Número de Expediente 2495/06

Origen Tipo Extracto
2495/06 Senado De La Nación Proyecto De Declaración SAADI : PROYECTO DE DECLARACION MANIFESTANDO SU RECONOCIMIENTO A MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI QUIEN FUERA OBISPO DE LA RIOJA AL CUMPLIRSE UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU DESAPARICION .-
Listado de Autores
Saadi , Ramón Eduardo

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
11-07-2006 02-08-2006 111/2006 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
18-07-2006 09-11-2006

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
19-07-2006 02-08-2006
DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
ORDEN DE GIRO: 2
19-07-2006 02-08-2006

ENVIADO AL ARCHIVO : 07-09-2006

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 02-08-2006
SANCION: APROBO
COMENTARIO: SOBRE TABLAS
APROBADO COMO: Proyecto de Declaracion
NOTA:SE AP. UN PD CONJ. S. 2685,2210,2669,2699/06

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
1199/06 10-11-2006 APROBADA
En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-2495/06)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su recuerdo y reconocimiento a quien fuera Obispo de la Rioja, Monseñor Enrique ANGELELLI, por su fecunda y constante labor en pos de la paz y la justicia, y su compromiso en la construcción de una Iglesia al servicio de Dios y del pueblo argentino, al cumplirse el 4 de agosto un nuevo aniversario de su desaparición física.

Ramón Saadi.

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

El proyecto que hoy pongo a consideración de este Cuerpo reproducción del expediente S.559/92, presentado en 1992 por la Senadora Nacional por Catamarca Alicia A. SAADI de DENTONE, es el reconocimiento a la labor desarrollada por el Obispo de La Rioja, Monseñor Angelelli.

Me permito hacer presente un breve resumen de su biografía dado que, a pesar del tiempo transcurrido sus enseñanzas y ejemplo continúan vigentes.

Enrique Angel Angelelli nació el 17 de julio de 1923, en Córdoba (Argentina); ingresó al Seminario Metropolitano Ntra. Señora de Loreto y al iniciar el segundo año de teología, fue enviado a Roma para completar sus estudios.

A los 26 años fue ordenado sacerdote y continuó sus estudios en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma hasta obtener la Licenciatura en Derecho Canónico.

De regreso a Córdoba comenzó su labor pastoral como Vicario Cooperador en la Parroquia San José de Bº Alto Alberdi y como Capellán del hospital Clínicas, visitando las villas miserias de la zona. Este encuentro con la realidad de los marginados fue haciendo crecer en él la predilección por el servicio a los pobres.

En 1952 se hizo cargo de la atención pastoral de la Capilla de Cristo Obrero y fue designado asesor de la JOC (Juventud Obrera Católica), radicándose en el Hogar Sacerdotal, éste era un lugar de encuentro y consulta permanentes para buena parte del clero cordobés. Participó en la Junta Arquidiocesana de la Acción Católica, dictó clases de Derecho Canónico y Doctrina Social de la Iglesia en el Seminario Mayor de Córdoba y era profesor de Teología en el Instituto "Lumen Christi". Trabajó en la Curia Arzobispal y ayudó en la pastoral universitaria, asesorando algunos centros de la JUC (Juventud Universitaria Católica).

El 12 de diciembre de 1960 fue designado por el Papa Juan XXIII, Obispo Titular de Listra y Auxiliar de Córdoba, y el 20 del mismo mes fue nombrado Vicario general de la Arquidiócesis. El 12 de marzo de 1961 recibió su consagración episcopal en la Catedral de Córdoba, que se vio abarrotada de obreros y gente humilde.

Tuvo participación activa en diversos conflictos gremiales, dando muestras así de una decisiva presencia de su compromiso episcopal, poco frecuente en el contexto eclesial de Argentina y especialmente resistida en los círculos del catolicismo tradicional de Córdoba.

Designado por Pablo VI, el 24 de agosto de 1968 asumió el Obispado de La Rioja; el mismo día en que se iniciaban las deliberaciones en Medellín del Episcopado Latinoamericano. Angelelli quiso ser "un riojano más" y desde el inicio visitó instituciones, comunidades, barrios y poblados riojanos..

Denunció la usura, la droga, las casas de juego y el manejo de la prostitución en manos de los poderosos de la sociedad riojana. Visitó los barrios alentando a los vecinos a solucionar el problema de la vivienda y organizar una cooperativa de consumo. recorrió toda la provincia visitando los pueblos más remotos y olvidados. Reclamó al gobierno nacional el presupuesto para la provincia, condenó las arbitrariedades de los gobernantes, alentó la organización de las empleadas domésticas e instó a todos a comprometerse en la acción política para el servicio y bienestar del pueblo.

Entre 1971 y 1972 se concretó el Movimiento Rural Diocesano y la Cooperativa de Trabajo Amingueña Limitada, impulsando la expropiación del latifundio de Azzalini. La cooperativa permitiría obtener mejores precios para los productos regionales y trabajar solidariamente las tierras improductivas. En agosto, Angelelli y su presbiterio se enfrentaron de nuevo con el gobierno de facto, cuando la policía detuvo dos sacerdotes y un laico.

En 1973 con las elecciones generales renacieron las esperanzas populares. Se restituyó a la iglesia riojana la misa radial. Pero, en el marco de las movilizaciones por la expropiación del latifundio, el 13 de junio, en Anillaco, se produjo -organizado por los terratenientes del lugar- la expulsión del Obispo, sacerdotes y religiosas que habían concurrido a las fiestas patronales de San Antonio. En respuesta Angelelli sancionó canónicamente a los promotores que intentaban disfrazar el conflicto acusando de "comunista" a la iglesia riojana.

En 1974 el país vivía un recrudecimiento de la crisis social y política, con asesinatos, atentados y ataques a los dirigentes y organizaciones populares. En setiembre Angelelli viaja a Roma en visita "ad limina". Estando en Europa le sugirieron que no regresara porque su nombre figuraba en la lista de amenazados por la "Tres A" (grupo para-policial de la Alianza Anticomunista Argentina). Angelelli retornó a su Diócesis y planteó los ejes de trabajo para 1975: "caminar con y desde el pueblo, seguir actuando el Concilio y continuar la promoción integral de los riojanos".

En febrero de 1976 fueron detenidos en Mendoza el Vicario General de la Diócesis riojana, Mons. Esteban Inestal junto a dos dirigentes del Movimiento Rural, Rafael Sifre y Carlos Di Marco. Luego del golpe de estado del 24 de marzo se intensificó el control y seguimiento a los miembros de la iglesia, en el marco de la represión desatada por la dictadura militar.

Monseñor Angelelli levantó su voz para denunciar las violaciones a los derechos humanos e hizo conocer al episcopado la persecución de que era objeto la iglesia en La Rioja. Hizo gestiones ante las autoridades militares, incluso ante el Comandante del III Cuerpo de Ejército, Luciano B. Menéndez. "El que se tiene que cuidar es usted", amenazó el militar.

Ante la inseguridad, Angelelli aconsejó a sacerdotes, religiosos y laicos abandonar la Diócesis para protegerlos, pero no aceptó la invitación de Obispos latinoamericanos para un encuentro en Quito, Ecuador. "Tengo miedo, pero no se puede esconder el Evangelio debajo de la cama", confesó a sus familiares que vislumbraban el trágico final. La represión se agudizó. Fueron detenidos el Presbítero Eduardo Ruíz, de Olta y el Presbítero Gervasio Mecca, de Aimogasta.

El 18 de julio fueron secuestrados, torturados y asesinados los padres Gabriel Longueville y Carlos Murias, de Chamical. El 26 de julio ametrallaron en la puerta de su casa al laico campesino Wenceslao Pedernera, en Sañogasta. Y cuando el 4 de agosto, Mons. Angelelli, junto al Presbítero Arturo Pinto, retornaba a la Capital riojana, luego del novenario a los sacerdotes asesinados en Chamical, a la altura de Punta de los LLanos, su camioneta fue embestida por un auto Peugeot 504, que le provocó el vuelco. El cuerpo del Obispo fue sacado y su nuca golpeada contra el asfalto, quedando su corpulenta figura extendida con los brazos abiertos sobre la ruta.

Aunque se intentó ocultar el crimen, como un "accidente automovilístico" y la investigación judicial iniciada fue enseguida archivada, en 1983, con el retorno de la democracia, la causa se reabrió. En 1986 el juez Aldo F. Morales dictaminó que la muerte de Mons. Angelelli fue un "homicidio friamente premeditado", debiéndose identificar los autores. En 1989, los altos jerarcas de las Fuerzas Armadas implicados en el crimen fueron beneficiados por la Leyes de Obediencia Debida y Punto Final que consagraron la impunidad en las violaciones a los derechos humanos.

El pueblo creyente, que desde el mismo 4 de agosto tuvo el convencimiento de que se había tratado de un asesinato, espera que el episcopado argentino reivindique el martirio de Mons. Angelelli, rompiendo el silencio de estos años.

Por estas razones, solicito de los señores Senadores el voto afirmativo para el presente proyecto.

Ramón Saadi.