Número de Expediente 2953/06

Origen Tipo Extracto
2953/06 Senado De La Nación Proyecto De Ley CAPITANICH : PROYECTO DE LEY DECLARANDO LA EMERGENCIA FORESTAL EN TODO EL TERRITORIO NACIONAL .
Listado de Autores
Capitanich , Jorge Milton

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
23-08-2006 30-08-2006 134/2006 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
29-08-2006 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
ORDEN DE GIRO: 1
29-08-2006 28-02-2008

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 29-02-2008

ENVIADO AL ARCHIVO : 29-07-2008

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones


(S-2953/06)

PROYECTO DE LEY

El Senado y Cámara de Diputados,...

ARTICULO 1° -
Declárese la emergencia forestal en todo el territorio nacional, por el término de dos años, prorrogables por el Poder Ejecutivo Nacional.

ARTICULO 2° -
Se prohibe el desmonte, tala, deforestación, quema o destrucción de montes y bosques nativos o de especies exóticas incorporadas al patrimonio natural nacional durante la vigencia de la emergencia forestal.

ARTICULO 3º -
La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable será la autoridad de aplicación y dictará las normas reglamentarias que resulten pertinentes para la aplicación de la presente ley.

ARTICULO 4º
La Autoridad de Aplicación, en coordinación con los organismos nacionales y provinciales que entienden en la materia, deberá definir las normas tendientes al ordenamiento territorial, uso del suelo y aprovechamiento y manejo de bosques durante la vigencia de la emergencia forestal.

El ordenamiento deberá hacer efectiva la defensa de los suelos y cuencas hidrográficas contra la erosión eólica e hídrica, lograr la protección del medio ambiente y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a fin de no comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.

ARTICULO 5º - Se invita a las provincias a adherir a la presente.

ARTICULO 6° - Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Jorge M. Capitanich.

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

Actualmente, muchos ecosistemas boscosos de nuestro país están sufriendo un rápido proceso de destrucción, lo que provoca el reemplazo de la gran diversidad de actividades productivas por monocultivos, la disminución de la retención de agua de la cuenca de los ríos, la pérdida de biodiversidad, el quiebre de economías comunitarias y el acrecentamiento de procesos de expulsión de pobladores y trabajadores rurales hacia los cordones de pobreza de los centros urbanos.

Por si esto fuera poco, se está poniendo en riesgo la satisfacción de las necesidades de las generaciones más jóvenes de argentinos, para no hablar de las futuras.

La diversidad de bosques que goza nuestro país es más que notable. Una situación de privilegio si de biodiversidad se trata, que posibilita diversidad de paisajes, microclimas y ensambles de diferentes organismos que componen los ecosistemas.

Pero difícil será sostener el privilegio indicado: según la información proveniente del primer Inventario Nacional Forestal de la República Argentina dado a conocer en el año 2002 por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación sólo quedan 33.190.442 hectáreas de bosques.

Los argentinos perdimos ya, las dos terceras partes de nuestro patrimonio forestal originario, con lo que hoy sólo un 12% de nuestro territorio continental puede ser llamado ¿bosque¿, cuando supimos tener más del 30%.

1. Situación del patrimonio forestal nacional
Especialistas en la materia, como los Dres. Jorge Morello y Silvia Mateucci ya habían advertido en 1999 que "La Argentina se encuentra en una situación crítica en cuanto a su stock de biodiversidad de los ecosistemas forestales y a su capacidad de conservación de lo que queda".

Lo que está claro es que en menos de dos siglos la Argentina perdió más de dos tercios de su patrimonio forestal autóctono. En contrapartida, los programas de reforestación alcanzaron -como cifra récord- apenas 32.000 ha y siempre estuvieron basados en especies exóticas: álamos, sauces, eucaliptus y pinos.

La situación de nuestros bosques es bien crítica, sin embargo es necesario hacer una discriminación entre los distintos tipos forestales:

· Los bosques andinos de la Patagonia se encuentran entre los más protegidos, no sólo de la Argentina, sino del mundo.
· Las grandes unidades de vegetación del centro y norte del país han sufrido el peor revés, y es en esta zona donde se libra actualmente la principal batalla: esto es en las selvas pedemontanas del noroeste, el parque chaqueño y las selvas de Misiones. Todo esto debería ser tratado como la gran unidad de bosques tropicales argentinos, desde las montañas del oeste hasta las estribaciones misioneras, pasando por el extenso Parque chaqueño¿.
· En el caso de las formaciones centrales como el Espinal de caldenes y algarrobos, digamos que es bien poco lo que queda en pie.

Todo esto ocurrió a pesar de que en los años ¿40 la Argentina sancionó la Ley 13.273 (conocida como Ley de Defensa Forestal), mediante la cual se prohibió ¿...la devastación y el uso irracional de los bosques¿.

Actualmente, la Argentina tiene una superficie similar en masa boscosa (aunque algo menor) que la de Gabón, Zambia, Finlandia y Camerún. Los países con mayor capital forestal son la Federación Rusa, Canadá, Brasil y Estados Unidos.
En síntesis podemos decir que la política forestal que se ha seguido hasta ahora ha sido decididamente extractiva, no planificada y sin criterios conservacionistas. Se extrajo la mejor madera, desde el punto de vista de su aptitud forestal y de su valor comercial, y se dejó la peor. Por lo tanto, el empobrecimiento forestal es cuali-cuantitativo.

2. Causas de la pérdida de masas boscosas
Algunas de las principales causas de degradación de los bosques en las eco-regiones argentinas:

¿ En la selva misionera o paranaense: sustitución por monocultivos con pinos (Pinus elliotii). Ocupación ilegal de campos y desmonte por colonos de Brasil y Paraguay, quienes practican en su reemplazo cultivos de subsistencia (maíz, mandioca, tabaco, etc.). Extracción de rollizos.
¿ En el espinal: desmonte para sembrar pasturas, forestar con pinos, eucaliptos, cítricos o soja. Sobrepastoreo que elimina renovales. Incendios.
¿ En el chaco: sobreexplotación selectiva de maderas duras. Extracción de leña y carbón. Expansión de la frontera agropecuaria (de un modo muy violento a partir de la década del '70, con campañas impulsadas -incluso- por el gobierno nacional, como "Chaco Puede")
¿ En la yunga: expansión de la frontera agropecuaria, en particular sobre el bosque pedemontano (con cultivos de caña de azúcar y cítricos). Sobreexplotación de maderas duras (incluso como combustible). Pastoreo que elimina retoños. Incendios forestales.
¿ En el monte: sobreexplotación para extracción de leña y en el pasado con fines industriales (retamos). Sustitución por monocultivos (viñedos). Pastoreo (cabras) que eliminan los renovales.
¿ En el bosque subantártico: incendios. Sobrexplotación selectiva. Pastoreo de vacunos. Impacto de especies introducidas (ciervo colorado, jabalí y castor).

En los últimos años, la desaparición de las masas boscosas está directamente asociada a la expansión de la frontera agrícola: con la ¿revolución sojera¿ la presión sobre bosques y selvas se ha tornado grave, dado que no sólo desaparecen especies sino directamente los ecosistemas.

Según un informe de la Fundación Vida Silvestre, se transforman 250 mil hectáreas por año para la agricultura anualmente, de las 33 millones de hectáreas de bosques remanentes.

Para nuestro país, tercer productor mundial de soja, detrás de Estados Unidos y Brasil, el peso de esta oleaginosa es decisivo, puesto que representa casi un cuarto del total del valor de las ventas externas.

Pero según los especialistas, si al resultado en términos de ¿producto bruto¿ le agregamos los efectos sociales y ambientales, la revolución sojera es por lo menos ambigua: es un cultivo altamente extractivo de nutrientes y la siembra directa per se no garantiza la ausencia de erosión. En términos de biodiversidad y polución, los efectos son alarmantes. El uso de insecticidas es masivo. El efecto sobre las aves y sobre los peces, una vez que los químicos llegan a las aguas, es muy grave.

Lo que se plantea es un desarrollo agropecuario compatible con la conservación de la naturaleza, expandiéndose sobre tierras agrícolas que ya han sido explotadas, no mediante el desmonte de bosques y selvas bien conservadas, extrayendo madera de los bosques pero no arrasándolos.

3. Beneficios intangibles de los bosques
Todos conocemos que los bosques son una importante fuente de materias primas para los seres humanos.

Pero además de estos beneficios directos, fácilmente medibles, los bosques brindan beneficios intangibles, que generalmente son subestimados o no son tenidos en cuenta al momento de la evaluación del impacto de su depredación, a saber:

a. Agua. El agua de ríos, lagos y manantiales proveniente de las cuencas forestales arboladas es diferente en calidad, cantidad y duración a la de las cuencas deforestadas. El suelo forestal regula los escurrimientos hídricos superficiales y subterráneos, permitiendo la recarga de los mantos acuíferos y evitando las inundaciones en las partes bajas. El mantillo o piso forestal de hojarasca funciona como un filtro limpiando al agua de impurezas y el dosel (copa de los árboles) hace de aislante térmico para mantenerla con la temperatura apropiada para sostener vida acuática. La cosecha de agua de una cuenca forestal arbolada dura todo el año.
b. Suelo. La característica más importante de los suelos forestales es la presencia de un mantillo o capa de materia orgánica en diferentes grados de descomposición, que garantiza el reciclaje de nutrimentos y evita la erosión del suelo. La infiltración, la percolación y la aireación son característicos en los suelos forestales gracias a un alto porcentaje de porosidad, principalmente la porosidad no capilar. Las raíces de los árboles y demás vegetación, lo mismo que la gran actividad biológica, hace del suelo forestal un verdadero sistema de acueductos y tuberías donde se almacena y fluye el agua.
c. Clima. El clima dentro de un ecosistema forestal contrasta con el de un lugar sin vegetación. La intersección de la copa de los árboles, actúa como amortiguador de la radiación solar, protegiendo las diferentes formas de vida en el suelo forestal. La temperatura en invierno es más elevada y en verano es más baja dentro del bosque, hasta en 6ºC. La precipitación es modificada en cantidad y duración al interior del bosque.
d. Fauna. El ecosistema forestal con sus diferentes componentes vivos y no vivos: árboles, arbustos, hierbas, microorganismos, agua, suelo, clima, etc., ofrece un sinnúmero de espacios para la protección de las diferentes especies animales que los habitan.
e. Aire. Los bosques hacen más limpio el aire que respiramos gracias a que las copas de los árboles actúan como un filtro para limpiarlo de impurezas. También, a través de la fotosíntesis, el bosque toma bióxido de carbono de la atmósfera y devuelve oxígeno, reduciendo así la concentración de contaminantes. Una hectárea de bosque provee oxígeno suficiente para 45 personas.
f. Paisaje. Debido a las líneas, formas, colores y texturas, los árboles y arbustos son elementos estéticos insustituibles de nuestro entorno. Ellos enmarcan ciertos paisajes, suavizan líneas arquitectónicas, realzan algunos componentes, unifican elementos divergentes, e introducen un sentido de vida y naturalidad que de otra manera haría ver muerto el escenario.
g. Recreación. Los bosques proveen espacios para el esparcimiento y el juego y para la contemplación de la naturaleza.

Sólo los océanos se igualan a los bosques como los principales mecanismos de sustento de la vida en el planeta, sin embargo y dada la intangibilidad de algunos de los beneficios que reportan, subyace una visión cultural que desestima el valor de los mismos.

4. Impacto de la depredación de las masas boscosas
Conociendo los beneficios que brindan los bosques, es fácil extraer cuales serán las consecuencias de su pérdida:

a. Extinción de especies, pérdida de biodiversidad.
La deforestación, la transformación de los ambientes naturales en cultivos, el monocultivo, la contaminación, etc., deriva en la destrucción de los ecosistemas, con la consecuente desaparición de especies animales y vegetales.

Los distintos tipos de seres vivos que pueblan nuestro planeta son resultado del proceso de evolución y diversificación unido al de extinción de millones de especies. Se calcula que sólo sobreviven en la actualidad alrededor del 1% de las especies que alguna vez han habitado la Tierra.

El proceso de extinción es, por tanto, algo natural, pero a lo largo del tiempo, surgieron culturas humanas que se adaptaron al entorno local, descubriendo, usando y modificando recursos bióticos locales provocando una alarmantemente disminución de la biodiversidad.

Cerca de 6.000 especies animales se consideran amenazadas de extinción y la principal causa es la modificación de su hábitat natural, la mayor amenaza que enfrenta la biodiversidad del mundo contemporáneo.

Algunos estudios sugieren que si una mancha de hábitat se reduce hasta la décima parte de su superficie original, es probable que pierda la mitad de las especies que tenía. Puede utilizarse esta relación entre área y especies para predecir las tasas de extinción.

En nuestro país, se conocen unas 2.500 especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, además de unas 9.000 de plantas, pero más de 500 especies de animales y unas 250 de plantas están en peligro de extinción. Hay que tener en cuenta que cada planta superior que desaparece extingue no menos de 30 especies de insectos, hongos, bacterias.

Entre 1960 y 1990, la cobertura forestal del mundo, disminuyó en un 13%. Es decir, de 3700 a 3200 millones de hectáreas. Esta pérdida equivale a un promedio de 16 millones de hectáreas al año (equivalente al 50% de la superficie de Noruega).

La pérdida de biodiversidad es irreversible, y tiene un serio impacto sobre la capacidad de supervivencia de las restantes especies, incluyendo a los humanos.

Los humanos dependemos de la diversidad de especies y de ecosistemas saludables que provean de alimentos, aire y agua puros, y suelo fértil para la agricultura. De los componentes silvestres y domesticados de la diversidad biológica la humanidad obtiene todos sus alimentos y gran cantidad de productos medicinales e industriales

La conservación de la biodiversidad nos incumbe a todos los habitantes de este planeta, y su pérdida implicará graves consecuencias ecológicas, sociales y económicas.

b. Intensificación del cambio climático
Los gases que producen el efecto invernadero provocan que la radicación infrarroja del sol se retenga en el ambiente. Esto ocasiona que se caliente la superficie de la Tierra y la parte inferior de la atmósfera. Desde principios de siglo hasta hoy, la temperatura ya se ha incrementado en 0,5 grados centígrados. El dióxido de carbono (CO2) es el gas más importante de efecto invernadero.

Hace relativamente poco tiempo que se ha reconocido que la deforestación es una causa que contribuye a agregar una carga importante de dióxido de carbono y metano a la atmósfera. Esta situación se ve agravada por la rápida desaparición que están sufriendo las selvas tropicales, pero no debemos olvidar que la desaparición de los bosques templados de los países desarrollados contribuyó enormemente a la emisión de gases de efecto invernadero.

Los bosques funcionan como fuente y filtro del dióxido de carbono:
· Como ¿filtro atmosférico¿: después de varios procesos complejos son por un lado capaces de ¿convertir¿ en madera este contaminante, principal responsable del calentamiento global.
· Como fuente: el carbono se almacena en las fibras de los árboles vivos, pero éstos, al ser talados, liberan el compuesto químico hacia la atmósfera.

El informe Evaluación de los recursos forestales mundiales 2005 de la FAO de 2005, revela que con la destrucción de los bosques casi 2 000 millones de toneladas de carbono inundan la atmósfera todos los años.

Para mantener el equilibrio del carbono es importante evitar que escape este carbono almacenado, lo que es vital para la conservación del medio ambiente.

c. Reducción de la productividad del suelo
Además, la deforestación provoca la reducción de la productividad general del suelo -que queda sujeto a la erosión-, se altera el ciclo hidrológico, y se reducen las reservas de nutrientes antes almacenadas en los restos de árboles y hojas.

d. Pérdida de la capacidad de absorción de los suelos: inundaciones, erosión hídrica y escasez de agua.
· Inundaciones: Las coberturas vegetales funcionan como esponjas, que filtran agua a las raíces de los árboles, sin ellas, el agua escurre provocando crecientes e inundaciones.
· Escasez de agua: Por otro lado esa cobertura de plantas y árboles hace que el agua no se escurra tan fácilmente, sino que se absorba lentamente, alimentando los mantos freáticos y, en consecuencia, los arroyos y cuerpos de agua para la época de secas.
· Erosión hídrica: Si quitamos la cobertura vegetal, como sucede con la deforestación, el escurrimiento es superficial e inmediato y el agua nunca llega a las raíces profundas de los árboles, por el contrario, se precipita sin control sobre la superficie del suelo acentuando, por un lado, la deforestación, y por otro, las inundaciones y catástrofes por la creciente de ríos y arroyos y la erosión hídrica.

5. Conclusiones: sobre la necesidad de un ordenamiento territorial

Estamos frente a un modelo de crecimiento insostenible: es explícita la afectación que la degradación ambiental tiene sobre las personas, perturbando en forma directa a las comunidades locales y a la gente más carenciada, en lo que hace a su nivel económico, y en sus derechos esenciales a la salud y al ambiente.

En cumplimiento de lo dispuesto por nuestra Constitución Nacional, y también de acuerdos internacionales tales como el de la Convención de Diversidad Biológica y la Convención de Cambio Climático, se hace necesario reconocer la emergencia forestal nacional y repensar la trascendencia económica, natural y social de un apropiado uso de los recursos naturales, en particular de nuestros bosques, proponiendo un ordenamiento y uso adecuado y sustentable.

Quiero reiterar que lo que se plantea no es ¿preservar y no tocar¿ sino hacer un uso sostenible de los recursos renovables, utilizándolos sin agotarlos o deteriorarlos más allá de su capacidad de recuperación, un desarrollo compatible con la conservación de la naturaleza, expandiéndose sobre tierras agrícolas que ya han sido explotadas, no mediante el desmonte de bosques y selvas bien conservadas, extrayendo madera de los bosques pero no arrasándolos.

Los bosques nativos y artificiales de nuestro país, las praderas, pastizales, la flora y la fauna a ellos asociados, constituyen un recurso natural, precioso, de alto valor económico, genético, ecológico, ético, cultural, científico, recreativo y estético que es necesario preservar, mejorar y manejar en forma racional y sustentable.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares, me acompañen en la aprobación del presente proyecto de ley.

Jorge M. Capitanich.