Número de Expediente 3281/07
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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3281/07 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | GIUSTI : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA CELEBRACION DEL DIA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS , EL 10 DE DICIEMBRE .- |
Listado de Autores |
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Giusti
, Silvia Ester
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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22-10-2007 | 07-11-2007 | 144/2007 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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31-10-2007 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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DE DERECHOS Y GARANTÍAS
ORDEN DE GIRO: 1 |
31-10-2007 | 28-11-2007 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 05-02-2008
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 28-11-2007 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: SOBRE TABLAS |
NOTA:SE AP. TEXTO UNIF. CONJ. S. 3510 Y 3591/07 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-3281/07)
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Senado de la Nación
DECLARA
Su adhesión a la celebración el próximo 10 de Diciembre del Día Internacional De Los Derechos Humanos, conforme lo dispuesto por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 1950.
Silvia E. Giusti.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente
La promoción y protección de los derechos humanos ha sido una de las mayores preocupaciones para las Naciones Unidas desde 1945, fecha en la cual los países fundadores de la Organización, acordaron impedir que los horrores de la Segunda Guerra Mundial se reproduzcan.
Tres años después, en la Declaración Universal de los Derechos del Humanos, la Asamblea General exprimió que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona humana "son los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo". En 1950 la Asamblea General invitó a todos los Estados miembros y a las organizaciones interesadas a que observaran el 10 de diciembre de cada año como Día de los Derechos Humanos. En ese Día se conmemora la aprobación por la Asamblea General de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948.
Con el transcurso del tiempo, se han desarrollado un conjunto de instrumentos y mecanismos desarrollados para asegurar la primacía de los derechos humanos y para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos dondequiera que ocurran.
La Declaración Universal de 1948 es reconocida y aceptada como la fuente inspiradora y el marco de todos los esfuerzos que en el mundo entero, se realizan para proteger y garantizar los bienes jurídicos fundamentales de la persona humana.
En ella se enuncia una concepción del ser humano y de sus valores que es común a todos los pueblos del orbe, y que se halla por encima de las diferencias culturales, religiosas, políticas y económicas.
No resulta exagerado afirmar que sin la Declaración Universal de Derechos Humanos los hombres y mujeres de hoy no tendríamos ni los pactos internacionales de derechos humanos, ni las convenciones contra el genocidio, el apartheid, la tortura y la desaparición forzada.
Sin la Declaración Universal no tendríamos los principios, las reglas y las directrices sobre los deberes de los servidores públicos encargados de hacer cumplir la ley, el empleo de la fuerza y el uso de armas de fuego, la independencia de la judicatura, el tratamiento de los reclusos y los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación.
Tampoco tendríamos la Corte Penal Internacional, esa nueva institución que ahora comienza a administrar justicia para procesar a los responsables de genocidio, de crímenes contra la humanidad y de crímenes de guerra.
Pero la influencia de la Declaración Universal no sólo es perceptible en el ámbito internacional. Lo que en su preámbulo y en su articulado se afirma también es recogido en nuestros tiempos por algunas de las constituciones políticas de los Estados, por sus legislaciones internas y por los fallos de sus tribunales.
La Declaración Universal de Derechos Humanos debe ser vista, pues, como un hito en la historia de la humanidad: como la marca del comienzo de una era nueva en la existencia de los hombres y de las naciones.
Desde hace 59 años quienes ejercen la autoridad y quienes hacen uso de sus libertades deben proceder aceptando, en todo tiempo y en todo lugar, que ¿como se afirma en el Preámbulo de la Declaración¿ ¿la aspiración más elevada del hombre [es] el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias¿.
Por lo expuesto Señor Presidente, es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración.
Silvia E. Giusti.-