Número de Expediente 3809/04
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
3809/04 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | FALCO : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES SOBRE LA PLANTA DE SOLVAY ALCALIS DE LA PATAGONIA ( ALPAT ) UBICADA EN RIO NEGRO . |
Listado de Autores |
---|
Falco
, Luis
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
03-11-2004 | 10-11-2004 | 223/2004 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
04-11-2004 | 03-12-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE INDUSTRIA Y COMERCIO
ORDEN DE GIRO: 1 |
04-11-2004 | 03-12-2004 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 06-01-2005
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 22-12-2004 |
SANCION: Com.Art106 |
COMENTARIO: |
NOTA:DESP. N° 505 |
PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS
ORIGEN | TIPO | NUMERO | FECHA | AR |
---|---|---|---|---|
PE | RP | 561/06 | 09-01-2007 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3809/04)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación,
Se dirige al Poder Ejecutivo nacional a fin de que por medio de las
autoridades del Ministerio de Economía y, en particular, de la Secretaría de
Industria, se informe sobre los siguientes aspectos relacionados con la
planta de soda solvay Alcalis de la Patagonia (ALPAT), ubicada en San
Antonio Oeste, provincia de Río Negro:
1.- ¿Qué tipo de beneficios económicos ha otorgado el Estado nacional a
Alcalis de la Patagonia, en qué conceptos, en qué fecha y a qué monto
ascienden?
2.- ¿El Estado nacional otorgó avales para que Alcalis de la Patagonia
obtuviera créditos de entidades bancarias? En caso afirmativo, ¿en qué fecha
y a qué monto ascenderían los mismos? En este aspecto, ¿ cuál fue el
respaldo real presentado por la empresa?
3.-¿Existe una deuda de Alcalis de la Patagonia con el Estado nacional? En
caso afirmativo, ¿ por qué conceptos?
4.- En caso que el punto 3 resultare afirmativo, ¿ existe o existió un
acuerdo entre Alcalis de la Patagonia y el Estado nacional, a través del
Ministerio de Economía, para la cancelación de la deuda de la empresa?
5.- Si existe en archivo documentación que acredite que el funcionamiento de
Alcalis de la Patagonia será sustentable en el tiempo, es decir, que su
actividad será rentable y que no provocará trastornos ecológicos.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Alcalis de la Patagonia o ALPAT es un proyecto para la producción de
carbonato de sodio mediante el método solvay que data de cincuenta años
atrás. La empresa se sitúa en la Punta Delgado, a 6 km de la localidad de
San Antonio Oeste, en la provincia de Río Negro.
El carbonato de sodio es una de las materias primas de la cristalería y la
fábrica de jabones en polvo, entre otras industrias. En Argentina se
consumen alrededor de 160.000 toneladas anuales del producto que importan,
en general, desde EE.UU. La mayor parte de las industrias vidrieras y las
demás que utilizan el carbonato se ubican en Quilmes Oeste, Llavallol,
Berazategui, Zárate y Gualeguaychú. También existe una fábrica consumidora
en Cuyo y otra en Rosario.
El aspecto del carbonato de sodio es similar al del bicarbonato que
frecuentemente aparece en los botiquines de cualquier casa. Es un polvillo
blanquecino, irritante y de fácil dispersión en el ambiente. La idea de
Alpat es fabricar doscientas mil toneladas anuales del producto.
La construcción de la planta comenzó en los `70, luego de una década en que
no se encontró capital privado para solventarla. Fue entonces que se buscó
al Estado para financiarla. El acceso a San Antonio Oeste se llenó de enorme
cajones que permanecieron a la intemperie durante diez años, una
interrupción más entre muchas que sufrió el proyecto durante los treinta que
lleva la construcción, ya sea por incumplimientos de la empresa o del
Estado.
Según versiones periodísticas hay invertidos allí más de 500 millones de
dólares, aunque la conformación accionaria de Alcalis de la Patagonia es un
misterio. El capital de Alpat según un balance del año 1996, ascendía a 53
millones de dólares, pero se sostiene que no es la suma realmente aportada,
sino que sólo 500 mil son genuinos, los demás serían artilugios contables.
La primera fuente de dinero fue el fondo especial creado por la Ley 18.518,
de diciembre de 1969, por la cual se gravó la importación de carbonato de
sodio con un impuesto cuyo destino era Alpat. Luego se sucedieron diversos
créditos bancarios en los que el Estado nacional fue avalista, como así
también, le otorgó exenciones impositivas, desgravaciones, etc.
Nuestra preocupación radica en que aún hoy existen dudas sobre viabilidad
económica de Alpat y la grave afectación que su actividad produciría sobre
el medio ambiente. No sabemos si el funcionamiento de la planta será
sustentable en el tiempo, es decir, si su actividad será rentable, si tendrá
compradores fieles que acepten adquirir el producto final a precios más
elevados que los que se manejan en el país en la actualidad.
La persona que ideó el proyecto y que lo ha mantenido con vida durante todos
estos años declaró recientemente que el precio del carbonato de sodio que
producirá Alpat será de 200 dólares la tonelada. Sin embargo, todas las
fuentes relacionadas con la industria del vidrio de Quilmes, Llavallol,
Gualeguaychú y Campana consultadas coincidieron en que el carbonato de sodio
ingresa al país con un valor en banquina de no más de 150 dólares la
tonelada.
El titular de Alpat ha señalado que el producto final de Alpat será enviado
en barco hasta Buenos Aires, a granel o en bolsas, lo que en realidad
sumaría costos fijos a la producción de un material que se considera
económico y al cual difícilmente se le pueda agregar valor sin afectar el
precio final.
Las distancias entre San Antonio Oeste y las fábricas cristaleras y de otros
rubros -como el jabón en polvo, entre otras- que usan este producto, juegan
en contra de la ecuación de costos. Fuentes relacionadas con la actividad
informaron que el flete marítimo de ese tipo no sale menos de 30 dólares la
tonelada. Implica, solamente en traslado del producto final, entre un 15 y
un 20 por ciento del precio del material, según se tomen los 150 o 200
dólares que los empresarios del sector dan como referencia para la tonelada
de carbonato. A ese costo fijo deben sumarse los salarios de los más de 400
empleados previstos (la planta hoy tiene 200), el costo de extracción,
traslado y tratamiento de las materias primas y otros conceptos que reducen
a menos de la mitad las ganancias anuales que el titular de Alpat calcula
en 40 millones de dólares.
Si la planta está construida para producir 250.000 toneladas anuales, se
calcula que aun vendiendo la producción total a 200 dólares, la recaudación
apenas servirá para cancelar intereses de las enormes deudas que tiene la
empresa. O en su defecto, permitirá afrontar los gastos de funcionamiento,
pero no cancelar las deudas contraídas, y mucho menos amortizar el capital
invertido, que supera ampliamente los 300 millones de dólares.
¿Cuánto queda entonces para pagar las deudas contraídas con las entidades
bancarias con avales del Estado Nacional y también cancelar la devolución de
los diferimientos impositivos, lo cual debe concretarse cinco años después
de iniciada la producción?
Buena parte de los responsables de las industrias que adquieren el carbonato
de sodio hablaron con dureza de Alpat. La acusan de haber sido la causante
de que durante muchos años, el sector industrial aportara sistemática y
compulsivamente 18 dólares por tonelada importada, que se destinaban a la
construcción de Alpat. Además aseguran que es improbable que los costos de
producción y transporte que maneja Alpat puedan permitir una competencia
cierta con los actuales 150 dólares por tonelada de producto importado que
pagan hoy.
Uno de los referentes industriales que adquiere carbonato de sodio importado
aseveró que San Antonio Oeste es un lugar alejado del centro de consumo, las
materias primas -la cal y la sal- son de menor calidad y los altos costos de
funcionamiento de la planta hacen que sea muy difícil competir con los
precio del producto importado que se obtiene naturalmente por medio de
sistemas más modernos y económicos. Los empresarios consultados están
convencidos de que Alpat no podrá funcionar sin subvención del Estado o
arancelamientos que repercutan en un alza del valor del carbonato. Afirmaron
que si el Estado los obliga recargando el valor de los precios del producto
importado, tendrán que poner sus fábricas en otros países, si lo subvenciona
volverá a pagar el pueblo y, si no lo hace, la planta funcionará unos pocos
meses y luego cerrará aduciendo que el Estado no la acompañó.
Otro aspecto de este tema tan preocupante como la viabilidad económica o más
aún es cuánto influirá la actividad de Alpat en el medio ambiente, en la
imagen que los turistas tienen del lugar al que llegan año tras año y si
afectará negativamente en las especies que viven en el lugar.
Es que esta obra destinada a producir carbonato de sodio, produce también,
al final del proceso, grandes cantidades de desechos que si no son tratados,
pueden ocasionar graves trastornos ecológicos tanto si son depositados en el
mar como en la tierra que se sacrifique a tal fin. El tratamiento de los
desechos industriales o afluentes, la localización del lugar de depósito de
los desechos y el dragado del golfo son algunos de los puntos aún no
resueltos que enfrentan a la empresa con asociaciones ecologistas y el
Estado provincial.
Éste no es un tema menor, ya que la zona abarca al Golfo San Matías, que
está declarado "Area Natural Protegida" y, a pocos kilómetros de allí, la
UNESCO declaró Patrimonio Natural de la Humanidad a la Península Valdez.
Ecologistas y biólogos marinos comenzaron a exigir el cumplimiento de las
leyes protectivas existentes y dieron el alerta cuando se anunció por
primera vez la inauguración de Alpat: la baja tasa de renovación del agua
del Golfo haría que los desechos formaran un sedimento y elevaran la
temperatura del líquido, poniendo en riesgo los recursos pesqueros y
turísticos. Podrían desaparecer las diecinueve especies de peces que habitan
la zona y un importante número de moluscos y bivalvos, así como se perderían
las reservas de aves migratorias.
En 1996 un estudio de impacto ambiental encargado por el Departamento
Provincial de Aguas de Río Negro fue desfavorable a la empresa,
desacreditando otro anterior presentado por la misma, por estar incompleto
en cuanto a la disposición de los afluentes y del que se deducía que los
mismos serían vertidos al mar.
Según opinión del catedrático José Catoggio, entonces Director del Centro de
Investigaciones de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Plata,
"es más barato el abandono de la idea, antes que crear un problema ecológico
gravísimo".
El tema ambiental está en estudio en el Consejo de Ecología y Medio Ambiente
(CODEMA) de la provincia de Río Negro, que por estos días prevé una
Audiencia Pública al respecto.
El titular de Alpat jura que la empresa no dañará el medio ambiente. Lo
asegura con la misma firmeza que muestra cuando dice que la producción del
carbonato de sodio es rentable.
A fin de corroborar datos que permanecen pocos claros respecto de Álcalis de
la Patagonia y su relación con el Estado nacional, creo necesario que se
responda el informe solicitado y por ello, solicito a los señores senadores
la aprobación del Proyecto de Comunicación que pongo a su disposición.
Luis A. Falcó.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3809/04)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación,
Se dirige al Poder Ejecutivo nacional a fin de que por medio de las
autoridades del Ministerio de Economía y, en particular, de la Secretaría de
Industria, se informe sobre los siguientes aspectos relacionados con la
planta de soda solvay Alcalis de la Patagonia (ALPAT), ubicada en San
Antonio Oeste, provincia de Río Negro:
1.- ¿Qué tipo de beneficios económicos ha otorgado el Estado nacional a
Alcalis de la Patagonia, en qué conceptos, en qué fecha y a qué monto
ascienden?
2.- ¿El Estado nacional otorgó avales para que Alcalis de la Patagonia
obtuviera créditos de entidades bancarias? En caso afirmativo, ¿en qué fecha
y a qué monto ascenderían los mismos? En este aspecto, ¿ cuál fue el
respaldo real presentado por la empresa?
3.-¿Existe una deuda de Alcalis de la Patagonia con el Estado nacional? En
caso afirmativo, ¿ por qué conceptos?
4.- En caso que el punto 3 resultare afirmativo, ¿ existe o existió un
acuerdo entre Alcalis de la Patagonia y el Estado nacional, a través del
Ministerio de Economía, para la cancelación de la deuda de la empresa?
5.- Si existe en archivo documentación que acredite que el funcionamiento de
Alcalis de la Patagonia será sustentable en el tiempo, es decir, que su
actividad será rentable y que no provocará trastornos ecológicos.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Alcalis de la Patagonia o ALPAT es un proyecto para la producción de
carbonato de sodio mediante el método solvay que data de cincuenta años
atrás. La empresa se sitúa en la Punta Delgado, a 6 km de la localidad de
San Antonio Oeste, en la provincia de Río Negro.
El carbonato de sodio es una de las materias primas de la cristalería y la
fábrica de jabones en polvo, entre otras industrias. En Argentina se
consumen alrededor de 160.000 toneladas anuales del producto que importan,
en general, desde EE.UU. La mayor parte de las industrias vidrieras y las
demás que utilizan el carbonato se ubican en Quilmes Oeste, Llavallol,
Berazategui, Zárate y Gualeguaychú. También existe una fábrica consumidora
en Cuyo y otra en Rosario.
El aspecto del carbonato de sodio es similar al del bicarbonato que
frecuentemente aparece en los botiquines de cualquier casa. Es un polvillo
blanquecino, irritante y de fácil dispersión en el ambiente. La idea de
Alpat es fabricar doscientas mil toneladas anuales del producto.
La construcción de la planta comenzó en los `70, luego de una década en que
no se encontró capital privado para solventarla. Fue entonces que se buscó
al Estado para financiarla. El acceso a San Antonio Oeste se llenó de enorme
cajones que permanecieron a la intemperie durante diez años, una
interrupción más entre muchas que sufrió el proyecto durante los treinta que
lleva la construcción, ya sea por incumplimientos de la empresa o del
Estado.
Según versiones periodísticas hay invertidos allí más de 500 millones de
dólares, aunque la conformación accionaria de Alcalis de la Patagonia es un
misterio. El capital de Alpat según un balance del año 1996, ascendía a 53
millones de dólares, pero se sostiene que no es la suma realmente aportada,
sino que sólo 500 mil son genuinos, los demás serían artilugios contables.
La primera fuente de dinero fue el fondo especial creado por la Ley 18.518,
de diciembre de 1969, por la cual se gravó la importación de carbonato de
sodio con un impuesto cuyo destino era Alpat. Luego se sucedieron diversos
créditos bancarios en los que el Estado nacional fue avalista, como así
también, le otorgó exenciones impositivas, desgravaciones, etc.
Nuestra preocupación radica en que aún hoy existen dudas sobre viabilidad
económica de Alpat y la grave afectación que su actividad produciría sobre
el medio ambiente. No sabemos si el funcionamiento de la planta será
sustentable en el tiempo, es decir, si su actividad será rentable, si tendrá
compradores fieles que acepten adquirir el producto final a precios más
elevados que los que se manejan en el país en la actualidad.
La persona que ideó el proyecto y que lo ha mantenido con vida durante todos
estos años declaró recientemente que el precio del carbonato de sodio que
producirá Alpat será de 200 dólares la tonelada. Sin embargo, todas las
fuentes relacionadas con la industria del vidrio de Quilmes, Llavallol,
Gualeguaychú y Campana consultadas coincidieron en que el carbonato de sodio
ingresa al país con un valor en banquina de no más de 150 dólares la
tonelada.
El titular de Alpat ha señalado que el producto final de Alpat será enviado
en barco hasta Buenos Aires, a granel o en bolsas, lo que en realidad
sumaría costos fijos a la producción de un material que se considera
económico y al cual difícilmente se le pueda agregar valor sin afectar el
precio final.
Las distancias entre San Antonio Oeste y las fábricas cristaleras y de otros
rubros -como el jabón en polvo, entre otras- que usan este producto, juegan
en contra de la ecuación de costos. Fuentes relacionadas con la actividad
informaron que el flete marítimo de ese tipo no sale menos de 30 dólares la
tonelada. Implica, solamente en traslado del producto final, entre un 15 y
un 20 por ciento del precio del material, según se tomen los 150 o 200
dólares que los empresarios del sector dan como referencia para la tonelada
de carbonato. A ese costo fijo deben sumarse los salarios de los más de 400
empleados previstos (la planta hoy tiene 200), el costo de extracción,
traslado y tratamiento de las materias primas y otros conceptos que reducen
a menos de la mitad las ganancias anuales que el titular de Alpat calcula
en 40 millones de dólares.
Si la planta está construida para producir 250.000 toneladas anuales, se
calcula que aun vendiendo la producción total a 200 dólares, la recaudación
apenas servirá para cancelar intereses de las enormes deudas que tiene la
empresa. O en su defecto, permitirá afrontar los gastos de funcionamiento,
pero no cancelar las deudas contraídas, y mucho menos amortizar el capital
invertido, que supera ampliamente los 300 millones de dólares.
¿Cuánto queda entonces para pagar las deudas contraídas con las entidades
bancarias con avales del Estado Nacional y también cancelar la devolución de
los diferimientos impositivos, lo cual debe concretarse cinco años después
de iniciada la producción?
Buena parte de los responsables de las industrias que adquieren el carbonato
de sodio hablaron con dureza de Alpat. La acusan de haber sido la causante
de que durante muchos años, el sector industrial aportara sistemática y
compulsivamente 18 dólares por tonelada importada, que se destinaban a la
construcción de Alpat. Además aseguran que es improbable que los costos de
producción y transporte que maneja Alpat puedan permitir una competencia
cierta con los actuales 150 dólares por tonelada de producto importado que
pagan hoy.
Uno de los referentes industriales que adquiere carbonato de sodio importado
aseveró que San Antonio Oeste es un lugar alejado del centro de consumo, las
materias primas -la cal y la sal- son de menor calidad y los altos costos de
funcionamiento de la planta hacen que sea muy difícil competir con los
precio del producto importado que se obtiene naturalmente por medio de
sistemas más modernos y económicos. Los empresarios consultados están
convencidos de que Alpat no podrá funcionar sin subvención del Estado o
arancelamientos que repercutan en un alza del valor del carbonato. Afirmaron
que si el Estado los obliga recargando el valor de los precios del producto
importado, tendrán que poner sus fábricas en otros países, si lo subvenciona
volverá a pagar el pueblo y, si no lo hace, la planta funcionará unos pocos
meses y luego cerrará aduciendo que el Estado no la acompañó.
Otro aspecto de este tema tan preocupante como la viabilidad económica o más
aún es cuánto influirá la actividad de Alpat en el medio ambiente, en la
imagen que los turistas tienen del lugar al que llegan año tras año y si
afectará negativamente en las especies que viven en el lugar.
Es que esta obra destinada a producir carbonato de sodio, produce también,
al final del proceso, grandes cantidades de desechos que si no son tratados,
pueden ocasionar graves trastornos ecológicos tanto si son depositados en el
mar como en la tierra que se sacrifique a tal fin. El tratamiento de los
desechos industriales o afluentes, la localización del lugar de depósito de
los desechos y el dragado del golfo son algunos de los puntos aún no
resueltos que enfrentan a la empresa con asociaciones ecologistas y el
Estado provincial.
Éste no es un tema menor, ya que la zona abarca al Golfo San Matías, que
está declarado "Area Natural Protegida" y, a pocos kilómetros de allí, la
UNESCO declaró Patrimonio Natural de la Humanidad a la Península Valdez.
Ecologistas y biólogos marinos comenzaron a exigir el cumplimiento de las
leyes protectivas existentes y dieron el alerta cuando se anunció por
primera vez la inauguración de Alpat: la baja tasa de renovación del agua
del Golfo haría que los desechos formaran un sedimento y elevaran la
temperatura del líquido, poniendo en riesgo los recursos pesqueros y
turísticos. Podrían desaparecer las diecinueve especies de peces que habitan
la zona y un importante número de moluscos y bivalvos, así como se perderían
las reservas de aves migratorias.
En 1996 un estudio de impacto ambiental encargado por el Departamento
Provincial de Aguas de Río Negro fue desfavorable a la empresa,
desacreditando otro anterior presentado por la misma, por estar incompleto
en cuanto a la disposición de los afluentes y del que se deducía que los
mismos serían vertidos al mar.
Según opinión del catedrático José Catoggio, entonces Director del Centro de
Investigaciones de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Plata,
"es más barato el abandono de la idea, antes que crear un problema ecológico
gravísimo".
El tema ambiental está en estudio en el Consejo de Ecología y Medio Ambiente
(CODEMA) de la provincia de Río Negro, que por estos días prevé una
Audiencia Pública al respecto.
El titular de Alpat jura que la empresa no dañará el medio ambiente. Lo
asegura con la misma firmeza que muestra cuando dice que la producción del
carbonato de sodio es rentable.
A fin de corroborar datos que permanecen pocos claros respecto de Álcalis de
la Patagonia y su relación con el Estado nacional, creo necesario que se
responda el informe solicitado y por ello, solicito a los señores senadores
la aprobación del Proyecto de Comunicación que pongo a su disposición.
Luis A. Falcó.-