Número de Expediente 424/03

Origen Tipo Extracto
424/03 Senado De La Nación Proyecto De Ley SAPAG : PROYECTO DE LEY DEJANDO SIN EFECTO EL DECRETO DE NECESIDAD Y URGENCIA 435/03 , SOBRE MODIFICACIONES AL PRESUPUESTO 2003 , EN LO REFERENTE A LOS FONDOS DESTINADOS PARA LAS UNIVERSIDADES NACIONALES Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS .-
Listado de Autores
Sapag , Luz María

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
02-04-2003 09-04-2003 30/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
03-04-2003 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE PRESUPUESTO Y HACIENDA
ORDEN DE GIRO: 1
03-04-2003 28-02-2005
DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES
ORDEN DE GIRO: 2
03-04-2003 28-02-2005

ORDEN DE GIRO: 3
03-04-2003 20-02-2005

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 06-09-2005

OBSERVACIONES
Boletín de Novedades Nro 3 (9-4-03): Dado cuenta cambio de giro a comisiones.
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-424/03)
Proyecto de Ley

El Senado y Cámara de Diputados,...

Art. 1° - Déjase sin efecto el Decreto de Necesidad y Urgencia N°
435/03, del día 28 de febrero, publicado en el boletín oficial el 3 de
marzo de 2003, sobre modificación del Presupuesto de la Administración
Pública Nacional, Ley 25.745, en lo referente a los fondos destinados a
Universidades Nacionales.

Art. 2° - Rátificase el concepto detallado en la planilla Anexa al
Artículo 22 de la ley 25.745.

Art. 3° - El Poder Ejecutivo Nacional, a través de su Jefatura de
Gabinete de Ministros, deberá fundamentar previamente ante el H.
Congreso de la Nación, toda modificación que afecte fondos destinados
a la educación.

Art. 4 ° - Comuniquese al Poder Ejecutivo.-

Luz María Sapag.-










FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Un pensador, político e historiador francés del siglo XIX, J. Michelet,
al ser preguntado por sus alumnos y discípulos sobre cuál es el primer
deber de la política; responde: la educación. Sus alumnos y discípulos
vuelven sobre el maestro para preguntarle por el segundo deber de la
política. La respuesta es idéntica: la educación.

De aquellas respuestas han pasado ya más de siglo y medio, pero mi
pensamiento hoy, a principios del S. XXI, se mancomuna con el de aquel
hombre de Francia: el primer deber de la política y el segundo deber de
la política es la educación. Pero, por lo que parece, no todos en la
dirigencia política argentina piensan igual.

Ese no pensar bajo tales principios tal vez tenga su origen en el
desconocimiento del hecho que la educación es el medio más apto para
levantar el alma y desarrollar las facultades. Ella es la que prepara a
cada mujer y cada hombre para que lleve una vida verdaderamente humana,
es decir, digna de un ser razonable y libre, y en la cual encuentre la
felicidad.

Los dirigentes debemos poner el acento en el reconocimiento de que la
educación es aquella actividad humana que impulsa a los individuos a
adquirir las cualidades morales y las virtudes sociales. Y, desde ese
núcleo, defenderla en todo y como un todo que hace al presente y al
futuro de la nación.

Señor Presidente, para que ello sea ese todo de presente y de futuro,
estamos constantemente obligados a incrementar los recursos que le
destinamos. Estamos obligados, porque como con justas palabras lo ha
expresado el señor Rector de la Universidad de Buenos Aires "la
existencia misma de la Argentina está en peligro debido a la profunda
crisis educativa."

En un parágrafo de una presentación que en 1999 hizo el actual Rector
de la UBA en la Reunión Anual de la Asociación de Bancos de la
Argentina, puesto bajo el subtítulo "La Crisis y la Dirigencia" puso
una cita textual que refiere a un informe presentado a comienzos de la
década de los años ochenta. En ese informe se lee:

"Nuestra nación está en peligro. Nuestra preeminencia en el comercio,
la industria, la ciencia y la innovación tecnológica, que en algún
momento no conoció rivales, está pasando a manos de competidores de
todos el mundo. Los pilares educativos de nuestra sociedad están siendo
erosionados por una marea creciente de mediocridad que amenaza nuestro
futuro como nación y como pueblo. Si una potencia extranjera enemiga
hubiera intentado imponer sobre nuestro país la actual mediocridad
educativa, lo hubieramos visto como un acto de guerra."

Informe descarnado sobre una realidad. Pero más interesante y más duros
aparecen en dimensión y grosor esos conceptos cuando se pone atención
al hecho que los autores de ese informe son líderes sociales de los
Estados Unidos que provienen de las más diversa extracción.

La pregunta que aquí cabe es la siguiente: ¿Los dirigentes de
Argentina, somos conscientes de la crisis y de lo afectada que está
nuestra educación? La respuesta está a la vista. No. Y, los hechos lo
demuestran.

Debemos revertir ese no; y para ello es necesario no permitir que se
tomen decisiones cuya ecuación matriz es gastar menos en educación.

Esa ecuación esta prohibida si queremos ser un país grande. No hay
ningún país importante dentro del contexto internacional que gaste poco
en educación. Los países importantes gastan mucho en educación. Ello es
así porque sus dirigentes tienen conciencia clara que la educación no
es un producto sustituible y mucho menos producto negociable.

Señor Presidente, el Decreto del Poder Ejecutivo nacional 435/03 tocó
los recursos de nuestra educación pública universitaria, y alegando
necesidad y urgencia los derivó a fines de asistencia social. Por
cierto, los fines a los que se ven volcados esos recursos no son para
nada y ni en lo mínimo reprochables, es más, son laudables y hacen a la
presencia del Estado en los lugares donde realmente debe estar; pero lo
que sí es reprochable es del concepto del cual se extrajeron.

¿Qué dicen los datos del presupuesto nacional de las universidades
públicas?

Dicen lo siguiente: el Presupuesto Nacional se incrementó en el 2003,
respecto de 2002, en un 54 %. Por su parte, el presupuesto de las
universidades nacionales se incrementó en 11%; pero el decreto 435/03
reduce ese aumento al 8%. Traducida esa reducción a valores nominales
en pesos alcanza la suma de cincuenta y siete millones de pesos ($
57.000.000).

Sumase a esa baja en el presupuesto el hecho que el gobierno nacional,
desde hace algún tiempo, no envía a la universidades la totalidad de
los fondos que le fueran asignados oportunamente por este H. Congreso.
Esa deuda asciende a cuatrocientos ochenta y nueve millones de pesos
($ 489.000.000).

Señor Presidente, conocido esto, voy a dar continuidad a mi línea
argumentativa sobre la realidad presupuestaria de nuestras
universidades tomando como caso modelo y testigo el de la Universidad
Nacional del Comahue. Ello, en primer lugar, por ser una universidad
con sede en mi provincia; en segundo lugar, por tener de ella un
conocimiento más cercano; y, en tercer lugar, por reconocer que como
caso típico no se aparta en un ápice de la realidad presupuestaria y
financiera de las demás universidades nacionales del país.

El presupuesto anual de la Universidad Nacional del Comahue es de
aproximadamente cuarenta y cinco millones de pesos, y actualmente la
deuda del Estado asciende a quince millones y medio de pesos.

En cuanto a su alumnado en el ciclo lectivo 2003, su número se ha
incrementado respecto del año anterior en un 26%, esto es 1.800 nuevos
inscriptos, y los ingresantes han llegado al número de 7000.

Su cuerpo docente está compuesto por 2000 profesores, y sólo el 50 % se
encuentra regularizado como tal. La posibilidad de regularizar a la
mitad faltante se encuentra impedida por falta de fondos.

El 70 % de los profesores recibe por hora de trabajo una remuneración
que oscila entre los dos y cuatro pesos. Al respecto los comentarios
son hueros, el monto lo dice todo.

A la Universidad del Comahue se le han recortado en su asignación
presupuestaria en el trienio 2000-2002 un total de ocho millones
trescientos ochenta y ocho mil setecientos treinta y seis (8.388.736)
pesos. Total que se discrimina anualmente de la siguiente manera: año
2000, un millón ciento nueve mil setecientos setenta (1.109.770)
pesos, lo cual representa un 2,66 %; año 2001, tres millones quinientos
setenta y seis mil ochocientos ochenta y cinco (3.576.885) pesos, 8,43
% de lo presupuestado; año 2002, tres millones setecientos un mil
novecientos setenta y uno (3. 701.971) pesos, 8,43 de lo presupuestado.

Actualmente, se le deben a la Universidad Nacional del Comahue 12 meses
de gastos de funcionamiento, lo cual suma un total de siete millones
ciento sesenta y ocho mil ciento diez y ocho /83 (7.168.118,83) pesos.

Señor Presidente, estos números reflejan de manera nítida y diáfana una
realidad; la realidad de un ahogo financiero insoportable de nuestras
universidades públicas.

Voy a volver, para poner fin a los fundamentos de este proyecto, a
otras palabras del señor Rector de la Universidad de Buenos Aires;
palabras con las cuales cierra una solicitada aparecida en los
principales diarios de la Capital Federal. Allí expresa:
"Aunque sus puertas permanezcan abiertas, una universidad puede
cerrarse poco a poco, insensiblemente."

"La sociedad argentina no está en condiciones de desentenderse del
destino de sus universidades públicas porque ellas constituyen un
capital del que depende, en gran medida, su propio futuro. Por eso,
debe exigir a sus representantes que alienten su normal
funcionamiento."

Señor Presidente, quiero hacer mías esas palabras, y con ellas
solicitarle a los miembros de esta H. Cámara que me acompañen con su
voto positivo para que este proyecto de ley sea aprobado. Luz

María Sapag.-