo quedan atrapados en
la situación del menesteroso que no manda a sus hijos a la escuela y
con eso los condena a la miseria. Se trata de un analfabetismo
triplemente grave: no tener ciencia, no advertirlo y no saber que hacer
con ella si la tuviera.
La Argentina se encuentra en la paradoja de desarrollar un alto
nivel de calidad científica con impactos prácticamente nulos en lo
social y productivo. Para cambiar hay que detectar las fuerzas que
condicionan la autonomía, incluyendo la dimensión cultural, y crear las
condiciones para la apropiación del conocimiento producido, asociado a
la correspondiente metáfora de idea de nación. El uso del conocimiento
es en la actualidad el principal nervio de las economías más dinámicas.
La posibilidad de traducir el fruto de la investigación en uso social
es a la vez un objetivo de las políticas de ciencia y tecnología y un
validador de las mismas.-
Mientras la UNESCO recomienda que la inversión en ciencia no
debe estar por debajo del 1% del PBI, en Argentina se destina apenas
0,35 %. Esta escasez de fondo explica la precaria situación en la que
se encuentran los investigadores y el peligro cierto de que sigan
emigrando del país los mejores talentos y los mas capacitados
La Argentina no puede darse el lujo de no tener ciencia, pero
tampoco puede darse el lujo de tenerla mal organizada y devaluada.-
Marcela Fabiana Lescano.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0701/03)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, por
intermedio del Señor Jefe de Gabinete de Ministros, informe a este
cuerpo en referencia a la preocupante situación por la cual atraviesa
el ámbito científico y tecnológico, lo siguiente:
1. - Existen políticas tendientes a incrementar el actual presupuesto
destinado a Ciencia de 0,35 por ciento del PBI, teniendo en cuenta que
la UNESCO recomienda que este presupuesto no debe ser inferior a 1 por
ciento?
2. - Porque de las partidas destinadas al CONICET sólo llega a ser
percibido por dicho organismo el 65 por ciento de las mismas?
3. - Cuál es la situación del crédito otorgado por el Banco
Interamericano de Desarrollo por un total de 10 millones de dólares y
destinado a la Secretaria de Ciencia y Técnica?
Marcela Fabiana Lescano.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente
Entre las muchas deudas que acumula la Argentina, la que tiene
con el sector científico y tecnológico nacional es una de las más
inquietantes por sus consecuencias para el desarrollo y bienestar
futuros.
La despreocupación por sostener la ciencia argentina viene de
lejos, pero se ha acentuado con la crisis. En el corriente año se
estima que el presupuesto sólo alcanzará para pagar sueldos y hacer
frente a los servicios indispensables para mantener abiertos los 116
institutos en funcionamiento. Pero no hay recursos para impulsar con
seriedad investigaciones de calidad superior a las que ya,
milagrosamente, se siguen produciendo en un contexto tan desfavorable.
La ciencia moderna ha partido a la humanidad en un 10 o 15%,
que se llama "primer mundo", que tiene un aparato educativo
científico-tecnológico-productivo, y entonces inventa, crea, fabrica,
produce, presta, define, invade, castiga, y un 85 a 90%, que es el
resto, el tercer mundo, integrado por países donde la gente viaja, se
comunica, se viste, se divierte, se cura y se mata con vehículos,
teléfonos, deportes, ropa, medicinas y armas que inventaron los del
primero. Y por supuesto que esto los sume en una vorágine de pobreza,
miseria y dependencia de la que difícilmente pueden salir. En este
segundo grupo se encuentra ahora la Argentina.-
Cada vez que analizamos la declinante influencia de nuestro
país en el mundo y en el campo de la ciencia se saca a relucir que esta
es la tierra de Houssay, Leloir, Milstein y los miles de científicos
que se forman aquí y logran un cierto prestigio en el exterior. Esto es
precisamente parte del problema: confundimos la ciencia y la
investigación científica con el conocimiento y la información, así como
confundimos el crecimiento o la bonanza económica con el desarrollo.
Podemos almacenar información en la memoria de una computadora
o en una biblioteca; en cambio, el conocimiento necesita de mentes
abiertas y entrenadas. El crecimiento económico puede ser el resultado
de buenos negocios aprovechando las ventajas comparativas, dejando
ingresar capitales o contrayendo créditos y deudas, como ha ocurrido en
la Argentina durante los años 90. . El desarrollo necesita un aparato
productivo y de conocimiento preparado para entender y orientar en su
favor esos movimientos que pueden ser propicios o adversos. En general
se habla de ciencia e investigación de la misma forma que se confunde
el desarrollo con el crecimiento. Y este país tuvo y tiene algunos
excelentes científicos, muchos investigadores y técnicos, pero carece
de ciencia, así como tuvo etapas de crecimiento pero no de desarrollo.-
Si a un país le faltan alimentos, combustible o caminos, no
duda un instante en señalar correctamente cuál es su déficit. En
cambio, si le falta ciencia no está capacitado para advertirlo.
Por eso es que los países del tercer mundo quedan atrapados en
la situación del menesteroso que no manda a sus hijos a la escuela y
con eso los condena a la miseria. Se trata de un analfabetismo
triplemente grave: no tener ciencia, no advertirlo y no saber que hacer
con ella si la tuviera.
La Argentina se encuentra en la paradoja de desarrollar un alto
nivel de calidad científica con impactos prácticamente nulos en lo
social y productivo. Para cambiar hay que detectar las fuerzas que
condicionan la autonomía, incluyendo la dimensión cultural, y crear las
condiciones para la apropiación del conocimiento producido, asociado a
la correspondiente metáfora de idea de nación. El uso del conocimiento
es en la actualidad el principal nervio de las economías más dinámicas.
La posibilidad de traducir el fruto de la investigación en uso social
es a la vez un objetivo de las políticas de ciencia y tecnología y un
validador de las mismas.-
Mientras la UNESCO recomienda que la inversión en ciencia no
debe estar por debajo del 1% del PBI, en Argentina se destina apenas
0,35 %. Esta escasez de fondo explica la precaria situación en la que
se encuentran los investigadores y el peligro cierto de que sigan
emigrando del país los mejores talentos y los mas capacitados
La Argentina no puede darse el lujo de no tener ciencia, pero
tampoco puede darse el lujo de tenerla mal organizada y devaluada.-
Marcela Fabiana Lescano.-