Número de Expediente 2403/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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2403/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Resolución | FALCO : PROYECTO DE RESOLUCION RINDIENDO HOMENAJE A MAXIMO MARCELO TORCUATO DE ALVEAR EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU NATALICO .- |
Listado de Autores |
---|
Falco
, Luis
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
07-10-2003 | 15-10-2003 | 143/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
08-10-2003 | 31-03-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
08-10-2003 | 28-02-2005 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005
ENVIADO AL ARCHIVO : 31-01-2006
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2403/03)
PROYECTO DE RESOLUCIÓN
El Senado de la Nación,
RESUELVE:
Rendir homenaje a Máximo Marcelo Torcuato de Alvear al haberse cumplido
135 años de su nacimiento el 4 de octubre de 2003.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El pasado 4 de octubre se cumplieron 135 años del nacimiento de Máximo
Marcelo Torcuato de Alvear, Presidente de la República entre 1992 y
1927.
Don Marcelo, como le decían los correligionarios radicales de su época,
fue hijo de Carlos María de Alvear, primer intendente de la Ciudad de
Buenos Aires. Su militancia política juvenil le permitió crecer al
calor del espíritu de la revolución democrática de los 90 y conocer,
entre muchos prohombres de la democracia, a Don Hipólito Yrigoyen.
Recibido de abogado en 1891 siguió a Além en el levantamiento
bonaerense de 1893 y viajó a Europa y Chile durante los años de la
abstención radical. De regreso en el país fue diputado nacional entre
1912 y 1916 y, luego, embajador ante Francia hasta su arribo a la
presidencia.
"Marcelo es radical..."decía Yrigoyen durante 1924, cuando las criticas
de sus correligionarios arreciaban por el entonces Presidente.
Así fue. Pese a las críticas, su gobierno fue austero y ejemplar. Se
gozó de una amplia libertad política y país vivió una creciente
prosperidad económica. Fue un gobierno de un radical.
Por ello cuando el radicalismo era perseguido, y una delegación del
gobierno de facto le fue a ofrecer ser candidato de la dictadura el 25
de Abril de 1931, Alvear bajó del barco, se abrazó con el pueblo que
había ido a recibirlo y dijo: "Decid a los conciudadanos que no han
podido llegar hasta aquí, que Marcelo de Alvear vuelve a ocupar su
puesto en las filas en donde estuvo siempre".
Como sostuve, a pesar de haber nacido en el seno de una familia
patricia, Alvear participó activamente del Mitín del Jardín Florida el
1º de Septiembre de 1889. La figura de Além lo cautivó de inmediato
siendo uno de los primeros en sumarse a la organización de la
Revolución del Parque.
Junto a Além firmará el manifiesto fundacional de la Unión Cívica
Radical el 2 de Julio de 1891, rechazando el Acuerdo Mitre - Roca y con
Yrigoyen trabaja activamente en la organización de la Revolución de
1893 y firma la disolución del Comité Provincia, ante el denominado
"Arreglo de las Paralelas" que había llevado adelante el Comité
Nacional presidido por Bernardo de Irigoyen.
A pesar de las discrepancias surgidas durante la constitución de la
Liga de las Naciones, fue la media palabra de Yrigoyen la que lo impone
como candidato a la presidencia para 1922.
La de Alvear fue una presidencia prolija, en la cual, como ya dijimos,
no hubo ningún día de estado de sitio, se respetó escrupulosamente la
Constitución y las libertades civiles y políticas, no hubo conflictos
sociales y el país vivió en prosperidad.
"El lustro 1922-1927 fue tal vez el más brillante de la historia
nacional. En el revuelto mundo de la posguerra mundial, la Argentina
con sus enormes posibilidades, sus instituciones representativas del
estado de derecho, su inalterable liberalismo y una eficiente
administración, ofrecía inmejorables perspectivas al capital
inversor...
En esos años tranquilos de la presidencia de Marcelo, como le decía Don
Hipólito, el Estado tuvo una injerencia mínima, dejando que la
evolución nacional se realizara sin empujones ni presiones de ningún
género" (Fernando Sabsay - Los Presidentes Argentinos. Pag 235.
Editorial El Ateneo).
Terminada su presidencia, volvió a París y recién regresó aquel 25 de
Abril de 1931.
Al poco de llegar, advierte la dureza de la dictadura y de lo difícil
que le sería al radicalismo reorganizarse. A pesar de ello, lleva
adelante esa tarea y frente a los oportunistas de siempre, declara: "Lo
que aquí se dice personalismo es la mayoría del Partido Radical; y este
Partido quiere y debe por su iniciativa, libremente, reorganizarse y
defender sus cuadros, sin imposiciones exteriores".
Anulada la elección de la Provincia de Buenos Aires que había vuelto a
dar el triunfo al radicalismo, la dictadura aprovecha la escusa de la
Revolución Radical encabezada por Gregorio Pomar en Corrientes, para
detener a la plana mayor del radicalismo.
Luego de otro breve período de exilio forzado, reorganiza nuevamente al
radicalismo y ante la prohibición de la fórmula Alvear - Guemes, la
Convención Nacional declara la abstención.
Pese a la persecución a la que se ve sometida, la resistencia radical
no se detiene y a fines de 1932 estalla una nueva intentona
revolucionaria, que vuelve a llevar a la cárcel, no sólo a Alvear,
Guemes, Pueyrredón, Rojas, entre otros, sino también a Yrigoyen.
El 3 de Julio de 1933 fallece Don Hipólito, pocos días después de que
se entrevistara con Alvear, ungiéndolo simbólicamente como su sucesor y
diciéndole: "Marcelo, una gran elección o una gran revolución".
Al finalizar ese año estalla una nueva asonada radical encabezada
nuevamente por Pomar, Bosh y Avalos. Las autoridades partidarias son
confinadas en Tierra del Fuego y Alvear es enviado nuevamente al
exilio.
Los años que siguieron mostraron que el radicalismo seguía siendo una
fuerza popular de gran envergadura, a la que solamente podía apartarse
del gobierno a través del fraude. Así, proclamada la fórmula Alvear -
Mosca para las elecciones de 1937, resultan vencedores Ortiz -
Castillo, gracias al uso del aparato del Estado para fraguar la
voluntad popular.
Sus últimos años se dedicó a fortalecer al radicalismo y denunciar el
estado de cosas imperante en el país.
Muchas son las críticas que se han dicho acerca de su presidencia y de
su conducción, lo cierto es que Alvear fue consecuente con sus
principios y con sus luchas. A Marcelo le tocó vivir una época de
transición en la que el liberalismo se encontraba en retirada y en el
que nuevas formas de hacer política, estaban surgiendo en el país y en
el mundo.
Hoy evocándolo, tal vez debiéramos recordar que es posible hacer un
gobierno austero, eficaz y respetuoso de la Constitución; lo cual nos
permite afirmar, parafraseando a Yrigoyen, de que Marcelo fue no sólo
"un buen radical", sino también buen argentino.
Luis A. Falcó.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2403/03)
PROYECTO DE RESOLUCIÓN
El Senado de la Nación,
RESUELVE:
Rendir homenaje a Máximo Marcelo Torcuato de Alvear al haberse cumplido
135 años de su nacimiento el 4 de octubre de 2003.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El pasado 4 de octubre se cumplieron 135 años del nacimiento de Máximo
Marcelo Torcuato de Alvear, Presidente de la República entre 1992 y
1927.
Don Marcelo, como le decían los correligionarios radicales de su época,
fue hijo de Carlos María de Alvear, primer intendente de la Ciudad de
Buenos Aires. Su militancia política juvenil le permitió crecer al
calor del espíritu de la revolución democrática de los 90 y conocer,
entre muchos prohombres de la democracia, a Don Hipólito Yrigoyen.
Recibido de abogado en 1891 siguió a Além en el levantamiento
bonaerense de 1893 y viajó a Europa y Chile durante los años de la
abstención radical. De regreso en el país fue diputado nacional entre
1912 y 1916 y, luego, embajador ante Francia hasta su arribo a la
presidencia.
"Marcelo es radical..."decía Yrigoyen durante 1924, cuando las criticas
de sus correligionarios arreciaban por el entonces Presidente.
Así fue. Pese a las críticas, su gobierno fue austero y ejemplar. Se
gozó de una amplia libertad política y país vivió una creciente
prosperidad económica. Fue un gobierno de un radical.
Por ello cuando el radicalismo era perseguido, y una delegación del
gobierno de facto le fue a ofrecer ser candidato de la dictadura el 25
de Abril de 1931, Alvear bajó del barco, se abrazó con el pueblo que
había ido a recibirlo y dijo: "Decid a los conciudadanos que no han
podido llegar hasta aquí, que Marcelo de Alvear vuelve a ocupar su
puesto en las filas en donde estuvo siempre".
Como sostuve, a pesar de haber nacido en el seno de una familia
patricia, Alvear participó activamente del Mitín del Jardín Florida el
1º de Septiembre de 1889. La figura de Além lo cautivó de inmediato
siendo uno de los primeros en sumarse a la organización de la
Revolución del Parque.
Junto a Além firmará el manifiesto fundacional de la Unión Cívica
Radical el 2 de Julio de 1891, rechazando el Acuerdo Mitre - Roca y con
Yrigoyen trabaja activamente en la organización de la Revolución de
1893 y firma la disolución del Comité Provincia, ante el denominado
"Arreglo de las Paralelas" que había llevado adelante el Comité
Nacional presidido por Bernardo de Irigoyen.
A pesar de las discrepancias surgidas durante la constitución de la
Liga de las Naciones, fue la media palabra de Yrigoyen la que lo impone
como candidato a la presidencia para 1922.
La de Alvear fue una presidencia prolija, en la cual, como ya dijimos,
no hubo ningún día de estado de sitio, se respetó escrupulosamente la
Constitución y las libertades civiles y políticas, no hubo conflictos
sociales y el país vivió en prosperidad.
"El lustro 1922-1927 fue tal vez el más brillante de la historia
nacional. En el revuelto mundo de la posguerra mundial, la Argentina
con sus enormes posibilidades, sus instituciones representativas del
estado de derecho, su inalterable liberalismo y una eficiente
administración, ofrecía inmejorables perspectivas al capital
inversor...
En esos años tranquilos de la presidencia de Marcelo, como le decía Don
Hipólito, el Estado tuvo una injerencia mínima, dejando que la
evolución nacional se realizara sin empujones ni presiones de ningún
género" (Fernando Sabsay - Los Presidentes Argentinos. Pag 235.
Editorial El Ateneo).
Terminada su presidencia, volvió a París y recién regresó aquel 25 de
Abril de 1931.
Al poco de llegar, advierte la dureza de la dictadura y de lo difícil
que le sería al radicalismo reorganizarse. A pesar de ello, lleva
adelante esa tarea y frente a los oportunistas de siempre, declara: "Lo
que aquí se dice personalismo es la mayoría del Partido Radical; y este
Partido quiere y debe por su iniciativa, libremente, reorganizarse y
defender sus cuadros, sin imposiciones exteriores".
Anulada la elección de la Provincia de Buenos Aires que había vuelto a
dar el triunfo al radicalismo, la dictadura aprovecha la escusa de la
Revolución Radical encabezada por Gregorio Pomar en Corrientes, para
detener a la plana mayor del radicalismo.
Luego de otro breve período de exilio forzado, reorganiza nuevamente al
radicalismo y ante la prohibición de la fórmula Alvear - Guemes, la
Convención Nacional declara la abstención.
Pese a la persecución a la que se ve sometida, la resistencia radical
no se detiene y a fines de 1932 estalla una nueva intentona
revolucionaria, que vuelve a llevar a la cárcel, no sólo a Alvear,
Guemes, Pueyrredón, Rojas, entre otros, sino también a Yrigoyen.
El 3 de Julio de 1933 fallece Don Hipólito, pocos días después de que
se entrevistara con Alvear, ungiéndolo simbólicamente como su sucesor y
diciéndole: "Marcelo, una gran elección o una gran revolución".
Al finalizar ese año estalla una nueva asonada radical encabezada
nuevamente por Pomar, Bosh y Avalos. Las autoridades partidarias son
confinadas en Tierra del Fuego y Alvear es enviado nuevamente al
exilio.
Los años que siguieron mostraron que el radicalismo seguía siendo una
fuerza popular de gran envergadura, a la que solamente podía apartarse
del gobierno a través del fraude. Así, proclamada la fórmula Alvear -
Mosca para las elecciones de 1937, resultan vencedores Ortiz -
Castillo, gracias al uso del aparato del Estado para fraguar la
voluntad popular.
Sus últimos años se dedicó a fortalecer al radicalismo y denunciar el
estado de cosas imperante en el país.
Muchas son las críticas que se han dicho acerca de su presidencia y de
su conducción, lo cierto es que Alvear fue consecuente con sus
principios y con sus luchas. A Marcelo le tocó vivir una época de
transición en la que el liberalismo se encontraba en retirada y en el
que nuevas formas de hacer política, estaban surgiendo en el país y en
el mundo.
Hoy evocándolo, tal vez debiéramos recordar que es posible hacer un
gobierno austero, eficaz y respetuoso de la Constitución; lo cual nos
permite afirmar, parafraseando a Yrigoyen, de que Marcelo fue no sólo
"un buen radical", sino también buen argentino.
Luis A. Falcó.-