Número de Expediente 3271/07

Origen Tipo Extracto
3271/07 Senado De La Nación Proyecto De Declaración PERCEVAL : PROYECTO DE DECLARACION RINDIENDO HOMENAJE A LA LABOR DESARROLLADA POR LA ASOCIACION ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, AL CUMPLIRSE 30 AÑOS DE SU CONSTITUCION Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS .-
Listado de Autores
Perceval , María Cristina

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
22-10-2007 07-11-2007 144/2007 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
31-10-2007 09-04-2008

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE DERECHOS Y GARANTÍAS
ORDEN DE GIRO: 1
31-10-2007 08-04-2008

ENVIADO AL ARCHIVO : 04-06-2008

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 21-05-2008
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
97/08 09-04-2008 APROBADA
En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3271/07)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su homenaje y reconocimiento a la incansable y destacada labor desarrollada por la asociación Abuelas de Plaza de Mayo, al cumplirse 30 años de su constitución.

Desde su origen, la institución ha sido ejemplo en la lucha por la defensa de los derechos humanos, la búsqueda de la verdad y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

María C. Perceval.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas llevaron a cabo el Golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional. La última dictadura militar llevó adelante una política de terror sistemático y de represión, especialmente mediante la ¿desaparición¿ que afectó a 30.000 personas sometidas a la tortura y la privación de su libertad. Pero también, mediante el secuestro ¿junto a sus padres- de niños y niñas y la apropiación de niños y niñas nacidos durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención.

Varios hechos demuestran la existencia de un plan sistemático de secuestro de adultos y apropiación de niños y niñas. Entre estas evidencias podemos nombrar la cantidad de secuestros de jóvenes embarazadas y niños/as, el funcionamiento de maternidades clandestinas, las listas de militares ¿en espera¿ de un nacimiento en esos centros y las declaraciones de los mismos militares.

Los niños y las niñas apropiados/as fueron inscriptos/as como hijos/as propios/as por los integrantes de las fuerzas armadas, vendidos o abandonados como N.N. Así suprimieron sus identidades y los/las privaron del derecho a vivir con sus familias legítimas y de su libertad.

El grupo de abuelas, surgió de sus encuentros casuales durante la búsqueda de sus hijos, hijas, nietos y nietas en hospitales, iglesias, centros de detención, instituciones de menores, despachos de militares. El 22 de octubre de 1977 se organizó como grupo informal en La Plata, fecha que es considerada como fundacional, bajo la presidencia de Chicha Mariani y Licha de la Cuadra. La institución alcanzó visibilidad durante la visita a la Argentina de Cyrus Vance, Secretario de Estado de Estados Unidos. La asociación se constituyó formalmente el 9 de septiembre de 1983 como Asociación Civil sin Fines de Lucro.

En sus comienzos, los logros fueron modestos. En el año 1977, el grupo inicial constituido por doce abuelas (María Isabel Chorobik de Mariani, Beatriz Aicardi de Neuhaus, Eva Márquez de Castillo Barrios, Alicia Zubasnabar de la Cuadra, Vilma Sesarego de Gutiérrez, Mirta Acuña de Baravalle, Haydeé V. de Lemos, Leontina Puebla de Pérez, Celia Giovanola de Califano, Raquel Radio de Marízcurrena, Clara Jurado y María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena) confeccionó una primera lista con sus nietos desaparecidos. La lista fue creciendo...

En enero de 1978, las Abuelas de Plaza de Mayo tuvieron la primera aparición internacional. A través de una carta al papa Pablo VI se comenzó un largo camino que logró que la comunidad internacional se convenciera de que los derechos que se vulneran en un país afectan a toda la humanidad.

En ese mismo año, se realizó la primera presentación conjunta ante la Corte Suprema de Justicia, que aunque no tuvo buen resultado - la Corte se declaró incompetente-, significó uno de los principales frentes de lucha de las abuelas. En agosto, se publicó la primera solicitada en la prensa, con el propósito de difundir los hechos y la verdad.

Ya a dos años de su fundación, las Abuelas se contactaron con CLAMOR en Brasil. Este hecho es señalado por las mismas abuelas como un hito en la creciente cooperación de organizaciones no gubernamentales de todo el mundo para apoyar su lucha: Organización Católica de Desarrollo y Paz (Canadá), Amnesty Internacional, Consejo Mundial de Iglesias, Terre des Hommes (Suiza y Alemania), Folke Kirkens (Dinamarca), Comité Catholique contre le Faim et pour le Development (Francia), Radda Barnen (Estocolmo), Hecks (Suiza) .

En el año ¿79, con el trabajo de CLAMOR, fueron localizados eh Chile Anatole Boris y Eva Lucía Julien Grisonas, hijos de una pareja de uruguayos y desaparecidos desde diciembre del ¿76 cuando fueron secuestrados con sus padres en Buenos Aires.

Las primeras niñas localizadas por las Abuelas de Plaza de Mayo, en marzo del ochenta, fueron Tatiana y Laura Malena. Ambas habían desaparecido junto a su madre, Mirta Graciela Britos y el padre de Laura, Alberto Javier Jotar, en octubre de 1977. El padre de Tatiana, Oscar Ruarte, había desaparecido en Córdoba en el `76. Ellas fueron adoptadas de buena fe por la familia Sfiligoy, y a partir de su localización recuperaron la identidad y reconstruyeron la relación familiar con sus abuelas materna y paterna.

En diciembre de 1984, Paula Eva Logares fue restituida por vía judicial. La niña había desaparecido junto con sus padres, Mónica Grispon y Claudio Logares, en julio del ¿78 en Uruguay. La niña tenía casi dos años. Su abuela materna, Elsa Pavón de Aguilar, se unió a las Abuelas para buscarla. La localizaron por primera vez en 1980, pero la familia que la había apropiado se mudó y perdieron el rastro. Gracias a una denuncia de un vecino que la reconoció por uno de los afiches distribuidos por Abuelas la volvieron a encontrar. Después de una meticulosa investigación, se realizó la primera presentación judicial pidiendo su restitución en diciembre de 1983. En agosto del siguiente año se probó mediante análisis inmunogenéticos que la niña era Paula y en diciembre se obtuvo el fallo y la restitución. Después de este caso, hubo más restituciones por vía judicial y algunos todavía están en distintas etapas procesales.

El objetivo principal de la institución fue y es la localización, identificación y restitución de la identidad de los niños y niñas secuestrados/as y nacidos/as en el cautiverio de sus madres desaparecidas durante la última dictadura. Asimismo tiene por objeto crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños y niñas, exigiendo castigo a todos los responsables.

Mientras duró la dictadura lo más costoso fue organizarse y conseguir información. En declaraciones periodísticas, Estela de Carlotto, la actual presidenta, decía ¿Al principio creíamos que nos iban a devolver a los chicos. Muchas preparamos un ajuar o dejamos de trabajar con la idea de que íbamos a dedicarnos a criarlos. Hubo que asumir riesgos y anteponer el amor y la necesidad de encontrar a los hijos y nietos. Sabíamos que buscarlos era peligroso pero era un mandato del corazón. Lo bueno fue hacerlo juntas, darnos la mano¿.

En esos años, simulando festejar algún cumpleaños, las abuelas se reunían en alguna confitería y por debajo de la mesa se pasaban papelitos. Buscando a sus nietos, y basándose en denuncias realizadas muy discretamente, esperaban escondidas a la salida de los colegios, anhelando encontrar alguna cara que pudiera ser la de un niño o niña buscados.

En sus viajes al exterior, para denunciar el terrorismo de Estado, comenzaron a recibir los primeros testimonios sobre los partos clandestinos. La cantidad de relatos de sobrevivientes desaparecidos permitió comprender que lo que sucedía era consecuencia de un plan sistemático para apropiarse de los hijos e hijas de desaparecidos/as. Los testimonios confirmaban que las mujeres embarazadas habían dado a luz con los ojos vendados y encadenadas, que las separaban de sus bebés y después eran ¿trasladadas¿, es decir, asesinadas.

Con la democracia, las dificultades siguieron, Carlotto afirma ¿Pensábamos que el Estado se iba a hacer cargo de recomponer la situación y que nosotras íbamos a ser colaboradoras indirectas. Fuimos de una ingenuidad muy grande. Y finalmente nos dimos cuenta de que teníamos que seguir siendo las actoras principales en la búsqueda¿.

A pesar del penoso trabajo iniciado durante la dictadura, más adelante se consiguieron testimonios de los que lograron salir de los centros clandestinos de detención, de diversas denuncias y del trabajo de investigación de la asociación. El primer ¿banco casero de datos¿ se armó alrededor del ¿80 iniciado con las informaciones recibidas de CLAMOR, y copiados dedicadamente en papel de seda y escondidos. En estos 30 años, se han valido de varios métodos: por un lado, las abuelas que contaban con alguna pista o datos sobre el secuestro de sus hijos y nietos, emprendían la búsqueda apoyadas por la institución. Esto se dio fundamentalmente en los primeros años de su lucha. Por otro lado, la investigación se realizaba a partir de un dato aportado solidariamente por alguna persona que vivía cerca, o trabajaba con, o sabía de una familia que tenía un menor en condiciones dudosas. Esta modalidad creció a partir de la recuperación de la democracia. Finalmente, la presentación espontánea de un joven que sospecha o sabe que puede ser hijo de desaparecidos, es hoy la forma más común, teniendo en cuenta que los niños nacidos entre 1976 y 1980 tienen hoy entre 26 y 30 años.

Las abuelas trabajan en cuatro niveles: denuncias y reclamos ante las autoridades gubernamentales nacionales e internacionales; presentaciones ante la Justicia; solicitudes de colaboración dirigidas al pueblo en general; y pesquisas o investigaciones personales.

La Asociación trabaja con equipos técnicos y profesionales formados en las áreas jurídicas, médicas, psicológicas y genéticas. El equipo de investigaciones es el encargado de recibir y procesar las denuncias, buscar la documentación (partidas y certificados de nacimiento, fichas médicas, certificados de estudios) de recopilar el material gráfico y fílmico de los casos en observación, cruzar las diferentes fuentes de información y reunir todo dato que pueda ser necesario para sustentar las causas judiciales.
Cada niño desaparecido, tiene una causa abierta en la Justicia, a estas se van agregando elementos probatorios que ayudan a determinar su verdadera identidad y la de los responsables de su tenencia ilícita y de su secuestro.

Hasta la actualidad, más de seis mil denuncias han sido registradas por la asociación. Asimismo, existen más de ocho mil certificaciones de nacimientos que son factibles de ser investigadas, por haber sido firmadas por médicos y parteras ligados al aparato represivo, con domicilios no habilitados por la Secretaría de Salud Pública, partos domiciliarios e inscripciones fuera de término legal en el Registro Nacional de las Personas. Hay registradas también más de dos mil adopciones de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, entre que se desató el golpe de Estado y el regreso de la democracia.

Este año, en el mes de julio de 2007, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo dio a conocer la recuperación de la nieta número 88. La joven se llama María Belén, tiene 29 años, y según los estudios inmunogenéticos, es hija de Rosa Luján Taranto y Horacio Antonio Altamiranda, ambos desaparecidos durante la última dictadura militar. Su abuela paterna, Irma Rojas, había denunciado que al desaparecer, su nuera estaba embarazada. Horacio y Rosa fueron secuestrados el 13 de mayo de 1977 en Florencio Varela.

Entre los logros de Abuelas, podemos mencionar el aporte que han hecho al derecho internacional. Con la voluntad de incluir legislación que garantizara el derecho a la identidad de las niñas y los niños víctimas de desaparición forzada, se sumaron al proyecto de Convención Internacional Sobre los Derechos del Niño. Su compromiso fue tan marcado, que a los artículos 7 y 8 de dicha convención se los llama los artículos argentinos. Esta Convención fue ratificada en nuestro país, y actualmente tiene rango constitucional.

La labor de Abuelas de Plaza de Mayo, también contribuyó en el desarrollo de métodos genéticos para las pruebas de filiación. En el año 1983, se desarrolló el primer método para determinar el ¿índice de abuelidad¿. El desafío fue asumido por el Dr. Fred Allen del Blood Center de New York y la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia quienes, junto con la Dra. Mary Claire King y el Dr. Cristian Orrego, desarrollaron este índice que combina la investigación del grupo sanguíneo y RH, la histocompatibilidad, las isoenzimas eritrocitarias y las proteínas plasmáticas. Más adelante se desarrollaron otros métodos que actualmente utilizan: el Análisis Dactiloscópico Molecular y ADN Mitocondrial.

Otro de los aportes ha sido la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos, elaborado en conjunto con varios organismos gubernamentales. El proyecto de Ley fue impulsado por la Asociación, dando origen a la Ley Nº 23.511, sancionada en 1987 y reglamentada dos años más tarde. Esta institución es única en su género en todo el mundo, y deja establecidas las condiciones prácticas para la identificación de los nietos. El Banco almacena y conserva muestras de sangre de cada uno de los miembros de los grupos familiares, para permitir estudios en el futuro. El banco deberá funcionar hasta el año 2050.

También mérito de la Asociación fue la creación de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI). Este organismo, que depende directamente de la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, se encarga de la búsqueda y localización de los niños desaparecidos durante la última dictadura militar en la Argentina y, simultáneamente, vela por el cumplimiento de los artículos 7, 8 y 11 de la Convención Internacional por los Derechos del Niño. El sentido y creación de este organismo concuerda con uno de los objetivos principales de Abuelas: trabajar para preservar las raíces, la historia y la identidad.

Asimismo, la Asociación construyó un equipo de apoyo psicoterapéutico que brinda atención a los nietos recuperados y a sus familiares para reparar los daños y acompañarlos en el proceso de reconstrucción de su identidad y sus lazos afectivos.

¿Las Abuelas representan, tal vez, la herida más abierta que dejó la dictadura. Los familiares de desaparecidos nunca se resignaron a la ausencia. Pero con los años, y sin ceder en el reclamo de saber qué ocurrió con ellos y que sus asesinos vayan a prisión, dejaron de esperar que sus seres queridos regresaran. Los secuestros de embarazadas o de niños pequeños implicaban la posibilidad ¿con los años cada vez más cierta¿ de que los chicos estuvieran vivos. Y generaban en sus familias la impotencia de saber que estaban creciendo sin conocer su historia, con un nombre falso y al lado de una persona que podía estar involucrada en el asesinato de sus padres¿.

Las Abuelas de Plaza de Mayo son símbolo de la verdad, la memoria y la justicia, al afirmar día a día su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el olvido y la impunidad. En este sentido, representan el rostro del país que todos y todas pretendemos construir. Este camino que tomaron, se representa en la frase de su presidenta, Estela de Carlotto: ¿El dolor, transformado en lucha, otorga la satisfacción de saber que la lucha es para todos¿.

Por los motivos expuestos, y porque las Abuelas de Plaza de Mayo ofrecen a los hijos e hijas de detenidos-desaparecidos la posibilidad de reconstruir sus identidades a partir del rencuentro con sus historias personales, porque defienden los derechos humanos, la justicia y la verdad solicito a mis pares me acompañen en el presente proyecto de declaración.

María C. Perceval.