Número de Expediente 1885/04

Origen Tipo Extracto
1885/04 Senado De La Nación Proyecto De Comunicación SAPAG Y OTROS : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES ACERCA DE LAS MEDIDAS A IMPLEMENTAR ANTE LA EXPANSION DE LA FRONTERA AGRICOLA
Listado de Autores
Sapag , Luz María
Gómez Diez , Ricardo
Salvatori , Pedro

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
23-06-2004 07-07-2004 120/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
25-06-2004 25-08-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
ORDEN DE GIRO: 1
25-06-2004 25-08-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 13-10-2004

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 15-09-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
919/04 26-08-2004 APROBADA Sin Anexo

PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS

ORIGEN TIPO NUMERO FECHA AR
PE RP 1081/04 21-02-2005
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-1885/04)

PROYECTO DE COMUNICACIÓN

El Senado de la Nación

Vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, a través de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y la Secretaría de
Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentos, se sirva informar a esta
Honorable cámara:

1.- Cuales son las medidas a tomar frente a la planificación del uso
del suelo derivados de la expansión de la frontera agrícola en la
región del Chaco.

2.- Qué pronóstico prevé de impacto ambiental por la expansión de la
frontera agrícola para el próximo quinquenio y decenio.

Luz M. Sapag - Ricardo Gómez Diez - Pedro Salvatori.-

FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

La región del Chaco comprende una vasta planicie ocupada por bosques
espinosos subtropicales y sabanas húmedas. Se extiende al sureste de
Bolivia, mitad oeste de Paraguay, y la zona centro y norte de
Argentina. De su superficie total, que es de 1.090.000 km2, un 57% se
encuentra dentro del territorio nacional, esto es, 625.000 km2, lo que
equivale aproximadamente a un cuarto del territorio continental
argentino.

Las estaciones están bien marcadas: las temperaturas medias anuales
oscilan entre 18 y 26ºC en tanto que las precipitaciones se presentan
concentradas en la temporada de lluvias, durante la primavera y el
verano. Las precipitaciones máximas ocurren en las proximidades del río
Paraguay, con valores medios anuales de 1.300 mm (sensiblemente mayores
en los últimos años), mientras que en el límite occidental oscilan en
torno de los 500 mm, alcanzando valores de 300 mm anuales en los
bolsones áridos de la región.

La región presenta gran diversidad de ambientes: sobresale un
neto predominio de extensas llanuras; la porción sudoeste ocupada por
sierras; grandes ríos que la atraviesan en sentido Nororeste-Sudeste
hasta su confluencia con el Paraguay-Paraná; sabanas secas e
inundables, esteros, bañados, salitrales, y por supuesto, una gran
extensión y diversidad de bosques y arbustales.

Esta heterogeneidad de hábitat se traduce en una elevada diversidad de
especies animales y vegetales que hacen del Chaco la tercera región más
diversa del país, después de la selva misionera y las yungas; y es por
su extensión, la mayor área forestal del país.

El tipo de vegetación característica es el bosque xerófilo
(quebrachales), cuyos árboles se vuelven más bajos y ralos hacia el
Chaco Árido, en el suroeste. En la zona oriental, más húmeda, la
fisonomía vegetal se encuentra expresada en bosques que acompañan el
curso de los ríos y alternan con interfluvios bajos, de esteros y
cañadas, con fisonomías de pastizal, sabana y pajonal. La diversidad
vegetal es del orden de las 1.100 especies, de las que se destacan el
quebracho blanco, Quebracho colorado santiagueño, algarrobo blanco,
urunday, entre muchos otros.

La fauna se encuentra representada por unas 163 especies de
mamíferos, 472 de aves, 58 de anfibios, más un número no estimado de
peces de agua dulce y reptiles. Entre los mamíferos se destacan el
pecarí de collar, mulitas y tatúes, el oso hormiguero, carpincho,
aguará guazú, carayá, ciervo de las pampas, y el yaguareté, por
mencionar algunos.

La presencia humana en la Región se caracteriza por estar
concentrada en centros urbanos, en su mayoría en los límites este
(Resistencia, Formosa y Asunción) y Oeste (San Miguel de Tucumán,
Santiago del Estero, San Fernando del Valle de Catamarca, La Rioja).
También la densidad poblacional es considerablemente alta en zonas
agrícolas, principalmente en el oeste de Salta y en el norte de Santa
Fe; aunque en el resto es baja. La población total de la Región es de
6.137.000 habitantes, de los cuales el 17% son pobladores rurales.
Además residen en la Región diferentes poblaciones indígenas, de las
que se destacan las comunidades Wichí Weenhayek, Toba, Mocoví y
Chulupi, entre otras, que en total suman alrededor de 100.000
habitantes.

La actividad económica se concentra en las actividades
agrícola-ganadera y forestal. La ganadería es generalmente extensiva,
y concentra alrededor del 45% del stock vacuno del país, con un total
de 22.452.000 de cabezas. La ganadería ovina (1,76 millones de cabezas)
y la caprina (4,15 millones de cabezas) también son de importancia
relativa.

En cuanto a la agricultura, la región es testigo de una
importantísima expansión de la soja, de la cual se han cosechado en
2002/2003 unos 22,5 millones de toneladas. Este total representa un 65%
del total producido en Argentina. A su vez, dentro de los cultivos
principales (soja, trigo y maíz), la soja representa también un 65% de
la producción. Otros cultivos de importancia son la caña de azúcar (en
Salta, Jujuy y Tucumán), con una producción en 2002/2003 de 1.8
millones toneladas; y el algodón (en Santiago del Estero, Chaco y
Formosa), del que se cosechó en el mismo año un total de 199.000
toneladas.

La actividad forestal fue unas de las primeras en desarrollarse
en la región. En la actualidad, se basa en la extracción de maderas
nativas, para la producción de carbón, rollizos, postes y leña.

En concreto, el impacto de estas actividades en el ecosistema
se traduce en problemas como la degradación de suelos en las áreas más
secas (unos 15 millones de hectáreas) como consecuencia de la ganadería
extensiva y su consecuente pérdida de productividad; la deforestación y
pérdida de los bosques nativos, por tala e incendios; pérdida de
productividad de los suelos y salinización por malas prácticas
agrícolas y de riego; entre otros de importancia similar.

Es motivo de preocupación, además, que ante evidencias claras de estos
problemas, el esfuerzo de conservación continúa siendo muy débil. Es
así que, el Chaco Argentino, solo el 6% (35.000 km2) se encuentra bajo
protección, mientras que Bolivia tiene bajo protección al 31% del Chaco
bajo su jurisdicción (50.600 km2); y Paraguay un 24% (58.700 km2).

Se han realizado estudios en los que se describen
detalladamente la situación actual de la Región, como lo es el "Atlas
del Gran Chaco Sudamericano", de Naumann, M. y Madariaga, M. (2004),
con el apoyo de la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GTZ) y el
PNUD, entre otros. Es sorprendente que la disponibilidad de información
tan precisa y objetiva acerca de las condiciones actuales del Chaco,
como lo es este estudio, no se traduzca en lineamientos de acción en
pos de un manejo sustentable del Chaco.

En vista de los atributos que posee la región, es innegable su
potencial productivo, tanto en el orden agropecuario como en el
forestal, así como una gran riqueza en biodiversidad. Pero el correcto
aprovechamiento de ese potencial, particularmente desde una perspectiva
sustentable, depende de medidas de manejo de los recursos naturales y
de uso del suelo, con una visión de planificación regional y a largo
plazo, que está lejos de ser considerada.

Por causas que pueden ser atribuidas al cambio climático
global, o a variaciones estacionales en el régimen de precipitaciones,
es un hecho que la Región está atravesando por un período de lluvias
por encima de la media. Sumado a la situación coyuntural por la que
atraviesa el cultivo de la soja, que presenta una creciente demanda
-principalmente por parte de los mercados asiáticos-, este cultivo se
ha transformado en una opción de alta rentabilidad para el productor
agropecuario. Esto es así no solo para los productores de la Región
Chaqueña, sino también para los de otras regiones vecinas, que se ven
atraídos por el bajo costo de la tierra y de producción de este tipo de
cultivos.

Paralelamente, la imperiosa necesidad de Argentina y sus
provincias de lograr en el corto plazo expansión económica y resultados
fiscales, ha llevado a niveles extraordinarios la permisibidad y hasta
fomento de esta expansión agrícola.

Se alcanzó una situación de fenomenal presión para la
liberación de tierras cultivables, que se ha observado no solo sobre
otros cultivos sino principalmente sobre las áreas silvestres de mayor
aptitud agrícola.

Pero cabe preguntarse ¿cuán perdurable puede ser la permanencia
simultánea de todos estos factores propicios para la agricultura? ¿qué
pruebas hay acerca de la estabilidad del actual régimen de lluvias?.

Si las precipitaciones por sobre el promedio, que son las que
condujeron a la viabilidad de las explotaciones en áreas donde antes no
lo eran, disminuyen; o si las condiciones de los mercados
-caracterizados por su volatilidad- se tornaran desfavorables, existe
el importante riesgo del abandono de las nuevas tierras cultivadas.
Esto implicaría liberar las tierras, ya desmontadas y labradas, al
libre juego de los agentes naturales como las lluvias y el viento, lo
que significaría su total degradación y una alto riesgo de
desertificación en la región.

Casos como el de la irracional expansión del cultivo de algodón
durante los ´90, que fueron arrasados por las inundaciones producidas
por el fenómeno climático de "El Niño", sientan precedentes de las
situaciones que deben evitarse y que ciertamente estamos en condiciones
de prevenir.

La herramienta que el ser humano racional tiene, y una de las
razones por la cual se caracteriza, es la planificación. Por medio de
ésta, es posible el logro de un manejo del suelo tal que se minimice su
degradación y sus consecuencias en el ambiente natural y
socio-económico.

La solución puede lograrse con el trabajo conjunto de las
jurisdicciones provinciales involucradas y con el apoyo técnico y
asistencia del Estado Nacional, que recibe los beneficios de las
retenciones a las exportaciones agrícolas, para prevenir las
consecuencias que, según el panorama actual, pueden resultar
inevitables.

Es importante considerar, además, la necesidad de protección del Bosque
Chaqueño, ya que son pocas las áreas -y de escasa superficie- con las
que se pretende conservar esta unidad biológica.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares el acompañamiento en la
solicitud a las máximas autoridades nacionales responsables de la
política ambiental y agrícola, al igual que a las autoridades
provinciales del Consejo Federal de Medio Ambiente, implementen medidas
de planificación del uso del suelo a fin de minimizar el daño ambiental
a los recursos naturales de la región Chaqueña, como consecuencia de la
expansión de la frontera agrícola.

Luz M. Sapag - Ricardo Gómez Diez - Pedro Salvatori.-