Número de Expediente 2923/06
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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2923/06 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | BAR . PROYECTO DE DECLARACION REPUDIANDO LA QUEMA DE LIBROS EN LA CIUDAD DE CORDOBA EL 30 DE AGOSTO DE 1980 . |
Listado de Autores |
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Bar
, Graciela Yolanda
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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17-08-2006 | 30-08-2006 | 132/2006 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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22-08-2006 | 10-10-2006 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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DE DERECHOS Y GARANTÍAS
ORDEN DE GIRO: 1 |
23-08-2006 | 10-10-2006 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 05-01-2007
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 01-11-2006 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
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1033/06 | 11-10-2006 | APROBADA |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2923/06)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Su repudio a todas las actitudes que como la del 30 de agosto de 1980, concluyeron en la quema de 1.500.000 de libros en la ciudad de Córdoba, como testimonio de miles de situaciones similares producidas por decisión y para mantener viva la memoria en este proceso de búsqueda de Verdad y Justicia.
Graciela Bar.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El 24 de marzo se cumplieron treinta años del Golpe militar que derrocó al gobierno peronista en 1976. Es un aniversario que sirve para recordar una vez más a los desaparecidos, a los asesinados, a los detenidos torturados y exiliados. También para señalar que la dictadura militar tuvo un plan para exterminar a la oposición que no sólo consistió en persecución y muerte, sino en la ejecución de una estrategia para el vaciamiento económico y cultural de la sociedad.
Una de las tantas atrocidades que cometieron los militares y sus cómplices civiles fue la quema de libros que no comenzó en la Argentina del ¿76 pero que en el marco de esa política represiva fue para el Proceso una práctica ¿purificadora¿ del ser nacional. También hubo otros fuegos que encendieron quienes temían una represalia por tener una biblioteca que los inquisidores podían calificar como ¿subversiva¿.
Otro recurso fue tirar libros en inodoros y pozos ciegos o el enterramiento como destino de la literatura y la prensa que podía servir como pretexto para un operativo. Con la democracia los hijos de aquellos jóvenes lectores de los setenta se enteraron que aún estaban escondidas aquellas bolsas con los ejemplares olvidados en el fondo de la casa. Destruidos por la humedad o convertidos en cenizas, los libros vuelven a las bibliotecas como los cuerpos a la playa después de los vuelos de la muerte.
El 29 de abril de 1976, Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba, ordenó una quema colectiva de libros, entre los que se hallaban obras de Proust, García Márquez, Cortázar, Neruda, Vargas Llosa, Saint-Exupéry, Galeano... Dijo que lo hacía ¿a fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas... para que con este material no se siga engañando a nuestros hijos¿. Y agregó: ¿De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina¿. La Opinión, 30/04/06
La práctica piromaníaca del Proceso tiene cientos de ejemplos a partir de 1976. En Córdoba el interventor de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, teniente primero Manuel Carmelo Barceló, extrajo de la biblioteca y mandó a incinerar títulos de Margarita Aguirre, Pablo Neruda y Julio Godio, entre otros. En la misma provincia, el jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Jorge Eduardo Gorleri, exhibió en conferencia de prensa una hoguera en el patio de la unidad militar, avivada por libros de León Trotsky, Mao Tse-Tung, Ernesto Che Guevara, Fidel Castro, Juan Domingo Perón y fascículos del Centro Editor de América Latina (CEAL) que robó de las bibliotecas y librerías.
En la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, los militares usurparon la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, ¿La Vigil¿, una institución que tenía una biblioteca de 55.000 volúmenes en circulación y 15.000 en depósitos, a principios de la década del setenta. El 25 de febrero de 1977 fue intervenida mediante el Decreto Nº 942 y ocho miembros de su Comisión Directiva detenidos ilegalmente. El control de préstamos bibliográficos fue utilizado para investigar a los socios. Miles de libros de la entidad fueron quemados, por ejemplo seiscientas colecciones de la obra completa del poeta Juan L. Ortiz.
Además del secuestro y la desaparición sistemática de los luchadores sociales y de la consolidación de las bases del plan económico de Martínez de Hoz, la dictadura militar llevó adelante una clara política de desaparición y sustitución de buena parte de la producción literaria de la época. ¿ Primero había una evaluación política del libro, y luego venía la censura, que era una herramienta de control político en manos del Estado. No había ninguna improvisación, ningún capricho. Sabían muy bien lo que hacían¿, afirma Hernán Invernizzi.
En este proceso de búsqueda de la verdad y la justicia, es imprescindible mantener viva la memoria para que NUNCA MAS se produzcan hechos aberrantes que atenten los derechos humanos y la cultura de los pueblos.
Por todo ello solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.
Graciela Bar.