Número de Expediente 3241/07

Origen Tipo Extracto
3241/07 Senado De La Nación Proyecto De Declaración CAPARROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA OBSERVANCIA ANUAL DE LA SEMANA DEL DESARME , A REALIZARSE ENTRE EL 24 Y 30 DE OCTUBRE .-
Listado de Autores
Caparrós , Mabel Luisa

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
18-10-2007 07-11-2007 142/2007 Tipo: NORMAL

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
ORDEN DE GIRO: 1
22-10-2007 28-02-2009

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2009

ENVIADO AL ARCHIVO : 09-11-2009

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3241/07)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su adhesión a la observancia anual de la Semana del Desarme, instituída del 24 a 30 de octubre de cada año por la Asamblea General de Naciones Unidas, (Resolución S-10/2) y cuyo objetivo es difundir información sobre el peligro de la carrera de armamentos, dar a conocer la necesidad de que cese su proliferación y fomentar un mayor entendimiento entre la población mundial de las tareas más urgentes del desarme.

Mabel L. Caparros.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

En las postrimerías del siglo pasado se derrumbó una barrera ideológica que durante decenios fue fuente de desconfianza y hostilidad, arrastrando consigo a los temibles instrumentos de destrucción que eran sus compañeros inseparables. Con el fin de la guerra fría el mundo asistió al final de la destructiva lógica de un juego de suma cero, donde más allá del triunfo de un bloque sobre otro, el presagio de muerte y desvarío tenía alcance universal.

Pese al cambio en el escenario mundial y contrariando los pronósticos de algunos especialistas, el mundo no ha ingresado en una era de paz, cooperación o democracia. Por el contrario, el fin de la contienda Este-Oeste ha desatado conflictos que la confrontación principal había mantenido ocultos o latentes. Marginalidad, pobreza, conflictos étnicos y religiosos, armamentismo y confrontación entre países periféricos constituyen una agenda no exhaustiva de los conflictos que debe afrontar el nuevo orden internacional y que conspiran contra el ideal de paz universal de las naciones civilizadas del mundo.

Erróneamente los países del mundo, desarrollados o no, han empeñado casi un siglo de su historia buscando la seguridad a través de una desenfrenada carrera armamentista. Nada más errado, pues la verdadera seguridad reposa en el desarrollo, no en las armas. Y este fue oportunamente el concepto central que transmitiera el Secretario General de Naciones Unidas en el marco de su Informe sobre Desarrollo y Cooperación Internacional.

La observancia anual de la Semana del Desarme, que comienza el día del aniversario de la fundación de las Naciones Unidas, se estipuló en el Documento Final del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General dedicado al desarme celebrado en 1978 (resolución S-10/2). Se invitó a los estados miembros a difundir información sobre el peligro de la carrera de armamentos, a dar a conocer la necesidad de que cesara la proliferación y a fomentar un mayor entendimiento entre el público de las tareas más urgentes del desarme.

El 12 de diciembre de 1995 la Asamblea invitó a los gobiernos y a las organizaciones no gubernamentales internacionales y nacionales a que siguieran participando activamente en la Semana del Desarme (resolución 50/72 B). Asimismo instó al Secretario General a seguir utilizando en la mayor medida posible los órganos de información de las Naciones Unidas para fomentar entre el público de todo el mundo una mejor comprensión de los problemas relacionados con el desarme y de los objetivos de la Semana del Desarme.

En un mensaje emitido en septiembre de 1998 el Secretario General de Naciones Unidas rogó "a todos los líderes de las naciones en guerra que dejen a un lado sus propias ambiciones y que piensen en su pueblo, que resistan la tentación de buscar la gloria por medio de la conquista y que reconozcan que la capacidad de gobernar pacíficamente, por sí sola, traerá a ellos y a sus pueblos las recompensas que merecen".

El Mahatma Ghandi solía decir que ¿No hay caminos para la paz, la paz es el único camino¿. Debemos acompañar el llamado efectuado por el concierto de naciones para que los líderes mundiales abandonen la desenfrenada carrera armamentista que dominó el final del siglo pasado, y que disminuyan el nivel de confrontación que sacude a millones de personas en guerras y odios que parecen no tener fin. Debemos fortalecer el sistema de convivencia internacional basado en la Carta de Naciones Unidas y construir entre todos un orden internacional diferente, sustentado en un sistema de valores compartidos: la libertad, la democracia y los derechos humanos deben ser los pilares fundamentales en que se asiente la construcción de un nuevo orden internacional.

Pese a las actuales circunstancias mundiales en que el mundo asiste con horror a una nueva confrontación bélica de proporciones, se hace necesario unirnos a ese llamado y como estado miembro hacer cuanto esté a nuestro alcance para consolidar la paz y la seguridad internacionales, colaborando con el sistema de seguridad colectiva adoptado en San Francisco y revalorizar el rol del Consejo de Seguridad sobre el que descansa el futuro inmediato de la paz y seguridad internacionales.

Múltiples han sido los foros y conferencias internacionales en que la comunidad de naciones expresó su preocupación por regular y mitigar los efectos de la carrera armamentista a nivel mundial. Así la Conferencia de los Estados partes en la ¿Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados¿ (también conocida como la Convención sobre armas inhumanas) celebrada en Viena del 25 de septiembre al 13 de octubre de 1995, no pudo concluir el examen del Protocolo sobre prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa y otros artefactos (Protocolo II), por lo cual decidió continuar su labor. El 12 de diciembre de 1995, la Asamblea General exhortó a los Estados partes a que redoblaran sus esfuerzos para concluir las negociaciones encaminadas a consolidar el Protocolo. Se pidió al Secretario General que siguiera proporcionando asistencia a la Conferencia de Examen (resolución 50/74). En la actualidad en 64 piases hay entre 85 y 110 millones de minas terrestres, que según se estima, dan muerte o mutilan a unas 26.000 personas cada año.

La Conferencia de los Estados partes en la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la Producci6n y el almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxinicas y sobre su destrucción (1996), se celebró en Ginebra del 25 de noviembre al 13 de diciembre de 1996 a petición de los Estados partes con el objeto de examinar propuestas para fortalecer la Convención, incluidas las relativas a las medidas de verificación. Tal era su importancia que se efectuó un pedido expreso al Secretario General de Naciones Unidas para que preste asistencia y proporcione los servicios para la Conferencia y sus preparativos (resolución 50/79, de 12 de diciembre de 1995).

Durante su transcurso la Asamblea General decidió convocar un cuarto periodo extraordinario de sesiones de la Asamblea dedicado al desarme, que se celebraría, de ser posible, en 1997, y que la fecha exacta de celebración y el programa se decidieran antes de finalizar el periodo ordinario de sesiones de la Asamblea (resolución 50/70 F). La Asamblea estableció un Comité Preparatorio para que elaborara un proyecto de programa y examinara todas las cuestiones relacionadas con el periodo de sesiones. Se pidió al Comité Preparatorio que celebrara un breve periodo de sesiones de organización antes de que concluyera el quincuagésimo primer periodo de sesiones de la Asamblea General con miras a fijar la fecha de su periodo de sesiones sustantivo. Tal es la importancia asignada al tema que ya en 1978, 1982 y 1988 se celebraron periodos extraordinarios de sesiones de la Asamblea General dedicados al desarme.

El 6 de diciembre de 1995 la Asamblea General convino en que se podría convocar antes del fin del siglo una tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Exploración y Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos. Se pidió a la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos de la Asamblea General que examinara todas las cuestiones relacionadas con la posible convocación de la Conferencia en su 39º periodo de sesiones con miras a formular una recomendación final a la Asamblea General en ese periodo de sesiones (resolución 50/27). Las anteriores conferencias UNISPACE se celebrara en Viena en 1968 y en 1982.

Finalmente en diciembre de 1990 la Asamblea General declaró el decenio de 1990 Tercer Decenio para el Desarme (resolución 45/62 A). Anteriormente el decenio de 1970 y el decenio de 1980 se habían declarado también decenios para el desarme. Al aprobar la declaración del decenio de 1990 como Tercer Decenio para el Desarme, la Asamblea General señala los objetivos comunes de la comunidad internacional para el decenio, que incluían la reducción y, en último término, la eliminación de las armas nucleares; la prohibición total de los ensayos nucleares; el fortalecimiento del régimen de no proliferación nuclear y la detención de la carrera de armamentos nucleares; el fomento de la cooperación para la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos en el marco de salvaguardias convenidas; y la reducción de los armamentos convencionales y las fuerzas armadas.

Entre otros objetivos del Decenio se destacan la concertación de una convención sobre la prohibición de todas las armas químicas, la prevención de una carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; el aumento de la transparencia respecto de los asuntos militares; la ampliación del alcance y la técnicas de la verificación; y el fomento de la utilización de la ciencia y la tecnología con fines pacíficos.

En ese Decenio se lograron avances importantes en este sentido. En 1992, la Asamblea hizo suya la Convención sobre la prohibición del desarrollo la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción (resolución 47/39), que se abrió a la firma en París en enero de 1993. En 1993, 1994 y 1995 la Asamblea General pidió a los Estados que decretaran suspensiones de la exportación de minas terrestres antipersonales. El 12 de diciembre de 1995 la Asamblea General acogió con beneplácito la decisión adoptada en 1995 por la Conferencia de las Partes encargada del examen y la prórroga del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (celebrada en Nueva York del 17 de abril al 12 de mayo 1995) de que el Tratado continuara en vigor indefinidamente (resolución 50/70 C).

Ante la nutrida actividad de la Organización de Naciones Unidas y siendo la República Argentina un estado miembro que no produce ni almacena armamentos, debemos adherir a la observancia anual de la Semana del Desarme, cuyo objetivo es difundir información sobre el peligro de la carrera de armamentos, dar a conocer la necesidad de que cese su proliferación y fomentar un mayor entendimiento entre la población de las tareas más urgentes del desarme.

Por las razones expuestas solicito de mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.

Mabel L. Caparros.