Número de Expediente 3400/03

Origen Tipo Extracto
3400/03 Senado De La Nación Proyecto De Resolución ARANCIO DE BELLER : PROYECTO DE RESOLUCION RECHAZANDO LA CLONACION DE EMBRIONES HUMANOS .
Listado de Autores
Arancio de Beller , Lylia Mónica

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
13-02-2004 24-02-2004 205/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
16-02-2004 19-03-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
17-02-2004 19-03-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 07-05-2004

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 14-04-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
APROBADO COMO: Proyecto de Declaracion
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
51/04 26-03-2004 APROBADA Sin Anexo

PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS

ORIGEN TIPO NUMERO FECHA AR
PE RP 390/04 19-08-2004
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3400/03)

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

El Senado de la Nación

RESUELVE

Manifestarse en contra de la clonación de embriones humanos,
práctica que no puede ser justificada y que supone una
instrumentalización de un ser humano por terceros, que va en contra de
la inviolabilidad de todo hombre y de su consideración como fin y nunca
como medio.

Mónica Arancio de Beller.

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

Recientemente investigadores de la Universidad de Seúl difundieron el
hecho de haber alcanzado una de las metas más deseadas y controvertidas
del mundo científico. Moon Shin-Yong, obstetra, ginecólogo y cirujano,
y Wook Suk Hwang, veterinario y director de la investigación declararon
que, por primera vez en la historia, clonaron embriones humanos y
obtuvieron de ellos las células primigenias que en teoría pueden
transformarse en cualquier tejido del organismo.

Los investigadores coreanos utilizaron la técnica conocida para
clonación animal. Insertaron núcleos de células cúmulo (que rodean los
óvulos en desarrollo dentro del ovario) en óvulos a los que se les
había retirado previamente el núcleo. Emplearon sustancias químicas
para estimular la división embrionaria y dejaron que se desarrollaran
durante una semana, hasta tener entre 100 y 150 células. Entonces,
removieron las células que en un embrión normal están destinadas a
constituir la placenta y dejaron el manojo de células que formarían el
feto. Cuando estas células se cultivan, pueden transformarse en células
troncales, que se reproducen indefinidamente y retienen la capacidad de
formar todos los tipos de células que construye el organismo.

Este hecho, que asombró al mundo científico, reabrió el debate
bioético, nunca del todo truncado, sobre la práctica de la clonación.
Al respecto puso nuevamente en evidencia el pequeño espectro de
posicionamientos en la materia: los que aceptan la clonación y todas
sus variantes como una nueva alternativa para la reproducción, que
incrementa la capacidad electiva del ser humano; los que aceptan
algunas de ellas bajo determinadas circunstancias; y los que consideran
que el acto de clonación es ilícito en sí mismo, que no puede ser
justificado ni por circunstancias especiales ni por fines subjetivos,
por muy nobles que éstos sean.

Esta última posición, que rechaza la clonación de embriones humanos, y
que busco este H. Cuerpo haga suya mediante la presente resolución, es
defendida por Luis M. Pastor García, Vicepresidente de la Asociación
Española de Bioética y Ética Médica,
además de profesor Titular de Biología Celular de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Murcia, del siguiente modo:

"Considero que no puede hablarse de clonación terapeútica, que tendría
una valoración ética aceptable, oponiéndola a clonación reproductiva,
que sería rechazable. No existe, como algunos autores han indicado, una
clonación blanda lícita, y otra dura, ilícita. Poner adjetivos puede
que semánticamente responda bien al objetivo utilitarista que subyace
en tal estrategia del lenguaje -contraponer el potencial beneficio para
la Humanidad, frente a obstaculizar la ciencia en su lucha contra la
enfermedad-, pero, considerando la acción en sí misma, se aprecia
claramente que clonar es una acción reproductiva independientemente del
fin subjetivo que se le dé al producto de tal reproducción, sea
destruirlo al poco tiempo, o dejarlo crecer y nacer. No se ve cómo el
paso del tiempo puede cambiar substancialmente la misma acción de
generar un nuevo ser humano asexualmente. Es más, la intención de
crearlos para destruirlos agrava más la situación de la
eufemísticamente denominada clonación terapeútica, al convertirla en
una nueva forma mortal de esclavitud por la que unos seres humanos son
creados para provecho de otros; un abuso de los más fuertes sobre los
débiles, una disposición de unos por otros, contraria a la igualdad de
todos los seres humanos."

El procedimiento que esta en debate, a partir del descubrimiento de los
científicos de Seúl es el de la clonación de embriones humanos para su
posterior utilización (después de disgregar el embrión clónico) como
fuente de células tronco stem cells. Posteriormente, a partir de estas
células se obtienen determinados tejidos compatibles con el progenitor
que se transplantarían a éste. Este procedimiento ha sido bautizado
terminológicamente con el nombre de clonación terapéutica, y se
trataría de una técnica con indicación de tipo médico.

Sin embargo, este procedimiento supone una instrumentalización de un
ser humano por terceros, que va en contra de la inviolabilidad de todo
hombre y de su consideración como fin y nunca como medio.

Destruir a unos seres humanos para salvar a otros parece algo
contradictorio y opuesto a la pretendida finalidad humanitaria con que
nos quieren justificar la clonación terapeútica. Además, incrementaría
el grado de desprotección en que, poco a poco, se ve envuelto el
embrión humano. No sólo sería, como es en la actualidad, un medio para
satisfacer los deseos reproductivos de una pareja, sino que adquiriría
un grado más de cosificación. Simplemente se trataría de un material
biológico sujeto a las leyes del mercado, o a intereses sanitarios,
personales o sociales.

Considerando que es preciso evitar a toda costa que las decisiones,
sobre todo en una materia tan delicada, estén condicionadas por los
hechos consumados, por la competencia entre grupos de investigación, o
por presiones mediáticas o financieras, y pensando con sentido de
responsabilidad en las generaciones futuras, es necesario que este
cuerpo formule su postura en contra de la clonación humana, aún con
fines terapéuticos, dado que los intentos de establecer distinciones
éticas fundamentales entre clonación reproductiva y terapéutica sólo
contribuyen a aumentar la confusión.

El proceso de clonación, es decir la producción de copias idénticas de
un ser humano, es exactamente el mismo sea cual sea su finalidad. La
clonación reproductiva pretendería producir uno o muchos
individuos-copia genéticamente idénticos a un modelo concreto. La
clonación llamada terapéutica propone producir embriones humanos para
después diseccionarlos, extrayendo de ellos células como materia prima
para técnicas de reemplazo celular. Al igual que la reproductiva, la
clonación terapéutica implica un aplastante desprecio por la dignidad
del embrión humano. Por mucho que de sus células puedan obtenerse
grandes beneficios, la creación, destrucción y utilización de cada
embrión humano lo cosifica, lo lesiona profundamente en su dignidad. El
embrión humano merece respeto y protección, que los poderes públicos
deben garantizar.

Los que proponen autorizar la clonación con fines terapéuticos invocan
de modo reiterado los millones de vidas que se pueden salvar utilizando
células madre embrionarias. Aunque la técnica está en su prehistoria,
se trata de obtener material para reemplazo celular a partir de la
disgregación de embriones. Otros sugieren utilizar los embriones
abandonados en los congeladores de los centros de reproducción
asistida. En uno y otro caso, la argumentación utilitarista se olvida
de la realidad del embrión, que merece ser respetado, al igual que un
feto, un niño o un anciano.

Esta necesidad de respeto del ser humano nos invita a manifestarnos en
contra de los abusos de la medicina reproductiva y la ingeniería
genética resolviendo dejar claro nuestra posición en contra de la
clonación de embriones humanos

Mónica Arancio de Beller.