Número de Expediente 2319/04
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
2319/04 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | ESCUDERO . PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO EL CONTROL Y PROTECCION DE LA ESPECIE DENOMINADA " ALGARROBO " Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS |
Listado de Autores |
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Escudero
, Sonia Margarita
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
04-08-2004 | 11-08-2004 | 146/2004 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
05-08-2004 | 29-09-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
ORDEN DE GIRO: 1 |
05-08-2004 | 29-09-2004 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 10-01-2005
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 20-10-2004 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
1180/04 | 30-09-2004 | APROBADA | Sin Anexo |
PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS
ORIGEN | TIPO | NUMERO | FECHA | AR |
---|---|---|---|---|
PE | RP | 234/05 | 23-06-2005 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2319/04)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación,
Vería con agrado que las jurisdicciones provinciales en las que se
encuentre la especie denominada Algarrobo en sus variedades prosopis
alba griseb, prosopis nigra, prosopis chilensis, prosopis ruscifolia y
prosopis flexuosa, tomen medidas tendientes a:
i) controlar la eliminación de ejemplares en detrimento de las
necesidades del consumo humano - en especial, de las comunidades
indígenas y disposición de recursos forrajeros;
ii) asegurar la regeneración y la conservación del entorno económico;
iii) enriquecer el bosque nativo.-
Sonia Escudero.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Los algarrobos son árboles de la familia de las Fabaceae, subfamilia
mimosoideae, cuyas distintas especies tienen una amplia distribución en
nuestro país, aproximadamente desde el Río Colorado (La Pampa - Rio
Negro) hasta Bolivia y Paraguay, llegando algunas especies hasta México
y el centro oeste de los Estados Unidos de América.
Un hecho singularmente curioso se observa al profundizar el origen de
su nombre. La palabra "algarrobo" proviene del árabe "al carob" que
significa Árbol. Los españoles denominaban algarrobo a su especie
mediterránea ceratonia siliqua y, al llegar a estas tierras, llamaron
algarrobo también a las nuestras por su semejanza con aquella.
Mientras tanto nuestros indígenas lo llamaban "taku" que en voz quechua
significa igualmente, EL ARBOL.
Luego la expresión se fue castellanizando hasta quedar en "taco"; de
allí la toponimia de algunas localidades como Taco Ralo, Taco Pozo y de
algunas especies vecinas como "tintinaco" (árbol torcido).
De las especies existentes, algunas son más utilizadas por las mayores
bondades de su madera, mayores dimensiones y resistencia a plagas y
enfermedades.
La especie forestal de mayor difusión es el algarrobo blanco; el
"árbol" por excelencia en América Central.
Desde tiempo inmemorial el algarrobo ha sido utilizado por los
indígenas a los que provee de sombra, combustible, madera, bebida así
como alimento propio y para el ganado.
El fruto permite la producción de bebidas, harinas y forraje. Tiene un
importante contenido de glucosa (25%); almidón (15%); proteínas (10%);
ácidos orgánicos (20%), pectinas y otras sustancias no nitrogenadas. Y
de su flor puede producirse miel.
Permite su ingestión crudo , - de hecho se lo consume así-, por
maceración y fermentación. Se producen bebidas como "añapa"(no
alcohólica) y "aloja" (fermentada y alcohólica); harinas para preparar
"patay"; "arrope" y tostándola produce un sucedáneo del café. Como
forraje es muy apetecido y alimenticio para el ganado que lo come del
suelo, una vez caído el fruto o cosechado para tal fin.
Su madera es noble, de excelente calidad tecnológica; pesada, dura. Su
estructura y la riqueza en tanino le confiere gran perdurabilidad a la
exposición a la intemperie, a la inmersión en agua y a la ubicación
bajo tierra. Estas circunstancias, amen de otras que refieren a sus
bondades, han hecho del aprovechamiento del algarrobo una actividad
atractiva.
Lamentablemente no tenemos registro de la "cantidad" de algarrobos
existentes. Y los datos con los que podemos contar no permiten
arriesgar cifra alguna. Pero sí observamos permanentemente la
explotación que se hace de los mejores ejemplares para la provisión de
madera con destino a carpintería y mueblería de importante valor
comercial.
No se nos escapa la importancia que tiene el aprovechamiento forestal
para la actividad económica. Los estudios indican que la explotación
racional de bosques nativos es una actividad de muy buenas
perspectivas. Lamentablemente siempre nos enfrentamos al peligro de los
abusos y depredación de los recursos naturales cuyo control, por
diversas circunstancias es de muy difícil efectividad.
Recibimos continuas denuncias y voces de alerta acerca del uso
irracional de nuestros bosques y de la amenaza de eliminación de
especies como el algarrobo. Si bien la especie como tal no estaría
limitada en su capacidad regenerativa, su explotación irracional
impacta directamente sobre el ambiente y sobre la calidad de vida de
aquellos que aprovechan de sus beneficios, como son las comunidades
indígenas.
Algunas provincias tienen regulaciones por tiempo limitado que, a más
de las normas sobre diámetros de corta, establecen restricciones al
apeo, extracción, quema o cualquier tipo de eliminación de ejemplares;
actividades que autorizan bajo determinadas condiciones. Sin embargo
esto no parece suficiente. En la mayoría de los casos hay ausencia
regulatoria.
De allí que debamos insistir en el mantenimiento del equilibrio
ecológico, que no solo se traduce en la pérdida de la capacidad
productiva del sistema y de las masas boscosas en sí mismas (con la
consiguiente erosión eólica, hídrica, etc) sino que implica la
eliminación de recursos forrajeros y una alteración de la ecología
humana de las comunidades indígenas.
Los pueblos indígenas -mediante mecanismos fisiológicos y culturales-,
se han adaptado a las distintas presiones ambientales y han ido
incorporando durante centurias nuevas ideas y valores para suplir las
necesidades en casos de incontingencia ambiental. Diversas y numerosas
conductas adaptativas dan cuenta del desarrollo de técnicas de
incremento de la capacidad de supervivencia, con la concepción de la
sociedad humana, la fauna y su hábitat como un gran circuito de flujo
de energía permanente, cuya disponibilidad no es inagotable y, por
ende, de obligatorio equilibrio.
Es fácil advertir entonces el efecto devastador que la sobreexplotación
de los recursos naturales, como el algarrobo tiene para la familia
indígena y los riesgos nutricionales que importa. De allí que
consideramos prioritario que se dé debida atención a todos los factores
que hacen a un uso sustentable de nuestros recursos, teniendo en cuenta
que cuidar los árboles es cuidar la vida.-
Es por lo expuesto que solicito de mis pares me acompañen con su voto
favorable al presente proyecto.-
Sonia Escudero.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2319/04)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación,
Vería con agrado que las jurisdicciones provinciales en las que se
encuentre la especie denominada Algarrobo en sus variedades prosopis
alba griseb, prosopis nigra, prosopis chilensis, prosopis ruscifolia y
prosopis flexuosa, tomen medidas tendientes a:
i) controlar la eliminación de ejemplares en detrimento de las
necesidades del consumo humano - en especial, de las comunidades
indígenas y disposición de recursos forrajeros;
ii) asegurar la regeneración y la conservación del entorno económico;
iii) enriquecer el bosque nativo.-
Sonia Escudero.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Los algarrobos son árboles de la familia de las Fabaceae, subfamilia
mimosoideae, cuyas distintas especies tienen una amplia distribución en
nuestro país, aproximadamente desde el Río Colorado (La Pampa - Rio
Negro) hasta Bolivia y Paraguay, llegando algunas especies hasta México
y el centro oeste de los Estados Unidos de América.
Un hecho singularmente curioso se observa al profundizar el origen de
su nombre. La palabra "algarrobo" proviene del árabe "al carob" que
significa Árbol. Los españoles denominaban algarrobo a su especie
mediterránea ceratonia siliqua y, al llegar a estas tierras, llamaron
algarrobo también a las nuestras por su semejanza con aquella.
Mientras tanto nuestros indígenas lo llamaban "taku" que en voz quechua
significa igualmente, EL ARBOL.
Luego la expresión se fue castellanizando hasta quedar en "taco"; de
allí la toponimia de algunas localidades como Taco Ralo, Taco Pozo y de
algunas especies vecinas como "tintinaco" (árbol torcido).
De las especies existentes, algunas son más utilizadas por las mayores
bondades de su madera, mayores dimensiones y resistencia a plagas y
enfermedades.
La especie forestal de mayor difusión es el algarrobo blanco; el
"árbol" por excelencia en América Central.
Desde tiempo inmemorial el algarrobo ha sido utilizado por los
indígenas a los que provee de sombra, combustible, madera, bebida así
como alimento propio y para el ganado.
El fruto permite la producción de bebidas, harinas y forraje. Tiene un
importante contenido de glucosa (25%); almidón (15%); proteínas (10%);
ácidos orgánicos (20%), pectinas y otras sustancias no nitrogenadas. Y
de su flor puede producirse miel.
Permite su ingestión crudo , - de hecho se lo consume así-, por
maceración y fermentación. Se producen bebidas como "añapa"(no
alcohólica) y "aloja" (fermentada y alcohólica); harinas para preparar
"patay"; "arrope" y tostándola produce un sucedáneo del café. Como
forraje es muy apetecido y alimenticio para el ganado que lo come del
suelo, una vez caído el fruto o cosechado para tal fin.
Su madera es noble, de excelente calidad tecnológica; pesada, dura. Su
estructura y la riqueza en tanino le confiere gran perdurabilidad a la
exposición a la intemperie, a la inmersión en agua y a la ubicación
bajo tierra. Estas circunstancias, amen de otras que refieren a sus
bondades, han hecho del aprovechamiento del algarrobo una actividad
atractiva.
Lamentablemente no tenemos registro de la "cantidad" de algarrobos
existentes. Y los datos con los que podemos contar no permiten
arriesgar cifra alguna. Pero sí observamos permanentemente la
explotación que se hace de los mejores ejemplares para la provisión de
madera con destino a carpintería y mueblería de importante valor
comercial.
No se nos escapa la importancia que tiene el aprovechamiento forestal
para la actividad económica. Los estudios indican que la explotación
racional de bosques nativos es una actividad de muy buenas
perspectivas. Lamentablemente siempre nos enfrentamos al peligro de los
abusos y depredación de los recursos naturales cuyo control, por
diversas circunstancias es de muy difícil efectividad.
Recibimos continuas denuncias y voces de alerta acerca del uso
irracional de nuestros bosques y de la amenaza de eliminación de
especies como el algarrobo. Si bien la especie como tal no estaría
limitada en su capacidad regenerativa, su explotación irracional
impacta directamente sobre el ambiente y sobre la calidad de vida de
aquellos que aprovechan de sus beneficios, como son las comunidades
indígenas.
Algunas provincias tienen regulaciones por tiempo limitado que, a más
de las normas sobre diámetros de corta, establecen restricciones al
apeo, extracción, quema o cualquier tipo de eliminación de ejemplares;
actividades que autorizan bajo determinadas condiciones. Sin embargo
esto no parece suficiente. En la mayoría de los casos hay ausencia
regulatoria.
De allí que debamos insistir en el mantenimiento del equilibrio
ecológico, que no solo se traduce en la pérdida de la capacidad
productiva del sistema y de las masas boscosas en sí mismas (con la
consiguiente erosión eólica, hídrica, etc) sino que implica la
eliminación de recursos forrajeros y una alteración de la ecología
humana de las comunidades indígenas.
Los pueblos indígenas -mediante mecanismos fisiológicos y culturales-,
se han adaptado a las distintas presiones ambientales y han ido
incorporando durante centurias nuevas ideas y valores para suplir las
necesidades en casos de incontingencia ambiental. Diversas y numerosas
conductas adaptativas dan cuenta del desarrollo de técnicas de
incremento de la capacidad de supervivencia, con la concepción de la
sociedad humana, la fauna y su hábitat como un gran circuito de flujo
de energía permanente, cuya disponibilidad no es inagotable y, por
ende, de obligatorio equilibrio.
Es fácil advertir entonces el efecto devastador que la sobreexplotación
de los recursos naturales, como el algarrobo tiene para la familia
indígena y los riesgos nutricionales que importa. De allí que
consideramos prioritario que se dé debida atención a todos los factores
que hacen a un uso sustentable de nuestros recursos, teniendo en cuenta
que cuidar los árboles es cuidar la vida.-
Es por lo expuesto que solicito de mis pares me acompañen con su voto
favorable al presente proyecto.-
Sonia Escudero.-