Número de Expediente 2653/06
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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2653/06 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | RODRIGUEZ SAA: PROYECTO DE DECLARACIO RINDIENDO HOMENAJE AL CONMEMORARSE EL 200 ANIVERSARIO DE LA GESTA CONOCIDA COMO "EL DIA DE LA RECONQUISTA" A CELEBRARSE EL 12 DE AGOSTO DE 2006. |
Listado de Autores |
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Rodríguez Saá
, Adolfo
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Negre de Alonso
, Liliana Teresita
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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27-07-2006 | 02-08-2006 | 119/2006 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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31-07-2006 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
31-07-2006 | 29-02-2008 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 29-02-2008
ENVIADO AL ARCHIVO : 30-06-2008
OBSERVACIONES |
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INCOPORACION FIRMA NEGRE DE ALONSO 01/08/06 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección de Publicaciones
(S-2653/06)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Su sentido homenaje al conmemorarse el 200° Aniversario de la gesta conocida como ¿EL DIA DE LA RECONQUISTA¿, que se celebra el próximo 12 de Agosto, recordando al prócer Don Santiago de Liniers, a sus aguerridos soldados, pero por sobre todo al HEROICO PUEBLO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES que luchó incansablemente para liberar su ciudad de la opresión del invasor inglés.
Adolfo Rodríguez Saa.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Este próximo 12 de Agosto de 2006 se conmemora como todos los años en esa fecha la gesta conocida como ¿El Día de la Reconquista¿.
Pero éste año no es una celebración más: vamos a celebrar el 200° Aniversario de esta gesta que, como nunca, sirvió para unir ejército, pueblo e ideales con una única finalidad, la de liberar la Ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato, que sufría la ignominiosa invasión de los ingleses, que habían tomado el control de la misma el 25 de Junio luego que los defensores se habían rendido ante la imposibilidad de resistir el avance inglés, entregando la Ciudad y el Fuerte, mientras el Virrey Sobremonte huía a la Ciudad de Córdoba bajo el pretexto de organizar desde allí la resistencia y el rescate de Buenos Aires.
La Historia nos cuenta que en octubre de 1805 la flota española había sido aniquilada por la inglesa en la Batalla de Trafalgar y que al año siguiente Napoleón había derrotado a los prusianos en la Batalla de Jena. Esto había alentado a los ingleses a aprovechar la decadencia española, para sucederla en sus colonias. Esta perspectiva tenía adherentes en las colonias americanas entre patriotas que estaban hartos del deshonor y la ruina a la que los arrastraba la corona de Carlos IV.
En el Virreinato del Río de la Plata se sabía de la expedición inglesa que bajo el mando del Mayor General Beresford se acercaba a nuestras costas. El Virrey Sobremonte, alertado por el Gobernador de Montevideo Ruiz Huidobro pensó que los barcos ingleses no podían entrar al Puerto de Buenos Aires y fue así que envió las escasas tropas de que disponía para defender a Montevideo.
Grande fue su sorpresa cuando el 25 de Junio los ingleses desembarcan en Quilmes, se dirigen a Buenos Aires, dispersan a milicianos y blandengues mal armados y rinden la ciudad a cargo del Brigadier Hilarión de la Quintana. En tanto, como dijimos, Sobremonte huía a Córdoba.
Los ingleses obligaron a prestar juramento de fidelidad a la Corona y creyeron que habían ganado el Virreinato para el Imperio Inglés, pero no advertían el rencor latente en los habitantes de la ciudad, humillados y consternados por la derrota.
Mientras tanto, Sobremonte reunía milicias en Córdoba, Ruiz Huidobro en Montevideo y Don Juan Martín de Pueyrredón lo hacía en la campaña cercana a Buenos Aires. Sólo faltaba el jefe que coordinara esos esfuerzos y los organizara en contra del invasor inglés.
En julio de 1806 llega a la ciudad Don Santiago de Liniers, que había permanecido al frente de la batería de la Ensenada, fuera de los combates que acabaron con la derrota de las fuerzas del Virreinato y por ende también del compromiso impuesto por los ingleses a los vencidos de no tomar nuevamente las armas contra los británicos.
Liniers se pone al tanto de los preparativos de resistencia organizados por Pueyrredón y Martín de Alzaga y cruza a la Banda Oriental para combinar operaciones con el Gobernador de Montevideo.
En tanto Beresford logra que Sobremonte le entregue el tesoro que había sacado de la ciudad al momento del ataque, que estaba en la villa de Luján. El tesoro, de un millón de pesos fuertes, es apropiado por los ingleses que lo embarcan en su flota y lo conducen a Gran Bretaña.
Buenos Aires era un volcán en erupción con las acciones conspirativas. Los soldados británicos eran inducidos a desertar. Alzaga trabajaba con sus compañeros, decididos a hacer todo lo necesario para expulsar a los ingleses. En una reunión de esos grupos se establece que, en caso de reconquistar la ciudad, ellos en nombre del pueblo convocarán al Cabildo Abierto para elegir los jefes que ¿supremamente habrán de gobernar hasta que otra cosa se determine por nuestro Monarca¿.
La decisión de remover a Sobremonte por lo tanto surgió antes de la derrota de los ingleses, porque el Virrey con su huída se había ganado el repudio de criollos y españoles de Buenos Aires, que luego de la Reconquista no vacilarían en derrocarlo y nombrar a Santiago de Liniers en su reemplazo.
Desde ese momento las acciones se suceden vertiginosamente. Liniers y Ruiz Huidobro, en Montevideo, organizan las fuerzas que habrán de marchar sobre Buenos Aires. Pueyrredón reúne en las Chacras de Perdriel casi 1000 hombres a caballo, paisanos de los partidos vecinos a la ciudad.
Beresford llega a saber que allí, a 30 km de Buenos Aires hay una cantidad de hombres armados que están dispuestos a luchar contra la dominación inglesa, y es así como el 1ro. de Agosto envía al Coronel Pack con 500 hombres del Regimiento 71 y 50 del Batallón de Santa Elena a marchar contra los hombres de Pueyrredón. El choque se produce por sorpresa y la gente de Pueyrredón huye finalmente en desbandada ante el asalto de los hombres del 71.
En tanto, el 4 de Agosto de 1806 decenas de embarcaciones se aproximan a la ribera bonaerense con la fuerza que Liniers había armado en la Banda Oriental. En ese momento un temporal de lluvia dificulta el desarrollo de las operaciones, pero asimismo también los movimientos de los ingleses que no pueden enfrentar en campo abierto a las columnas de Liniers.
En la mañana del 9 Santiago de Liniers da la orden de marcha y el 10 de agosto el ejército se encuentra en los Corrales de Miserere (hoy la Plaza Once), a pocos kilómetros al oeste de Buenos Aires.
Los ingleses en tanto, con Beresford a la cabeza verifican la creciente hostilidad de la población que interrumpe la provisión de víveres cerrando los negocios.
La tarde del 10 un emisario de Liniers intima la rendición de los ingleses, que por toda respuesta atrincheran sus efectivos en la Plaza Mayor. Hombres y cañones se emplazan en el Fuerte, la Recova y otros edificios linderos a la Plaza, pero el ataque no se produce.
Sin embargo esa noche las fuerzas de Liniers se desplazan por los flancos hasta el Retiro y es en ese momento que comienza la incorporación masiva y entusiasmada de la población de Buenos Aires. Los cañones son arrastrados a pulso por cuadrillas de mozos a través del barro, lo que permite a Liniers alcanzar el objetivo en la madrugada del 11 de Agosto.
Pero la ciudad está que arde. Desde todas las azoteas y balcones se hace fuego sobre los ingleses que intentan abandonar el Retiro para ir hacia la Plaza Mayor. Agua hirviendo y aceite hirviendo son algunas de las armas, precarias, que usaron los heroicos habitantes de la ciudad para luchar contra el invasor.
La situación inglesa se hace desesperada. Por las calles que convergen a la Plaza Mayor avanzan las fuerzas de la Reconquista el 12 de Agosto. Es un pueblo que pelea a mano desnuda con un único fin, un solo impulso: aniquilar al enemigo.
Las descargas abren claros en las filas enemigas y Beresford, retirándose a duras penas hacia el Fuerte, iza la bandera de parlamento. Los ingleses se rinden. Las fuerzas rinden honores al vencido y el 12 de agosto a las 3 de la tarde el regimiento 71 desfila por última vez en la Plaza Mayor de Buenos Aires. Lo hacen entre dos filas de soldados, presentan armas y llegando hasta el Cabildo arrojan sus fusiles en señal de rendición al pie del jefe vencedor.
Se ha logrado la hazaña. Se ha consumado la gesta. La ciudad de Buenos Aires, con el denodado sacrificio de Santiago de Liniers y sus guerreros, pero con el esfuerzo denodado y sin armas de sus pobladores, se ha librado del opresor inglés.
El emocionado recuerdo de este acto patriótico, su significado de ser el precursor de la gesta emancipadora de Mayo de 1810 y nuestro nacimiento como Nación libre y soberana, independiente de toda dominación extranjera, es el motivo de la presentación del Proyecto de Declaración que acompañamos que, sin lugar a dudas, habrá de ser refrendado asimismo por todos nuestros Pares.
Adolfo Rodríguez Saa.