Número de Expediente 4536/04

Origen Tipo Extracto
4536/04 Senado De La Nación Proyecto De Declaración CAPARROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO AL DIA MUNDIAL DE LA METEOROLOGIA QUE SE CELEBRA EL 23 DE MARZO DE CADA AÑO .
Listado de Autores
Caparrós , Mabel Luisa

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
23-02-2005 02-03-2005 263/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
28-02-2005 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
28-02-2005 28-02-2006

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2006

ENVIADO AL ARCHIVO : 13-09-2006

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-4536/04)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación

DECLARA:

1°) Su entusiasta adhesión al "Día Mundial de la Meteorología" a celebrarse
el 23 de marzo de cada año, e instituído por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en reconocimiento al aporte de esta ciencia en el desarrollo
de la humanidad y en ocasión de cumplirse el 55° Aniversario de la creación
de la Organización Meteorológica Mundial.

2°) Su reconocimiento a los hombres y mujeres argentinos que integran el
Servicio Meteorológico Nacional y que contribuyen con esfuerzo y
profesionalismo al desarrollo de esta ciencia en nuestro país.

Mabel L. Caparrós.


FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Ciencia, Tecnología, Comunicación y Educación son los cuatro pilares básicos
donde se asienta el desarrollo de las naciones y sus pueblos. Desde tiempos
pretéritos el hombre ha sabido conjugar su sed de progreso y conocimiento
con la necesidad de comp loopbrobación científica respecto de sus teorías y
postulados. Mientras que la ignorancia afirma o niega rotundamente, la
ciencia duda, replantea y cuestiona para finalmente convertirse en la
estética de la inteligencia.

Luis Pasteur dijo en una oportunidad que la ciencia era el alma de la
prosperidad de las naciones y la fuente de vida de todo progreso. Pese a
ello, uno de los problemas acuciantes a nivel mundial en el momentol, es la
indefinición acerca de cómo hacer un uso eficaz de los recursos científicos
y tecnológicos para acelerar el desarrollo socioeconómico. Un ejemplo
palmario es el desaprovechamiento de la ciencia meteorológica y de su
tecnología, debido al desconocimiento que existe acerca de sus alcances y de
su rol preponderante como factor de expansión económica.

La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas ha efectuado un
audaz relevamiento cuyo resultado resulta cuanto menos alarmante. Los países
con menor grado de desarrollo no tienen plena conciencia del soporte que la
meteorología puede brindar para aminorar e inclusive evitar desequilibrios
socioeconómicos producidos por un desastre natural. En cambio, los países
altamente industrializados tienen en claro las ingentes pérdidas que el
eficaz aprovechamiento de la meteorología puede evitar, así como las
ganancias que su correcto uso puede llegar a redituar. Así se acepta
totalmente la contribución de esta ciencia para racionalizar la agricultura,
para el aprovechamiento del agua o para la ejecución de grandes obras de
infraestructura.

Con el objeto de rediseñar políticas encaminadas a facilitar el acceso de
todos los países del orbe al aprovechamiento de esta rama del conocimiento
científico, de vital importancia para la optimización de los recursos
económicos y naturales de las naciones, la Asamblea General de las Naciones
Unidas ha instituído el día 23 de marzo como "Día Mundial de la
Meteorología". Ello en conmemoración de la firma en 1950 del Convenio de
creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), como organismo
intergubernamental especializado de Naciones Unidas, para asegurar la
cooperación internacional en materia meteorológica. Precisamente se
celebrará en el 2005 el 55° Aniversario de la creación de la Organización
Meteorológica Mundial.

Fenómenos meteorológicos como el Niño, la Niña, huracanes, ciclones
tropicales, sequías, nevadas e inundaciones son eventos que golpean sin
distinción las diversas regiones del planeta, y al presentarse cíclicamente,
sus efectos devastadores ponen de manifiesto que la humanidad sigue siendo
vulnerable frente a ellos.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial se estima que los
desastres naturales cobran anualmente cerca de 250.000 vidas humanas y
producen daños materiales que oscilan entre 50 mil y 100 mil millones de
dólares. Tan sólo en 1991, la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
reportó que más del 90 por ciento de las víctimas obedecieron a catástrofes
relacionadas con sequías, inundaciones y vendavales.

Los daños por inundación, se acentúan por la presencia de asentamiento
humanos en zonas propensas a inundaciones como los cauces naturales en zonas
bajas, y son más severos porque el agua se concentra rápidamente y en mayor
volumen a consecuencia de la pérdida de la cobertura vegetal originada por
la deforestación. En contraste, cuando la escasez de lluvia se mantiene
durante períodos prolongados se generan sequías que afectan el
abastecimiento de agua a las poblaciones, produciendo daños a la
agricultura, ganadería y otras actividades económicas.

Ante este panorama, impulsar una cultura de la prevención es fundamental,
porque las personas requieren conocer cuáles fenómenos meteorológicos u
oceanográficos pueden afectar cada año la región donde viven y qué medidas
de seguridad habrán de tomar ante el embate de éstos. En ese sentido, la
observación y monitoreo del estado del tiempo, así como los programas
preventivos realizados por la Organización Meteorológica Mundial y los
Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales -como el Servicio
Meteorológico Nacional en el caso de Argentina- adquieren especial
relevancia, ya que posibilitan alertar oportunamente a las autoridades y
ciudadanía sobre el origen, evolución, intensidad y trayectoria de los
fenómenos hidro- meteorológicos extremos.

Grande ha sido el aporte de la meteorología en el desarrollo de la humanidad
al punto de ser innumerables los desastres y fracasos sufridos por los
países que intentaron llevar adelante planes no evaluados en su factibilidad
técnica por meteorólogos. Dan cuenta de esto el dramático e irreparable
error cometido en la destrucción de la selva amazónica; los intentos
fallidos de cultivos intensivos de especies en lugares inadecuados; la
destrucción de obras por la acción de fuertes vientos, colapsos de represas
y obras hidroeléctricas por causa de ríos en crecida, etc. En la mayoría de
los países se han instalado industrias pesadas o asentamientos urbanos sin
tener en cuenta aspectos meteorológicos tales como la radiación, fuentes
contaminantes o vientos prevalecientes.

Esta falta de previsión y de asesoramiento adecuado lleva a quienes diseñan
políticas urbanísticas y sociales a trabajar en contra de los fenómenos
meteorológicos en lugar de tratar de estudiarlos y de ajustarse a ellos. Las
estadísticas de muerte y destrucción por catástrofes naturales demuestran
que las decisiones tardías no sirven para evitar las altas pérdidas que
muchas veces afectan a toda una nación. Así por falta de asesoramiento
nuestro país ha privatizado las líneas ferroviarias, sin prever quién se
hará cargo de las redes de observación pluviométricas que funcionaban en las
estaciones ferroviarias, monitoreando las escalas de precipitaciones en todo
el territorio nacional.

En el otro extremo, existen determinados países donde la obligatoriedad del
asesoramiento meteorológico tiene fuerza legal. En Israel, por ejemplo, las
compañías aseguradoras exigen el aval de un informe meteorológico para el
aseguramiento de cosechas en determinados lugares.

Esto demuestra que en muchos países existe una conciencia clara del aporte
benéfico de esta ciencia en el desarrollo y progreso socio económico de las
naciones. Es necesario que ese conocimiento se expanda y sus beneficios
puedan ser aquilatados aún por las naciones menos desarrolladas del mundo,
quienes a través de tristes experiencias, saben que cuesta mucho menos
prever un desastre que tratar de solucionarlo o mitigar sus consecuencias,
una vez que éste se ha producido.

Por los motivos expuestos y haciendo propicia esta ocasión para rendir un
merecido homenaje a los hombres y mujeres que integran nuestro Servicio
Meteorológico Nacional, solicito de mis pares la aprobación del presente
Proyecto de Declaración.

Mabel L. Caparrós.