Número de Expediente 4219/05
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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4219/05 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | CAPARROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO AL DIA MUNDIAL DE LA METEOROLOGIA QUE SE CELEBRA EL 23 DE MARZO DE CADA AÑO . |
Listado de Autores |
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Caparrós
, Mabel Luisa
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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24-02-2006 | 08-03-2006 | 208/2005 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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01-03-2006 | 24-04-2006 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
01-03-2006 | 24-04-2006 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 23-06-2006
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 10-05-2006 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
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227/06 | 27-04-2006 | APROBADA |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-4219/05)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1°) Su adhesión al ¿Día Mundial de la Meteorología¿ que se celebra el 23 de marzo de cada año, y que fuera instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en reconocimiento al aporte de esta ciencia en el desarrollo de la humanidad.
2°) Su reconocimiento a los integrantes del Servicio Meteorológico Nacional, que contribuyen con esfuerzo y profesionalismo a la prevención de desastres derivados de fenómenos climáticos en nuestro país.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El día 23 de marzo se celebra en todo el mundo el ¿Día Meteorológico Mundial¿, en conmemoración de la firma en 1950 del Convenio de creación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), como organismo intergubernamental especializado de Naciones Unidas, para asegurar la cooperación internacional en materia meteorológica. Precisamente se celebrará en el 2006 el 56° Aniversario de la creación de la Organización Meteorológica Mundial.
Fenómenos meteorológicos como el Niño, la Niña, huracanes, ciclones tropicales, sequías, nevadas e inundaciones son eventos que golpean sin distinción las diversas regiones del planeta, y al presentarse cíclicamente, sus efectos devastadores ponen de manifiesto que la humanidad sigue siendo vulnerable frente a ellos.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial se estima que los desastres naturales cobran anualmente cerca de 250.000 vidas humanas y producen daños materiales que oscilan entre 50 mil y 100 mil millones de dólares. Tan sólo en 1991, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reportó que más del 90 por ciento de las víctimas obedecieron a catástrofes relacionadas con sequías, inundaciones y vendavales.
Los daños por inundación, se acentúan por la presencia de asentamiento humanos en zonas propensas a inundaciones como los cauces naturales en zonas bajas, y son más severos porque el agua se concentra rápidamente y en mayor volumen a consecuencia de la pérdida de la cobertura vegetal originada por la deforestación. En contraste, cuando la escasez de lluvia se mantiene durante períodos prolongados se generan sequías que afectan el abastecimiento de agua a las poblaciones, produciendo daños a la agricultura, ganadería y otras actividades económicas.
Ante este panorama, impulsar una cultura de la prevención es fundamental, porque las personas requieren conocer cuáles fenómenos meteorológicos u oceanográficos pueden afectar cada año la región donde viven y qué medidas de seguridad habrán de tomar ante el embate de éstos. En ese sentido, la observación y monitoreo del estado del tiempo, así como los programas preventivos realizados por la Organización Meteorológica Mundial y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales -como el Servicio Meteorológico Nacional en el caso de Argentina- adquieren especial relevancia, ya que posibilitan alertar oportunamente a las autoridades y ciudadanía sobre el origen, evolución, intensidad y trayectoria de los fenómenos hidro meteorológicos extremos.
Para reconocer la importante contribución de éstos organismos especializados al desarrollo sostenible en materia de mitigación de desastres, desde 1950 se celebra cada 23 de marzo el Día Meteorológico Mundial, que conmemora la entrada en vigor de un convenio de cooperación internacional firmado por 185 países, incluyendo la República Argentina.
En su mensaje por motivo del Día Meteorológico Mundial del año 2002, el profesor Godwin P. Obasi, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial, informa que al festejo anualmente se añaden jornadas que tratan asuntos de interés general, siendo tema central la reducción de la vulnerabilidad a los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. El Secretario General señaló que "...Los registros del tiempo a corto, mediano y largo plazo son esenciales para evaluar la sensibilidad de diversas regiones a las condiciones meteorológicas y peligros climáticos, a fin de garantizar la preparación de estrategias que permitan a la sociedad organizarse y enfrentar situaciones adversas. Sin tal capacidad de recuperación, todos los fenómenos naturales extremos causarán destrucción y entorpecerán el desarrollo de las naciones".
La experiencia ha demostrado que el contar con un sistema de alerta temprana es una de las medidas preventivas más eficaces para reducir los daños. Cabe citar como ejemplo el caso de Bangladesh, donde en 1970 un violento ciclón tropical cobró 300 mil vidas, mientras que en 1992 y 1994, gracias al mejoramiento de las predicciones, ciclones similares causaron sólo 13 mil y 200 víctimas, respectivamente.
Ante la pregunta ¿cómo realizar un plan eficaz de mitigación de desastres? El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial explica: "Todo plan deberá tomar en cuenta el gran número de fenómenos meteorológicos e hidrológicos que podrían afectar a una región, así como las proyecciones a largo plazo del cambio climático en la elevación del nivel del mar, la agricultura, los recurso hídricos y desastres naturales conexos. En base a ello, los gobiernos advierten su impacto futuro y formulan prioridades. De esta manera, el éxito de un programa preventivo se debe básicamente a la certeza del pronóstico que alerta con anticipación la ocurrencia del fenómeno, y al factor humano que percibe los riesgos y toma decisiones. Empero, continua, algunos países requieren perfeccionar sus planes gubernamentales de mitigación de desastres y actualizar todos sus sistemas de predicción atendiendo los avances de la ciencia y la tecnología.
Entre las principales líneas científicas y técnicas que coordina la Organización Meteorológica Mundial figura el Programa de Vigilancia Meteorológica Mundial que diariamente permite compartir entre los países miembros información climática por tierra, mar y aire, al recopilar y procesar datos mediante cuatro satélites meteorológicos geoestacionarios (obtienen imágenes en tiempo real), seis de órbita polar (dan imágenes de alta definición), 10 mil estaciones de observación terrestre, 250 más de observación atmosférica, siete mil buques y 300 sistemas en aeronaves, equipadas con estaciones meteorológicas automáticas.
El sistema trasmite minuto a minuto más de 15 millones de datos y dos mil mapas del tiempo a través una red de alta velocidad formada por tres centros meteorológicos mundiales, 35 regionales y 183 nacionales, que colaboran en la preparación de los informes y avisan sobre ciclones tropicales, sequías, inundaciones, fuegos forestales, desechos nucleares, cenizas volcánicas y otros contaminantes presentes en la atmósfera.
Por otro lado, para comprender y pronosticar la variabilidad de fenómenos como el Niño y la Niña, la Organización Meteorológica Mundial ha preparado modelos basados en conjuntos de datos internacionales, concentrados desde 1979 en el Programa Mundial sobre el Clima y recientemente en el de Investigaciones Climáticas. Los modelos han demostrado claramente la manera en que los cambios de temperatura en el Océano Pacífico pueden afectar los patrones meteorológicos del planeta, y aunque todavía se encuentran en desarrollo, se espera que den alerta temprana de fenómenos climáticos significativos y sirvan para analizar la vulnerabilidad, evaluar los riesgos y prevenir a las comunidades a más largo plazo. A su vez, la Organización Meteorológica Mundial coordina un proyecto de transferencia de tecnología que ha llevado computadoras y software de gestión de datos a más de 130 países en desarrollo, y otro que rescata y almacena en microfilms manuscritos antiguos evitando su pérdida total.
En particular, la Organización Meteorológica Mundial participa activamente en la aplicación de la Estrategia Internacional para la Reducción de los Desastres y se ha asociado con otras organizaciones en el sector salud, agricultura, gestión de recursos hídricos, ayuda humanitaria y turismo, que aportan conocimientos científicos sobre fenómenos físicos, químicos y biológicos ocurrentes en la Tierra, y proponen estrategias preventivas para todo tipo de eventos extremos.
Con el fin de ofrecer pronósticos reales del tiempo, clima y recursos hídricos en el planeta, la Organización Meteorológica Mundial provee información a través de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales, los cuales recopilan datos de los fenómenos naturales acontecidos en los 185 países miembros. Este enlace, también sirve para llevar a cabo políticas y estrategias en la mitigación de desastres. En opinión de Godwin P. Obasi, los Servicios Meteorológicos y Hidrológicos Nacionales tienen éxito gracias al fortalecimiento institucional y jurídico de las organizaciones locales, regionales, nacionales e internacionales, encargadas de los programas de protección civil; y a la asesoría de los institutos, universidades y centros de investigación. Sin embargo, subraya que pese a los programas y actividades de la Organización Meteorológica Mundial en este rubro, aun falta reducir la brecha entre el nivel de servicios científicos y tecnológicos proporcionados por las naciones desarrolladas y en desarrollo.
"Esta disparidad es causa de gran preocupación para los países miembros, ya que el nivel de interdependencia en la mitigación de desastres resulta elevado. De ahí que los gobiernos deberán modernizar la infraestructura básica de sus sistemas meteorológicos nacionales y efectuar en paralelo planes adecuados de alivio a la pobreza. Así, con apoyo del sector privado y la sociedad, se conseguirá minimizar la vulnerabilidad a los eventos hidrometeorológicos extremos", concluye.
En este sentido la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas ha efectuado un audaz relevamiento cuyo resultado resulta cuanto menos alarmante. Los países con menor grado de desarrollo no tienen plena conciencia del soporte que la meteorología puede brindar para aminorar e inclusive evitar desequilibrios socioeconómicos producidos por un desastre natural. En cambio, los países altamente industrializados tienen en claro las ingentes pérdidas que el eficaz aprovechamiento de la meteorología puede evitar, así como las ganancias que su correcto uso puede llegar a redituar. Así se acepta totalmente la contribución de esta ciencia para racionalizar la agricultura, para el aprovechamiento del agua o para la ejecución de grandes obras de infraestructura.
Innumerables han sido los fracasos sufridos por los países que intentaron llevar adelante planes no evaluados en su factibilidad técnica por meteorólogos. Dan cuenta de esto el dramático e irreparable error cometido en la destrucción de la selva amazónica; los intentos fallidos de cultivos intensivos de especies en lugares inadecuados; la destrucción de obras por la acción de fuertes vientos, colapsos de represas y obras hidroeléctricas por causa de ríos en crecida, etc. En la mayoría de los países se han instalado industrias pesadas o asentamientos urbanos sin tener en cuenta aspectos meteorológicos tales como la radiación, fuentes contaminantes o vientos prevalecientes.
Esta falta de previsión y de asesoramiento adecuado lleva a quienes diseñan políticas urbanísticas y sociales a trabajar en contra de los fenómenos meteorológicos en lugar de tratar de estudiarlos y de ajustarse a ellos. Las estadísticas de muerte y destrucción por catástrofes naturales demuestran que las decisiones tardías no sirven para evitar las altas pérdidas que muchas veces afectan a toda una nación. Así por falta de asesoramiento nuestro país ha privatizado las líneas ferroviarias, sin prever quién se hará cargo de las redes de observación pluviométricas que funcionaban en las estaciones ferroviarias, monitoreando las escalas de precipitaciones en todo el territorio nacional. En el otro extremo, existen determinados países donde la obligatoriedad del asesoramiento meteorológico tiene fuerza legal. En Israel, por ejemplo, las compañías aseguradoras exigen el aval de un informe meteorológico para el aseguramiento de cosechas en determinados lugares.
Esto demuestra que en muchos países existe una conciencia clara del aporte benéfico de esta ciencia en el desarrollo y progreso socio económico de las naciones. Es necesario que ese conocimiento se expanda y sus beneficios puedan ser aquilatados aún por las naciones menos desarrolladas del mundo, quienes a través de tristes experiencias, saben que cuesta mucho menos prever un desastre que tratar de solucionarlo o mitigar sus consecuencias, una vez que éste se ha producido.
Por los motivos expuestos y haciendo propicia esta ocasión para rendir un merecido homenaje a los hombres y mujeres que integran nuestro Servicio Meteorológico Nacional, solicito de mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-