Número de Expediente 2311/04

Origen Tipo Extracto
2311/04 Senado De La Nación Proyecto De Declaración MARTINEZ PASS DE CRESTO : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA CONMEMORACION DEL 92° ANIVERSARIO DE LA FUERZA AEREA .-
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Martínez Pass de Cresto , Laura

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MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
03-08-2004 04-08-2004 145/2004 Tipo: NORMAL

ENVIADO AL ARCHIVO : 01-09-2004

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SENADO
FECHA DE SANCION: 04-08-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO: SOBRE TABLAS
NOTA:TEXTO CONSENSUADO CONJ.S. 2237 Y 2300/04
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
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(S-2311/04)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación:

DECLARA

Su adhesión a la conmemoración del 92º Aniversario de la Fuerza Aérea
Argentina.

Laura Martínez Pass de Cresto.-

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

Con la firma del Presidente de la Nación Dr. Roque Sáenz Peña y
refrendado por su Ministro de Guerra General de División Gregorio
Velez, se promulgó el 10 de agosto de 1912 un decreto s/nº por el que
se creó la Escuela de Aviación Militar dentro del ámbito de aquel
ministerio, fruto merecido del esfuerzo del Aero Club Argentino, como
lo destacara su propio texto.

Al margen del medio orgánico que se valió tal disposición legal, la
verdadera y trascendente importancia que tuvo el referido decreto fue
el de haber incorporado la Aviación Militar, como nueva arma de la
Defensa Nacional, la que habría de revolucionar el Arte Militar de la
Guerra.

Tal concepto, justifica que aquella aviación militar fuera cuna de la
actual Fuerza Aérea, por así haberlo reconocido un decreto de 1954 que
fijó como "Día de la Fuerza Aérea Argentina" el 10 de agosto, en razón
de haber sido el día del año 1912 que tuviera su origen.

Con aquella escuela, se configuró el primer eslabón que tuvo la
aeronáutica militar de Latinoamérica, una de las primeras del mundo.

Días después de su creación, el 8 de setiembre, aquel instituto fue una
realidad al quedar inauguradas sus instalaciones en El Palomar, del
predio militar de Campo de Mayo, siendo designado Director el Coronel
Arenales Antonio Uriburu, quien alcanzó el honor de haber sido el
primer titular de aquella naciente Aviación Militar Argentina.

La Dirección Técnica de la flamante escuela, fue asumida por el Aero
Club, a través de la tarea excepcional que cumplieran los Ingenieros
Jorge Newbery y Alberto Mascias, que asignó además un instructor
rentado por tres meses y sus aviones y globos de instrucción, en tanto
se recibían importantes donaciones de comercios y aún de particulares.

Dando comienzo a sus actividades, el 4 de noviembre se inició el primer
Curso de Aviación de los veinte que habrían de desarrollarse hasta el
año 1936, el que estuvo integrado por un oficial de Marina y diez
oficiales del Ejército, entre estos el Teniente piloto aviador Manuel
Felix Origone, quien semanas después, el 19 de enero de 1913, habría de
caer inmolado en accidente aéreo y ser el primer mártir de la Aviación
Militar Argentina.

El 25 de mayo de 1913, el pueblo porteño se vió sorprendido al
presenciar el primer desfile aéreo con aviones militares que, para
conmemorar la fecha patria, hicieron ante las autoridades nacionales
reunidas en el Hipódromo Argentino de Palermo, que sirvió para
demostrar la excelente preparación y pericia alcanzada.

Un justo reconocimiento tuvieron los referidos Directores Técnicos del
Aero Club Ingenieros Newbery y Mascias, quienes por su excepcional
desempeño, el Gobierno Nacional les otorgó por decreto de noviembre de
1912 el título de Aviador Militar, siendo los primeros en recibirlo una
semana antes de entregárselo al primer militar, el Teniente 1º Raúl E.
Goubat.

El 1º de marzo de 1914 fue otra fecha trágica para las alas argentinas,
al sufrir fatal accidente de aviación el Ingeniero Newbery, segundo
mártir de la Aviación Militar.

Aquella dirección técnica del Aero Club habría de cesar en 1915, al
considerar las autoridades nacionales que el personal militar superior
egresado de la escuela, poseía suficiente capacitación para afrontar
tal responsabilidad.

En torno a la denominación de este instituto, debe señalarse que para
aquel año pasó a ser Escuela Militar de Aviación, nombre que habría de
mantener hasta el año 1944 que, por un decreto se le restituyó el
original de Escuela de Aviación Militar, tal como se la conoce
actualmente.

Dos acontecimientos aeronáuticos de trascendencia ocurrieron en aquella
década, el primero el 24 de junio de 1916 cuando los argentinos Eduardo
Bradley y el Capitán Angel María Zuloaga vencieron al macizo andino al
sobrevolarlo por sus altas cumbres con un globo desde Santiago de Chile
a Uspallata y el segundo, el 13 de abril de 1918 cuando el Teniente
aviador militar Luis C. Candelaria por primera vez y en un avión
rudimentario y endeble, lo volvería a sobrevolar uniendo Zapala con
Cunco en la república hermana de Chile.

Si bien aquel año 1918 los Andes del Sur habían sido vencidos por el
avión con el excepcional vuelo de Candelaria, el verdadero desafío fue
el encararlo más al norte, en la región mendocina de las altas cumbres
nevadas, tal como dos años antes Bradley y Zuloaga concretaran la
hazaña de sobrevolarlas en un globo, tarea difícil y compleja que se
convirtió en un asunto de honor nacional para todos los aviadores.

El proyecto inicialmente concebido por el Ingeniero Newbery en 1913
fracasó al producirse su trágico fallecimiento al año siguiente, pero
tuvo sus seguidores como el Ingeniero Alberto Mascias en 1914 y el
teniente Pedro Zanni en 1917, quienes igualmente fracasaron, al no
disponer la aviación militar del material aéreo con la potencia
necesaria.

Innumerables historias de heroísmo y sacrificio jalonaron la historia
de la Fuerza Aérea Argentina, y difícilmente podrían resumirse en los
fundamentos de este proyecto pero llegado el 11 de febrero de 1944 se
da el primer paso para el nacimiento de la más moderna de las Fuerzas
Armadas, se crea el Comando en Jefe de Aeronáutica, en uno de los
considerandos del decreto se hacía mención a la creación de la
Secretaría de Aeronáutica en un futuro cercano.

Es así que el 4 de enero de 1945 la Fuerza Aérea Argentina nace como
fuerza armada independiente, al crearse la citada Secretaría. A partir
de esta fecha la nueva Fuerza asume en pié de igualdad con el Ejército
y la Marina de Guerra, la alta misión que significa la custodia y
defensa de la Soberanía Nacional.

La nueva Fuerza se moderniza, en especial al recibir la Argentina, como
pago por la deuda que Gran Bretaña tenía con nuestro país luego de la
Segunda guerra, modernos aviones a reacción, los famosos Gloster Meteor
y los grandes bombarderos Avro Lincoln y Lancaster, con lo que la
Fuerza Aérea Argentina se convierte en la primera de América Latina en
poseer aparatos a reacción.

La Fábrica Militar de Aviones recibe también gran impulso, de esos años
datan los proyectos de aviones a reacción, que cristalizarán años
después en los Pulqui I y Pulqui II, máquinas íntegramente fabricadas
por personal argentino dirigidos por los ingenieros Emile Dewoitine
(francés) y Kurt Tank (alemán) el famoso constructor de los cazas a
reacción de la Segunda Guerra Mundial.

En el año 1947 nuestro país realiza sus primeras actividades en la
investigación espacial y es la Fuerza Aérea quien a través de la
Comisión Nacional de investigaciones Espaciales (CNIE), lleva a cabo
lanzamientos de toda una familia de cohetes los GAMMA CENTAURO, BETA
CENTAURO, ORION y otros.

En 1952 la Fuerza Aérea da comienzo a su presencia en la Antártida
cuando un avión Avro Lincoln, al mando del Vicecomodoro Gustavo A.
Marambio, realiza un lanzamiento de elementos de supervivencia sobre la
base General San Martín del Ejército Argentino. En ese mismo año,
integrando la primera Fuerza Aérea de Tareas Antárticas (FATA), los
Avro Lincoln enlazan la Argentina continental con la Argentina
Antártica y en el año 1961 la experiencia se concreta de forma
permanente con la creación de la "Base Aérea Teniente Benjamín
Matienzo" y el Grupo Aéreo I que con sede en dicha base y contando con
dos aviones Beaver, operaba en el desierto blanco.

En el año 1962 el Douglas Dc-3 (TA-33), al mando del Capitán Mario Luis
Olezza, une Río Gallegos con la Base Matienzo estableciendo el 2 de
noviembre el primer servicio de transporte aéreo militar a la
Antártida. El 1º de diciembre realiza la ruta Matienzo-Ellsworth y
cuando intentaba despegar con rumbo al Polo Sur, la máquina sufre un
accidente frustrando la operación.

En 1965, el TA -05, trasladó personal y material a la Base Aérea
Matienzo para el lanzamiento de cohetes de la CNIE en la Antártida. A
partir de septiembre de ese año acompañado de los Beaver P-05 y P-06,
llevaron a cabo el apoyo aéreo a la expedición del Coronel Leal. Hasta
fines de 1965 realiza múltiples tareas en la zona, entre ellas el
traslado de correspondencia interbases, el salvamento de una patrulla
perdida en los 80º S, el reconocimiento de zonas y rutas inexploradas y
los vuelos al Polo Sur y transpolar a la base USA Mc Murdo el 3 de
noviembre de 1965.

Durante los años siguientes la labor continuó intensamente, se evaluó
que para terminar con el aislamiento antártico, se necesitaba una base
aérea permanente, que posibilitara el aterrizaje de aeronaves con tren
convencional la mayor parte del año. La tarea se inicio el 30 de agosto
de 1969 en la Isla Marambio, se despejó el terreno y se alisó una
pista, que es inaugurada el 25 de septiembre en que aterriza el Beaver
P-03 y dos días después lo hace el célebre TA-05. La inauguración de la
base se efectuó el 29 de octubre recibiendo el nombre del primer
comandante de la FATA, Vicecomodoro Gustavo A. Marambio.

Al año siguiente se realizó la primer operación de rescate, cuando dos
helicópteros Hughes 500 OH-6A, evacuaron al jefe de la Estación
Científica Almirante Brown y lo trasladaron a Marambio, para su
posterior atención médica en la Capital Federal.

En el terreno de la investigación espacial, en esos días se realizan
distintas experiencias, se lleva a cabo la operación BIO I que
consistió en el envío a las altas capas de la atmósfera de una rata
blanca en la carga útil de un Orión II y su posterior recuperación para
el estudio de las reacciones de su organismo al vuelo espacial. En ese
mismo año se lanzan simultáneamente desde la Base de CELPA en Chamical
y desde la Base Matienzo, cohetes ALFA CENTAURO. A estos experimentos
se suceden los realizados con los cohetes CANOPUS, RIGEL y CASTOR.

Durante los setenta la Fuerza Aérea Argentina continuó intensamente con
su labor. En este sentido, los aviones Hércules C-130 llenaron de
orgullo a nuestra institución ya que en 1971 se realiza el primer vuelo
directo desde Buenos Aires hacia la Base Aérea Vicecomodoro Marambio y
el 4 de diciembre de 1973 se realiza el primer vuelo transpolar
bicontinental, uniendo el continente americano con Oceanía.

El 27 de octubre de 1977, un helicóptero Lama Sa-315, al mando del
Teniente Héctor Pereyra aterriza en tres oportunidades en la cumbre del
cerro Aconcagua, este vuelo, realizado por primera vez, le valió al
piloto la felicitación de la empresa Aeroespatiale, fabricante de la
máquina. Asimismo, durante esta década se crean la Dirección Nacional
de la Policía Aeronáutica, la Dirección Nacional de Aeronavegabilidad y
el Liceo Aeronáutico Militar.

La década siguiente estuvo signada por un acontecimiento bélico sin
precedentes en la historia del país. El 2 de abril la Argentina inicia
la operación tendiente a la recuperación de las Islas Malvinas. La
Fuerza Aérea participa en ella y en el posterior conflicto con Gran
Bretaña, que se prolonga hasta el 14 de junio. Durante la contienda la
Fuerza Aérea recibe el Bautismo de Fuego el día 1º de mayo y desde
entonces hasta el fin de las hostilidades, realiza operaciones que
causaron la admiración del mundo por su audacia y las condiciones
adversas a las que debieron sobreponerse.

Cincuenta y cinco hombres de la Fuerza Aérea son los héroes que
ofrendaron sus vidas y marcaron indeleblemente el camino de la
Soberanía Nacional en los cielos de la Patria.

Con el advenimiento del nuevo milenio, la Fuerza Aérea se encuentra
abocada no solo a sus actividades estrictamente militares, sino que
también responde a exigencias y necesidades de la comunidad. Ejerce el
control del tránsito aéreo y la seguridad de los aeropuertos; es
responsable de los servicios de búsqueda y salvamento; efectúa
investigaciones científicas brindando información meteorológica.
Participa en el combate contra incendios; enlaza el continente
antártico en vuelos que permiten abastecer y comunicar las bases
transpolares. Ante catástrofes naturales realiza el traslado de ayuda
humanitaria, facilitando medios aéreos y terrestres que permiten
responder con celeridad y eficacia ante las situaciones de emergencia.
Siendo líder en la convocatoria de las misiones de paz, en organismos
transnacionales, la Fuerza Aérea Argentina participa activamente ante
los requerimientos de "cascos azules" o "cascos blancos" en varios
puntos del globo.

La institución desde sus orígenes fue considerada como un símbolo del
progreso del país, al tiempo que abría nuevos rumbos a la labor de las
instituciones armadas, posibilitando extender sus horizontes de acción.

Por todas estas consideraciones, es que solicito de mis pares la
aprobación del presente proyecto.

Laura Martínez Pass de Cresto.-