Número de Expediente 559/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
559/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | JENEFES : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO LA CONFECCION DE SELLOS POSTALES CONMEMORATIVOS DEL 180 ANIVERSARIO DE LA " BANDERA NACIONAL DE NUESTRA LIBERTAD CIVIL ". |
Listado de Autores |
---|
Jenefes
, Guillermo Raúl
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
14-04-2003 | 28-05-2003 | 39/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
15-04-2003 | 24-06-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE SISTEMAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN
ORDEN DE GIRO: 1 |
29-04-2003 | 24-06-2003 |
ORDEN DE GIRO: |
15-04-2003 | 15-05-2003 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 11-08-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 23-07-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
OBSERVACIONES |
---|
Bol. de Novedades N°5/03 (del 28-05-03) Dado cuenta cambio de Comisiones. |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
278/03 | 01-07-2003 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0559/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través del
organismo que corresponda, arbitre los medios necesarios para la
confección de una serie de sellos postales conmemorativos al 180º
Aniversario de la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil", así
denominada por el Cabildo de San Salvador de Jujuy el 25 de mayo de
1813 y que fuera entregada a éste y al pueblo de la Provincia por el
General Doctor Manuel Belgrano.
Guillermo R. Jenefes.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
El General Doctor Don Manuel Belgrano no se había preparado para la
guerra sino para las leyes, pero aprendió. Su primer contacto con el
tema fue en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa. Allí se
incorporó a las milicias criollas con otros jóvenes para defender la
ciudad y él fue elegido Capitán. Tuvo su primer combate en las orillas
del Riachuelo. Ya en 1810, la Primera Junta, recién asumida, decidió
enviar expediciones para extender la Revolución a todo el Virreinato.
En septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay.
El objetivo de la Campaña del Paraguay fue más político que militar: la
intención de Belgrano era difundir entre los paraguayos el ideario de
la Revolución de Mayo. De paso al Paraguay, fundó los pueblos de
Curuzú-Cuatiá y Mandisoví, ambos en Corrientes. Luego de vencer en
Campichuelo fue derrotado en Paraguarí, el 19 de enero de 1811.
También, el 9 de marzo de 1811, fue vencido en Tacuarí. En noviembre de
1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de
1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de
los españoles. Allí enarboló por primera vez la insignia (el 27 de
febrero de 1812). Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del
Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel
general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo
bendecir la bandera.
Lleno de ardor patriótico, habló así el General Belgrano a las tropas y
al pueblo reunidos en la plaza:
"Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: dos años ha que
por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él
continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los
Andes: pues que no es obra de los hombres, sino del Dios omnipotente,
que permitió a los americanos que se nos presentase la ocasión de
entrar al goce de nuestros derechos; el 25 de mayo será para siempre
memorable en los anales de nuestra historia y vosotros tendréis un
motivo más de recordarlo, cuando veis en él por primera vez la bandera
nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás naciones del
globo, a pesar de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la
sagrada causa que defendemos para echarnos cadenas y hacerlas más
pesadas que las que cargábamos.
"Pero esta gloria debemos sostenerla de un modo digno con la unión, la
constancia y el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones hacia
Dios, hacia nuestros hermanos y hacia nosotros mismos, a fin de que la
Patria se goce en abrigar en su seno hijos tan beneméritos y pueda
presentarla a la posteridad como modelos que haya de tener a la vista
para conservarla libre de enemigos, y en el lleno de su felicidad. Mi
corazón rebosa de alegría al observar en vuestros semblantes que estáis
adornados de tan generosos y nobles sentimientos y que yo no soy más
que un jefe a quien vosotros impulsáis con vuestros hechos, con vuestro
ardor, con vuestro patriotismo. Sí, os seguiré imitando en vuestras
acciones y con todo el entusiasmo de que sólo son capaces los hombres
libres para sacar a sus hermanos de la opresión.
"Ea, pues, soldados de la Patria, no olvidéis jamás que vuestra obra es
de Dios; que él nos ha concedido esta bandera, que nos manda que la
sostengamos, y que no hay una sola cosa que no nos empeñe a mantenerla
con el honor y el decoro que le corresponde. Nuestros padres, nuestros
hermanos, nuestros hijos, nuestros conciudadanos, todos, todos fijan en
nosotros la vista y deciden que a vosotros es a quienes corresponderá
todo su reconocimiento si continuáis en el camino de la gloria que os
habéis abierto. Jurad conmigo ejecutarlo así, y en prueba de ello
repetid: ¡Viva la Patria!".
Tres meses más tarde se produjo otro hecho terriblemente grandioso.
Corría el mes de julio y las fuerzas de los realistas, poderosas y bien
equipadas, amenazaban destruir totalmente lo poco que se había ganado a
fuerza de sacrificio y de coraje. Del norte venían avasallándolo todo a
su paso. La orden de Belgrano fue terminante y precisa: no debería
quedar nada que fuese de provecho para el adversario: ni casa ni
alimentos ni un solo objeto de utilidad. Todo fue quemado o
transportado a lomo de mula, de caballo, de burro... hasta el último
grano de la última cosecha.
El 23 de agosto de 1812, la revolución continuaba en el
éxodo del pueblo jujeño.
El célebre bando de Belgrano, del 29 de julio, comenzaba diciendo:
"Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra
defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las
Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado
con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal
al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son
llamados por los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no
pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad,
propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó,
pues, la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a
reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser
libres...".
En ese acto sintió Belgrano que se identificaba totalmente con el
destino del pueblo que él sacrificaba. Por eso, lo hizo depositario y
guardián de la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil. Adoptada en
el año 1994 como Bandera de la Provincia de Jujuy mediante Ley
provincial Nº 4816.
La Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil fue
originalmente, de 165 por 146 cm, está confeccionada en tela de raso;
consta de tres paños y lleva pintado el escudo aprobado por la Asamblea
General Constituyente de 1813.
Este emblema fue conservado durante muchos años en distintos lugares.
El primer depositario de tan preciado tesoro fue el Cabildo, así lo
manifiesta el Acta Capitular del 29 de mayo de 1813. La segunda morada
fue la Iglesia Catedral, para luego ser trasladada, por problemas en la
conservación a la Honorable Legislatura donde se le construyó un
templete para conservarla de manera correcta.
Corría el año 1927 cuando se inauguró el Salón de la Bandera
especialmente dedicado a su veneración dentro de la Casa de Gobierno
recientemente construida en el año 1921. Lugar donde mora desde
entonces ya que a partir de una Ley provincial de 1920, se dispuso que
la enseña no puede ser trasladada de la ciudad de San Salvador de
Jujuy, capital de la provincia, en ningún caso, con el propósito de una
adecuada conservación.
Anteriormente, la reliquia histórica salió de Jujuy en varias
oportunidades, debido a las vicisitudes de las guerras y a los
homenajes que se le tributaron fuera del territorio provincial. Así fue
como en 1898 fue trasladada hasta la ciudad e Rosario donde presidió
los actos conmemorativos a la instalación de la piedra fundamental del
Monumento a la Bandera. En 1906 también visitó la ciudad e Tucumán al
conmemorase un nuevo aniversario del Independencia Nacional.
Debido a la importancia histórica del Lábaro el Congreso Nacional
sanciona la Ley 8220 donde se decide conmemorar en la Ciudad de San
Salvador de Jujuy el Centenario del primer juramento y bendición a la
primera Bandera argentina.
La valoración histórica de este símbolo es inmensa, ya que a su
alrededor giran un cúmulo de circunstancias de hondo recuerdo para el
pueblo argentino; habiendo sido los habitantes de Jujuy los honrados
con la participación primigenia en acontecimientos trascendentales para
la vida de la Nación. Este año se conmemora el 180º Aniversario, y este
Cuerpo no puede quedar ajeno al reconocimiento del mismo.
Por los motivos expuesto solicito el voto afirmativo de mis pares al
presente proyecto por el cual reitero la solicitud al Poder Ejecutivo
Nacional para que arbitre los medios necesarios para la confección de
una serie de sellos postales conmemorativos a la celebración del 180º
Aniversario a la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil".
Guillermo R. Jenefes.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0559/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través del
organismo que corresponda, arbitre los medios necesarios para la
confección de una serie de sellos postales conmemorativos al 180º
Aniversario de la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil", así
denominada por el Cabildo de San Salvador de Jujuy el 25 de mayo de
1813 y que fuera entregada a éste y al pueblo de la Provincia por el
General Doctor Manuel Belgrano.
Guillermo R. Jenefes.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
El General Doctor Don Manuel Belgrano no se había preparado para la
guerra sino para las leyes, pero aprendió. Su primer contacto con el
tema fue en 1806, durante la Primera Invasión Inglesa. Allí se
incorporó a las milicias criollas con otros jóvenes para defender la
ciudad y él fue elegido Capitán. Tuvo su primer combate en las orillas
del Riachuelo. Ya en 1810, la Primera Junta, recién asumida, decidió
enviar expediciones para extender la Revolución a todo el Virreinato.
En septiembre de 1810 la Junta le encomendó La expedición de Paraguay.
El objetivo de la Campaña del Paraguay fue más político que militar: la
intención de Belgrano era difundir entre los paraguayos el ideario de
la Revolución de Mayo. De paso al Paraguay, fundó los pueblos de
Curuzú-Cuatiá y Mandisoví, ambos en Corrientes. Luego de vencer en
Campichuelo fue derrotado en Paraguarí, el 19 de enero de 1811.
También, el 9 de marzo de 1811, fue vencido en Tacuarí. En noviembre de
1811 fue nombrado Jefe de Regimiento Nº 1 de Patricios. En enero de
1812 fue enviado por el gobierno a proteger las costas del Paraná de
los españoles. Allí enarboló por primera vez la insignia (el 27 de
febrero de 1812). Ese mismo día, el gobierno le encargó la jefatura del
Ejército del Norte. El 25 de mayo de 1812 en Jujuy instaló el cuartel
general y, en celebración del aniversario de la Revolución, hizo
bendecir la bandera.
Lleno de ardor patriótico, habló así el General Belgrano a las tropas y
al pueblo reunidos en la plaza:
"Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: dos años ha que
por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él
continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los
Andes: pues que no es obra de los hombres, sino del Dios omnipotente,
que permitió a los americanos que se nos presentase la ocasión de
entrar al goce de nuestros derechos; el 25 de mayo será para siempre
memorable en los anales de nuestra historia y vosotros tendréis un
motivo más de recordarlo, cuando veis en él por primera vez la bandera
nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás naciones del
globo, a pesar de los esfuerzos que han hecho los enemigos de la
sagrada causa que defendemos para echarnos cadenas y hacerlas más
pesadas que las que cargábamos.
"Pero esta gloria debemos sostenerla de un modo digno con la unión, la
constancia y el exacto cumplimiento de nuestras obligaciones hacia
Dios, hacia nuestros hermanos y hacia nosotros mismos, a fin de que la
Patria se goce en abrigar en su seno hijos tan beneméritos y pueda
presentarla a la posteridad como modelos que haya de tener a la vista
para conservarla libre de enemigos, y en el lleno de su felicidad. Mi
corazón rebosa de alegría al observar en vuestros semblantes que estáis
adornados de tan generosos y nobles sentimientos y que yo no soy más
que un jefe a quien vosotros impulsáis con vuestros hechos, con vuestro
ardor, con vuestro patriotismo. Sí, os seguiré imitando en vuestras
acciones y con todo el entusiasmo de que sólo son capaces los hombres
libres para sacar a sus hermanos de la opresión.
"Ea, pues, soldados de la Patria, no olvidéis jamás que vuestra obra es
de Dios; que él nos ha concedido esta bandera, que nos manda que la
sostengamos, y que no hay una sola cosa que no nos empeñe a mantenerla
con el honor y el decoro que le corresponde. Nuestros padres, nuestros
hermanos, nuestros hijos, nuestros conciudadanos, todos, todos fijan en
nosotros la vista y deciden que a vosotros es a quienes corresponderá
todo su reconocimiento si continuáis en el camino de la gloria que os
habéis abierto. Jurad conmigo ejecutarlo así, y en prueba de ello
repetid: ¡Viva la Patria!".
Tres meses más tarde se produjo otro hecho terriblemente grandioso.
Corría el mes de julio y las fuerzas de los realistas, poderosas y bien
equipadas, amenazaban destruir totalmente lo poco que se había ganado a
fuerza de sacrificio y de coraje. Del norte venían avasallándolo todo a
su paso. La orden de Belgrano fue terminante y precisa: no debería
quedar nada que fuese de provecho para el adversario: ni casa ni
alimentos ni un solo objeto de utilidad. Todo fue quemado o
transportado a lomo de mula, de caballo, de burro... hasta el último
grano de la última cosecha.
El 23 de agosto de 1812, la revolución continuaba en el
éxodo del pueblo jujeño.
El célebre bando de Belgrano, del 29 de julio, comenzaba diciendo:
"Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra
defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las
Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado
con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal
al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son
llamados por los desnaturalizados que viven entre nosotros y que no
pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad,
propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud. Llegó,
pues, la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a
reuniros al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser
libres...".
En ese acto sintió Belgrano que se identificaba totalmente con el
destino del pueblo que él sacrificaba. Por eso, lo hizo depositario y
guardián de la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil. Adoptada en
el año 1994 como Bandera de la Provincia de Jujuy mediante Ley
provincial Nº 4816.
La Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil fue
originalmente, de 165 por 146 cm, está confeccionada en tela de raso;
consta de tres paños y lleva pintado el escudo aprobado por la Asamblea
General Constituyente de 1813.
Este emblema fue conservado durante muchos años en distintos lugares.
El primer depositario de tan preciado tesoro fue el Cabildo, así lo
manifiesta el Acta Capitular del 29 de mayo de 1813. La segunda morada
fue la Iglesia Catedral, para luego ser trasladada, por problemas en la
conservación a la Honorable Legislatura donde se le construyó un
templete para conservarla de manera correcta.
Corría el año 1927 cuando se inauguró el Salón de la Bandera
especialmente dedicado a su veneración dentro de la Casa de Gobierno
recientemente construida en el año 1921. Lugar donde mora desde
entonces ya que a partir de una Ley provincial de 1920, se dispuso que
la enseña no puede ser trasladada de la ciudad de San Salvador de
Jujuy, capital de la provincia, en ningún caso, con el propósito de una
adecuada conservación.
Anteriormente, la reliquia histórica salió de Jujuy en varias
oportunidades, debido a las vicisitudes de las guerras y a los
homenajes que se le tributaron fuera del territorio provincial. Así fue
como en 1898 fue trasladada hasta la ciudad e Rosario donde presidió
los actos conmemorativos a la instalación de la piedra fundamental del
Monumento a la Bandera. En 1906 también visitó la ciudad e Tucumán al
conmemorase un nuevo aniversario del Independencia Nacional.
Debido a la importancia histórica del Lábaro el Congreso Nacional
sanciona la Ley 8220 donde se decide conmemorar en la Ciudad de San
Salvador de Jujuy el Centenario del primer juramento y bendición a la
primera Bandera argentina.
La valoración histórica de este símbolo es inmensa, ya que a su
alrededor giran un cúmulo de circunstancias de hondo recuerdo para el
pueblo argentino; habiendo sido los habitantes de Jujuy los honrados
con la participación primigenia en acontecimientos trascendentales para
la vida de la Nación. Este año se conmemora el 180º Aniversario, y este
Cuerpo no puede quedar ajeno al reconocimiento del mismo.
Por los motivos expuesto solicito el voto afirmativo de mis pares al
presente proyecto por el cual reitero la solicitud al Poder Ejecutivo
Nacional para que arbitre los medios necesarios para la confección de
una serie de sellos postales conmemorativos a la celebración del 180º
Aniversario a la "Bandera Nacional de Nuestra Libertad Civil".
Guillermo R. Jenefes.-