Número de Expediente 2826/05
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
2826/05 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | GIUSTINIANI : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA CELEBRACION DEL DIA DEL INMIGRANTE INSTITUIDO EL 4 DE SEPTIEMBRE .- |
Listado de Autores |
---|
Giustiniani
, Rubén Héctor
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
02-09-2005 | 07-09-2005 | 139/2005 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
06-09-2005 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
06-09-2005 | 07-09-2005 |
DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
ORDEN DE GIRO: 2 |
06-09-2005 | 07-09-2005 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 27-10-2005
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 07-09-2005 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: SOBRE TABLAS |
NOTA: |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2826/05)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Adherir a la celebración del "Día del Inmigrante", instituido el 4 de septiembre, por decreto 21.430 del año 1949, en conmemoración al primer decreto de un Gobierno Patrio en el año 1812 fomentando la inmigración.
Rubén Giustiniani.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
El 4 de setiembre se celebra en nuestro país el "Día del Inmigrante" instituido así por decreto 21.430 del año 1949. La celebración reconoce su origen en el primer decreto de un Gobierno Patrio que legisla sobre la materia dictado en el año 1812, por inspiración de Bernardino Rivadavia, en el cual el Gobierno ofrece su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familiares que quieran fijar su domicilio en el territorio del Estado, asegurándoles el pleno goce de los derechos del hombre en sociedad. Se les daría a los agricultores los campos para que trabajen y la posibilidad de introducir al país los medios para explotar la minería a los que así lo desearen. Muchos extranjeros se radicaron en el país, la mayoría vinculados con actividades mercantiles o artesanales. Había británicos, franceses, portugueses, alemanes y norteamericanos.
En los considerandos del decreto 21430/49 se señala: "que esa fecha y firmas evidencian que desde los primeros días de la patria, fue preocupación argentina el compartir con todos los hombres de buena voluntad......" y "Que ese primer documento fue, en verdad, el punto de partida de una ininterrumpida serie de actos de gobierno; que a través de leyes, decretos y reglamentaciones estimuló, protegió y encauzó la inmigración"; y finaliza señalando "la conveniencia de que se rinda un permanente y público homenaje al inmigrante de todas las épocas, que sumó sus esperanzas a la de los argentinos, que regó la tierra con su sudor honrado, que ennobleció las artes, mejoró las industrias...."
En un todo coherente con esta política de puertas abiertas, generosa, nuestra Constitución Nacional de 1853 consagró en su Preámbulo los beneficios de la libertad para todos los hombres del mundo que quisieran habitar en el suelo argentino, e hizo extensivo su cuerpo de garantías y derechos a todos los habitantes, sin discriminar entre nacionales y extranjeros.
El aporte inmigratorio fue decisivo para el crecimiento de la Argentina. Las corrientes migratorias más importantes fueron europeas (españoles e italianos) registrándose los picos más altos entre los años 1893 y 1914. Las estadísticas de la época señalaban que uno de cada tres habitantes era extranjero. Más recientemente, la inmigración europea fue descendiendo, tornándose más evidente la proveniente de países limítrofes, que se mantuvo en valores constantes durante todo el siglo pasado.
Pese al aporte positivo que en todo momento representaron estos contingentes de trabajadores que llegaban de todo el mundo a nuestro suelo, muchas veces se utilizó su presencia para asociarla a aspectos conflictivos, porque detrás del fenómeno migratorio suelen manifestarse -a veces veladamente, otras explícitamente-- concepciones anacrónicas, xenófobas, discriminatorias y autoritarias. Así fue como desde la Ley de Residencia de 1902 hasta nuestros días la historia de la política migratoria argentina fue signada por la utilización de los mitos para hacer de los migrantes el chivo expiatorio de todos los males: se los ha vinculado a la cuestión de la "seguridad nacional" durante los períodos las dictaduras militares y, en tiempos de democracia, al delito común y a la competencia con el trabajo de los argentinos, siendo estas afirmaciones totalmente falaces a la luz de las estadísticas.
Nuestro Parlamento saldó recientemente con la sanción de la ley 25.871 a fines del año 2003 una vieja deuda pendiente con la democracia, ya que derogó la norma vigente desde el último gobierno de facto, conocida como "Ley Videla". La nueva norma va en un sentido real de progreso social, entendido en la integración y no en la exclusión, en el multilateralismo de la regionalización y no en el unilateralismo, en la tolerancia y no en la xenofobia.
La actual ley de migraciones está nutrida de un nuevo enfoque que enriquece a la democracia. Resume el respeto a los derechos humanos de los migrantes en línea con las convenciones internacionales de Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo, y consolida una política regional del MERCOSUR.
Esta ley es también fruto de la participación. El camino elegido para su elaboración fue el más largo: seminarios, foros de debate, audiencias públicas, se realizaron durante más de tres años. De esta manera se aseguró que el proyecto final estuviera nutrido de la realidad social, y en segundo lugar facilitó su aprobación, porque fueron los representantes de los sectores involucrados quienes se movilizaron ante cada obstáculo y defendieron el proyecto como propio.
Queda pendiente todavía hacer plenamente efectiva su vigencia a través de una reglamentación que respete su espíritu y traduzca en las acciones de gobierno lo que la sociedad y el parlamento han acordado en consagrar como política migratoria para nuestro país.
En este sentido, la celebración del "Día del Inmigrante" ofrece una oportunidad para afianzar los cambios producidos y satisfacer los requisitos de protección de los derechos humanos de los inmigrantes cualquiera sea su origen, de acuerdo a los principios universales y al régimen constitucional y legal vigente.
Por las razones expuestas solicitamos al Sr. Presidente la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Rubén Giustiniani.