Número de Expediente 2483/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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2483/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | CAPARROS : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES SOBRE LA INCIDENCIA DE LA DESNUTRICION EN LA TERCERA EDAD . |
Listado de Autores |
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Caparrós
, Mabel Luisa
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
15-10-2003 | 15-10-2003 | 147/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
15-10-2003 | 21-11-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
15-10-2003 | 21-11-2003 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 15-12-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 03-12-2003 |
SANCION: Com.Art106 |
COMENTARIO: |
NOTA:DESPACHO N° 192 |
PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS
ORIGEN | TIPO | NUMERO | FECHA | AR |
---|---|---|---|---|
PE | RP | 493/04 | 31-08-2004 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2483/03)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación:
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, por intermedio de los organismos que correspondan, se sirva
informar sobre los siguientes puntos:
· Incidencia y prevalencia de desnutrición en la Tercera Edad.
· Criterios médicos utilizados para su cuantificación.
· Discriminación por sexo y edad.
· Dispersión geográfica.
· Relación de porcentajes de desnutrición entre ancianos
institucionalizados y convivencia familiar.
· Diseño de programas específicos para la atención de esta
problemática de la salud pública.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
Es cierto que el problema de la desnutrición es una consecuencia de la
falta de recursos que afecta a la totalidad de la población, desde los
recién nacidos hasta los ancianos. Sin embargo, en la Tercera Edad, a
diferencia de los niños y adultos, la desnutrición tiene otras
características. Poco se habla, en general, de esta situación, pese a
afectar a un porcentaje importante de a población.
La desnutrición en esta etapa etaria no siempre responde a factores
económicos o falta de recursos para obtener los alimentos, sino que
existen otros como, por ejemplo la falta de interés o problemas
relacionados con la fisiología. En la tercera edad, influyen mucho las
depresiones, la imposibilidad de comer por afecciones motrices,
necesitando asistencia para realizar las ingestas; problemas de mala
absorción, es decir, que pueden realizar la ingesta pero tienen
limitada la capacidad de utilizar los nutrientes.
Veamos en detalle cuáles son las causales de desnutrición en las
personas mayores.
La Licenciada Rosa Rabaneda, una autoridad internacional en la materia,
integrante de la Unidad de Nutrición y Dietética Clínica del Hospital
Universitario de La Paz de Madrid, España, señala en su artículo
"Envejecimiento y nutrición" "la vejez es una etapa de la vida, que
abarca una sucesión de cambios en distintos procesos bioquímicos,
determinando alteraciones estructurales y funcionales en los diversos
tejidos del organismo. Posiblemente, muchos de los cambios producidos
en la vejez, son efectos acumulativos de las lesiones y enfermedades
que ha ido sufriendo el individuo a lo largo de la vida.".
Entre los problemas de salud que pueden derivar en desnutrición
nombraremos las siguientes:
- Pérdida de la capacidad de la percepción del gusto y del olfato. En
la tercera edad, al disminuir la capacidad gustativa y olfatoria, no
perciben el gusto ni el olor, sobre todo aquellas personas que son o
que fueron alcohólicas o fumadoras. Por esta razón van perdiendo
interés por la comida o desean consumir preparaciones no adecuadas para
su estado general, un ejemplo habitual es el agregado de sal excesivo o
condimentos que pueden resultar nocivos para su salud.
- Alteraciones dentales y de la masticación. La pérdida de dientes o el
uso de prótesis desadaptadas contribuyen a una elección de alimentos
que casi siempre va en desmedro de la salud
- Alteraciones en el metabolismo de los nutrientes, por causa de alguna
enfermedad o por efecto de los medicamentos, que dificultan su
absorción y eliminación.
- Problemas motrices, como ya se mencionó, por lo que necesitan
asistencia para comer o prepararse la comida.
Los factores psicosociales son de gran importancia en la generación de
este problema. Como hemos dicho anteriormente, algunas de las causas
pueden por sí solas provocar la falta de apetito o de interés de las
personas mayores por alimentarse. Otras, como las depresiones,
sobrevienen como consecuencia de los problemas de salud anteriormente
nombrados, como el hecho de no poder comer o no poder elegir ni
prepararse sus alimentos o sus comidas.
En las personas que se institucionalizan, tiene que ver mucho el
desarraigo de su hogar. Una persona que estuvo viviendo setenta años
con una familia o en su hogar con su cocina comprando sus alimentos,
aunque tal vez con escasez de recursos económicos; pasar a un lugar
que, aunque se les brinde los cuidados necesarios no reemplaza su
propia casa.
Muchos de los cambios que acompañan al proceso de envejecimiento se
asemejan a los debidos a deficiencias nutricionales.
Según la OMS hay signos de muy específicos y característicos que
siempre deben ser tenidos en cuenta. Aquí solamente enumeraremos
algunos: la despigmentación de la piel de la cara o la dermatitis
seborreica nasolabial; cabello seco, frágil, opaco y sin brillo; ojos
con la conjuntiva pálida y seca,. En la boca, la lengua se presenta de
color carne, alteración de sabor, engrosamiento, ausencia de papilas y
cobertura blanco - grisácea. Y las encías se presentan rojas,
inflamadas y sangrantes.
La piel se nota seca, pálida, rugosa, descamada, con manchas de
despigmentación y erupciones. Las heridas no sanan correctamente.
En el aspecto general se observa letargia, falta de atención, apatía,
irritabilidad, desorientación, olvido, abulia, depresión, delirio,
falta de energía y de actividad.
Son muy comunes las fracturas por carencia de calcio. También se
deberán tener en cuenta los espasmos en manos y pies, las uñas con
forma de cuchara, si hay pérdida de masa muscular, dolores en la
pantorrilla y ausencia o disminución del reflejo patelar o aquileo.
Las necesidades nutricionales en la tercera edad son diferentes que en
la infancia, juventud y adultez. Disminuye la actividad física por lo
que las necesidades de calorías deben ser de entre 2000 y 2300
kilocalorías por día. La mitad de estas calorías se cubren a través de
los hidratos de carbono, alrededor de un quince o un veinte por ciento
se aportan como proteínas y cerca de un treinta por ciento con lípidos.
Su dieta deberá incluir vitaminas del complejo B, A, C, y ácido fólico.
También minerales como hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, cobre,
flúor, fósforo, selenio, cromo y zinc.
Aunque recientemente se han publicado cifras sobre desnutrición en la
tercera edad, el manejo de información estadística sobre la
problemática es un tema complejo y en el que deberá seguir
profundizándose.
El determinar el bajo peso en la tercera edad no sirve como dato
estadístico en sí mismo. En la infancia, casi todas las desnutriciones
son producto de la falta de ingesta, si bien puede haber disfunciones
orgánicas, no es lo más habitual en ese grupo biológico. En la tercera
edad es muy importante la causa del descenso de peso y como antes se
dijo, puede ser muy variada.
Sintetizando, la desnutrición en la tercera edad es un verdadero
problema de la salud pública y como tal, debería ser evaluado y
tratados diseñando programas específicos basados en estadísticas
idóneas que contemplen la multicausalidad de todos aquellos factores
que determinan esta patología que no solo afectan la calidad de vida de
los ancianos, sino que pueden acelerar su propia muerte.
Por todo lo expresado, señor Presidente, solicito a mis pares de este
Honorable Cuerpo, la pronta aprobación de este proyecto de
comunicación.
Mabel L. Caparrós.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2483/03)
PROYECTO DE COMUNICACION
El Senado de la Nación:
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, por intermedio de los organismos que correspondan, se sirva
informar sobre los siguientes puntos:
· Incidencia y prevalencia de desnutrición en la Tercera Edad.
· Criterios médicos utilizados para su cuantificación.
· Discriminación por sexo y edad.
· Dispersión geográfica.
· Relación de porcentajes de desnutrición entre ancianos
institucionalizados y convivencia familiar.
· Diseño de programas específicos para la atención de esta
problemática de la salud pública.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
Es cierto que el problema de la desnutrición es una consecuencia de la
falta de recursos que afecta a la totalidad de la población, desde los
recién nacidos hasta los ancianos. Sin embargo, en la Tercera Edad, a
diferencia de los niños y adultos, la desnutrición tiene otras
características. Poco se habla, en general, de esta situación, pese a
afectar a un porcentaje importante de a población.
La desnutrición en esta etapa etaria no siempre responde a factores
económicos o falta de recursos para obtener los alimentos, sino que
existen otros como, por ejemplo la falta de interés o problemas
relacionados con la fisiología. En la tercera edad, influyen mucho las
depresiones, la imposibilidad de comer por afecciones motrices,
necesitando asistencia para realizar las ingestas; problemas de mala
absorción, es decir, que pueden realizar la ingesta pero tienen
limitada la capacidad de utilizar los nutrientes.
Veamos en detalle cuáles son las causales de desnutrición en las
personas mayores.
La Licenciada Rosa Rabaneda, una autoridad internacional en la materia,
integrante de la Unidad de Nutrición y Dietética Clínica del Hospital
Universitario de La Paz de Madrid, España, señala en su artículo
"Envejecimiento y nutrición" "la vejez es una etapa de la vida, que
abarca una sucesión de cambios en distintos procesos bioquímicos,
determinando alteraciones estructurales y funcionales en los diversos
tejidos del organismo. Posiblemente, muchos de los cambios producidos
en la vejez, son efectos acumulativos de las lesiones y enfermedades
que ha ido sufriendo el individuo a lo largo de la vida.".
Entre los problemas de salud que pueden derivar en desnutrición
nombraremos las siguientes:
- Pérdida de la capacidad de la percepción del gusto y del olfato. En
la tercera edad, al disminuir la capacidad gustativa y olfatoria, no
perciben el gusto ni el olor, sobre todo aquellas personas que son o
que fueron alcohólicas o fumadoras. Por esta razón van perdiendo
interés por la comida o desean consumir preparaciones no adecuadas para
su estado general, un ejemplo habitual es el agregado de sal excesivo o
condimentos que pueden resultar nocivos para su salud.
- Alteraciones dentales y de la masticación. La pérdida de dientes o el
uso de prótesis desadaptadas contribuyen a una elección de alimentos
que casi siempre va en desmedro de la salud
- Alteraciones en el metabolismo de los nutrientes, por causa de alguna
enfermedad o por efecto de los medicamentos, que dificultan su
absorción y eliminación.
- Problemas motrices, como ya se mencionó, por lo que necesitan
asistencia para comer o prepararse la comida.
Los factores psicosociales son de gran importancia en la generación de
este problema. Como hemos dicho anteriormente, algunas de las causas
pueden por sí solas provocar la falta de apetito o de interés de las
personas mayores por alimentarse. Otras, como las depresiones,
sobrevienen como consecuencia de los problemas de salud anteriormente
nombrados, como el hecho de no poder comer o no poder elegir ni
prepararse sus alimentos o sus comidas.
En las personas que se institucionalizan, tiene que ver mucho el
desarraigo de su hogar. Una persona que estuvo viviendo setenta años
con una familia o en su hogar con su cocina comprando sus alimentos,
aunque tal vez con escasez de recursos económicos; pasar a un lugar
que, aunque se les brinde los cuidados necesarios no reemplaza su
propia casa.
Muchos de los cambios que acompañan al proceso de envejecimiento se
asemejan a los debidos a deficiencias nutricionales.
Según la OMS hay signos de muy específicos y característicos que
siempre deben ser tenidos en cuenta. Aquí solamente enumeraremos
algunos: la despigmentación de la piel de la cara o la dermatitis
seborreica nasolabial; cabello seco, frágil, opaco y sin brillo; ojos
con la conjuntiva pálida y seca,. En la boca, la lengua se presenta de
color carne, alteración de sabor, engrosamiento, ausencia de papilas y
cobertura blanco - grisácea. Y las encías se presentan rojas,
inflamadas y sangrantes.
La piel se nota seca, pálida, rugosa, descamada, con manchas de
despigmentación y erupciones. Las heridas no sanan correctamente.
En el aspecto general se observa letargia, falta de atención, apatía,
irritabilidad, desorientación, olvido, abulia, depresión, delirio,
falta de energía y de actividad.
Son muy comunes las fracturas por carencia de calcio. También se
deberán tener en cuenta los espasmos en manos y pies, las uñas con
forma de cuchara, si hay pérdida de masa muscular, dolores en la
pantorrilla y ausencia o disminución del reflejo patelar o aquileo.
Las necesidades nutricionales en la tercera edad son diferentes que en
la infancia, juventud y adultez. Disminuye la actividad física por lo
que las necesidades de calorías deben ser de entre 2000 y 2300
kilocalorías por día. La mitad de estas calorías se cubren a través de
los hidratos de carbono, alrededor de un quince o un veinte por ciento
se aportan como proteínas y cerca de un treinta por ciento con lípidos.
Su dieta deberá incluir vitaminas del complejo B, A, C, y ácido fólico.
También minerales como hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio, cobre,
flúor, fósforo, selenio, cromo y zinc.
Aunque recientemente se han publicado cifras sobre desnutrición en la
tercera edad, el manejo de información estadística sobre la
problemática es un tema complejo y en el que deberá seguir
profundizándose.
El determinar el bajo peso en la tercera edad no sirve como dato
estadístico en sí mismo. En la infancia, casi todas las desnutriciones
son producto de la falta de ingesta, si bien puede haber disfunciones
orgánicas, no es lo más habitual en ese grupo biológico. En la tercera
edad es muy importante la causa del descenso de peso y como antes se
dijo, puede ser muy variada.
Sintetizando, la desnutrición en la tercera edad es un verdadero
problema de la salud pública y como tal, debería ser evaluado y
tratados diseñando programas específicos basados en estadísticas
idóneas que contemplen la multicausalidad de todos aquellos factores
que determinan esta patología que no solo afectan la calidad de vida de
los ancianos, sino que pueden acelerar su propia muerte.
Por todo lo expresado, señor Presidente, solicito a mis pares de este
Honorable Cuerpo, la pronta aprobación de este proyecto de
comunicación.
Mabel L. Caparrós.-