Número de Expediente 4476/04

Origen Tipo Extracto
4476/04 Senado De La Nación Proyecto De Resolución CAPARROS :PROYECTO DE RESOLUCION ADHIRIENDO A LOS ACTOS CONMEMORATIVOS DEL 8 DE MARZO AL CELEBRARSE EL " DIA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS DE LA MUJER " Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS .-
Listado de Autores
Caparrós , Mabel Luisa

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
03-02-2005 02-03-2005 259/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
04-02-2005 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
ORDEN DE GIRO: 1
07-02-2005 09-03-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 28-04-2005

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 09-03-2005
SANCION: APROBO
COMENTARIO: SOBRE TABLAS
NOTA:C/S.-4513/04,45.80,106,119,120,122,127,136,168,173,174,188,192, 203,205 Y 214/05.-
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-4476/04)

PROYECTO DE RESOLUCION

El Senado de la Nación

RESUELVE:

1°) Adherir a los actos conmemorativos del 8 de marzo al celebrarse mundialmente el "Día
de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer", exhaltando su condición de célula fundamental de
nuestra sociedad.

2°) Rendir un justo homenaje a todas y cada una de las mujeres argentinas de ayer y de
hoy, sin cuyo aporte muchas páginas de nuestra historia estarían vacías de contenido.

Mabel L. Caparros

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente :

El día 8 de marzo de 1908 ciento veintinueve trabajadoras de una lúgubre fábrica
suburbana decidieron reclamar por algunas claraboyas por donde entrara luz y aire y algo menos de sus 14
horas de trabajo diario. El dueño no dudó en incendiar el edificio tras haber encerrado a las mujeres en
la planta. Pudo calcinar sus cuerpos pero no sus ideas, que se elevaron y marcaron el inicio de un proceso
sin retorno: la lucha femenina por el reconocimiento de sus derechos.

Esta fecha no se ha incorporado en forma trascendente en la memoria del obrero
mundial, a pesar de haber sido elegida por la Organización de las Naciones Unidas, muchos años después,
como el Día Internacional de la Mujer. Todos recordamos a los "Mártires de Chicago" y en su homenaje el
mundo entero celebra el 1° de Mayo como el día de los Trabajadores. En cambio, pocos guardan en la memoria
a las mujeres asesinadas pocos años después en Nueva York.

Hay muchas lecturas posibles de la historia de las mujeres trabajadoras o políticas, pero
todas están signadas por la discriminación, la exclusión, la falta de derechos civiles, la subordinación
social y la explotación laboral. En el siglo XVIII el trabajo de la mujer fue declarado "deshonesto e
infamante" y lo curioso es que dos siglos después podríamos asignar estos calificativos a millones de
hombres en el mundo. Nuria Espert dijo una vez que cuando se habla de la liberación de la mujer, el hombre
dice sí con la palabra, sí con la cabeza y no con el corazón.

Sin embargo este inicio de siglo y de milenio marca un hito trascendente. La
tradicional postergación de la mujer y sus causas, felizmente han sido puestas en tela de juicio. A partir
de las diferencias biológicas se ha pretendido levantar murallas sociales, culturales y económicas, que se
ha extendido inclusive al menoscabo en el ejercicio de sus derechos inalienables. Es por eso que
como legisladora sostengo que a nivel mundial, existe una deuda social con las mujeres que necesita
urgentemente ser reparada. No será posible que los países se desarrollen sanamente y se capitalicen
mientras no se elimine ese cepo llamado "Discriminación Femenina", que equivale a desperdiciar nada menos
que un valioso 50% de la capacidad productiva mundial.

Al fin y al cabo, si las mujeres representan el 51% de la fuerza laboral del mundo, el 53%
del electorado, y el 40% son jefas de familia, la mejor manera de empezar es respetar la aritmética para
retomar el buen camino. De hecho, cuántos avances en el mundo han producido las mujeres, con su mente
lúcida, constante y comprometida. Han recibido de Dios ese carisma natural propio, mezcla de aguda
sensibilidad, sentido de lo concreto y providencial amor, que las transforma además en únicas por el hecho
de gestar en su vientre la continuación de la especie. Afortunadamente las mujeres son distintas a los
hombres, pero todo aquel que crea que por ello son inferiores se insulta a sí mismo y a la especie humana.

Desde siempre las mujeres argentinas se plantaron mano a mano junto a los hombres
y ofrecieron su capacidad de lucha y su inteligencia para producir un mundo mejor para las generaciones
venideras. El sexo nunca fue impedimento para que Juana Azurduy empuñara sus armas en pos de la libertad y
la independencia. Mujeres excepcionales como Machaca Guemes, Mariquita Sánchez de Thompson, Encarnación
Ezcurra, Alicia Moreau de Justo y tantas otras, escribieron páginas de la historia argentina a fuerza de
valor, entrega y coraje. Hoy nadie puede discutir la figura de la señora Eva Perón, quien levantó la
bandera de la reivindicación de los derechos políticos de la mujer, reconociéndoles los derechos que una
sociedad machista e insensible les negaba. La mujer argentina accedió al voto a través de ella y gracias a
ella, dándoles a las mujeres no solo el derecho al sufragio sino también a estar sentadas en las bancas
del Congreso Nacional, de las provincias, de los Consejos Deliberantes y de cualquier otra estructura
política o partidaria.

Esta participación femenina en la política afortunadamente tiene lugar en todo el
mundo, y cada vez con mayor intensidad. Con satisfacción debemos reconocer que la Argentina hoy está
ubicada dentro de los índices más altos de participación de la mujer en política de todos los países de
América Latina. Este es un orgullo concreto en primer lugar para las mujeres argentinas, porque significa
que su larga lucha ha dado sus frutos, logrando la sanción de la Ley de Cupos Femeninos para ocupar un
mínimo del 30% de los cargos electivos. Este sistema, imperante solo en 7 siete países del mundo, fue
necesario atento que, pese al reconocimiento de los derechos civiles de la mujer en 1947, la
representación femenina en las Cámaras del Congreso y en las Legislaturas provinciales fue disminuyendo
sensiblemente en cada instancia electoral.

La Reforma a nuestra Carta Magna también marcó un hito, al incorporar expresamente con
rango constitucional la "Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer", así como la consagración en el artículo 37 de la igualdad de oportunidades para ocupar cargos
electivos, y la acción de Amparo contra cualquier forma de discriminación. Asimismo, por el artículo 75
inciso 22, tienen rango constitucional todos los Tratados y Convenciones de Derechos Humanos, lo cual
constituye un avance extraordinario que coloca a nuestra carta fundamental en una situación de avanzada
respecto al constitucionalismo mundial.

Cuando luego de una guerra devastadora los países del mundo se unieron para formar
las Naciones Unidas, uno de sus objetivos fue lograr que los derechos de la mujer sean universales, por
entender que la discriminación contra la mujer impide el progreso de todo tipo de desarrollo económico y
social. La Organización de Naciones Unidas en resguardo de los derechos de la mujer, ha generado Tratados
y Convenciones internacionales que, al ser divulgadas y reconocidas mundialmente, han obligado a más de
cien países a efectuar ajustes en sus leyes nacionales para adaptarlas a estas normas de derecho
internacional.

Algún constitucionalista dijo una vez que la democracia es el marco moral en que
los derechos sagrados del ser humano pueden realizarse. Nuestro país no fue una excepción, por el
contrario, el reconocimiento y el avance de los derechos civiles, sociales y políticos de las mujeres se
vinculan estrechamente con el proceso de democratización iniciado en 1983.


No puedo dejar de hacer referencia a algunas leyes fundamentales dictadas desde nuestro
retorno a la vida democrática y que fueron herramientas esenciales para romper la tradición del atraso, la
inferioridad y la discriminación de la mujer en nuestra sociedad. Una de ellas es la "Ley de Patria
Potestad Compartida y de Equiparación de los Hijos nacidos dentro y fuera del Matrimonio", la cual
permitió terminar con la injusticia que impedía reconocer a la mujer los mismos derechos que al hombre
dentro de la célula fundamental de la sociedad, la familia. Esto constituyó un avance positivo para toda
la sociedad, pero especialmente para las mujeres, al igual que la ley de divorcio vincular, que terminó
con la situación de clandestinidad e ilegitimidad cuyo mayor disvalor social pesaba sobre las mujeres y
sus hijos a quienes se llegó a denominar "adulterinos" o "ilegítimos". La Ley de Adopción, de Asignaciones
Familiares, de Régimen Previsional del Ama de Casa y tantas otras constituyen un avance positivo para toda
la sociedad, y tuvieron entre sus más enérgicas defensoras a las mujeres legisladoras que intervinieron en
su sanción.

Nadie puede a esta altura negar que han sido los hombres quienes manejaron el
mundo desde el inicio de la historia. Ni tampoco que han provocado guerras, holocaustos, devastación e
inequidad. En lo personal creo sin temor a equivocarme que serán las mujeres en general quienes tendrán en
sus manos el inmenso desafío de dotar a este nuevo siglo de un contenido ético, donde los valores
esenciales del ser humano puedan manifestarse y expresarse.

Por las razones expuestas solicito de mis pares la aprobación del presente
Proyecto de Resolución.

Mabel L. Caparros