Número de Expediente 3534/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
3534/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | CAPARROS: PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA CONMEMORACION DEL "DIA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACION DE LA DISCRIMINACION RACIAL" |
Listado de Autores |
---|
Caparrós
, Mabel Luisa
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
25-02-2004 | 18-03-2004 | 212/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
26-02-2004 | 18-05-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE DERECHOS Y GARANTÍAS
ORDEN DE GIRO: 1 |
26-02-2004 | 18-05-2004 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 15-06-2004
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 02-06-2004 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: CON MODIFICACIONES |
NOTA:SE AP.OTRO PD. CONJ.S. 3417/03 Y 179/04 |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
415/04 | 27-05-2004 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3534/03)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1°) Su entusiasta adhesión a la conmemoración del "Día Internacional de
la Eliminación de la Discriminación Racial" instituido por la
Organización de las Naciones Unidas en memoria de las víctimas del
apartheid y al cumplirse el 37º Aniversario de su proclamación.
2°) La necesidad de adherir a la "Semana de la Solidaridad con los
Pueblos que Luchan contra el Racismo y la Discriminación Racial" a
celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo del corriente año.
3°) Repudiar toda actitud que atente contra la dignidad humana por
causas de raza, sexo, nacionalidad o religión, ratificando su decisión
de sostener y defender el principio de igualdad entre los seres
humanos.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El racismo como teoría se fundamenta en el
prejuicio según el cual existen razas humanas que presentan diferencias
biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como
comportamientos de rechazo o agresión. El término se aplica tanto a la
doctrina como al comportamiento en ella inspirado y se relaciona
frecuentemente con la xenofobia y la segregación social, que son sus
manifestaciones más comunes y evidentes.
A principios del siglo XX tuvo lugar una toma
de conciencia internacional del fenómeno y los procesos de Nuremberg a
los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y
política decisiva en la voluntad de las naciones civilizadas para
erradicar el racismo de la faz de la tierra. Y aunque el desafío
perdure y debamos lamentar la existencia de brotes racistas aún en
países culturalmente evolucionados, la ideología en que se basa ha sido
sometida a una crítica radical en la segunda mitad del siglo XX.
La ciencia ha rechazado el concepto de raza
poniendo en evidencia su carácter subjetivo y basado en prejuicios
psicológicos y morales. Antropólogos, biólogos, genetistas y sociólogos
han demostrado que la noción de raza carece de sentido en un contexto
en que el género humano debe ser considerado como uno e indivisible.
El presente Proyecto tiene por objetivo adherir
a los actos conmemorativos del "Día Internacional de la Eliminación de
la Discriminación Racial" instituido por la Organización de las
Naciones Unidas en memoria de las víctimas del apartheid y al cumplirse
el 37º Aniversario de su proclamación. Asimismo manifiesta su
solidaridad con los Pueblos que Luchan contra el Racismo y la
Discriminación Racial, respecto a los cuales la Asamblea General ha
establecido especialmente la semana del 21 y el 27 de marzo de cada año
para su observancia.
El objetivo final es apelar a la memoria
colectiva, para que las nuevas generaciones conozcan los hechos
aberrantes que tuvieron lugar en el mundo en el pasado cercano y que
nunca jamás deberán repetirse. Hace 42 años un 21 de marzo, una
sangrienta y brutal represión policial en Sudáfrica se cobraba 69 vidas
humanas, como método para afianzar y afirmar el régimen discriminatorio
institucional más violento del siglo, conocido mundialmente como
"apartheid", en ocasión de una pacífica manifestación de ciudadanos de
la ciudad de Sharpeville.
Esta ignominia mereció el repudio de las
naciones civilizadas del mundo y en 1966 la Asamblea General de
Naciones Unidas proclamó que se recuerde cada 21 de marzo el triste
acontecimiento como "Día Internacional para la eliminación de la
Discriminación Racial" rindiendo así un justo homenaje a las víctimas
de la persecución y el racismo. Pese a ello, en un nuevo siglo de
esperanzadoras señales, debemos lamentar aún la existencia de
situaciones de intolerancia y discriminación que deben resolverse.
Esporádicamente Europa, Asia y América siguen
siendo sacudidos por brotes xenófobos y racistas, que acosan a
distintos sectores populares, ya sea por causa de nacionalidad, sexo,
religión, orientación sexual, convicciones políticas o discapacidad.
Ello no obsta a reconocer que desde siempre fue el continente africano
uno de los más afectados del mundo por las muestras de intolerancia de
las clases dirigentes que sometieron a sus pueblos a verdaderas
depuraciones étnicas para sostener su poder económico y político.
La política de segregación racial practicada por la
República de Sudáfrica hasta 1994, la masacre de la minoría tutsi en
Ruanda en 1993 y la "limpieza étnica" emprendida por los serbios en la
antigua Yugoslavia a partir de 1991, constituyen flagrantes
violaciones de acuerdos internacionales y son claros ejemplos de la
complejidad del fenómeno y de la dificultad de resolverlo y combatirlo
desde el plano internacional. Pese a los claros postulados consagrados
en la Carta de Naciones Unidas, en la "Declaración Universal de los
Derechos Humanos", en el "Acuerdo sobre Derechos Civiles y Políticos",
en la "Convención para la Prevención y lucha contra el Genocidio" o en
la "Convención sobre la Eliminación de cualquier forma de
Discriminación Racial", aún existen legislaciones internas de algunos
países que alientan, fomentan o permiten, por acción u omisión, este
tipo de practicas discriminatorias, xenófobas o racistas.
Ocurre que la humanidad ha debido recorrer un
largo camino de destrucción y masacre para que la sociedad universal
tome conciencia de los males que la afectan. De esta forma y tras dos
guerras mundiales devastadoras en su contenido, fines y consecuencias,
se arraigó en la opinión internacional la convicción generalizada de
que la cuestión relativa al amparo de los derechos humanos trascendía
los confines nacionales y se había convertido en un deber de todo el
concierto de naciones. Las tristes experiencias de violaciones
emblemáticas a los derechos humanos acaecidas en el siglo XX puso de
relieve que no bastan las instituciones nacionales para garantizar y
defender estos derechos esenciales del hombre y exigir el cumplimiento
de los deberes que le son correlativos, sino que la comunidad
internacional toda debe proteger, garantizar y exigir el cumplimiento
de estos derechos.
Es en este contexto que la Organización de
Naciones Unidas reconoció entre los fines de su Carta fundacional
"Realizar la cooperación internacional ...en el desarrollo y estímulo
del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinción por motivos de raza, de sexo, de lengua o
de religión." (Artículo 1° párrafo 3ro. de la Carta de las Naciones
Unidas).
Desde ese memorable 26 de junio de 1945 en que
el concierto de naciones adopta estos principios rectores
supranacionales, innumerables son los Pactos y Tratados en la materia
suscriptos por los Estados Partes y lo son asimismo las matanzas,
xenofobias, racismos y brotes discriminatorios por motivo de raza,
religión o sexo que vulneran los derechos humanos de millones de
personas en todo el mundo. Puede decirse entonces que ríos de tinta y
de sangre han corrido por igual en la defensa y el desprecio por los
derechos humanos, las libertades fundamentales y la igualdad de las
personas.
Pese a ello y pese a algunos progresos
alcanzados por la humanidad, el siglo XXI muestra al hombre repitiendo
una y otra vez el sangriento recorrido hacia su propia destrucción en
luchas segregacionistas y xenófobas, repercutiendo las matanzas en
todos los rincones del planeta. Las naciones del mundo debemos recordar
el clamor de los mártires, reivindicar la lucha de Richard Wright,
Nelson Mandela, Oliver Tambo, Joe Slovo, Martin Luther King, Gloria
Steinem y tantos otros y fortalecer una conciencia internacional
prospectiva hacia una sociedad universal más justa, digna e
igualitaria.
En cumplimiento de los principios que informan
nuestra identidad nacional e imbuídos de los preceptos consagrados en
el Preámbulo de la Constitución Argentina, es deber insoslayable
reafirmar nuestra más tenaz decisión institucional de luchar por
conductas sociales que enaltezcan al ser humano en un espíritu de
solidaridad y tolerancia en la convivencia, como el trayecto más corto
contra los fundamentalismos raciales y los prejuicios xenófobos.
Por ello este Senado considera necesario
reafirmar los más altos valores de la igualdad sin discriminaciones y
del respeto irrestricto a los derechos humanos, posición históricamente
sostenida por el cuerpo en la tarea de construir cotidianamente una
democracia que sea emblema de libertad y respeto para quienes habiten
el suelo argentino. Pero ese compromiso podría verse malogrado si no
mantenemos alertas a las instituciones en el repudio incondicional a
las actitudes que atenten contra los derechos humanos y contra la
dignidad de todos los seres humanos basados en consideraciones de raza,
religión o color.
El presente proyecto adhiere también a la
"Semana de la Solidaridad con los Pueblos que Luchan contra el Racismo
y la Discriminación Racial" a celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo
del corriente año. Esta convocatoria fue instituida en 1979 por la
Asamblea General de Naciones Unidas como jornadas de renovada
dedicación a los ideales de igualdad y libertad humanas y a la
promoción de campañas internacionales contra el apartheid durante el
decenio 1990/2000. Los objetivos fijados por la comunidad internacional
son tanto más ambiciosos en tiempos en que la discriminación contra las
minorías, las poblaciones indígenas y los inmigrantes ha aumentado al
compás de teorías y culturas supuestamente universalistas que postulan
la desigualdad y las diferencias entre los hombres por causa de sexo,
nacionalidad, raza o religión.
Por los motivos expuestos, y en cumplimiento de
un mandato explícito de la Organización de Naciones Unidas, solicito de
mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3534/03)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1°) Su entusiasta adhesión a la conmemoración del "Día Internacional de
la Eliminación de la Discriminación Racial" instituido por la
Organización de las Naciones Unidas en memoria de las víctimas del
apartheid y al cumplirse el 37º Aniversario de su proclamación.
2°) La necesidad de adherir a la "Semana de la Solidaridad con los
Pueblos que Luchan contra el Racismo y la Discriminación Racial" a
celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo del corriente año.
3°) Repudiar toda actitud que atente contra la dignidad humana por
causas de raza, sexo, nacionalidad o religión, ratificando su decisión
de sostener y defender el principio de igualdad entre los seres
humanos.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El racismo como teoría se fundamenta en el
prejuicio según el cual existen razas humanas que presentan diferencias
biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como
comportamientos de rechazo o agresión. El término se aplica tanto a la
doctrina como al comportamiento en ella inspirado y se relaciona
frecuentemente con la xenofobia y la segregación social, que son sus
manifestaciones más comunes y evidentes.
A principios del siglo XX tuvo lugar una toma
de conciencia internacional del fenómeno y los procesos de Nuremberg a
los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y
política decisiva en la voluntad de las naciones civilizadas para
erradicar el racismo de la faz de la tierra. Y aunque el desafío
perdure y debamos lamentar la existencia de brotes racistas aún en
países culturalmente evolucionados, la ideología en que se basa ha sido
sometida a una crítica radical en la segunda mitad del siglo XX.
La ciencia ha rechazado el concepto de raza
poniendo en evidencia su carácter subjetivo y basado en prejuicios
psicológicos y morales. Antropólogos, biólogos, genetistas y sociólogos
han demostrado que la noción de raza carece de sentido en un contexto
en que el género humano debe ser considerado como uno e indivisible.
El presente Proyecto tiene por objetivo adherir
a los actos conmemorativos del "Día Internacional de la Eliminación de
la Discriminación Racial" instituido por la Organización de las
Naciones Unidas en memoria de las víctimas del apartheid y al cumplirse
el 37º Aniversario de su proclamación. Asimismo manifiesta su
solidaridad con los Pueblos que Luchan contra el Racismo y la
Discriminación Racial, respecto a los cuales la Asamblea General ha
establecido especialmente la semana del 21 y el 27 de marzo de cada año
para su observancia.
El objetivo final es apelar a la memoria
colectiva, para que las nuevas generaciones conozcan los hechos
aberrantes que tuvieron lugar en el mundo en el pasado cercano y que
nunca jamás deberán repetirse. Hace 42 años un 21 de marzo, una
sangrienta y brutal represión policial en Sudáfrica se cobraba 69 vidas
humanas, como método para afianzar y afirmar el régimen discriminatorio
institucional más violento del siglo, conocido mundialmente como
"apartheid", en ocasión de una pacífica manifestación de ciudadanos de
la ciudad de Sharpeville.
Esta ignominia mereció el repudio de las
naciones civilizadas del mundo y en 1966 la Asamblea General de
Naciones Unidas proclamó que se recuerde cada 21 de marzo el triste
acontecimiento como "Día Internacional para la eliminación de la
Discriminación Racial" rindiendo así un justo homenaje a las víctimas
de la persecución y el racismo. Pese a ello, en un nuevo siglo de
esperanzadoras señales, debemos lamentar aún la existencia de
situaciones de intolerancia y discriminación que deben resolverse.
Esporádicamente Europa, Asia y América siguen
siendo sacudidos por brotes xenófobos y racistas, que acosan a
distintos sectores populares, ya sea por causa de nacionalidad, sexo,
religión, orientación sexual, convicciones políticas o discapacidad.
Ello no obsta a reconocer que desde siempre fue el continente africano
uno de los más afectados del mundo por las muestras de intolerancia de
las clases dirigentes que sometieron a sus pueblos a verdaderas
depuraciones étnicas para sostener su poder económico y político.
La política de segregación racial practicada por la
República de Sudáfrica hasta 1994, la masacre de la minoría tutsi en
Ruanda en 1993 y la "limpieza étnica" emprendida por los serbios en la
antigua Yugoslavia a partir de 1991, constituyen flagrantes
violaciones de acuerdos internacionales y son claros ejemplos de la
complejidad del fenómeno y de la dificultad de resolverlo y combatirlo
desde el plano internacional. Pese a los claros postulados consagrados
en la Carta de Naciones Unidas, en la "Declaración Universal de los
Derechos Humanos", en el "Acuerdo sobre Derechos Civiles y Políticos",
en la "Convención para la Prevención y lucha contra el Genocidio" o en
la "Convención sobre la Eliminación de cualquier forma de
Discriminación Racial", aún existen legislaciones internas de algunos
países que alientan, fomentan o permiten, por acción u omisión, este
tipo de practicas discriminatorias, xenófobas o racistas.
Ocurre que la humanidad ha debido recorrer un
largo camino de destrucción y masacre para que la sociedad universal
tome conciencia de los males que la afectan. De esta forma y tras dos
guerras mundiales devastadoras en su contenido, fines y consecuencias,
se arraigó en la opinión internacional la convicción generalizada de
que la cuestión relativa al amparo de los derechos humanos trascendía
los confines nacionales y se había convertido en un deber de todo el
concierto de naciones. Las tristes experiencias de violaciones
emblemáticas a los derechos humanos acaecidas en el siglo XX puso de
relieve que no bastan las instituciones nacionales para garantizar y
defender estos derechos esenciales del hombre y exigir el cumplimiento
de los deberes que le son correlativos, sino que la comunidad
internacional toda debe proteger, garantizar y exigir el cumplimiento
de estos derechos.
Es en este contexto que la Organización de
Naciones Unidas reconoció entre los fines de su Carta fundacional
"Realizar la cooperación internacional ...en el desarrollo y estímulo
del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinción por motivos de raza, de sexo, de lengua o
de religión." (Artículo 1° párrafo 3ro. de la Carta de las Naciones
Unidas).
Desde ese memorable 26 de junio de 1945 en que
el concierto de naciones adopta estos principios rectores
supranacionales, innumerables son los Pactos y Tratados en la materia
suscriptos por los Estados Partes y lo son asimismo las matanzas,
xenofobias, racismos y brotes discriminatorios por motivo de raza,
religión o sexo que vulneran los derechos humanos de millones de
personas en todo el mundo. Puede decirse entonces que ríos de tinta y
de sangre han corrido por igual en la defensa y el desprecio por los
derechos humanos, las libertades fundamentales y la igualdad de las
personas.
Pese a ello y pese a algunos progresos
alcanzados por la humanidad, el siglo XXI muestra al hombre repitiendo
una y otra vez el sangriento recorrido hacia su propia destrucción en
luchas segregacionistas y xenófobas, repercutiendo las matanzas en
todos los rincones del planeta. Las naciones del mundo debemos recordar
el clamor de los mártires, reivindicar la lucha de Richard Wright,
Nelson Mandela, Oliver Tambo, Joe Slovo, Martin Luther King, Gloria
Steinem y tantos otros y fortalecer una conciencia internacional
prospectiva hacia una sociedad universal más justa, digna e
igualitaria.
En cumplimiento de los principios que informan
nuestra identidad nacional e imbuídos de los preceptos consagrados en
el Preámbulo de la Constitución Argentina, es deber insoslayable
reafirmar nuestra más tenaz decisión institucional de luchar por
conductas sociales que enaltezcan al ser humano en un espíritu de
solidaridad y tolerancia en la convivencia, como el trayecto más corto
contra los fundamentalismos raciales y los prejuicios xenófobos.
Por ello este Senado considera necesario
reafirmar los más altos valores de la igualdad sin discriminaciones y
del respeto irrestricto a los derechos humanos, posición históricamente
sostenida por el cuerpo en la tarea de construir cotidianamente una
democracia que sea emblema de libertad y respeto para quienes habiten
el suelo argentino. Pero ese compromiso podría verse malogrado si no
mantenemos alertas a las instituciones en el repudio incondicional a
las actitudes que atenten contra los derechos humanos y contra la
dignidad de todos los seres humanos basados en consideraciones de raza,
religión o color.
El presente proyecto adhiere también a la
"Semana de la Solidaridad con los Pueblos que Luchan contra el Racismo
y la Discriminación Racial" a celebrarse entre el 21 y el 27 de marzo
del corriente año. Esta convocatoria fue instituida en 1979 por la
Asamblea General de Naciones Unidas como jornadas de renovada
dedicación a los ideales de igualdad y libertad humanas y a la
promoción de campañas internacionales contra el apartheid durante el
decenio 1990/2000. Los objetivos fijados por la comunidad internacional
son tanto más ambiciosos en tiempos en que la discriminación contra las
minorías, las poblaciones indígenas y los inmigrantes ha aumentado al
compás de teorías y culturas supuestamente universalistas que postulan
la desigualdad y las diferencias entre los hombres por causa de sexo,
nacionalidad, raza o religión.
Por los motivos expuestos, y en cumplimiento de
un mandato explícito de la Organización de Naciones Unidas, solicito de
mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-