Número de Expediente 2647/06
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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2647/06 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | SAADI: PROYECTO DE DECLARACION EXPRESANDO BENEPLACITO POR EL DIA DE LA INTEGRACION DE AMERICA LATINA, CELEBRADO EL 24 DE JULIO PASADO. |
Listado de Autores |
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Saadi
, Ramón Eduardo
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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27-07-2006 | 02-08-2006 | 119/2006 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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31-07-2006 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
31-07-2006 | 29-02-2008 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 29-02-2008
ENVIADO AL ARCHIVO : 30-06-2008
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección de Publicaciones
(S-2647/06)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Su beneplácito por el Día de Integración de América Latina que tendrá lugar el próximo 24 de julio del corriente.-
Ramón Saadi.
FUNDAMENTOS
Señor Presidente
El Día 24 de julio de celebra el Día de la Integración de América Latina, fecha que en estos días debemos conmemorar en doble manera dados los acontecimientos que se están llevando a cabo en nuestro país con la cumbre de los primeros mandatarios de los países integrantes del MERCOSUR, hecho sucesivo y consecuente con un programa de integración del bloque de países del continente que se viene sucediendo para lograr los acuerdos tendientes en ese sentido.-
Promover la cooperación pacífica entre las naciones e impulsar y consolidar la integración de América Latina de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos, es el motivo por lo que debemos bregar como nación, insertos en esta comunidad de países, dado que la integración de los pueblos es la ética de la solidaridad humanística y creadora, única manera de preservar la humanidad.
Vale la pena destacar en este momento tan especial dentro del contexto internacional, que la paz del mundo nos beneficia a todos, puesto que acelera el desarrollo económico, social y político. Si en un país hay justicia social, eso es paz; en cambio, el imperialismo y la arbitrariedad lleva a incesantes contradicciones y diferencias de los pueblos con la deliberada finalidad de acentuar las rivalidades, para alimentar la industria de la guerra y para seguir imponiendo sus mandatos sobre totalidades desorganizadas. "Divide y reinarás", dice el precepto maquiavélico.
América Latina es inmensa; inmensa en todo, y más aún en valores. Sus indígenas, sus blancos, sus negros, sus mulatos, sus mestizos, todos tienen la capacidad absoluta de acceder a una conciencia integradora; esa es la primera y gran riqueza de nosotros, debemos aprovecharla.-
Existe entre nosotros un contraste radical: países ricos en recursos con pueblos extremadamente pobres. Es, de hecho, la región de todo el planeta donde las diferencias entre ricos y pobres son más notorias. La riqueza fundamental de todo país es el trabajo de sus hombres y mujeres, y consecuentemente la capacidad de producir los bienes y servicios que su trabajo genere. Tal riqueza, está complementada con lo que hay en el subsuelo en forma de minerales, petróleo, calidad de la tierra, el agua y otras existencias; elementos todos que coadyuvan a la capacidad humana, pero no la pueden sustituir; de tal manera que un país puede ser muy rico por la capacidad de trabajo de sus hombres aunque tenga en su territorio escasas riquezas naturales. También puede suceder lo contrario: países pobres a pesar de sus enormes riquezas naturales.
Los diferentes usos que cada país hace de su territorio es lo que determina los procesos de organización de las unidades económicas en estructuras en las que la producción, transformación, distribución y consumo de bienes y servicios estén armonizados.
En el momento de la independencia de la corona española, hacia inicios del siglo XIX, fueron varios los visionarios americanos que establecieron como condición necesaria para el desarrollo de los nuevos países su unión en un bloque homogéneo. Ese fue el sueño de Simón Bolívar entre el Caribe y los Andes, de José de San Martín en el Cono Sur, de Francisco Morazán en Centroamérica. Pero ya, desde aquel entonces las fuerzas divisionistas de los imperios dominantes -Granbretaña cuando la independencia, Estados Unidos hacia fines del 800 y durante todo el siglo XX- actuaron en contra de la propuesta de integración.
Aprovecho este proyecto, para destacar remarcadamente, un punto que puede mostrar la viabilidad y necesidad de la integración como es el tema del agua. Sabido es que nuestra región tiene las reservas de agua dulce más grande del planeta, debemos preservarla señores. El agua: recurso natural que -dado los modelos de desarrollo irracionales e insostenibles promovidos por el capitalismo- cada vez se hace más escaso.- Como un paso de sobrevivencia de nuestra especie aparece entonces el cuidado racional del agua. Socializar el agua no es un prejuicio moral ni político. Este es un recurso vital para la existencia, soporte cultural fundamental de las sociedades, y en consecuencia, debe ser considerada como algo muy serio en la planificación de los desarrollos económicos, sociales y políticos, no sólo del Sur, sino además, de cualquier parte del mundo. La carencia de agua en cualquier región es una calamidad humana, es una emergencia que debe ser resuelta con la cooperación de todos. ¿Es posible permitir hoy que las potencias dominantes lleguen a robar el agua de nuestro continente como antes robaron el oro y la plata, el azúcar o el petróleo?.-
Entre otras cosas, entonces, debemos mirar hacia ese punto: al agua, si queremos integrar a América Latina definitivamente. Debemos, rescatar la majestad del agua y garantizar su uso para el consumo potable, para el riego agrícola, para evitar inundaciones, para la navegación, para la vida y jamás permitir que este vital elemento se transforme en una mercadería más, desechable y contaminable.
Intentos de unión ha habido muchos, desde los primeros de los líderes independentistas a principios del siglo XIX hasta los más recientes del siglo XX: la Comunidad Andina (integrada por Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Bolivia), el Mercado Común Centroamericano (compuesto por los pequeños países del istmo), el Mercado Común del Sur -MERCOSUR-, creado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia en 1996, al que se han unido posteriormente Chile, Perú, Venezuela, Ecuador y Colombia, la propuesta del ALBA, impulsada por los gobiernos de Venezuela y Cuba, el Área de Libre Comercio de las Américas -ALCA-, por ahora rechazado en su gran mayoría, firmado sólo en América Central -el CAFTA-. En esa lógica integracionista surge ahora la propuesta de la Comunidad Sudamericana.-
Sin dudas, la integración del área latinoamericana, desde el río Bravo por el norte hasta la Patagonia por el sur, crearía una región con un potencial económico, político y cultural sin igual. Con más de 500 millones de habitantes, la reserva de agua dulce más grande del mundo, la mayor reserva de gas y petróleo del globo para un siglo de aprovechamiento, con las mayores reservas de biodiversidad (animal y vegetal), la red fluvial más extensa y caudalosa del mundo y una situación privilegiada para la producción de alimentos, sus potencialidades se muestran enormes.
Es posible, claro que es así, debemos permitirnos mejor comunicación, mejor calidad de vida, superación en todos los aspectos y eso lo lograremos unidos como ya lo querían nuestros padres de la patria, todo está dado, debemos tener la voluntad política para engrandecernos, entre otros puntos positivos en la propuesta integracionista, es importante destacar también la homogeneidad cultural, idiomática, religiosa e histórica de la región. La casi totalidad absoluta de sus habitantes se entiende básicamente en dos lenguas mutuamente inteligibles como son el español y el portugués y posee la libertad de culto. No hay en su historia reciente heridas debido a guerras interestatales (como es el caso de Europa o de África), y similares problemáticas cotidianas son comunes a todos sus pueblos. Todos esos son puntos favorables a la integración, y de los latinoamericanos depende que los sepamos aprovechar.
Hoy la historia se juega en términos de bloques, de grandes bloques de poder económico-científico-político. Es por ello imperioso reconocernos en Latinoamérica como un gran bloque con historia común, y sin dudas también con un destino común. Hacia eso nos encaminamos y desde este lugar como representantes de esta voluntad apoyaremos todas las tendencias que beneficien a nuestra tierra y a la de nuestros hermanos latinoamericanos.-
Es por ello que solicito a mis colegas la aprobación del presente proyecto.-
Ramón Saadi.