Número de Expediente 61/05

Origen Tipo Extracto
61/05 Senado De La Nación Proyecto De Comunicación ESCUDERO : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO EL CONTROL Y LA APLICACION DE SANCIONES RESPECTO DE PROGRAMAS DE TELEVISION CON CONTENIDO EROTICO O VIOLENTO .
Listado de Autores
Escudero , Sonia Margarita

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
02-03-2005 09-03-2005 3/2005 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
04-03-2005 08-07-2005

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE SISTEMAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN
ORDEN DE GIRO: 1
04-03-2005 08-07-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 15-09-2005

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 27-07-2005
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:SE AP. OTRO PC. CONJ.S. 1532/05

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
755/05 11-07-2005 APROBADA Sin Anexo

PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS

ORIGEN TIPO NUMERO FECHA AR
PE RP 881/05 07-02-2006
En proceso de carga


Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-61/05)

PROYECTO DE COMUNICACIÓN

El Senado de la Nación,

Vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del COMFER refuerce y ejecute
los controles y sanciones sobre los contenidos eróticos y violentos de los programas de
televisión tanto nacionales como extranjeros, en especial, respecto de los que se emiten en
los horarios del mediodía.

Sonia Escudero.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

No se necesita realizar un pormenorizado estudio de campo para advertir que la
programación televisiva nos exhibe niveles de procacidad en el discurso y de violencia en
los contenidos que resultan cuanto menos preocupantes.

Podrá decirse que tales programas se limitan a reproducir lo que pasa en el seno de la
sociedad; que - tal como dice Eva Giberti-, el modo de hablar refleja una manera particular
de ver el mundo, la historia personal del que lo enuncia, y también, deja entrever el
momento social en que se vive; finalmente, que los medios de comunicación, aparte del
específico cometido cultural a su cargo, son agentes de libre expresión y de la circulación
general de las ideas en donde la idea del lucro juega no papel no menor.

Con todo, asistimos a la difusión cada vez mayor de contenidos que alcanzan a los más
variados segmentos etarios que estimulan la violencia, el consumo de sustancias
sicotrópicas o estupefacientes o que son complacientes con conductas sociales reñidas con
los principios más elementales de solidaridad y de la ética social. Igualmente, pueden
verse contenidos que rayan lo obsceno y que bajo la apariencia de erotismo, exaltan la
morbosidad y, de esta forma, terminan degradando los valores culturales. A todo ello,
pueden sumarse las imputaciones de banalidad y superficialidad que - podría decirse-,
acompañan la televisión desde sus propios orígenes. No parece equivocado afirmar que el
uso de palabras soeces y la constante presentación de escenas de procacidad denigrante han
tomado, en los últimos tiempos, dimensiones más concretas.

La protección de la salud y la formación de la audiencia en general y de los menores en
particular es una cuestión de múltiples aristas y no se nos escapa que la adecuación de los
contenidos programáticos a la normativa vigente exige un delicadísimo balance de muchos
factores en los que el caso particular, las circunstancias de enunciación y contexto tiene
enorme relevancia. Tampoco se nos olvida que, por su carácter audiovisual, la televisión
se impone sobre los otros medios de comunicación y se convierte en el mayor formador de
hábitos sociales.

El Presidente de la Academia Argentina de Letras en una nota cursada el año pasado al
Comité Federal de Radiodifusión (COMFER), enjuició severamente a la televisión a partir de
la mera solicitud del cumplimiento del apenas observado "horario de protección al menor".
En la referida nota señalaba el catedrático que "la mala costumbre se extiende, el gusto se
corrompe y la mente de los más inermes se deforma"... y que "no sólo se vulgariza la
lengua, que es nuestra herencia cultural, sino que se la empobrece con el argumento de que
al público le gusta esa bajeza informativa. Esa pobreza repercute en la calidad de la
democracia, porque un ciudadano que no puede expresarse es cautivo de sus limitaciones y
carece de matices y precisión para comunicarse".

Las propias agencias de publicidad también manifiestan cierta preocupación por el grado de
deterioro alcanzado por los contenidos de algunos programas televisivos, tanto de ficción
como informativos y reconocen la responsabilidad social de carácter indirecto que les
cabe sobre la definición de los contenidos de las emisiones de los medios de radiodifusión.

Entiéndase bien, entonces, que de lo que se trata es de aplicar una política específica
relativa a la función social que debe cumplir el órgano de control y no la habilitación
para una censura que pudiera afectar la producción social masiva y no masiva o que de
alguna manera signifique restricciones al acceso a la industria cultural en su conjunto
por parte de los sectores populares o la imposición de límites a las expresiones culturales
constitutivas de la identidad de los distintos grupos sociales.

Así, en lo que al lenguaje se refiere, compartimos las expresiones de Alejandro Dolina en
su conocido programa de radio "La venganza será terrible" - que receptara Carlos Ulanovsky
en su libro "Los argentinos por la boca mueren" ( Planeta, Bs. As. , 1993, Pag.184)-, que
sorprende a sus oyentes con el uso de términos anticuados y casi en desuso, exaltando la
idea de que "es el pueblo el que hace grande a los idiomas", porque es él mismo,
precisamente, quien nutre permanentemente a la lengua nacional.

Según decía Roberto Arlt, "los pueblos bestias se perpetúan en su idioma, porque no
teniendo ideas nuevas que expresar, no necesitan palabras nuevas o giros extraños...En
cambio, aquellos pueblos que están en continua evolución necesitan y se nutren de palabras
de todos los ángulos". De lo que se trata, en definitiva, es de propiciar aquello que nos
alimenta y no de consentir aquello que simplemente nos empobrece.

Por el expuesto, solicito de mis pares me acompañen con su voto favorable al presente
proyecto de comunicación.

Sonia Escudero.