Número de Expediente 2762/03

Origen Tipo Extracto
2762/03 Senado De La Nación Proyecto De Declaración FALCO : PROYECTO DE DECLARACION EXPRESANDO BENEPLACITO POR EL DECIMO TERCER ANIVERSARIO DEL PROGRAMA " CUIDAR CUIDANDO " DE ATENCION PSICOLOGICA PARA NIÑOS .
Listado de Autores
Falco , Luis

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
04-11-2003 05-11-2003 162/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
05-11-2003 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
ORDEN DE GIRO: 1
05-11-2003 28-02-2005

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 23-01-2006

En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-2762/03)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación,
DECLARA:

Su beneplácito por el cumplimiento del décimo tercer aniversario del
programa "Cuidar-cuidando" de atención psicológica para niños, creado
por profesionales del Hospital Carolina Tobar García dependiente del
Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires, que se vale del
contacto con animales del Zoológico, no sólo por su demostrada eficacia
terapéutica, sino principalmente por tratarse de una experiencia
elaborada, y llevada a cabo por trabajadores y trabajadoras de la salud
en miras a singularizar los tratamientos lo más que una institución
pública pueda, promoviendo modelos de inserción y no de mera adecuación
pasiva.-

Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS

Señor presidente:

El Programa Cuidar-Cuidando fue desarrollado por un conjunto de
profesionales del Hospital Carolina Tobar García y se realiza desde
hace 13 años en el Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. En
este lapso han concurrido más de 300 niños y jóvenes que por sus
dificultades psicológicas requieren atención especializada.

En este particular ámbito, no se trata de pacientes ni de estudiantes
sino de quienes realizan la experiencia de apropiarse de un espacio y
de un oficio. A los más grandes el Programa les ofrece un espacio de
aprendices del oficio al lado de un cuidador. A los más pequeños un
espacio donde tienen contacto con los animales de granja, a los que
cuidan y alimentan. "No los trae la obligación, los impulsa la
curiosidad", afirman responsables del programa.

Según especialistas que trabajan en el programa, esta experiencia
plantea infinidad de cuestiones, entre ellas una fundamental:
"...pensar las razones por las cuales el contacto, el vínculo con el
animal en ese contexto produce efectos tan notables en los niños.
Muchos de los niños y jóvenes adoptan en el Programa una curiosa
costumbre: piden que se los llame de otro modo. Puede ser un "alias" o
un segundo nombre hasta entonces en desuso. El Zoo, un lugar hacia el
que los convoca la curiosidad por algo "otro" como la naturaleza y los
animales, es también el lugar donde se encuentran con algo "otro" en
ellos. Algo que requiere ser nombrado de otra manera". En este sentido,
"el Zoo es un lugar de pasaje entre la resignación y nuevas formas de
nombrarse, signarse, o sea de re-signarse", continúan.

Diversas experiencias son vivenciadas por los niños. Algunas de ellas
pueden ser: la posibilidad de enfrentar y experimentar -por parte de
los más chiquitos- la autonomía de las crías, que ellos desearían tener
y que su bagaje instintivo no les provee; los animales como pantalla de
proyecciones de fantasías infantiles, no sólo proveen armonía e
independencia, sino también ciertos rasgos como la destreza, velocidad,
agilidad, fortaleza, ferocidad; además, el lugar de cuidador les
permite por un lado, descifrar "eso" soportado en los animales
(genética) y por el otro, habitar un lugar inverso del ser presa de
otro, lo que les permite con su tarea, renovar y reafirmar el
apresamiento y al adquirir dominio sobre los animales pueden, en forma
mediatizada y desplazada, dominar sobre lo que antes los posicionaba
como víctimas o marionetas.

Los diversos tipos de vínculos que pueden crearse y afianzarse entre
los niños y el animal, muestran resultados terapéuticamente positivos.
"Dejarse cuidar, descansar en una relación de mayor confianza en el
otro, relaja, atenúa los sentimientos persecutorios y paranoides. Es
que en el vínculo con el animal el niño se encuentra con alguien
confiable, que no miente. En la relación con los animales el niño halla
también matrices de una relación con la verdad. Tal vez esto ocurre
porque los animales no hablan. El niño puede creerles y, a la vez, debe
sensibilizarse para descifrar sus necesidades, y poner entonces
palabras al silencio o al gruñido.", afirman los especialistas.

Por otra parte los niños localizan en los animales rasgos de sí, los
humanizan y prueba de ello es el interés que en las fábulas presentan.
Así "a través de los animales, eludiendo la tiranía del superyó, el
niño puede expresar lo que de otro modo no podría decir. La fábula es
el lugar donde hombre y naturaleza intercambian sus papeles antes de
volver a encontrar cada cual su propio sitio en la historia." Algo de
esto ocurre en el Zoo.

El Programa no funciona en serie, sino de a uno, en singular, aunque se
trabaje en grupo. Por ello es que estas experiencias no se erige en
técnica universalizable y por tal, des-singularizante. "Sólo si los
niños desean estar con animales, si ellos representan algo
significativo para su subjetividad, el contacto con fieras y mascotas
será eficaz". Esta experiencia se hace posible, respetando la
singularidad de cada quien y respetado al animal en tanto alteridad
radical.

Considerando lo vertido hasta aquí suficiente fundamentación, solicito
a mis pares la aprobación del presente.-


Luis A. Falcó.-