Número de Expediente 307/06
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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307/06 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | CAPARROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO AL DIA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA TUBERCULOSIS QUE SE CELEBRA EL 24 DE MARZO Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS .-. |
Listado de Autores |
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Caparrós
, Mabel Luisa
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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08-03-2006 | 15-03-2006 | 014/2006 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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13-03-2006 | 11-05-2006 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
13-03-2006 | 11-05-2006 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 23-08-2006
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 23-05-2006 |
SANCION: Com.Art106 |
COMENTARIO: |
NOTA:DESPACHO N° 111/06 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-307/06)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1º) Su adhesión al Día Mundial de lucha contra la Tuberculosis, instituido por la Organización Mundial de la Salud y que se celebra el 24 de marzo de cada año, con el objeto de establecer estrategias de lucha contra esta pandémica enfermedad a nivel mundial.
2º) La importancia de la campaña de este año, que bajo el lema: ¿Actuar para salvar vidas: Hacia un mundo sin Tuberculosis¿ pone el mayor énfasis en la erradicación definitiva y a mediano plazo de esta enfermedad, de alarmantes consecuencias para la salud a nivel mundial.
3º) La necesidad de una estrecha colaboración entre los programas nacionales de control de Tuberculosis-TBC con la comunidad sanitaria internacional para tratar de revertir este problema gravísimo de indudable importancia para la salud de la población.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Este año y bajo el lema ¿Actuar para salvar vidas: Hacia un mundo sin Tuberculosis¿ la Organización Mundial de la Salud con el apoyo enérgico de otros foros regionales sobre el tema como la Organización Panamericana de la Salud, se dispone a celebrar el Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis, el cual fuera instituido y adoptado en la agenda internacional de Naciones Unidas el 24 de marzo de cada año. En este año 2006 se intenta poner el mayor énfasis en la erradicación activa y definitiva de esta pandémica enfermedad, la cual conforme las estadísticas más recientes aparece como una situación de alarmantes consecuencias para la salud a nivel mundial.
El lema propuesto para esta compaña 2006 da cuenta de que existe una conexión inseparable entre las acciones concretas en la lucha contra la enfermedad y la vida misma. En efecto, el tema propuesto para esta campaña transmite el sentido de urgencia y pone de manifiesto el riesgo al que todos estamos expuestos. El tema es flexible y permite hacer los ajustes necesarios a los contextos locales y prioridades nacionales de cada país.
Los objetivos que la OMS intenta alcanzar son esencialmente tres: Transmitir un sentido de urgencia al movimiento mundial que lucha contra la tuberculosis y acelerar los esfuerzos de todos los interesados para alcanzar las metas del 2010; catalizar y estimular la participación de la sociedad civil y así construir un mayor compromiso social para la lucha contra la enfermedad -la cual es muy importante si se pretende luchar efectivamente contra la tuberculosis- y conseguir una participación más activa de los medios de comunicación tomando esta tarea como un desafío prioritario.
En efecto y hasta el presente, la participación de los medios de comunicación ha tenido un impacto modesto sobre el nivel de difusión entre la comunidad. Ello se ve agravado por la circunstancia de que hasta ahora, el aporte logrado de este sector social ha sido menos que óptimo. Los lemas de campaña han sido históricamente dirigidos a la comunidad con tuberculosis y a las personas que participan directamente en los programas de control de la enfermedad, pero no a la comunidad en general. Además, se ha usado terminología muy técnica que no facilita su difusión entre el público general. Este año y bajo un lema sencillo y claro, la OMS intenta acercar a todas las personas hacia la conciencia real de la problemática y el riesgo, para que el acto de respirar sea tan esencial como valorado por todos.
La estrategia básicamente consiste en el desarrollo y radiodifusión del tema elegido para el Día Mundial de la Tuberculosis dirigido principalmente al público en general. Esto implica que la audiencia primaria será la sociedad civil y los medios de comunicación, mientras que los líderes gubernamentales y los tomadores de decisiones en salud serán una audiencia secundaria. Esto implica el desarrollo de material enfocado a lograr la participación de los medios de comunicación en la campaña que se inicia el 24 de marzo y que se espera se prolongue durante todo el año. Finalmente se pretende revitalizar el compromiso político regional y local a través de invitaciones dirigidas a los líderes gubernamentales del más alto nivel para que participen en las actividades planeadas durante toda la campaña anual.
La Tuberculosis aumentó en proporciones epidémicas en los últimos 15 años. Esta situación motivó que en el año 1993 se declarara una emergencia de carácter mundial. Actualmente se calcula que, durante el decenio 1990-2000, murieron a causa de esta enfermedad unos treinta millones de personas, de las cuales un millón doscientas mil son oriundas de América Latina y el Caribe. Desgraciadamente y según los datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, la incidencia no ha variado en los últimos años.
El Día Mundial de la Tuberculosis es una oportunidad para que las personas alrededor del mundo tomen conciencia sobre la amenaza internacional contra la salud que representa la tuberculosis (TB). Es un día para reconocer la colaboración de todos los países que luchan contra esta enfermedad. La TB se puede curar, controlar y, con esfuerzos diligentes y recursos suficientes, eliminar eventualmente. A finales del siglo XIX la tuberculosis causaba la muerte a una de cada siete personas que vivían en los Estados Unidos y Europa. El 24 de marzo de 1882, el Dr. Robert Koch anunció el descubrimiento del bacilo de la tuberculosis. Su descubrimiento fue el paso más importante tomado hasta ese momento para el control y la eliminación de esta enfermedad mortal.
En 1982, un siglo después del anuncio del Dr. Koch, se realizó el primer Día Mundial de la Tuberculosis patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias (UICTER). Este evento buscaba educar al público sobre las devastadoras consecuencias económicas y de salud causadas por la tuberculosis, su efecto en los países en desarrollo y su impacto continuo y trágico en la salud global.
La tuberculosis sigue siendo una amenaza para la salud y el bienestar de las personas alrededor del mundo. Entre las enfermedades infecciosas, la TB es todavía la segunda causa principal de muerte entre los adultos en el mundo con más de 2 millones de muertes relacionadas con la enfermedad cada año. Hasta que se logre controlar la tuberculosis, el Día Mundial no podrá ser una celebración. Pero aún así, es una oportunidad valiosa para educar al público sobre los devastadores efectos de la tuberculosis y la forma en que se puede controlar.
Entre las razones principales de recrudecimiento de la Tuberculosis figuran, no solo la falta de financiamiento para programas internacionales de lucha contra la enfermedad, sino también el deterioro y los cambios en el nivel de vida de cada vez más amplios sectores de la sociedad y esencialmente la coinfección con el HIV. En efecto, la inmunodepresión progresiva que induce el virus del Sida, favorece la activación de la infección tuberculosa latente y el rápido progreso de las lesiones activas. A su vez la Tuberculosis agrava el curso de la infección por HIV. De esta manera, la coinfección complica el tratamiento y el control de estas dos epidemias, no solo por su evolución clínica sino por la resistencia bacteriana que se establece en estos cuadros, generando un serio peligro epidemiológico, ya que el contagio a personas que no padecen Sida se produce por un bacilo de Koch altamente resistente a los medicamentos antituberculosos.
Tomadas en forma conjunta, las dos epidemias representan un masivo riesgo para la salud pública. Cuarenta millones de personas están actualmente infectadas con HIV, y cinco millones más se infectan cada año. De acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, un tercio de esta población mundial se encuentra infectada con el bacilo de la Tuberculosis, con más de ocho millones de personas que desarrollan lesiones activas y dos millones muriendo por ello cada año. Sin duda, la gravedad de la situación es pasmosa y por ello debemos apoyar la campaña mundial también en nuestro país, que por supuesto no es ajeno a esta curva pandémica ascendente.
Según datos aportados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desde su área específica de Tuberculosis y de la Cátedra de Tisioneumonología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires, ya en 1992 se registraba un aumento de la tasa de morbilidad por TBC, que fue más acentuado en personas jóvenes y en las grandes ciudades, especialmente Buenos Aires y el conurbano bonaerense. El 82% de los habitantes menores de 34 años que fallecieron a fines de 1990, presentaron Sida asociado con Tuberculosis.
En Buenos Aires, el porcentaje de pacientes tuberculosos con pruebas serológicas positivas aumento del 3,1% en 1988 al 21,1% en 1992, manteniéndose estable hasta el año 2003. Por otra parte cerca del 20% de los enfermos de Sida tienen Tuberculosis, que es la segunda infección en importancia de este grupo. También en Buenos Aires 9 a 10% de los pacientes de Tuberculosis con o sin infección por HIV muestran una importante resistencia inicial a los medicamentos antituberculosos, lo que significa un alto riesgo epidemiológico en lo que se refiere a la transmisión de la enfermedad y las dificultades asociadas a su tratamiento.
Las estadísticas son por demás elocuentes respecto a la gravedad que representa la Tuberculosis por lo que si no se toman urgentemente medidas de fondo, puede transformarse en un mal incontrolable. Es por ello evidente la necesidad de una estrecha colaboración entre los programas nacionales de control de Tuberculosis-TBC, y las comunicaciones periódicas con la comunidad sanitaria internacional para tratar de revertir este problema gravísimo de indudable importancia para la salud de la población.
Por los motivos expuestos, solicito de mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-