Número de Expediente 2908/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
2908/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | ARANCIO DE BELLER : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES ACERCA DE LOS EFECTOS NOCIVOS EN LA SALUD HUMANA DE LA TELEFONIA MOVIL . |
Listado de Autores |
---|
Arancio de Beller
, Lylia Mónica
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
13-11-2003 | 19-11-2003 | 171/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
14-11-2003 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
17-11-2003 | 28-02-2005 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2908/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación,
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, a través del Ministerio de Desarrollo Social y Medio
Ambiente, produzca un estudio e informe sobre las posibles
consecuencias provocadas en la salud humana por la generación de
microondas emitidas por las torres de transmisión de telefonía móvil, y
sus efectos negativos en los usuarios de teléfonos celulares.-
Mónica Arancio Beller.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
En muchos Países y Ciudades, como ser Suiza,
Italia, Suecia y los Países del este, llevan décadas investigando el
tema de las radiaciones electromagnéticas provocadas por el uso de la
telefonía móvil y las emisiones de microondas de las antenas, a tal
punto que muchas Ciudades Australianas, Toronto (Canadá) y Salzburgo
(Austria), entre otras, han establecido normas que obligan a situar las
antenas a 100, 200 e incluso 500 metros de lugares habitados.
Las últimas recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) pide el alejamiento de los colegios,
hospitales, centros geriátricos, ya que algunos científicos sugieren
que niños y ancianos pueden ser los más afectados por una exposición
continua.
Allí, se está aplicando actualmente una
política de precaución, ya que algunas investigaciones científicas han
establecido que la población expuesta de forma continua a niveles de
radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil
podrían experimentar un incremento de abortos, daños en el ADN, cambios
en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea,
descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores
de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema
inmunológico, cáncer, tumores cerebrales y leucemia infantil.
Por este motivo, la OMS inició en el año 1996
el "Proyecto CEM", destinado a estudiar los efectos sobre los seres
humanos de los campos electromagnéticos, y que quiere fijar unos
límites de exposición uniformes para todos los Países. Este Proyecto
expondrá sus conclusiones en el año 2005 o 2006, ya que son necesarios
todavía numerosas investigaciones científicas. El Director de este
Proyecto de Investigación, declaró hace poco que: "los teléfonos
móviles has estado a nuestro alrededor desde hace menos de 10 años, y
el período de incubación para el cáncer es de al menos 10 o 15 años.
Por tanto, necesitamos realizar estudios para que si hay un impacto, se
puedan encontrar en un tiempo razonable".
En esta línea, la Unión Europea ha recomendado
a los Países miembros que adopten políticas de precaución, y que sigan
investigando y ha iniciado un Proyecto para aclarar los posibles
efectos de los campos electromagnéticos derivados de la telefonía
móvil.
Si bien todavía no hay conclusiones precisas
para afirmar que la exposición a las ondas de una antena de telefonía
móvil puede conllevar riesgos para la salud humana, por el solo hecho
de que las sintomatologías y enfermedades de la población expuesta,
demora años en manifestarse por ser un fenómeno muy reciente, existe
consenso en muchos Países en adoptar políticas de precaución, a la
espera de los resultados de las investigaciones científicas, procurando
mientras tanto, apartar las antenas de telefonía móvil de viviendas,
hospitales y escuelas.
Otro efecto directo, derivado de la
instalación de antenas de telefonía, y que a simple vista no se
percibe, es el producido por el funcionamiento normal de la antena. La
antena instalada, por ejemplo en la azotea de un edificio, cubre una
zona determinada, y envía y recibe señales de todos los teléfonos
móviles que se desplazan por su zona. Estas señales que recibe y emite
se denominan ondas electromagnéticas. Estas ondas no se ven, no se
huelen, son invisibles, y se desplazan por el espacio sin necesidad de
cable, ni soporte material alguno. Penetran fácilmente en edificios y
personas (algo lógico, porque si no, no sería posible la comunicación a
distancia). La potencia de estas ondas electromagnéticas va
disminuyendo conforme se van alejando de la antena (alrededor de la
cual se producen los niveles más altos de emisión).
Como hemos dicho, estas ondas son absorbidas
fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados
efectos biológicos. Pero el problema se plantea por la falta de acuerdo
de los científicos sobre cuáles son los niveles perjudiciales. Existe
acuerdo en que cerca de la antena (en un radio de 3 a 6 metros) los
niveles serían demasiados altos y perjudiciales para el ser humano,
pudiendo producir efectos térmicos o calentamiento, en exposiciones
cortas. Por eso se recomienda vallar las antenas y que el público no
pueda acercarse a las mismas. Esto obviamente, podría plantear un
problema con las antenas instaladas en las azoteas, ya que los pisos
situados inmediatamente debajo, y enfrente, recibirían de forma
continuada las emisiones más altas de campos electromagnéticos.
También hay que tener en cuenta, que incluso
respetándose éstos límites, pueden producirse problemas para las
personas que lleven marcapasos: Pueden verse interferidos por las ondas
emitidas por la antena, incluso en niveles muy bajos.
Cada vez se alzan más voces señalando la falta de ética de esta forma
de actuación, y el hecho de que, subordinándose la salud y la seguridad
de los ciudadanos a los intereses económicos, se haya extendido de una
forma tan amplia esta tecnología, sin que todavía se conozca su posible
repercusión a largo plazo en la salud humana.
Señor Presidente, por todo lo expuesto sería
sumamente necesario, exponer a una sociedad, muchas veces desinformada,
los estudios pertinentes sobre el tema a efectos de alertar sobre las
posibles consecuencias nefastas del uso de esta nueva, y en aumento,
tecnología.-
Mónica Arancio Beller.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2908/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación,
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, a través del Ministerio de Desarrollo Social y Medio
Ambiente, produzca un estudio e informe sobre las posibles
consecuencias provocadas en la salud humana por la generación de
microondas emitidas por las torres de transmisión de telefonía móvil, y
sus efectos negativos en los usuarios de teléfonos celulares.-
Mónica Arancio Beller.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
En muchos Países y Ciudades, como ser Suiza,
Italia, Suecia y los Países del este, llevan décadas investigando el
tema de las radiaciones electromagnéticas provocadas por el uso de la
telefonía móvil y las emisiones de microondas de las antenas, a tal
punto que muchas Ciudades Australianas, Toronto (Canadá) y Salzburgo
(Austria), entre otras, han establecido normas que obligan a situar las
antenas a 100, 200 e incluso 500 metros de lugares habitados.
Las últimas recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) pide el alejamiento de los colegios,
hospitales, centros geriátricos, ya que algunos científicos sugieren
que niños y ancianos pueden ser los más afectados por una exposición
continua.
Allí, se está aplicando actualmente una
política de precaución, ya que algunas investigaciones científicas han
establecido que la población expuesta de forma continua a niveles de
radiación similares a los emitidos por las antenas de telefonía móvil
podrían experimentar un incremento de abortos, daños en el ADN, cambios
en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea,
descenso de los niveles de melatonina, depresiones, insomnio, dolores
de cabeza, síndrome de fatiga crónica, afección del sistema
inmunológico, cáncer, tumores cerebrales y leucemia infantil.
Por este motivo, la OMS inició en el año 1996
el "Proyecto CEM", destinado a estudiar los efectos sobre los seres
humanos de los campos electromagnéticos, y que quiere fijar unos
límites de exposición uniformes para todos los Países. Este Proyecto
expondrá sus conclusiones en el año 2005 o 2006, ya que son necesarios
todavía numerosas investigaciones científicas. El Director de este
Proyecto de Investigación, declaró hace poco que: "los teléfonos
móviles has estado a nuestro alrededor desde hace menos de 10 años, y
el período de incubación para el cáncer es de al menos 10 o 15 años.
Por tanto, necesitamos realizar estudios para que si hay un impacto, se
puedan encontrar en un tiempo razonable".
En esta línea, la Unión Europea ha recomendado
a los Países miembros que adopten políticas de precaución, y que sigan
investigando y ha iniciado un Proyecto para aclarar los posibles
efectos de los campos electromagnéticos derivados de la telefonía
móvil.
Si bien todavía no hay conclusiones precisas
para afirmar que la exposición a las ondas de una antena de telefonía
móvil puede conllevar riesgos para la salud humana, por el solo hecho
de que las sintomatologías y enfermedades de la población expuesta,
demora años en manifestarse por ser un fenómeno muy reciente, existe
consenso en muchos Países en adoptar políticas de precaución, a la
espera de los resultados de las investigaciones científicas, procurando
mientras tanto, apartar las antenas de telefonía móvil de viviendas,
hospitales y escuelas.
Otro efecto directo, derivado de la
instalación de antenas de telefonía, y que a simple vista no se
percibe, es el producido por el funcionamiento normal de la antena. La
antena instalada, por ejemplo en la azotea de un edificio, cubre una
zona determinada, y envía y recibe señales de todos los teléfonos
móviles que se desplazan por su zona. Estas señales que recibe y emite
se denominan ondas electromagnéticas. Estas ondas no se ven, no se
huelen, son invisibles, y se desplazan por el espacio sin necesidad de
cable, ni soporte material alguno. Penetran fácilmente en edificios y
personas (algo lógico, porque si no, no sería posible la comunicación a
distancia). La potencia de estas ondas electromagnéticas va
disminuyendo conforme se van alejando de la antena (alrededor de la
cual se producen los niveles más altos de emisión).
Como hemos dicho, estas ondas son absorbidas
fácilmente por el cuerpo humano, en el que producen unos determinados
efectos biológicos. Pero el problema se plantea por la falta de acuerdo
de los científicos sobre cuáles son los niveles perjudiciales. Existe
acuerdo en que cerca de la antena (en un radio de 3 a 6 metros) los
niveles serían demasiados altos y perjudiciales para el ser humano,
pudiendo producir efectos térmicos o calentamiento, en exposiciones
cortas. Por eso se recomienda vallar las antenas y que el público no
pueda acercarse a las mismas. Esto obviamente, podría plantear un
problema con las antenas instaladas en las azoteas, ya que los pisos
situados inmediatamente debajo, y enfrente, recibirían de forma
continuada las emisiones más altas de campos electromagnéticos.
También hay que tener en cuenta, que incluso
respetándose éstos límites, pueden producirse problemas para las
personas que lleven marcapasos: Pueden verse interferidos por las ondas
emitidas por la antena, incluso en niveles muy bajos.
Cada vez se alzan más voces señalando la falta de ética de esta forma
de actuación, y el hecho de que, subordinándose la salud y la seguridad
de los ciudadanos a los intereses económicos, se haya extendido de una
forma tan amplia esta tecnología, sin que todavía se conozca su posible
repercusión a largo plazo en la salud humana.
Señor Presidente, por todo lo expuesto sería
sumamente necesario, exponer a una sociedad, muchas veces desinformada,
los estudios pertinentes sobre el tema a efectos de alertar sobre las
posibles consecuencias nefastas del uso de esta nueva, y en aumento,
tecnología.-
Mónica Arancio Beller.-