Número de Expediente 1815/04

Origen Tipo Extracto
1815/04 Senado De La Nación Proyecto De Resolución GIUSTINIANI Y OTROS : PROYECTO DE RESOLUCION RINDIENDO HOMENAJE AL MOVIMIENTO DE LA REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918 .
Listado de Autores
Giustiniani , Rubén Héctor
Conti , Diana Beatriz
Isidori , Amanda Mercedes
Rossi , Carlos Alberto
Losada , Mario Aníbal

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
16-06-2004 23-06-2004 115/2004 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
17-06-2004 01-10-2004

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO

ORDEN DE GIRO: 1
17-06-2004 01-10-2004

ENVIADO AL ARCHIVO : 06-01-2005

Resoluciones

SENADO
FECHA DE SANCION: 20-10-2004
SANCION: APROBO
COMENTARIO:
NOTA:

Órdenes del Día

NÚMERO DE FECHA ESTADO ANEXO
1218/04 04-10-2004 APROBADA Sin Anexo
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-1815/04)

PROYECTO DE RESOLUCIÓN

El Senado de la Nación

RESUELVE:

Rendir homenaje al movimiento de la Reforma Universitaria de
1918, al cumplirse el 15 de junio el 86º aniversario del grito de
Córdoba, a través de la figura señera de su líder, el Dr. Deodoro Roca,
rescatando una vida ejemplar que tuvo la coherencia de predicar y
actuar acorde a los principios del movimiento cultural de la juventud
más importante del siglo XX en América Latina.

Rubén Giustiniani. - Beatriz Conti. - Carlos A. Rossi. - Amanda
Isidori. - Mario A. Losada.

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

El 15 de Junio se cumple el 86º Aniversario de la Reforma Universitaria
que, protagonizada por la juventud argentina, constituyó el hecho
cultural más trascendente de nuestra América Latina del Siglo XX.

Este genuino y profundo movimiento juvenil surge en un
particular momento histórico de nuestro país y del mundo. La Argentina
de aquellos años había quintuplicado su población en poco tiempo,
producto de las corrientes inmigratorias en simultaneidad con un
espectacular desarrollo del proceso productivo nacional. Se registra en
el ámbito social el surgimiento de una significativa clase media
integrada por pequeños propietarios de la ciudad y el campo. Asimismo,
los trabajadores llegados de Europa trajeron conjuntamente con su
fuerza de trabajo sus ideas socialistas. Estos nuevos sectores exigen
participación en la organización política y económica de la Nación y
esto se traduce en una presión creciente de los sectores populares
sobre la oligarquía y su expresión política, los conservadores.

Los cambios producidos en todo el mundo, y
especialmente en Europa, con posterioridad a la primera guerra mundial,
se encuadran en los ideales de justicia y libertad, con los cuales se
sienten representados los jóvenes en todas las Naciones.

En nuestro país se conquista el voto universal, secreto
y obligatorio que posibilita el acceso de la clase media al poder y
también genera el clima propicio para el avance de los reclamos del
movimiento obrero, que si bien en algunos conocidos casos fuera
duramente reprimido, también logró importantes avances legislativos.

La vieja estructura educativa argentina mantenía a la
Universidad ajena a estos cambios. La eclosión del 15 de junio de 1918
puso a nuestra Universidad de cara a la realidad social y política,
situación de la cual no se apartaría jamás, a pesar de las
interrupciones institucionales que sufrió nuestro país, y que
resultaría ser la mecha de innumerables reformas universitarias en todo
el mundo durante décadas.

Esta concepción de la Universidad, científica,
humanizante y democratizadora, con profunda inserción social y vocación
de poner el conocimiento y la investigación al servicio de los
intereses nacionales se oponía a los negocios de las elites, así como
en nuestros días, los sectores más dinámicos y progresistas de la
Universidad se oponen al neoliberalismo.

La Reforma reivindicó el protagonismo de la juventud
tal como lo había hecho la revolución de mayo, revirtió el sentido
clásico de la transmisión de corrientes culturales transformando a
nuestro continente en emisor hacia Europa, fue la base de creación de
partidos políticos modernos como el APRA de Perú, actualizó las
banderas de Bolívar y Monteagudo de integración latinoamericana, abrió
las puertas de nuestras universidades a los estudiantes de toda América
Latina, generó la extensión universitaria cuyo ejemplo más elocuente
fueron las Universidades Populares González Prada de Perú, creó nuevas
formas de estudio y metodologías de enseñanza incorporando la
investigación junto a la docencia. Fundamentalmente democratizó el
gobierno de la Universidad, iluminó sus claustros con la ciencia y la
renovación permanente y combatió todo tipo de limitación al acceso, la
permanencia y el egreso de la juventud a sus aulas.

La aplicación de las medidas neoliberales de los últimos años en la
economía mundial y en especial en nuestro país han permitido a los
sectores más retrógrados avanzar sobre las conquistas sociales. Esto se
expresa en el campo del saber en una política que excluye del
conocimiento a las clases socialmente desprotegidas, elitizando el
conocimiento y, consecuentemente favoreciendo la perpetuidad en el
poder de aquellos sectores con mayores posibilidades económicas.

Conocimiento y democracia mantienen una relación
biunívoca. A mayor conocimiento en manos del conjunto de la sociedad,
mayor democracia y libertad, mayores posibilidades de acceso al saber y
en definitiva mayores posibilidades para el acceso al poder por parte
de las mayorías.

Es en este marco que observamos la enorme dimensión que
tuvo aquel movimiento, no sólo para modificar la realidad de 1918 sino,
y fundamentalmente, para tenerlo como una guía permanente en la lucha
por una sociedad más igualitaria.

Movimientos de esta dimensión se dan en la historia
cuando coinciden una serie de factores: las condiciones externas e
internas de la sociedad en primer lugar y la existencia de un grupo de
personas que logran interpretar el momento y le dan contenido a la
lucha empujando la historia.

Es así como tras los maestros americanos como José
Enrique Rodó, Alejandro Korn y José Ingenieros y los españoles Eugenio
D'ors y Ortega y Gasset, surgió de las filas estudiantiles una
generación que propondría una transformación social y cultural de
primera magnitud, entre los cuales se encuentran Gabriel Del Mazo,
Germán Arciníegas, Haya de la Torre, Carlos Quijano o Juan Antonio
Mella. Pero, sin lugar a dudas el joven más lúcido e inspirado de aquel
momento fundacional fue Deodoro Roca, figura injustamente olvidada por
la historiografía argentina y latinoamericana que brilla por la
sencillez y la fuerza de su coherencia, a pesar del silencio impuesto
sobre él.

Vale la pena detenerse en algunos aspectos de la vida
de este hombre, porque no sólo fue un activo militante estudiantil,
sino que fue un ciudadano pleno, dado a la participación ciudadana en
todos los aspectos.

Podemos decir que participó en debates importantes en
los que se dio llamar "La inteligencia de la época", en polémicas
acerca de un sinnúmero de temas; fue activo militante en la defensa de
los derechos humanos; hombre de una importante acción cívica;
profundizó en el análisis de la historia nacional; tomó claras
definiciones por la vida ante asesinatos políticos de su tiempo; fue
defensor de nuestra América y estudioso de todos los movimientos
libertarios, especialmente de América Latina; antifascista militante;
activista por la paz; y también desarrolló una importante acción
comunal.

Nos dice Gregorio Bermann en sus notas sobre Deodoro
Roca en "El difícil tiempo nuevo" (Editorial Lautaro, Buenos Aires,
1956), libro que recopila las ideas políticas de mismo:

"Nacido en Córdoba, el 2 de julio de 1890, en una
familia de tradicional arraigo, la vida de Deodoro Roca fue una
permanente entrega, sin reservas, a la causa de sus semejantes, de la
libertad, de su país y de América.

Siendo una de las personalidades argentinas más originales y
relevantes, toda su vida transcurrió en Córdoba. Fue en la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad cordobesa donde obtuvo el
título de doctor en Leyes y Jurisprudencia con su tesis
"Monroe-Drago-A.B.C." (1915). Posteriormente, y en la misma Facultad,
ejerció como profesor titular de Filosofía General. Actuó también como
consejero de la Facultad.

La reforma universitaria lo cuenta como su líder
principal. Débese a él la redacción del "Manifiesto Liminar" de aquel
movimiento.

En 1917 fue designado Director del Museo Provincial, el
que merced a su gestión se convirtió en un importante centro de cultura
e investigación de la provincia.

Aparte de los anteriores, no desempeñó cargo público
alguno. Llevado por urgencias de la hora, aceptó la candidatura a
Intendente de la ciudad de Córdoba, auspiciada por la coalición
Demócrata Progresista-Socialista (Alianza Civil), en el año 1931.

Varios organismos de lucha, varios frentes de combate
lo contaron entre sus filas. Fue iniciador de otros: la Unión
Latinoamericana (fundada por José Ingenieros); el Comité Pro Presos y
Exiliados de América; el Comité Pro Paz y Libertad de América; la
filial cordobesa de la Sociedad Argentina de Escritores; la Liga
Argentina por los Derechos del Hombre de todas las cuales fue
presidente en su oportunidad; y muchas otras instituciones cívicas,
sociales y de cultura.

Periodista ágil (su pluma incursionó por todos los
campos que es dable suponer), fundó y dirigió el periódico "Flecha" y
la revista "La Comuna", combativo órgano político el primero, ardiente
defensora de la belleza y el bienestar de su ciudad, la segunda. Las
letras le deben magníficos ensayos, algunos de los cuales ya fueron
recogidos en "Las Obras y Los Días"(Editorial Losada,1945).

En el campo jurídico, Deodoro Roca hizo de su profesión
un apostolado. Sus magníficas defensas de presos y perseguidos aún
esperan la recopilación debida.

La belleza del paisaje cordobés y su afán por
aprenhenderlo, lo llevaron a la pintura en la que hizo no pocas
incursiones afortunadas.

Su magnética personalidad atraía a su lado a
estudiosos, artistas y pensadores. El "sótano de Deodoro" adquirió
contornos de institución en Córdoba, y más allá. Era el punto de
convergencia de todas las inquietudes y de todos los entusiasmos. No
había empresa de bien común, no había actividad vital alguna, que no
emergiera de aquella acogedora "catacumba", donde la bohemia creadora,
unida a la vigilia más combativa, lanzaba a la calle el fruto de sus
afanes. Espíritu generoso, ofrecía su casa y su "sótano" a todo aquel
que quisiera compartir con él su pan y su milagro.

Su muerte acaecida en su ciudad natal el 7 de Junio de
1942, conmovió al país entero. La Cámara de Senadores de la Nación le
rindió su cálido homenaje de despedida. Amigos y enemigos se hicieron
presentes en su sepelio que conglomeró a miles de personas que sabían
en Deodoro Roca, el patriota insobornable.

En su casa de Ongamira, frente al paisaje ocre de
aquella región serrana, se alza el busto de Deodoro Roca, que el
reconocimiento de sus amigos le erigió."

Rescatar esta figura no tan conocida de nuestra
historia, pero no por ello menos importante, es una obligación que hoy
tenemos frente a nuestra juventud. Estas personalidades marcan un
camino diferente de construcción, de salud mental, de ejemplo de vida
trascendente hacia la sociedad que contrastan fuertemente con los
"modelos" de vida superficial, individualista, ampuloso y egocéntrico
que la sociedad de consumo nos impone.

Para concluir con estos fundamentos rescatamos la
visión de la política que defendiera Deodoro Roca con las siguientes
palabras, extraídas de su artículo "SOMOS LA VOLUNTAD DE LA NACIÓN" en
los dramáticos y confusos días del año 1931 (El difícil tiempo nuevo,
páginas 87/88):

"Nosotros, gentes inexpertas y líricas -como se da en llamarnos- hemos
venido con la voluntad de interrumpir el viejo juego de la vieja
política. No entendemos de elecciones, ni sabemos cómo se manejan los
votos. Somos inexpertos y líricos. Es cierto. Pero en esa inexperiencia
y en ese lirismo está nuestra fuerza incontrastable. Somos, sin duda,
en cierto modo, la Nación verdaderamente inédita para la vida oficial,
que se marchita en su esplendor ficticio. Somos la Nación, la voluntad
de la Nación, los que la crean y la rectifican cada día con su labor
positiva y fecunda. Nosotros -y esto es lo que nos distingue- no somos
intereses creados. Somos creadores de intereses, de intereses nuevos y
desinteresados..."

Por todo lo expuesto, Sr. Presidente, solicito se
apruebe el presente proyecto de resolución.

Rubén Giustiniani. - Beatriz Conti. - Carlos A. Rossi. - Amanda
Isidori. - Mario A. Losada.