Número de Expediente 3778/04

Origen Tipo Extracto
3778/04 Senado De La Nación Proyecto De Declaración ESCUDERO : PROYECTO DE DECLARACION MANIFESTANDO BENEPLACITO AL RECONOCIMIENTO EFECTUADO POR EL PARLATINO AL INFORME SOBRE LA DEMOCRACIA EN AMERCIA LATINA Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS
Listado de Autores
Escudero , Sonia Margarita

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
02-11-2004 10-11-2004 221/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
03-11-2004 08-03-2005

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
ORDEN DE GIRO: 1
03-11-2004 08-03-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 26-05-2005

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 06-04-2005
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
30/05 09-03-2005 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3778/04)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación,

DECLARA:

Su complacencia por el reconocimiento efectuado por la Comisión
de Asuntos Políticos, Municipales y de la Integración del PARLAMENTO
LATINOAMERICANO al Informe sobre "La Democracia en América Latina:
Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos" elaborado por Programa
de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD).

Asimismo, y tal como lo hizo la Comisión antes citada en su
reunión de Medellín, Colombia, destaca "¿el importante avance que
significó la Carta Democrática Interamericano aprobada por la OEA, como
norma de Derecho Internacional, consagratoria del reconocimiento del
derecho de los pueblos de América a la democracia y la obligación de
sus gobiernos de promoverla y defenderla".

Sonia Escudero.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente

Es indudable que en las últimas décadas se han dado transcendentales
cambios a escala mundial; transformaciones que han abarcado tanto el
ámbito político como el económico y el tecnológico, creando con ello
nuevas coordenadas para las regiones y los países de toda la comunidad
internacional. Sin embargo, lo fundamental de los mismos es que no se
refieren a cambios parciales, sino que son cambios globales que han
creado una nueva realidad.

En efecto, en la actualidad, ni la economía, ni la política, ni el
comportamiento psicológico y sociológico de las personas y sociedades
es el mismo que hace 30 ó 40 años. Por ello, es imposible pensar que
las respuestas que se daban en contextos anteriores hoy pueden seguir
siendo utilizadas con éxito, situación que es particularmente cierta en
el caso de la actividad política.

Dicho de otro modo, las ideologías políticas dominantes en la segunda
mitad del siglo XX, han visto, en la variación de la realidad, el
incentivo para replantearse y adaptar su propuesta a la luz de los
cambios, para con ello, lograr extender su vigencia dentro del devenir
de los próximos tiempos.

Actualmente existe consenso -casi absoluto- en torno al planteamiento
de que la democracia es el sistema político óptimo para el desarrollo
personal y social. Sin embargo, en los últimos años, el discurso
democrático se ha convertido en un repliegue hacia una concepción
modesta de la democracia, limitándola a un conjunto de garantías
respecto del poder autoritario, es decir, como contenido de negación
frente a un poder que arremete contra la voluntad ciudadana.

Ante ello, cabe preguntarse ¿qué contenido positivo tiene una idea
democrática que es reducida a meras garantías mínimas formales? Es
justamente este interrogante el que actualmente mueve al debate, en la
búsqueda de introducir la democracia donde no la hay, consolidarla
donde comienza y perfeccionarla donde está consolidada.

Es cierto que la democracia -como sistema de reglas para la
convivencia- está muy vinculada a la política, tanto como perspectiva
filosófica, como desde una concepción procedimental y tal vez por ello
es que hoy asistimos a una actitud escéptica frente a la misma,
derivada justamente del descrédito de la política y del desprecio a los
partidos y a sus líderes, proceso en el que el impacto de la tecnología
de la imagen y de las dinámicas de procesos desinformativos y
subinformativos están promoviendo el paso del homo sapiens al homo
videns -como dice Sartori-, lo que -políticamente hablando- nos hace
enfrentamos a una sociedad teledirigida en la que la vídeo política
manipula los contenidos de la opinión pública y socava uno de los
pilares básicos de la constitución del demos y de la legitimidad
democrática, dejando a la mayor parte de la ciudadanía ausente o
distante de los problemas que atañen a la colectividad.

De esta forma, si bien la democracia representativa nunca ha sido un
mecanismo suficiente para que el demos elija a quien debe gobernarlo,
principalmente debido a la ausencia de una verdadera participación
ciudadana, hoy la cuestión es aún más insuficiente haciendo que la
globalización y la post modernidad exijan más y mejor democracia.

Dicha aseveración radica en la concepción dinámica de la democracia, la
que en palabras de un politólogo americano, "es un viaje inacabado por
evitar la concentración de poderes superestructurales que empequeñecen
la dimensión del ciudadano".

Hace pocos meses atrás se conoció el Informe sobre "La Democracia en
América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos"
elaborado por Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD). Es
el primer paso de un proyecto mucha más largo y ambicioso que procura
evaluar la democracia en América Latina no solo como un régimen
electoral, sino como una forma de vida. A partir de esto se analizan
los logros, las limitaciones y se intentará plantear una agenda de las
reformas necesarias para fortalecer y mejorar el desarrollo de la
democracia en el continente.

Sin embargo, también deben considerarse los desafíos provenientes de la
revolución tecnológica en el ámbito de la informática y de las
comunicaciones, los que han llevado a la creencia de que los proyectos
y estrategias políticas deben ser procesados a través de medios
tecnológicos, generando nuevas reglas y modificaciones a la sustancia
de la política, permitiendo -con ello- la irrupción del espectáculo
escándalo, el marketing pragmático y el populismo electrónico.

Lo anterior apunta a la necesidad de reconstruir la democracia en su
sentido original, a través de la democracia informacional bajo aspectos
como el fortalecimiento de la política local, el aprovechamiento de los
medios electrónicos para el incremento de la participación, la
comunicación horizontal y el desarrollo de la política simbólica y de
movilización en torno a cuestiones tradicionalmente no políticas, pero
que generan un amplio consenso, como las causas humanitarias y la
defensa del medio ambiente. La existencia de este tipo de consensos
evidencian que la crisis de legitimidad del Estado Nación, el
encuadramiento de la política en el ámbito de los medios, su reducción
a liderazgos personalizados -muchas veces combinados con autoritarismo
y demagogia-, la financiación ilegal, el arrastre de los escándalos
políticos y la ruptura entre ética y política, han dado como resultado
la desafección creciente hacia los partidos, los políticos y la
política profesional. Sin embargo, esta desconfianza no significa que
la ciudadanía no valora la democracia, lo que ocurre es que actualmente
sus exigencias al sistema son mayores.

Las diferentes corrientes político ideológicas, no escapan a esta
efervescencia de readaptación o renovación, la que se vuelve
imprescindible si se pretende responder correctamente a los nuevos
desafíos de las naciones.

Así, mientras las doctrinas permanezcan como guía, el refrescamiento
ideológico es necesario; pues implica la identificación de los
problemas que más angustian a la humanidad y supone el relevo de los
discursos abstractos y generales por propuestas concretas que abonen a
la lucha humana por afrontarlos. De esta forma, las ideologías se
renuevan y no mueren, como pregonan algunos. Y si las ideologías
cambian y se renuevan, la política también puede hacerlo, pudiendo
desarrollar un nuevo potencial que le permita ampliar sus propuestas,
formas y alianzas.

Si esto es así, los partidos también deben renovarse, flexibilizando
sus estructuras, abriéndose a los nuevos actores políticos y sociales,
dejando atrás sus rencores y prejuicios para encaminarse -de cara al
futuro- a las mejores propuestas para la nación. En ello, el diálogo,
la tolerancia, el respeto por los demás, la ética y la utilización de
medios pacíficos, deben seguir siendo -y ahora con más fuerza- las
líneas orientadoras de una acción política democrática.

El Informe plantea que "... el punto de partida para fortalecer la
democracia pasa por revalorizar el contenido y la relevancia de la
política, argumenta que las soluciones a los problemas y los desafíos
de la democracia tendrían que buscarse dentro y no fuera de las
instituciones democráticas, y encuentra que debe recuperarse un papel
constructivo de la política como ordenadora de las decisiones de la
sociedad..."

En un sentido similar, la Organización de los Estados Americanos
planteo la Carta Democrática Interamericana que reconoce la imperiosa
necesidad e una democracia que, a través de la organización
institucional, asegure a todos los ciudadanos la universalidad de los
derechos.

Ambos esfuerzos fueron analizados y destacados por la Comisión de
Asuntos Políticos, Municipales y de la Integración del PARLAMENTO
LATINOAMERICANO en su última reunión de septiembre del corriente año en
Medellín (Colombia), recomendándose, en sus conclusiones, destacar la
importancia de este Tratado Internacional y del Informe del PNUD ya
mencionado.

Compartiendo plenamente el criterio de dicha Comisión, estimo necesario
que este Honorable Cuerpo se exprese al respecto y por ello pongo a
vuestra consideración este proyecto, solicitando a mis colegas que me
acompañen, con su voto afirmativo, en esta iniciativa.

Sonia Escudero.