Número de Expediente 3607/06
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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3607/06 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | FALCO : PROYECTO DE DECLARACION DECLARANDO DE INTERES CIENTIFICO , TECNOLOGICO , CULTURAL Y EDUCATIVO AL ANIVERSARIO Nº 50 DEL INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGIA AGROPECUARIA ( INTA ) A CELEBRARSE EL 4 DE DICIEMBRE . |
Listado de Autores |
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Falco
, Luis
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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04-10-2006 | 11-10-2006 | 162/2006 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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09-10-2006 | 12-12-2006 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
10-10-2006 | 12-12-2006 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 10-01-2007
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 19-12-2006 |
SANCION: Com.Art106 |
COMENTARIO: |
NOTA:DESPACHO 380/06 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3607/06)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
De interés Científico, tecnológico, cultural y educativo al aniversario n° 50 del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), a celebrarse el próximo 04 de diciembre del corriente año.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue creado por el Decreto-Ley 21680 del 4 de diciembre de 1956 con la finalidad de ¿impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar, con los beneficios de estas funciones fundamentales, la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural¿.
Fue un informe al Gobierno Nacional, de ese año 1956, del economista argentino Dr. Raúl Prebisch, entonces Secretario de la Comisión Económica para la América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), que basado en la marcada disminución de las exportaciones de productos agropecuarios, recomendó la creación de un instituto ¿para la investigación tecnológica en materia agropecuaria y la difusión práctica de los resultados¿ allí planteaba tres ideas muy innovadoras para ese momento: que la investigación y la extensión se realizaran en el mismo instituto, que fuese autárquico y que los productores tuviesen participación activa en su conducción.
Comenzó a funcionar en 1958, con algunas de las funciones del Ministerio de Agricultura y las Estaciones Experimentales existentes, eran unas 11 y, en poco tiempo, se creó la mayoría de las restantes.
Además del Consejo Directivo, la institución contó con Consejos Asesores de las Estaciones Experimentales y de las Agencias de Extensión Rural, integrados por representantes de las diversas organizaciones locales de productores, de los bancos vinculados a lo agropecuario y de los gobiernos provinciales.
En esta etapa se afianzaron los planes de trabajo con la redacción de los Documentos Básicos de los Programas.
Se creó una parte importante de las Agencias de Extensión Rural, que llegaron a más de 200, y durante la década del 60 y parte de la del 70 el INTA cumplió un rol muy importante en la generación y difusión de tecnología, contribuyendo muy eficazmente al cambio que se produjo en el sector agropecuario argentino.
En 1968 el INTA contaba con 925 profesionales y técnicos, de los cuales 311 habían recibido capacitación en el exterior, 60 de ellos con el título de Máster y 3 con el Doctorado superior. Los auxiliares de técnicos y los administrativos eran 978 y los obreros 1.534, lo que se traducía en un total de 3.437 personas.
Además de disponer de becas breves y pasantías para estudiantes de agronomía y de veterinaria, la institución se convirtió en pionera al poner en marcha un sólido programa de becas de iniciación y de perfeccionamiento para profesionales recientemente graduados en esas y otras disciplinas, para complementar su preparación por medio del entrenamiento en servicio, con miras a cubrir adecuadamente los cuadros técnicos.
En 1969 se creó la Escuela para Graduados en Ciencias Agropecuarias de la República Argentina, por convenio con el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA) y las Universidades de Buenos Aires y La Plata.
Durante la década del 70 y la primera mitad de los 80, se registró un marcado crecimiento de la producción agropecuaria, principalmente debido al cambio tecnológico, en el cual el INTA tuvo un rol relevante en el desarrollo y la difusión de técnicas agronómicas e innovaciones genéticas, complementándose con el sector privado en los temas de mecanización agrícola, insumos agroquímicos y obtención de cultivares (híbridos y otros).
En el mismo lapso, la tarea de difusión y de experimentación adaptativa fue compartida con otras instituciones -los Grupos CREA, el Movimiento Cooperativo, los Servicios Técnicos Provinciales, diversas empresas privadas, los profesionales independientes-.
Desde mediados de los 80 se observó una desaceleración relativa de la productividad agrícola, en el marco de significativas transformaciones nacionales y mundiales en los mercados de los productos primarios.
En el orden internacional aumentó el proteccionismo y los subsidios a la producción y a la exportación de los productos agropecuarios por parte de los países de alto nivel económico, como también la privatización del conocimiento científico.
En el orden nacional había restricciones en los gastos del sector público; desarrollo significativo del sector privado en la generación de insumos tecnológicos (semillas, agroquímicos, etc.) y de la asistencia técnica vinculada.
La situación al final del período era, por lo tanto, mucho más compleja y planteó la necesidad institucional de renovar los enfoques para mantener los aportes del INTA en el nuevo contexto.
En la segunda mitad de la década del 90, la globalización de la economía y la apertura económica impactaron diferencialmente en el sector agropecuario en los productos y las regiones, planteando un escenario de demandas altamente heterogéneo para la investigación y extensión.
La aparente estabilidad y la apertura económica cambiaron las reglas de juego, incluyendo las relaciones de precio para el sector, favoreciendo la importación de bienes de capital e insumos.
Con la transformación política, económica e institucional, aparecieron nuevos actores en lo tecnológico. Los sectores de la producción de insumos tecnológicos, la agroindustria, la industria de la alimentación, el Estado Nacional, los Estados Provinciales, las universidades y un variado conjunto de organizaciones no gubernamentales se constituyeron actores estratégicos en el proceso de innovación en el sector rural.
En los años más recientes se observan en el país cambios importantes, donde se está gestando un nuevo modelo de desarrollo con inclusión social. Se vuelve a priorizar la producción y el empleo sobre otros aspectos menos dinámicos y comprometidos con el desarrollo nacional.
La Argentina es el séptimo exportador de alimentos, pero el país requiere mayores logros y el INTA, apoyando este nuevo proceso, readecua su organización y fortalece sus capacidades para responder a las demandas del sector y de la sociedad.
Las líneas estratégicas trazadas dan el rumbo a una institución vital para la Argentina que busca la expansión productiva y el desarrollo social. En ese marco el INTA se plantea un amplio proceso de innovación institucional.
El proceso de cambio institucional en marcha se construye sobre la base del consenso e integración de esfuerzos con todos los componentes del sector agropecuario, agroindustrial y el sistema científico tecnológico.
Esta sería la síntesis de los aportes de la Institución:
· Nuevos cultivares de cereales y oleaginosas con resistencia/ tolerancia a enfermedades y factores abióticos.
· Tecnologías para la producción agrícola sustentable.
· Cultivares mejorados de forrajeras anuales y perennes, prácticas de manejo y conservación.
· Tecnologías de manejo para optimizar la producción de carne vacuna, ovina, porcina y aviar.
· Tecnologías para la producción intensiva de leche de alta calidad nutritiva y sanitaria.
· Lanas de alta calidad para industria.
· Mejoramiento de la producción caprina (carne y leche).
· Tecnología para mejorar la sanidad de los rodeos.
· Variedades mejoradas de cultivos industriales.
· Cultivares mejorados con especies hortícolas.
· Tecnología de manejo para especies hortícolas.
· Mejoramiento de la producción florícola.
· Mejoramiento en la producción frutícola.
· Mejoramiento de especies forestales cultivadas.
· Desarrollo de sistemas de producción silvopastoriles.
· Relevamiento y descripción de los recursos naturales (suelo, clima y vegetación).
· Tecnologías para reducir la contaminación de suelos, agua y aire.
· Desarrollo de metodologías para la evaluación del impacto ambiental.
· Desarrollo de metodologías (sistema soporte de decisiones) para el manejo sustentable de sistemas productivos en áreas de alta fragilidad ambiental.
· Desarrollo e implementación de un sistema de extensión y transferencia de tecnología.
Mas allá de este resumen histórico, puedo afirmar que el INTA es titular de un muy buen ganado prestigio en la sociedad. Y no es poco decir esto de una entidad estatal y menos aún si ese bien ganado prestigio surge del propio sector al que dirige sus esfuerzos, el más dinámico y eficiente sector económico nacional, el campo. Por todo ello solicito la aprobación de la presente Declaración.
Luis A. Falcó.-
Información disponible en web INTA.