Número de Expediente 2001/03

Origen Tipo Extracto
2001/03 Senado De La Nación Proyecto De Declaración FALCO : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LA CONMEMORACION DEL DIA DEL MAESTRO Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS .
Listado de Autores
Falco , Luis

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
09-09-2003 17-09-2003 120/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
10-09-2003 24-09-2003

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
10-09-2003 24-09-2003

ENVIADO AL ARCHIVO : 04-11-2003

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 15-10-2003
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:SE AP. OTRO PD. CONJ. S. 1986 Y 1996/03
OBSERVACIONES
Conjuntamente con S. 1986 y 1996/03

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
829/03 30-09-2003 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-2001/03)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación,

DECLARA:

Su reconocimiento a todos los maestros del país por su loable tarea, al
celebrarse el 11 de septiembre de 2003 el Día Nacional del Maestro,
fecha en que se conmemora el fallecimiento del ilustre maestro
sanjuanino D. Domingo Faustino Sarmiento.

Luis A. Falcó.-

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

La política educativa de una Nación no se reduce a una política
escolar, ni a la organización del sistema educativo formal, conlleva
también el desarrollo de una política cultural, una política de la
comunicación y una política científica y tecnológica.

El conocimiento se ha convertido en un factor de producción crítico. Un
factor al que hoy en día se da prioridad, por encima de las
necesidades de capital y de materias primas. Es también clave para el
ejercicio de una democracia moderna y tiene un valor estratégico en la
construcción de cualquier nación que se precie de tal.

En función de ello, afirmamos que la educación es un derecho y un bien
social e individual. Su sostenimiento, expansión y desarrollo es una
función obligatoria, irrenunciable, indelegable, principal e
imprescriptible del Estado nacional, el que debe garantizar la
libertad de enseñanza y la configuración pluralista de la sociedad
argentina.

La educación formal y no formal debe igualar las posibilidades de
acceso, de permanencia y de logros en el Sistema Educativo Nacional. La
educación en democracia no puede coexistir con la exclusión social, y
debe afirmar el principio de igual calidad del servicio educativo para
todos.

El destino de la Argentina se juega en la educación. Esto implica
actuar con la decisión y el sentido estratégico con que ya una vez la
Argentina fundó un sistema educativo que modeló nuestra existencia y
fue pionero en el mundo.

La educación se encuentra hoy amenazada. La alarmante disminución de la
calidad de la enseñanza que se ofrece a la mayoría de los argentinos,
la deserción en todos los niveles, la falta de reconocimiento a los
docentes, el déficit de inversión y la fragmentación institucional son
expresiones del deterioro del sistema educativo.

La educación es un bien social y no debe estar subordinada a los
intereses del mercado, sino a las necesidades y a los proyectos de la
sociedad. Formar mujeres y hombres integrales, solidarios, que sepan
producir y crear, promover una escuela que enseñe a aprender, es el
horizonte pedagógico que debemos proponernos.

El Estado tiene la responsabilidad de ofrecer una educación de calidad,
pública y gratuita. La educación pública es una herramienta básica para
asegurar la igualdad de oportunidades. La escuela pública será más
progresista cuanto mayor sea su calidad. En consecuencia, dirigirá sus
esfuerzos a asegurar una educación pública caracterizada por el rigor
académico y la disciplina intelectual, ofreciendo a todos los
argentinos las mismas posibilidades.

Las estadísticas son frías; pueden emplearse parcialmente tanto para
ocultar problemas como para ensalzar virtudes. Lo peor es cuando se
recurre a ellas para evitar referirse a dramas humanos contemporáneos,
como lo es el de la frustración que sienten cientos de miles de
familias del país frente al deterioro de la calidad educativa
argentina, en un momento de la historia del mundo en el que el
conocimiento ha adquirido una vital importancia para el desarrollo de
los individuos y de las sociedades.

Sin lugar a dudas, el rol principal del Estado en la educación debe ser
incuestionable porque es la escuela el espacio apropiado para el
afianzamiento de lo que tenemos en común, del fortalecimiento de la
identidad, de la reconstrucción de lo público y de la creación de una
nueva ciudadanía. Esta tarea sólo puede llevarse adelante con la
presencia de un Estado capaz de elaborar políticas públicas que
aseguren la distribución equitativa del conocimiento a todos sus
habitantes.

A raíz de la marginalidad y la exclusión generada por una perversa
política económica que se ha aplicado por años en el país, creo que hoy
se hace imprescindible articular políticas sociales que permitan una
atención global de todos los problemas, que debe abarcar, por supuesto,
al problema educativo.

Pero también creo que esto no debe ser para siempre, ya que las
políticas compensatorias siempre están dirigidas a los pobres,
reconocen un destinatario "de segunda", pero ese beneficiario es
alguien a quien en algún momento debemos lograr incluir para que no
continúe fuera de nuestra sociedad.

Los maestros argentinos serán la pieza clave de esas políticas. Ellos
tendrán la misión más importante. Mientras tanto, y desde hace decenas
de años, se yerguen como el último bastión de defensa contra la
decadencia educativa y cultural de la Nación, a pesar de los
padecimientos y carencias a que se han visto sometidos al verse
privados de salarios dignos, condiciones laborales decorosas y medios
de capacitación adecuados.

Por eso es nuestro deber, como representantes del pueblo de las
provincias argentinas, rendir el más sincero homenaje y reconocimiento
no solo a quien fuera el "maestro de los maestros argentinos", don
Domingo Faustino Sarmiento, sino a todos los educadores de nuestro país
-silenciosos y humildes seguidores de aquél- que con su loable tarea
contribuyen a forjar la Argentina del presente y del futuro, al
celebrarse el 11 de septiembre el Día Nacional del Maestro.

Por los motivos expuestos es que solicito a mis pares, la aprobación
del presente proyecto de declaración.

Luis A. Falcó.-