Número de Expediente 2096/03

Origen Tipo Extracto
2096/03 Senado De La Nación Proyecto De Comunicación FALCO : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES RESPECTO A LAS MEDIDAS PREVENTIVAS A ADOPTARSE PARA AFRONTAR UNA POSIBLE OLA DE CALOR .
Listado de Autores
Falco , Luis

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
15-09-2003 17-09-2003 125/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
16-09-2003 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE POBLACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
ORDEN DE GIRO: 1
16-09-2003 28-02-2005

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 20-01-2006

En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-2096/03)

PROYECTO DE COMUNICACIÓN

El Senado de la Nación,

Se dirige al Poder Ejecutivo Nacional para que, por medio de las
autoridades del Ministerio de Salud, se sirva brindar un pormenorizado
informe en que se consignen cuáles son las medidas preventivas que se
piensan implementar, o se están implementando, para afrontar desde el
punto de vista logístico-sanitario los efectos de una posible ola de
calor como la que azotó a Europa durante su última temporada estival.

Luis A. Falcó.-

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

Las altas temperaturas registradas en el viejo continente durante este
último verano batieron antiguas marcas. En Milán (norte de Italia) la
temperatura máxima llegó a los 39,2º, la más elevada desde que a
mediados del siglo XVIII se comenzaron a efectuar mediciones
meteorológicas.

El calor sofocante fue una constante en toda Italia, incluida la región
alpina, con temperaturas récords en localidades como Trento con 40,7º,
o Bolzano con 39,5º.

En Turín también se alcanzó un récord histórico absoluto con 41,6º al
superar las temperaturas más altas registradas en 1947.

En Trieste, los diez primeros días de agosto han sido los más calurosos
del último medio siglo, mientras que en Roma, para encontrar un verano
tan tórrido como éste, hay que remontarse a 1928.

En París, se estableció un nuevo récord de calor, al registrar de
mínima 25,5º, la más alta temperatura nocturna desde que se
establecieron las mediciones en 1873.

Este cuadro, popularmente conocido como "ola de calor", produjo miles
de muertes en todo el continente europeo, cuyos sistemas de salud
quedaron totalmente superados por esta circunstancia extraordinaria.

La mayoría de los gobiernos europeos admitieron el crecimiento
exponencial de las defunciones y casi ninguno, con excepción del
francés, se atrevieron a exhibir públicamente cifras oficiales.

El Ministerio de Salud de Italia admitió que 4175 ancianos murieron
este verano debido al calor. Según el ministerio, 34071 muertes
ocurrieron entre el 16 de julio y el 15 de agosto de 2003, frente a
29896 para el mismo periodo del 2002, lo que significa un aumento del
14%.

"Existe una relación entre el alza de las temperaturas y las
defunciones", admitió el doctor Donato Greco, funcionario del Instituto
Superior de Salud, una rama del ministerio que recopila las
estadísticas.

El ministro de salud francés, Jean-Francois Mattei, admitió ante los
legisladores de su país que la ola de calor produjo 11435 defunciones.

Los resultados de una investigación gubernamental realizada al
respecto, difundidos con total transparencia el pasado lunes 8 de
septiembre, responsabilizan por los muertos a la poca cantidad de
personal que tenían los hospitales, al desorden burocrático y al
defectuoso sistema de cuidado de los ancianos.

En Alemania, las autoridades pronosticaron un posible incremento en la
cifra de ahogados este año porque la gente se ha lanzado como nunca a
nadar en los ríos para sofocar el calor.

El servicio meteorológico alemán informó que las temperaturas superaron
los 40º, rompiendo todos los récords desde 1983.

Los británicos, a su vez, también registraron una cifra récord cuando
los termómetros marcaron 38,1º en el sur del país. En ese país se
produjeron, sólo durante los días más calurosos (el 8 y el 15 de
agosto), 907 muertes más que la media de defunciones registradas en las
mismas fechas en los últimos cinco años, según datos de la Oficina
Nacional de Estadísticas.

Según el diario español El País, el número de muertes aumentó un 50% en
algunos lugares entre el 15 de julio y el 15 de agosto, según datos de
las funerarias o de los registros civiles de una decena de capitales de
provincia. Los aumentos respecto a 2002 se han hecho notar muy
particularmente en ciudades como Córdoba, Sevilla o Cádiz.

Sólo en la provincia de Barcelona, las muertes aumentaron en un 60%
desde el comienzo de julio respecto al mismo periodo del año pasado,
con 887 fallecidos más, señala un diario catalán citando fuentes de la
Generalitat, aunque sin precisar cuántos de estos de decesos fueron
provocados por la ola de calor.

Defectos en el sistema de atención médica se hicieron patentes durante
esta ola que azotó a Europa. La gran mayoría de los hospitales públicos
y centros de primeros auxilios, que quedaron faltos de personal debido
a que muchos médicos y enfermeras estaban de vacaciones, estuvieron
bajo tremenda presión al tener que atender al gran número de pacientes
que los desbordaban.

El panorama en los hospitales era dramático: muchos pacientes recibían
tratamiento de emergencia en sus corredores, sin aire acondicionado,
mientras que la mayoría de las salas no contaba con camas suficientes.

La presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente de España,
Carmen Flores, cifró en unas 2000 las muertes directa o indirectamente
relacionadas con la ola de calor que azotó España durante agosto y
denunció las deficiencias de los sistemas de aire acondicionado de los
hospitales españoles, a su juicio, directamente relacionadas con el
fallecimiento de numerosos pacientes ancianos.

Cerca de 1500 muertes se produjeron en Portugal durante esta misma
época, según un informe preliminar del Instituto Nacional de Salud. Los
datos oficiales advierten un aumento de 1316 fallecimientos con
respecto al mismo periodo del 2002.

El calor y la sequía no sólo provocaron pérdidas humanas, también
provocaron una avalancha de incendios forestales que consumieron miles
de hectáreas, destruyeron cosechas y mataron gran cantidad de aves de
corral y cabezas de ganado, sumando grandes daños materiales.

Con semejantes antecedentes provenientes de naciones que cuentan con
los servicios de salud más avanzados del mundo, nuestras autoridades
sanitarias deberían estar tomando recaudos para evitar consecuencias
ante la aparición de una eventual ola de calor como la registrada en
Europa.

No quisiéramos por ventura imaginar lo que sucedería en el país si
durante el próximo verano se produjera un fenómeno climático como el
registrado en Europa. ¿Habrá tomado debida nota el gobierno nacional de
lo sucedido en el Viejo Continente? ¿Estará implementando medidas que
contemplen una hipótesis de emergencia como la citada?

Como no sabemos a ciencia cierta si se lo está haciendo y creemos que
sería imprescindible que se lo haga, presentamos este proyecto de
comunicación a fin de que el Poder Ejecutivo informe sobre todas
aquellas medidas de carácter logístico y sanitario que, a fin de
prevenir una catástrofe semejante, está o debería estar implementando.

Por estas razones, solicito a mis pares su acompañamiento con su voto
afirmativo para la aprobación de esta iniciativa.

Luis A. Falcó.-