Número de Expediente 1872/04

Origen Tipo Extracto
1872/04 Senado De La Nación Proyecto De Declaración FALCO : PROYECTO DE DECLARACION EXPRESANDO RECONOCIMIENTO A LA FIGURA DEL DR. RICARDO BALBIN CON MOTIVO DEL CENTESIMO ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
Listado de Autores
Falco , Luis

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
22-06-2004 23-06-2004 120/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
23-06-2004 27-08-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
23-06-2004 27-08-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 25-10-2004

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 15-09-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
951/04 30-08-2004 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-1872/04)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación,

DECLARA:

Su reconocimiento a la figura de Ricardo Balbín y a los valores
cívico-democráticos que legara a la Nación Argentina, al cumplirse el
centésimo aniversario de su nacimiento acaecido el 29 de julio de 1904.

Luis A. Falcó.-

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

¿Qué podemos decir hoy que no se haya dicho sobre la figura del Dr.
Ricardo Balbín? ¿Qué concepto nuevo podemos agregar a las virtudes
democráticas de este gran republicano nacido el 29 de julio de 1904 en
la ciudad de Buenos Aires?

Quizás el hecho de haber sido hijo de un ferroviario sumado a la
temprana enfermedad de su madre, forjaron en él un temple especial. Don
Ricardo, heredero nato de las consignas y valores del radicalismo a la
muerte de Hipólito Irigoyen, fue un argentino de enorme inteligencia,
compromiso cívico y activa vitalidad republicana.
Dicen quienes lo conocieron que el joven Balbín quedó profundamente
impresionado por la multitud que festejaba la llegada al gobierno del
primer presidente constitucional elegido, sin fraude, gracias a la
recientemente sancionada Ley Sáenz Peña. Desde entonces, Balbín,
radicalismo y república fueron palabras unidas de manera indisoluble.
Don Ricardo cursó sus estudios secundarios en el Colegio San José
graduándose con diploma de honor. En 1921 se inscribe en la Facultad de
Medicina y conoce a Arturo Illia quien lo pone en contacto con los
jóvenes radicales. Las dificultades económicas de su padre lo fuerzan
abandonar los estudios y mudarse a la ciudad de La Plata. Allí obtiene
su libreta cívica y se afilia a la Unión Cívica Radical. Su nueva
residencia en una ciudad con un movimiento estudiantil tan dinámico,
influye en un aumento de su compromiso político y lo decide a cambiar
su vocación y a inscribirse en 1924 en la Facultad de Derecho de la que
pronto será delegado ante la Federación Universitaria de La Plata.

Luego del golpe de 1930, él y otros jóvenes radicales organizaron un
acto a favor de Irigoyen juntando más de 3000 personas.

Fue candidato a diputado provincial en las elecciones del 5 de Abril de
1931, cuando la oligarquía comprendió que al radicalismo no se le podía
ganar en elecciones limpias.

Dio una de sus magistrales lecciones de cuando en 1941 renuncia a su
cargo de Diputado Nacional porque no quería ser cómplice del estado de
cosas imperante.

Fue uno de los mentores de las histórica Declaración de Avellaneda,
firmada junto a Crisólogo Larralde y Moises Lebenshon, que dará origen
al Movimiento de Intransigencia y Renovación.

Pero sin duda todos lo recordarán como líder del histórico bloque
radical durante las presidencias de Juan Domingo Perón.

Fue entonces cuando resonaron sus palabras cada vez que hubo que
defender a la República y a los principios de la Democracia Social.

"Hemos legislado desde nuestras bancas, hemos mejorado muchas leyes,
hemos andado por los caminos de la verdad jurídica en muchas sanciones
legislativas que venían mal redactadas. Hemos fulminado leyes y hubiera
bastado que otros apeláramos al recurso parlamentario de no hacer
número para que a esta Cámara le hubiera costado mucho trabajar.
Nosotros nunca hicimos mérito de esa circunstancia; nosotros jamás
hicimos balance de merecimientos, porque para nosotros valían todos los
que se quedaban y no valían los que no venían, sin hacer distinción de
sectores políticos". (sostuvo Balbín en uno de sus discursos
parlamentarios de aquella época)

También Balbín estuvo preso y fue expulsado de esa Cámara a la que
instaba a trabajar. Mientras los expulsaban dijo: "Echan a un hombre a
la calle para vivir ustedes en libertad, sin darse cuenta de que yo
seguiré siendo libre, mientras todos ustedes quedan presos e
incapacitados de reaccionar"... "Si con irme de aquí pago precio como
cualquier otro de los luchadores de mi partido, si este es el precio
por el honor de haber presidido este bloque magnífico, que es una
reserva moral del país, han cobrado barato; fusilándome, todavía no
estaríamos a mano".

Pero también tendríamos que recordar en esta hora, su lucha por la
libertad y su sacrifico militante al ponerse, cada vez que mi partido y
la ciudadanía se lo pidió, al frente de esa lucha. Cuatro veces fue
candidato a presidente y fueron infinitas las veces que, desde la
clandestinidad, estuvo junto a la ciudadanía para defender sus derechos
políticos, civiles y sociales.

Pero mis palabras no harían justeza a su figura si no hablara de su
búsqueda de coincidencia con los sectores populares. Desde la
presidencia en el Comité Nacional a partir de 1959, Ricardo Balbín
buscó terminar con las reiteradas crisis institucionales y el
distanciamiento político que había entre los argentinos. Su activa
participación en La Asamblea de la Civilidad, la Hora del Pueblo y la
Multipartidaria son un ejemplo cabal de ello.

Tal vez todo lo dicho no sería suficiente si no mencionáramos el
ejemplo que nos dio junto a Perón al saltar esa verja simbólica que
distanciaba a los argentinos y que sintetizara tan brillantemente en la
frase pronunciada durante el funeral del expresidente: "Este viejo
adversario despide a un amigo".

Pero aún así, todo lo dicho sería insuficiente si no recordara su
exhortación a evitar perder las instituciones nuevamente en 1976.

"Algunos suponen -dijo- que he venido a dar soluciones, y no las tengo.
Pero las hay. Es esa. La unión de los argentinos para el esfuerzo común
de todos los argentinos."..."Pero las instituciones son válidas, y así
cuando parece que no son eficaces, sirven"...."Y para los que creen que
todo se derrumba, para los que creen que un sector del país puede
llegar a resolver estos problemas, yo digo en nombre de la UCR para
ahora y para todos los tiempos: la bandera de unión de los argentinos,
la vida en paz, el trabajo remunerado, la empresa cierta y, sobre todo,
la defensa de las instituciones de la República, no serán abandonadas
jamás por la UCR."

Y finalmente agregó con fe democrática: "Todos los incurables tienen
cura cinco minutos antes de la muerte".

Sin embargo, no lo escucharon y la dictadura desató el baño de sangre
que ya todos conocemos; y nuestro infatigable luchador tuvo que volver
un par de veces más a la cárcel.

Enconado adversario del General Perón supo acercarse a él cuando éste
regresó a la Argentina. Supo comprender que "la ambición nacional del
encuentro definitivo, en una conciencia nueva, que nos pusiera a todos
en la tarea desinteresada de servir la causa común de los argentinos",
era el mejor camino posible.

Sus últimos días lo encuentran formando la Multipartidaria y caminando
como uno más por las veredas de La Plata. Lamentablemente, no llegó a
ver la República recuperada que presentía se estaba gestando.

Al cumplirse un nuevo aniversario de su natalicio, recordamos a Don
Ricardo exaltando su legado democrático y el republicano trajinar de su
figura que, con el correr de los años, se agiganta.

Por estas razones, solicito a los señores senadores que acompañen esta
iniciativa.

Luis A. Falcó.-