Número de Expediente 3481/03

Origen Tipo Extracto
3481/03 Senado De La Nación Proyecto De Resolución ISIDORI : PROYECTO DE RESOLUCION RINDIENDO HOMENAJE A JULIO CORTAZAR EN EL 20 ANIVERSARIO DE SU MUERTE .
Listado de Autores
Isidori , Amanda Mercedes

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
19-02-2004 24-02-2004 210/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
20-02-2004 01-04-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
20-02-2004 01-04-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 07-05-2004

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 21-04-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:CONJ. CON S. 3495/03
OBSERVACIONES
DICTAMEN CONJ. CON S. 3495/03

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
172/04 13-04-2004 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3481/03)

PROYECTO DE RESOLUCION

El Senado de la Nación

RESUELVE

Rendir homenaje al escritor Julio Cortázar al haberse
cumplido 20 años de su fallecimiento acaecido el 12 de febrero de
1984.

Amanda Isidori.


FUNDAMENTOS

Señor Presidente

El 12 de febrero de 1984, Julio Cortázar murió de leucemia en
París, la ciudad en la que se autoexilió desde los años cincuenta en un
intento por alejarse del peronismo que comenzaba a impregnarse en las
raíces más hondas de Argentina.

En la Carta de Julio Cortázar a Graciela Maturo enviada
desde París el 4 de noviembre de 1963, e incluida en el libro Julio
Cortázar y el hombre nuevo, de Maturo, Cortázar dice.

" Nací en Bruselas en agosto de 1914. Signo astrológico, Virgo;
por consiguiente, asténico, tendencias intelectuales, mi planeta es
Mercurio y mi color es el gris, aunque en realidad me gusta el verde.
Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre
lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina
en Bélgica, y como acababa de casarse se llevó a mi madre a Bruselas.
Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes,
a comienzos de la Primera Guerra Mundial. Tenía casi cuatro años cuando
mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo el francés y
de él me quedó la manera de pronunciar la "r" que nunca pude quitarme.
Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un
gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso.
Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un
recuerdo feliz de mi infancia: demasiadas servidumbres, una
sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos,
primeros amores desesperados, Los venenos es muy autobiográfico.
Estudios secundarios en Buenos Aires: maestro normal en 1932. Profesor
normal en Letras en 1935. Primeros empleos, cátedras en pueblos y
ciudades de campo, paso por Mendoza en 1944-1945 después de enseñar
siete años en escuelas secundarias. Renuncio a través del fracaso del
movimiento antiperonista en el que anduve metido, vuelta a Buenos
Aires. Ya llevaba diez años escribiendo, pero no publicaba nada o casi
nada (el tomito de sonetos, quizás un cuento). De 1946 a 1951, vida
porteña, solitaria e independiente; convencido de ser un solterón
irreductible, amigo de muy poca gente, melómano, lector a jornada
completa, enamorado del cine, burguesito ciego a todo lo que pasaba más
allá de la esfera de lo estético. Traductor público nacional. Gran
oficio para una vida como la mía en ese entonces, egoístamente
solitaria e independiente.

Autor de innumerables obras que pesan en el imaginario
colectivo de nuestra sociedad y que lo proyectara a nivel
internacional, publica en 1938 bajo el seudónimo de Julio Denis su
primer libro, Presencia.

Siete años después aparece La Otra Orilla y en 1949 la obra
de teatro Los Reyes, en 1951 un "tomito", esto dicho con el mayor de
los cariños y respeto, de cuentos que comienza a provocar una mirada
distinta sobre ese joven autor argentino que arrastra las rr como si
fuera un francés.

Final del Juego, Las armas secretas abarcan del 56 al 59 y en 1960 Los
Premios, una novela que se inicia acá cerca, nada más ni nada menos que
en la "London" y que con el pretexto de un concurso y sus consecuentes
premios desnuda la esencia de los argentinos, con una rara virtud, una
visión cálida y humana, profundamente enraizada desde un hombre que
parece vivir acá pero sin embargo esta en París.

Una generación, la de los sesenta, una facultad, la vieja
facultad de Filosofía y Letras de la calle Viamonte, un puñado de bares
de la zona, comienzan a ser la caja de resonancia de un Cortázar que
como uno más se presta al dialogo, la discusión, la teorización sobre
la métrica, el sentido de la vida, la quiebra del sistema, de todos los
sistemas de todos los modelos para armar.

Historia de Cronopios y Famas se pública en 1962 y Julio
convertido, en presencia o ausencia, en un integrante de todas las
mesas donde se fogoneaba un cambio social, brinda en claves secretas,
ternuras y afectos.

Dice Juan Sasturían, en una excelente nota con motivo del 20
Aniversario de la muerte de Julio Cortázar, " Cortázar jugó mucho con
el tiempo; y el tiempo jugó y juega todavía con él, según costumbre.
Hoy su ingenio tan temido no se privaría de jodas y paradojas ante
tanto criollo fervor encendido por el burocrático calendario, se reiría
del homenaje puntual por los aniversarios en cero: veinte de muerto,
casi noventa de nacido y justo cuarenta de Final del juego, si nos
ponemos finos. Disueltas o postergadas hasta nuevo aviso o coyuntura
las discusiones sobre migraciones paranoicas y compromisos más o menos
aparatosos, para esta hora del unánime festejo Cortázar, como el Mudo,
cada día escribe mejor. Y hasta tiene una calle, hasta tiene su plaza.
Como si el tiempo lo hubiera alcanzado. Pero es mentira, claro. Los que
lo conocieron - y las fotos, que hacen lo que pueden - atestiguan que
además de ser un lindo tipo, interesante y altísimo, Cortázar tenía un
aspecto extraño, de descolocadora eterna juventud. En una foto que se
sacaron junto a Aurora Bernárdez - que le quedaba tan chiquita -
sentados y rígidos como una pareja egipcia tallada en la roca frente al
Nilo, tiene el aire marciano de un pendejísimo suplente blanco de un
equipo de la NBA. Y ya no era pibe. Y más aún sucede con las primeras
fotos de famoso, las excelentes que le hizo Sara Facio a mediados de
los sesenta después de la publicación de Rayuela -la que tiene el
Gauloises sin encender en los labios, por ejemplo- y sobre todo las de
José Gilbert, mordisqueando los anteojos, no son las de un tipo de más
de cincuenta años. Que los tenía. Cosa de la piel, dicen; y esos ojos
tan separados, también".

" Me animo a decir, haciendo un paralelo con su apariencia física, que
Cortázar estuvo (está) como desfasado. La palabra es horrible y él
hubiera preferido titular con "De la capacidad de estar al día llegando
tarde" o "Cómo mariposas, elefantes y cronopios miden (y tejen) el
tiempo con distintas agujas". Pero el primer dato es que Cortázar -que
no era lerdo ni perezoso- es en apariencia un escritor tardío; de
publicación y reconocimiento demorados. Raro para un tipo moderno, que
lo era, o -mejor- que lo fue paradójicamente ya de grande."

Para Mario Benedetti " La suya es una noche circular, o como
él mismo la define, un río que en sí mismo desemboca. Su noche es la
noche del testigo. Pero de esa noche, como de su mesa de trabajo con
lápices, pipas y manuscritos sobre los que brinca su gata Fanelle,
también podría decirse, como el juega y escribe, Todo aquí es tan
libre, tan posible, tan gato.

Pero los lectores de Julio Cortázar son tal como los dice
Manuel Vázquez Montalbán " Los lectores de Cortázar se convierten en
una secta que trata de encontrar huellas en la realidad, aunque sea a
costa de discernirlas en el limite de lo fantasmagórico.

Muchas más son las miradas cómplices de los otros sobre
Cortázar, pero también cabe señalar que a uno de los escritores
argentinos con más prestigio internacional, la Argentina oficial supo
ignorarlo pero fue la sociedad quien lo convirtió en lector de culto.

Hoy Señor Presidente, al rendir este homenaje creemos estar
salvando ese olvido.

Amanda Isidori.