Número de Expediente 4177/06

Origen Tipo Extracto
4177/06 Senado De La Nación Proyecto De Ley PERCEVAL : PROYECTO DE LEY SOBRE LENGUAJE NO SEXISTA .
Listado de Autores
Perceval , María Cristina

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
16-11-2006 22-11-2006 191/2006 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
21-11-2006 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
ORDEN DE GIRO: 1
21-11-2006 28-02-2008

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 29-02-2008

ENVIADO AL ARCHIVO : 07-08-2008

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Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-4177/06)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

LENGUAJE NO SEXISTA

Artículo 1º.- El Estado Argentino, como garante de la igualdad de oportunidades de varones y mujeres, promoverá la utilización de un lenguaje no sexista que tenga en cuenta la presencia, la situación y el papel de las mujeres en la sociedad, tal como ocurre con los varones en la práctica lingüística actual.

Artículo 2º.- Se entiende por sexismo el establecimiento de un deber ser para cada sexo y consiste comprender que existen conductas o características humanas más apropiadas para cada sexo. Por sexismo lingüístico se entiende el empleo de vocablos (sexismo léxico) o la construcción de oraciones (sexismo sintáctico) que, debido a la forma escogida por el hablante y/o escritor/a, y por ninguna otra razón, resulta discriminatoria por razón de sexo.

Artículo 3º.- Con el objeto de hacer efectivo el principio de igualdad de oportunidades y la promoción de la utilización de lenguaje no sexista, el Estado se compromete a:
a) Hacer que la terminología empleada en la administración pública nacional esté en armonía con el principio de igualdad de sexos eliminando todo tratamiento sexista en su producción escrita;
b) Revisar la legislación que instala prácticas sexistas en el tratamiento de las personas que ocupan cargos en la administración pública nacional y promover la reversión de tales prácticas;
c) Constituir un Consejo Asesor en ámbito del Consejo Nacional de la Mujer integrado por las organizaciones de mujeres con reconocida trayectoria en la defensa de los derechos de las mujeres, con el objetivo de elaborar un Manual de Estilo del Lenguaje Administrativo con perspectiva de género, a ser utilizado en los documentos de la administración pública;
d) Incentivar, en colaboración con el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, la enseñanza y utilización de un lenguaje no sexista, que tenga en cuenta la presencia, la situación y el papel de la mujer en la sociedad, en todos los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada;
e) Invitar al Poder Judicial y al Poder Legislativo a que revean los tratamientos sexistas dados a sus integrantes, así como sus actuaciones escritas, y a que adhieran al Manual de Estilo a elaborarse;
f) Fomentar la utilización de un lenguaje libre de sexismo en los medios de comunicación, siendo obligatorio para los medios de comunicación públicos nacionales la adopción de los criterios establecidos en el Manual de Estilo.

Artículo 4º.- Invitase a los gobiernos de las Provincias, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de los Municipios a adherir a la presente ley y a propiciar la eliminación del lenguaje sexista en la administración pública y a adherir al Manual de Estilo del Lenguaje Administrativo.

Artículo 5º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

María C. Perceval.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El lenguaje no sólo refleja sino también influye de múltiples y variadas maneras sobre los roles y status de las mujeres y los varones en nuestra sociedad.

Partiendo de la afirmación de la centralidad del lenguaje en la cultura humana, el proyecto de ley que se pone a consideración tiene la intención de visibilizar la manera en que se utiliza el lenguaje para favorecer un sexo sobre el otro, y revelar la pervivencia de un dispar tratamiento de varones y mujeres.

El lenguaje es un elemento crucial en una multiplicidad de aspectos de la vida humana y, concretamente, la característica singular más importante de los seres humanos. El lenguaje es universal para la humanidad en dos sentidos. En primer lugar, porque todas las culturas humanas han tenido y tienen un lenguaje que es igualmente útil en la formulación de sus ideas. En segundo término, porque el lenguaje es usado por todos los miembros de una sociedad.

Mientras diseñar proyectos, redactar leyes, llevar adelante oficios religiosos o programas de computadoras implica poner en juego habilidades que sólo posee un pequeño grupo dentro de cualquiera de las sociedades dadas, casi la inmensa mayoría de las personas que han superado los tres años de edad hablan. Si un niño o niña no cumple con este estándar de comportamiento, esta conducta, indudablemente, será motivo de consulta médica. Debe destacarse que muchas personas que no pueden hablar u oír como consecuencia de discapacidades físicas, no están privadas del lenguaje. Por ejemplo, en la comunidad sorda, la lengua de señas argentina cumple la misma función que el español del Río de la Plata entre quienes somos oyentes, lo cual demuestra la universalidad del lenguaje entre los seres humanos.

Es menester señalar que se entenderá por sexismo al establecimiento de un deber ser para cada sexo y consiste comprender que existen conductas o características humanas más apropiadas para cada sexo. Y, por sexismo lingüístico, al empleo de vocablos (sexismo léxico) o la construcción de oraciones (sexismo sintáctico) que, debido a la forma escogida por el hablante y/o escritor/a, y por ninguna otra razón, resulta discriminatoria por razón de sexo.

En la actualidad, la sociedad sería imposible sin el lenguaje. Mediante el lenguaje, los seres humanos cooperan entre sí en gran escala y en complejos modelos y es, justamente, el lenguaje el que permite que dichos modelos sean modificados. De esta manera, tanto los modelos como sus modificaciones se transmiten a las generaciones futuras en el entramado básico de las culturas. La tecnología, la arquitectura, la ley, las matemáticas, y la religión sin la existencia del lenguaje no serían sino unos pocas y rudimentarias estructuras humanas. En este proceso, la escritura -invención relativamente reciente de la raza humana- multiplicó la capacidad para preservar y transmitir conocimientos y experiencias y se convirtió en un instrumento tan importante como el habla en las modernas sociedades contemporáneas.

La importancia del lenguaje es reconocida en todas las sociedades humanas. En la cultura occidental, el relato bíblico de la creación equivale a un acto lingüístico: el poner nombre a los animales es la primera actuación llevada a acabo por un humano. El episodio de la Torre de Babel plantea un acto lingüístico de retroceso: la mezcla de las lenguas es un evento decisivo, planteado como un castigo a la humanidad presuntuosa y como una ampliación de la brecha entre los seres humanos y Dios. A otro nivel, las fórmulas mágicas y las palabras obscenas o soeces demuestran que se considera que el lenguaje puede afectar directamente el mundo físico. El poder está en las palabras mismas, no en sus referentes; las palabras de una fórmula deben ser repetidas exactamente, los sinónimos no tienen el mismo efecto, no están permitidos.

La importancia atribuida al lenguaje por las sociedades contemporáneas puede deducirse, también, del sistema educativo. Si bien se invierte una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en enseñar a niñas, niños y adolescentes un correcto uso del idioma materno, la promoción de la enseñanza y utilización de un lenguaje no sexista, que tenga en cuenta la presencia, la situación y el papel de la mujer en la sociedad, en todos los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada, constituye aún una cuenta pendiente.

Por otra parte, cabe destacar que los seres humanos aprenden a juzgar a las personas por la manera en que se expresan y a desconfiar de quienes no usan la lengua de acuerdo a las modalidades prescriptas: miembros de grupos minoritarios deben aprender a imitar el lenguaje de quienes detentan el poder, mientras que quienes pertenecen a un grupo dominante aprenden a descartar y hasta despreciar el lenguaje de ciertas minorías. Aunque la enseñanza de dichas actitudes es implícita, los efectos no son menos reales.

Comúnmente, los individuos no suelen tener en cuenta lo que el lenguaje revela sobre las costumbres de un grupo social y sus creencias sobre el mundo. En muchos casos, la posibilidad de aprender una lengua extranjera permite contar con una primera constatación de las posibles miradas diferenciadas que los pueblos tienen sobre la realidad, lo que implica construir diversas categorizaciones y hablar sobre la experiencia también en forma diferenciada.

Lo cierto es que, al usar el lenguaje, se reflejan los prejuicios de una sociedad de manera subterránea. Resulta imprescindible tener en cuenta que los seres humanos, en ocasiones, no toman conciencia de dicho proceso y hablan ¿naturalmente¿, hasta tanto alguien les llame la atención sobre ese particular. Cabe recordar que, en el último siglo, los nacientes movimientos sociales fueron los que pusieron al descubierto los estereotipos negativos que encerraban ¿inocentes¿ palabras. En lo que hace al movimiento de mujeres, su atención se focalizó en los elementos sexistas presentes en el lenguaje, y, a través de numerosas investigaciones, estableció que las distintas lenguas de la moderna cultura occidental reflejaron, única y continuamente, los valores de los varones blancos de clase media.

En la medida en que surge la conciencia lingüística y se toma conciencia de la existencia y utilización de numerosas palabras negativas para las mujeres -lo que también ocurre con los miembros de diferentes grupos étnicos-, resulta imprescindible comenzar a evitar dichos términos, haciéndose necesario plantear políticas públicas que tiendan a eliminar el uso sexista del lenguaje. Como denunció Toni Morrison (1993), escritora afroamericana y Premio Nobel de Literatura, en su discurso ante la Academia de Suecia: ¿El idioma del opresor representa no sólo la violencia sino que es violencia¿.

Vale observar, a modo de ejemplo, la manera en que los medios de comunicación transmiten noticias políticas: mientras que a las mujeres las mencionan con sus nombres de pila, a los varones se refieren con sus apellidos precedidos, la mayoría de las veces, de los títulos académicos o cargos que ocupan. Con dichas prácticas, los medios de comunicación marcan estatus relativos y el poder que tiene un colectivo social -en este caso, la totalidad de los hombres que se desempeñan en el ámbito político- de cara a otro -claramente, las mujeres-.

Asimismo, debe cuestionarse la utilización de la palabra ¿hombre¿ como sinónimo de ¿humanidad¿, puesto que se las usa indistintamente, y en el mismo discurso, para referirse a los varones o para incluir, sólo en ocasiones, a las mujeres. En el contexto de la sociedad actual, cabe destacar que el empleo del género masculino para designar a las personas de ambos sexos provoca incertidumbre respecto a las personas -sean varones o mujeres- a las cuales se hace referencia. Vale la pena no perder de vista que el lenguaje no es inocente ni neutro. Por el contrario, transmite ideología, interpreta, reproduce culturas, refuerza los valores imperantes en la sociedad y hasta llega a condicionar, en diversas oportunidades, la visión de la realidad. Tal como expresa Yadira Calvo (1990): ¿El lenguaje garantiza el orden patriarcal; heredero y generador a la vez de una vasta tradición sexista, impide percibir lo femenino, lo desvirtúa, lo ignora y lo descalifica¿.

En este sentido, cabe señalar que las recomendaciones acerca de un uso no sexista de la lengua son moneda corriente, en particular, en aquellas revistas científicas, que no aceptan artículos que establezcan diferencias en el trato de varones y mujeres a nivel lingüístico. Al mismo tiempo, numerosas organizaciones cuentan con procedimientos que evitan la discriminación en el lenguaje, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los organismos multilaterales de crédito, como el Banco Mundial (BM) o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros.

Como antecedente de las exigencias de eliminación del sexismo lingüístico, cabe mencionar la Resolución 14.1 -aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en su 24ª Reunión, apartado 1), segundo párrafo, de 1987- en la que se recomienda evitar el empleo de términos que se refieren a un solo sexo, salvo si se trata de medidas positivas a favor de la mujer; la Resolución 109 -aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en su 25ª Reunión, parte dispositiva, tercer párrafo, de 1989- en la que se recomienda, a su vez, promover la utilización del lenguaje no sexista por los Estados miembros; las Recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje del Servicio de Lenguas y Documentos de la UNESCO, de 1990; y la Guía para el uso no sexista del lenguaje del Centro de Investigación para la Acción Feminista (CIPAF, República Dominicana); entre otros.

Al adoptar dichas disposiciones, la UNESCO afirmó que ¿¿habrá quizá quienes piensen que intentar liberar el lenguaje de ciertos usos lingüísticos sexistas equivale a poner la carreta delante de los bueyes, ya que el lenguaje, que refleja los prejuicios sexistas acumulados durante generaciones, no cambiará hasta que la igualdad de las mujeres con los hombres no se sancione realmente en la práctica y, consecuentemente, los prejuicios sexistas que el lenguaje transmite vayan desapareciendo paulatinamente con el tiempo. Sin embargo, pese a su dimensión conservadora y su carga tradicional, el lenguaje -por su estrecha relación dialéctica con el pensamiento- puede cambiar gracias a la acción educativa y cultural, e influir positivamente en el comportamiento humano y en nuestra percepción de la realidad¿.

Corresponde mencionar que, en 1993, la UNESCO revisó sus textos fundamentales con miras a la eliminación de cualquier forma de lenguaje sexista y a la utilización de fórmulas y términos neutros que contribuyeran a modificar actitudes y expectativas que pudieran constituir un obstáculo para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. Ese año, la Conferencia General determinó la necesidad de formular propuestas de modificación de los textos fundamentales teniendo en cuenta concretamente el principio de igualdad entre hombres y mujeres y comunicar dichas propuestas de modificación a los Estados miembros y miembros asociados, con el objetivo de incentivar la adopción de tales medidas en cada país en particular.

En el ámbito legislativo, la Unión Europea -a través del Comité de Ministros del Consejo de Europa- aprobó el 21 de febrero de 1990 una recomendación sobre el sexismo en el lenguaje. Tal medida, promovió en diversos países europeos, como España, la adopción de políticas específicas vinculadas con la materia.

Por último, cabe destacar que la reciente aprobación en el ámbito del Honorable Senado de la Nación del Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) evidencia el compromiso del gobierno del presidente Néstor Kirchner y de la República Argentina de avanzar en la defensa y protección de los derechos de las mujeres.

Por todo lo expuesto, resulta necesario introducir cambios en estas prácticas discriminatorias consideradas como ¿naturales¿ por la gran mayoría de los y las hablantes. La implementación de la igualdad efectiva entre mujeres y varones se enfrenta aún hoy con grandes obstáculos, especialmente los de tipo cultural y social que son los más difíciles de erradicar. Y, como se expuso con anterioridad, el lenguaje representa un papel fundamental en la formación de la identidad social de los individuos por lo que la interacción existente entre el lenguaje y las actitudes sociales no puede desconocerse.

Tal como expresó la escritora, ensayista y literata argentina, Lea Fletcher (1992): ¿Las mujeres tienen que tomar conciencia de la imprescindibilidad del poder y unirse a él para crear un lenguaje que las exprese porque sino terminarán como la ninfa Eco: condenadas a repetir un discurso ajeno que las llevará a su aniquilación¿.

Con el convencimiento de que el sexismo que se refleja en el lenguaje utilizado, a diario, en la administración pública -que hace predominar lo masculino sobre lo femenino- constituye un escollo en el proceso de instauración de la igualdad entre mujeres y varones, en la medida en que oculta la existencia de las mujeres, o lo que es lo mismo, más de la mitad de la población argentina, pongo a consideración de esta Honorable Cámara el presente proyecto de ley.

María C. Perceval.