Número de Expediente 3216/05

Origen Tipo Extracto
3216/05 Senado De La Nación Proyecto De Ley MORALES Y OTROS : PROYECTO DE LEY DISPONIENDO LA REPATRIACION A LA PCIA. DE JUJUY DE LOS RESTOS MORTALES DE JUAN JOSE FELICIANO FERNANDEZ CAMPERO , CNEL. MAYOR GRADUADO DEL EJERCITO PATRIO , SEPULTADOS EN KINGSTON , JAMAICA .
Listado de Autores
Morales , Gerardo Rubén
Losada , Mario Aníbal
Arancio de Beller , Lylia Mónica
Mastandrea , Alicia Ester
Lescano , Marcela Fabiana
Gómez Diez , Ricardo
Escudero , Sonia Margarita

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
29-09-2005 02-11-2005 158/2005 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
05-10-2005 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
05-10-2005 28-02-2007
DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
ORDEN DE GIRO: 2
05-10-2005 28-02-2007
DE PRESUPUESTO Y HACIENDA
ORDEN DE GIRO: 3
05-10-2005 28-02-2007

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2007

ENVIADO AL ARCHIVO : 11-05-2007

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3216/05)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

Por el que se dispone la repatriación a la Provincia de Jujuy, de los restos mortales de Juan José Feliciano Fernández Campero, Coronel Mayor Graduado del Ejército Patrio, sepultados en la ciudad de Kingston, República de Jamaica.

ARTICULO 1º.-Dispónese la repatriación de los restos mortales de Juan José Feliciano Fernández Campero - Coronel Mayor Graduado del Ejército Patrio, mártir de la Independencia Nacional, colaborador del General Martín Miguel de Güemes, Diputado del Congreso de Tucumán, popularmente conocido como Marqués de Yavi - sepultados en el cementerio de la ciudad de Kingston, República de Jamaica.

Con los máximos honores se le dará sepultura en la Provincia de Jujuy.

ARTICULO 2º.-Créase, en la ámbito del Poder Ejecutivo nacional, la Comisión Honoraria de Repatriación de los Restos del Marqués de Yavi.

Para la integración de la Comisión se invitará a representantes del Instituto Güemesiano de Salta; de la Asociación Gaucha de Jujuy; del Instituto Belgraniano; de la Junta de Historia de Rosario; de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos; descendientes; historiadores; y autoridades provinciales del área de cultura, entre otros, a designar por el Poder Ejecutivo.

Los Legisladores Nacionales de la Provincia de Jujuy serán integrantes de la Comisión.

ARTICULO 3º.- La Comisión tendrá por función asesorar sobre la localidad y el lugar donde se fijará la sepultura, dentro de la Provincia de Jujuy; las características arquitectónicas del sepulcro atendiendo a su ubicación; y los honores a rendirse en dicha oportunidad.

ARTICULO 4º.- El Poder Ejecutivo nacional arbitrará las medidas conducentes para la ejecución de la presente ley.

ARTICULO 5º.- La ceremonia en la que se rinda homenaje oficial al Marqués de Yavi, será declarada de interés legislativo del Congreso de la Nación.

ARTICULO 6º.- El gasto que demande el cumplimiento de la presente ley será imputado al Presupuesto General de la Administración Nacional para el ejercicio 2006.

ARTICULO 7º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Gerardo R. Morales.- Mario A. Losada.- Lylia M. Arancio de Beller.- Alicia E. Mastandrea.- Marcela F. Lescano.- Ricardo Gómez Diez.- Sonia Escudero.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Pocas veces la historia argentina ha registrado una vida tan atrayente como la del Marqués de Yavi.

Rodeada de mitos y situaciones extremas, es una verdadera invitación a la inspiración de todo novelista, un conmovedor relato para los jóvenes sobre la virtud de patriotismo y un aprendizaje, aún no concluido, de la gesta vivida en procura de nuestra independencia nacional.

Hemos de referirnos a Juan José Feliciano Fernández Campero y Martiarena del Barranco, Pérez Uriondo y Hernandez de Lanza, Caballero de Calatraba, cuarto Marqués del Valle de Tojo, Conde de Jujuy, Caballero de la Real Orden de Carlos Tercero, Conde de San Mateo, en adelante lo nombraremos por un título inexistente, cimentado por la sabiduría popular: El Marqués de Yavi.

Corría el año 1777, en San Francisco de Yavi, Virreinato del Río de la Plata, cuando nacía Juan José Feliciano en el seno de una familia hidalga de origen español.

Sería el primero de seis hijos, correspondiéndole por ello la herencia de vastos dominios y el título de cuarto Marqués del Valle de Tojo.

Su bisabuelo, Juan José Fernández Campero y Herrera, único heredero de la inmensa fortuna de su esposa Juana Clemencia de Ovando, gestiona y recibe del Rey Felipe IV la titularidad de la encomienda de Casabindo y Cochinoca y el Título de Marqués de Tojo por tres generaciones. Unico caso de concesión de un título de nobleza española, registrado en lo que luego sería territorio argentino.

Se conservan en Yavi, la casona del marquesado y su adjunta Capilla de San Francisco, cabecera religiosa de la Puna, construida por una promesa en procura de fertilidad. Hoy Monumento Histórico Nacional por Ley 25.450.

En la Capilla sobresale, por su belleza, el altar labrado en madera laminada en oro; los ventanales de jaspe transparente; las pinturas traídas del Perú; y las esculturas de la Escuela Cuzqueña.

Familia sumamente devota de la fe católica, fueron durante años los principales benefactores del colegio y la misión Jesuita del Chaco; y crearon y sostuvieron las primeras escuelas de letras de Jujuy, a cargo de los curas Franciscanos. Muchos años más tarde, su nieto, Julio Campero, Obispo de Salta, vestiría el manto y la corona de la Virgen del Milagro de Salta con las últimas joyas del marquesado.

La plata extraída de las minas de Cochinoca, dio lugar a extensas leyendas en torno al marquesado. Una red de túneles diseñada en el subsuelo de la casa, un mapa grabado sobre un muro con indescifrables jeroglíficos, cuarenta mulas cargando alforjas conteniendo plata hacia un destino desconocido, magníficas participaciones de matrimonio cinceladas en oro sobre pulido mármol, quizás expliquen, en parte, la imaginación popular.

Pero no sólo eso, el patrimonio del marquesado y posesiones territoriales estaba integrado por buena parte de lo que hoy son las provincias de Jujuy y Salta, por toda la Puna, parte de la Quebrada de Humahuaca, la extensión cordillerana hacia Chile, incluyendo San Antonio de los Cobres, más un vasto segmento del Alto Perú que, sumados en territorio total, era mayor a la de varios países europeos juntos.

Aún frente a tanta seguridad económica y a su estirpe española, este hombre nacido en América debió enfrentar su devenir histórico.

Sin duda otra hubiera sido la historia de la emancipación del Virreinato del Río de la Plata si hombres como él no hubieran puesto al servicio de la patria no sólo su patrimonio, sino su vida misma.

El Marqués debía militarmente responder al ejército realista por su linaje y su compromiso militar, anterior a los hechos de Mayo, asumido con el reinado español. Actuaba bajo las órdenes del General realista Pío Tristán, que no solo era su jefe, sino el padrino de bautismo de su hijo menor y compañero de la infancia.

Pese a ello, abandonó las filas del ejército realista junto con las fuerzas de caballería que comandaba, y sin dar combate, determinó el triunfo del General Manuel Belgrano en la batalla de Salta, acaecida el 20 de Febrero de 1813.

Sería en esa oportunidad donde el Ejército del Norte desplegaría por primera vez en combate la bandera celeste y blanca de Belgrano. Se dice que juntos colocaron cruces en el campo de batalla por los caídos.

Esta trascendente decisión en favor de los ideales patrios, significó hacer de su persona uno de los mayores objetivos de la represalia del ejército realista.

Atrás quedarían los títulos de ilustre español, eligió ser un noble hijo americano.

Terminado el combate, sería en Yavi donde se reuniría el General Belgrano con Juan Martín de Güemes y los oficiales a su cargo, a fin de planificar la siguiente campaña. Entre ellos se encontraba el primo de Güemes, el Marqués de Yavi, quien hospedó a los héroes del Norte.

Belgrano depositó en él una enorme confianza, y lo nombró Comandante general de la zona de Yavi, actuando al frente de las tropas que el mismo Marqués sostenía.

Formó a sus expensas un destacamento militar a favor de la causa de la independencia de seiscientos hombres, al que llamaría Primer Regimiento Peruano. Este regimiento fue creado y sostenido por Campero, hasta el final de sus días, y fue un apoyo sustancial para las victorias de Güemes, con quién mantuvo un vínculo inquebrantable, inclusive cuando se produjo el enfrentamiento con José Rondeau.

El 27 de Junio de 1814 el Director Supremo Gervacio Antonio de Posadas, le extendió los despachos de Coronel del Ejército. Sus tropas actuaron en los múltiples combates que se sucedieron en tierras de la Puna entre 1814 y 1815.

Atendiendo a sus méritos el Director José María Alvear, lo nombró, el 24 de Febrero de 1815, Coronel Mayor Graduado del Ejercito de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Bajo las órdenes de Güemes obtuvo el triunfo en el combate del Puesto del Marqués, lo que le significó al General, ser designado por un populoso Cabildo Abierto como Gobernador Intendente de Salta.

Luego de la derrota de Rondeau en Sipe Sipe en la cual perdieron la vida más de dos mil almas, las fuerzas leales a Buenos Aires quedaron reducidas a solo mil quinientos hombres mal armados, entre ellas, las solventadas por el Marqués de Yavi.

En el año 1816 el Marqués disponía en la Puna de una plana mayor compuesta por Juan José Quesada y Juan Antonio Rojas, más unos seiscientos hombres armados y el apoyo del grupo gaucho al mando del Comandante de Avanzada Bonifacio Ruiz de los Llanos, llamados los "Dragones Infernales".

El Mariscal José De la Serna, a cargo de la ofensiva realista, llamaría a sus soldados por oposición a esos: "Los Angélicos". El ejército realista contra el que debieron luchar los patriotas del Norte, estaba compuesto por más de seis mil hombres, comandados por Pedro Antonio de Olañeta y Juan Guillermo de Marquiegui.

Bajo el intenso asedio realista, fue oficiado por Posadas para representar al departamento de Chichas en el Congreso de Tucumán, localidad del Alto Perú, en ese momento en poder de los españoles, hoy Potosí. El dramático bloqueo militar en que se encontraba le impidió concurrir a tal honrosa designación.

Al producirse los avances de Olañeta, el Marqués dominaba la cuidad de Jujuy, y desde allí avanzó con su tropa hasta Abra Pampa. A la espera de los refuerzos que le enviaría Güemes, triunfó en varios combates, entre ellos el de Colpayo, avanzando trescientos kilómetros al norte y despertando una euforia triunfalista.

Cumpliendo órdenes de Güemes, se cerró el camino de Tupiza con las tropas del Capitán Rojas, por donde se esperaba el contraataque, y el resto se acantonó en Yavi.

El 15 de Noviembre de 1816, mientras escuchaba misa en su Capilla, fueron atacados por el Coronel Marquiegui, hecho conocido como "La sorpresa de Yavi" inútil fue la huida emprendida, caería el Marqués como prisionero de las fuerzas realistas.

Terrible su frustración al ver la tierra patria, convertida en suelo enemigo. Desvanecida y trunca su lucha en procura del sueño de libertarla.

Un gesto de entrañable nobleza del Comandante Ruiz de los Llanos, tuvo lugar ese día, con justicia apodado El Intrépido, en dos oportunidades durante la fuga favoreció con su cabalgadura al Marqués de Yavi. En sus dignas manos continuaría la posterior defensa de la Puna.

En nada ayudó al Coronel Campero el ser un hombre fornido, culto y de gran estatura y peso. Al saltar una acequia rodó al suelo y, al caer, un soldado realista le disparó un tiro que no dio en el blanco.

Junto con el Marqués, apresaron a Juan José Quesada y a otros trescientos combatientes.

La represalia española, se expresó con crudeza. Cuarenta hombres y tres mujeres de los prisioneros de Yavi fueron degollados en la plaza de Potosí donde habían sido trasladados. Muchos de aquellos que no fallecieron por fusilamiento o tortura, fueron vendidos como esclavos.

Preso en la Puna, el Marques, es enviado al Alto Perú. Los muros de las cárceles de Tupiza y Potosí contuvieron al valiente durante más de un año. Las amenazas de tormentos motivaron desde el Congreso de Tucumán, por parte del Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, diputado por Jujuy, un reclamo de represalias patriotas si se lo torturaba o pasaba por las armas.

Ello no detuvo a los realistas, su prisión fue un martirio. Belgrano y Güemes oficiaron a de la Serna reclamando duramente por los tormentos sufridos por el Marqués en Tupiza, exigiendo compasión y respeto.

Tiempo después, fue José de San Martín quien solicitó la liberación de los presos de Yavi, proponiendo nuevamente un canje de prisioneros. Se logra de este modo la liberación de Quesada. Pero la condición de noble español, impide el retorno del Marqués.

Probablemente el suplicio que vivió Juan José Feliciano Fernández Campero dio lugar, al primer caso documentado de denuncias por torturas emprendido en la etapa pos - colonial de esta parte de América.

Escapa de su prisión de Potosí y emprende ilusionado el regreso a su querida patria. No fue tarea sencilla, el camino estaba fuertemente custodiado y el Marqués es recapturado.

Es enviado en barco a España para ser sometido al Consejo de Guerra. Su delicada salud por los tormentos sufrido en el encierro, determina su desembarco y custodia en la ciudad de Kingston, Jamaica.

La sentencia española lo hubiera condenado por ser un digno hijo de la lucha por la independencia americana. Hubiera escuchado con enorme orgullo, el ser encontrado culpable de amar a la patria.

Nuestro Himno nacional canta, "Oh, juremos con gloria morir". Para hombres como él fue escrito, para aquellos que nos han regalado sus sueños y desvelos. Hoy todos ellos y sus luchas integran nuestra identidad nacional.

Murió en Jamaica, el 22 de Octubre de 1820. Temprana fue la tumba que guarda sus restos, generosas las tierras hermanas que aún lo hospedan.

Tres hijos quedaron huérfanos de padre.

Vencimos. Podríamos honrarlo. Sólo que no está entre nosotros. Cómo justificar que tan noble patriota permanezca en el exilio. Tal vez necesitemos de una última leyenda: dicen que en tierras lejanas descansa su cuerpo, y en nuestra patria se halla su alma.

Hasta aquí los hechos históricos que fundamenta la repatriación de los restos mortales de Juan José Feliciano Fernández Campero, Marqués de Yavi.

A los efectos de proceder al cumplimiento de lo dispuesto en la presente ley, se ha considerado oportuno la creación de una Comisión Honoraria de Repatriación de los Restos del Marqués de Yavi, que llevará a concluir con sabiduría el espíritu de reconocimiento por su gesta en procura de la independencia nacional.

Distintas instituciones y personalidades han manifestado su adhesión a la presente iniciativa de repatriación: Instituto Belgraniano; Junta de Historia de Rosario; Instituto Güemesiano de Salta; Asociación Gaucha de Jujuy; Asociación Jujeña "Paz y Solidaridad"; su descendiente el Dr. Antonio Cornejo; los historiadores Paulo Cavalleri, Isolina Comas, Rodolfo Plaza y Felipe Pigna; el profesor Fernando Sueiro y Sueiro y alumnos de la Escuela de Minas de la Universidad de Jujuy , quienes obtuvieron un premio internacional por su trabajo "El tesoro del Marqués".

Finalmente, mi mayor agradecimiento para el Diputado (MC) de Tucumán, Rodolfo Martín Campero, por su invalorable impulso y apoyo en procura de fortalecer nuestra identidad a partir del reconocimiento a tantos gloriosos héroes del Ejército del Norte, que vieron nacer la Patria.

Por los fundamentos expuestos, solicito a mis pares que me acompañen en la sanción del presente proyecto de ley.

Gerardo R. Morales.- Mario A. Losada.- Lylia M. Arancio de Beller.- Alicia E. Mastandrea.- Marcela F. Lescano.- Ricardo Gómez Diez.- Sonia Escudero.-