Número de Expediente 3636/07
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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3636/07 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | MORALES : PROYECTO DE COMUNICACION ADHIRIENDO A LA CELEBRACION DEL DIA NACIONAL DEL PETROLEO , EL 13 DE DICIEMBRE .- |
Listado de Autores |
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Morales
, Gerardo Rubén
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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04-12-2007 | 19-12-2007 | 160/2007 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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14-12-2007 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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DE MINERÍA, ENERGÍA Y COMBUSTIBLES
ORDEN DE GIRO: 1 |
17-12-2007 | 28-02-2009 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2009
ENVIADO AL ARCHIVO : 09-11-2009
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3636/07)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación.
Adhiere a la celebración del ¿Día Nacional del Petróleo¿ en homenaje al descubrimiento de ese combustible, hecho producido el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut y del cual se cumplen 100 años.
Gerardo R. Morales.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente :
A principios del siglo XX, Comodoro Rivadavia, puerto de entrada y salida de los productos de Colonia Sarmiento, recién empezaba a ser un pueblo pequeño, apenas un grupo de casas, algún almacén de ramos generales y un hotel para alojamiento de los arriesgados viajantes que se animaban a llegar hasta aquellas lejanas y desoladas zonas del sur argentino. Pero tenía una dificultad seria: no había agua dulce.
A comienzos de 1907, cuadrillas de obreros, dirigidas por ingenieros, habían comenzado a perforar la tierra en busca del líquido indispensable. Con aparatos adecuados se auscultaba el suelo en procura del más mínimo rumor que pudiera anunciar la presencia de agua. En enero se llevó al lugar una perforadora Fauck. Se apelaba a los elementos más modernos de la época, pero todo parecía inútil. Se llegó a cavar hasta a 400 metros de profundidad, siempre sin resultado. Los sufridos pobladores vivían pendientes de la torre de perforar, que en más de una oportunidad cayó por efecto del implacable viento patagónico, que obligaba a iniciar nuevamente los trabajos. Los ingenieros no se daban por vencidos, la tarea continuaba. Pero el resultado era siempre el mismo: absolutamente negativo
En noviembre ya dominaba el desaliento. Se perdían las esperanzas de poder dotar de agua a la floreciente población, donde muchos se habían radicado plenos de ilusiones y confiados en la potencial riqueza de la zona. La decepción seguía en aumento. El gobernador propuso que se traiga el agua desde un lejano manantial, mediante la instalación de cañerías; y la población apoyó la idea como una salvación. Ya no quería ni oír hablar de la torre perforadora que durante muchos meses había engañado sus esperanzas con renovadas promesas incumplidas. Claro que trayendo agua de otro lado habría que pagarla como artículo de lujo.
Para diciembre nadie confiaba en la torre, que para su funcionamiento insumía la escasa cantidad de agua disponible que el pueblo necesitaba para consumo. El ingeniero Krausse, jefe de la misión, había autorizado perforar hasta el máximo de 500 metros hacía unos 20 días, cuando se había llegado a 481. Pero un viernes, superado ese máximo, se fue y ordenó: ¿¡Basta! ¡No se perfora más!¿ Sin embargo, el administrador de la obra, señor Beguin, y el ingeniero José Fuchs que dirigía la perforadora Fauck, deciden no entregarse y continuar con los trabajos. Ese mismo día la perforadora llega a 540 metros de profundidad y, de pronto, se advierte una fuerte corriente ascendente. Sorprendidos, Fuchs y Beguin se miran atónitos: no era agua era kerosene. El petróleo salía casi refinado. Era el 13 de diciembre de 1907.
Mantienen en secreto el descubrimiento y telegrafían a Buenos Aires, a la Dirección de Minas: ¿Aquí no hay agua, pero hay petróleo¿. La noticia se conoce en la Capital antes que en Comodoro, que se entera cinco días después. La prensa porteña acoge la nueva con frialdad, no advertían la trascendencia del descubrimiento: lo que se buscaba allí era agua. Pero el gobierno nacional resuelve al día siguiente del descubrimiento dictar un decreto tomando posesión del yacimiento, ¿prohibiendo la denuncia de pertenencias mineras y la concesión de permisos de cateo en el puerto de Comodoro Rivadavia, en un radio de cinco leguas kilométricas a todo rumbo, contándose desde el centro de la población¿. Se evitaba así la posible aparición de aventureros y la eventual explotación del suelo en beneficio de particulares. De allí partió el progreso de una vasta región patagónica.
Poco tiempo después del descubrimiento patagónico aparecía un decreto por el que se creaba la primera repartición oficial que debía administrar la nueva riqueza nacional, y que se denominó Dirección General de la Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia, integrándola entre otros los ingenieros Luis A. Huergo y Enrique M. Hermitte y el doctor Pedro N. Arata. En los largos considerandos se advierte de la importancia de su empleo en ferrocarriles y Armada, y se admite la posibilidad de que el sobrante pueda satisfacer en ¿condiciones económicas, las necesidades industriales del país¿, y que ¿los estudios y experiencias realizados por las oficinas técnicas permiten adelantar que los yacimientos petrolíferos deben extenderse a grandes distancias al norte y al sur de Comodoro Rivadavia, y que el petróleo de ese lugar es un excelente combustible¿
Apenas comenzado el gobierno radical de Alvear, se crea mediante un escueto decreto una Dirección Nacional en el ámbito del Ministerio de Agricultura con un nombre de tres palabras largas y por entonces poco conocidas: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, a las cuales el tiempo simplificaría en tres iniciales famosas. El 17 de octubre de 1922 asume su primer director general, un coronel en actividad del arma de ingenieros, íntimo amigo de Jorge Newbery, graduado a su vez de ingeniero civil en la Universidad de Buenos Aires y de ingeniero militar en la Academia Técnica de Prusia, de notables virtudes y cualidades empresarias, y que desempañaría el cargo durante ocho años: Enrique Mosconi (1877-1940). El fue el genio organizador de la explotación integral del petróleo en la Argentina y en América Latina. De inmediato promovió la construcción de la monumental destilería de La Plata, inaugurada en 1925, la más grande del continente, financiada con fondos propios de la empresa; llevó adelante la electrificación de Comodoro Rivadavia y echó las bases (con 10 unidades iniciales y un total de 25.000 toneladas) de una fenomenal flota de buques tanque (la cual llegó a formar parte en su momento de la tercera Marina Mercante del mundo).
En 1924, a solicitud de Mosconi, el Poder Ejecutivo dictó un decreto mediante el cual se ampliaba la reserva petrolífera fiscal al Sur y creaba nuevas reservas de exploración oficial en todos los territorios nacionales patagónicos
Así fue que el coronel Enrique Mosconi, contra la terrible oposición de las empresas extranjeras, desarrolló la más importante industria de América Latina. Su plan original era el del nacionalismo integral en materia de petróleo. Modificó esa opinión en 1925 y propuso la sociedad mixta del Estado con las empresas extranjeras. Pero volvió a su proyecto inicial en 1928, al expresar que. ¿no queda otro camino que el monopolio del Estado pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración y el comercio.
Mientras Mosconi difundía la tesis de la nacionalización y monopolización del petróleo en América latina, primer gran antecedente de integración en esta materia, durante el segundo gobierno de Yrigoyen la explotación exclusiva por el Estado era defendida por los legisladores yrigoyenistas, enfrentando la postura antinacional de los antipersonalistas y los conservadores, que planteaban la formación de compañías mixtas de YPF con empresas extranjeras.
Entre 1928 y 1929 Mosconi realizó un atrevido y fructífero viaje continental, atacando a las petroleras internacionales e impulsando una política petrolera latinoamericana soberana y coordinada. Así nacieron, a imagen y semejanza de YPF, ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) en Uruguay, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Petrobras de Brasil y Pemex de Méjico.
Triunfó la tesis de Mosconi, con el respaldo de la tendencia nacionalista e industrialista del ejército, capitaneada por el general Alonso Baldrich. En efecto, en la aprobación de la ley de nacionalización del petróleo tuvo gran influencia el memorial que Baldrich dio a publicidad con los siguientes puntos: a)nacionalización de todo el combustible b)monopolio estatal de la explotación c)control estatal de la exploración d) monopolio estatal del transporte del combustible e)autonomía de YPF f) Prohibición de transferir las concesiones.
La explotación del petróleo, descubierto de esa manera milagrosa, se constituyó desde entonces en una fuente de incalculable valor para acrecentar la economía nacional, y en una de las bases de su riqueza. Así el 13 de diciembre sería evocado como el Día Nacional del Petróleo.
Hoy a cien años toda esa gente trabajadora y profesional, lo mismo que la figura histórica asociada al petróleo, el general Mosconi, se hubieran llevado tremenda decepción de saber que con el curso de los años aquellos recursos terminarían bajo control de corporaciones multinacionales.
Por lo antes expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en esta iniciativa.
Gerardo R. Morales.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3636/07)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación.
Adhiere a la celebración del ¿Día Nacional del Petróleo¿ en homenaje al descubrimiento de ese combustible, hecho producido el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut y del cual se cumplen 100 años.
Gerardo R. Morales.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente :
A principios del siglo XX, Comodoro Rivadavia, puerto de entrada y salida de los productos de Colonia Sarmiento, recién empezaba a ser un pueblo pequeño, apenas un grupo de casas, algún almacén de ramos generales y un hotel para alojamiento de los arriesgados viajantes que se animaban a llegar hasta aquellas lejanas y desoladas zonas del sur argentino. Pero tenía una dificultad seria: no había agua dulce.
A comienzos de 1907, cuadrillas de obreros, dirigidas por ingenieros, habían comenzado a perforar la tierra en busca del líquido indispensable. Con aparatos adecuados se auscultaba el suelo en procura del más mínimo rumor que pudiera anunciar la presencia de agua. En enero se llevó al lugar una perforadora Fauck. Se apelaba a los elementos más modernos de la época, pero todo parecía inútil. Se llegó a cavar hasta a 400 metros de profundidad, siempre sin resultado. Los sufridos pobladores vivían pendientes de la torre de perforar, que en más de una oportunidad cayó por efecto del implacable viento patagónico, que obligaba a iniciar nuevamente los trabajos. Los ingenieros no se daban por vencidos, la tarea continuaba. Pero el resultado era siempre el mismo: absolutamente negativo
En noviembre ya dominaba el desaliento. Se perdían las esperanzas de poder dotar de agua a la floreciente población, donde muchos se habían radicado plenos de ilusiones y confiados en la potencial riqueza de la zona. La decepción seguía en aumento. El gobernador propuso que se traiga el agua desde un lejano manantial, mediante la instalación de cañerías; y la población apoyó la idea como una salvación. Ya no quería ni oír hablar de la torre perforadora que durante muchos meses había engañado sus esperanzas con renovadas promesas incumplidas. Claro que trayendo agua de otro lado habría que pagarla como artículo de lujo.
Para diciembre nadie confiaba en la torre, que para su funcionamiento insumía la escasa cantidad de agua disponible que el pueblo necesitaba para consumo. El ingeniero Krausse, jefe de la misión, había autorizado perforar hasta el máximo de 500 metros hacía unos 20 días, cuando se había llegado a 481. Pero un viernes, superado ese máximo, se fue y ordenó: ¿¡Basta! ¡No se perfora más!¿ Sin embargo, el administrador de la obra, señor Beguin, y el ingeniero José Fuchs que dirigía la perforadora Fauck, deciden no entregarse y continuar con los trabajos. Ese mismo día la perforadora llega a 540 metros de profundidad y, de pronto, se advierte una fuerte corriente ascendente. Sorprendidos, Fuchs y Beguin se miran atónitos: no era agua era kerosene. El petróleo salía casi refinado. Era el 13 de diciembre de 1907.
Mantienen en secreto el descubrimiento y telegrafían a Buenos Aires, a la Dirección de Minas: ¿Aquí no hay agua, pero hay petróleo¿. La noticia se conoce en la Capital antes que en Comodoro, que se entera cinco días después. La prensa porteña acoge la nueva con frialdad, no advertían la trascendencia del descubrimiento: lo que se buscaba allí era agua. Pero el gobierno nacional resuelve al día siguiente del descubrimiento dictar un decreto tomando posesión del yacimiento, ¿prohibiendo la denuncia de pertenencias mineras y la concesión de permisos de cateo en el puerto de Comodoro Rivadavia, en un radio de cinco leguas kilométricas a todo rumbo, contándose desde el centro de la población¿. Se evitaba así la posible aparición de aventureros y la eventual explotación del suelo en beneficio de particulares. De allí partió el progreso de una vasta región patagónica.
Poco tiempo después del descubrimiento patagónico aparecía un decreto por el que se creaba la primera repartición oficial que debía administrar la nueva riqueza nacional, y que se denominó Dirección General de la Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia, integrándola entre otros los ingenieros Luis A. Huergo y Enrique M. Hermitte y el doctor Pedro N. Arata. En los largos considerandos se advierte de la importancia de su empleo en ferrocarriles y Armada, y se admite la posibilidad de que el sobrante pueda satisfacer en ¿condiciones económicas, las necesidades industriales del país¿, y que ¿los estudios y experiencias realizados por las oficinas técnicas permiten adelantar que los yacimientos petrolíferos deben extenderse a grandes distancias al norte y al sur de Comodoro Rivadavia, y que el petróleo de ese lugar es un excelente combustible¿
Apenas comenzado el gobierno radical de Alvear, se crea mediante un escueto decreto una Dirección Nacional en el ámbito del Ministerio de Agricultura con un nombre de tres palabras largas y por entonces poco conocidas: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, a las cuales el tiempo simplificaría en tres iniciales famosas. El 17 de octubre de 1922 asume su primer director general, un coronel en actividad del arma de ingenieros, íntimo amigo de Jorge Newbery, graduado a su vez de ingeniero civil en la Universidad de Buenos Aires y de ingeniero militar en la Academia Técnica de Prusia, de notables virtudes y cualidades empresarias, y que desempañaría el cargo durante ocho años: Enrique Mosconi (1877-1940). El fue el genio organizador de la explotación integral del petróleo en la Argentina y en América Latina. De inmediato promovió la construcción de la monumental destilería de La Plata, inaugurada en 1925, la más grande del continente, financiada con fondos propios de la empresa; llevó adelante la electrificación de Comodoro Rivadavia y echó las bases (con 10 unidades iniciales y un total de 25.000 toneladas) de una fenomenal flota de buques tanque (la cual llegó a formar parte en su momento de la tercera Marina Mercante del mundo).
En 1924, a solicitud de Mosconi, el Poder Ejecutivo dictó un decreto mediante el cual se ampliaba la reserva petrolífera fiscal al Sur y creaba nuevas reservas de exploración oficial en todos los territorios nacionales patagónicos
Así fue que el coronel Enrique Mosconi, contra la terrible oposición de las empresas extranjeras, desarrolló la más importante industria de América Latina. Su plan original era el del nacionalismo integral en materia de petróleo. Modificó esa opinión en 1925 y propuso la sociedad mixta del Estado con las empresas extranjeras. Pero volvió a su proyecto inicial en 1928, al expresar que. ¿no queda otro camino que el monopolio del Estado pero en forma integral, es decir, en todas las actividades de esta industria: la producción, la elaboración y el comercio.
Mientras Mosconi difundía la tesis de la nacionalización y monopolización del petróleo en América latina, primer gran antecedente de integración en esta materia, durante el segundo gobierno de Yrigoyen la explotación exclusiva por el Estado era defendida por los legisladores yrigoyenistas, enfrentando la postura antinacional de los antipersonalistas y los conservadores, que planteaban la formación de compañías mixtas de YPF con empresas extranjeras.
Entre 1928 y 1929 Mosconi realizó un atrevido y fructífero viaje continental, atacando a las petroleras internacionales e impulsando una política petrolera latinoamericana soberana y coordinada. Así nacieron, a imagen y semejanza de YPF, ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) en Uruguay, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Petrobras de Brasil y Pemex de Méjico.
Triunfó la tesis de Mosconi, con el respaldo de la tendencia nacionalista e industrialista del ejército, capitaneada por el general Alonso Baldrich. En efecto, en la aprobación de la ley de nacionalización del petróleo tuvo gran influencia el memorial que Baldrich dio a publicidad con los siguientes puntos: a)nacionalización de todo el combustible b)monopolio estatal de la explotación c)control estatal de la exploración d) monopolio estatal del transporte del combustible e)autonomía de YPF f) Prohibición de transferir las concesiones.
La explotación del petróleo, descubierto de esa manera milagrosa, se constituyó desde entonces en una fuente de incalculable valor para acrecentar la economía nacional, y en una de las bases de su riqueza. Así el 13 de diciembre sería evocado como el Día Nacional del Petróleo.
Hoy a cien años toda esa gente trabajadora y profesional, lo mismo que la figura histórica asociada al petróleo, el general Mosconi, se hubieran llevado tremenda decepción de saber que con el curso de los años aquellos recursos terminarían bajo control de corporaciones multinacionales.
Por lo antes expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en esta iniciativa.
Gerardo R. Morales.-