Número de Expediente 1629/05
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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1629/05 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | MARTIN Y OTROS : PROYECTO DE DECLARACION RINDIENDO HOMENAJE AL DR. NICOLAS AVELLANEDA , EN UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO |
Listado de Autores |
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Martin
, Floriana Nélida
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Daniele
, Mario Domingo
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Muller
, Mabel Hilda
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Perceval
, María Cristina
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Martinazzo
, Luis Eduardo
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Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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03-06-2005 | 15-06-2005 | 82/2005 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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13-06-2005 | 17-08-2005 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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ORDEN DE GIRO: 1 |
13-06-2005 | 17-08-2005 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 27-10-2005
Resoluciones
SENADO |
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FECHA DE SANCION: 07-09-2005 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
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857/05 | 18-08-2005 | APROBADA |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1629/05)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
Al conmemorarse un nuevo aniversario del nacimiento del Dr. Nicolás Avellaneda, acaecido el 1 de octubre
de 1837, brindar merecido homenaje al ilustre hombre de la República, que en su corta vida supo trabajar
para la unidad nacional, legado inapreciable para las generaciones futuras, en la continua búsqueda de un
gran país.
Nélida Martín.- Mario D. Daniele.- Mabel H. Müller.- María C. Pérceval.- Luis E. Martinazzo.
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
Nicolás Avellaneda fue el más joven de los presidentes argentinos. Nacido el 1 de octubre de 1837, en San
Miguel de Tucumán, en el seno de una antigua familia catamarqueña, inició su carrera política con apenas
20 años. Incorporado al Partido Autonomista y tras ser legislador provincial en Buenos Aires, fue ministro
del jefe del partido y gobernador Adolfo Alsina, para formar parte a posteriori, del gabinete nacional de
Sarmiento, en la cartera de Justicia e Instrucción Pública.
Tanto en la función de gobierno como en el periodismo, que ejerció paralelamente, acreditó aptitud y
profundidad de pensamiento, juntamente con tacto político, lo que hizo que se convirtiera en
presidenciable y como tal, comenzara a circular su nombre, dos años antes de la renovación de autoridades.
Fue el candidato triunfante del autonomismo, convertido en partido nacional.
A este hombre de paz y de letras, le tocó empezar su gobierno con una revolución y concluirlo con otra,
así como afrontar desde el poder, una oposición revolucionaria con brotes de violencia, debiendo hacer
frente a la primera de las graves crisis financieras provocada por una economía inclinada a someterse a
grandes créditos del exterior y a agudos conflictos internacionales. Encaró estas situaciones con tacto y
energía y las resolvió con entereza y mesura, saliendo a flote con sapiencia aunque tuviera que ahorrar
"sobre la sed y el hambre de los argentinos", para que no hubiera nada "en la Nación superior a la Nación
misma", envolviendo en este aserto, tanto a una provincia díscola, como a una fracción prepotente a
intereses extraños.
Nicolás Avellaneda es una figura que innovó en nuestro panorama político. De corta estatura y físico
endeble, no era militar, ni hombre de comité, pero tenía una energía indomable, un gran valor personal y
una enorme fuerza de persuasión en la palabra. Tal fue su principal factor de poder, como instrumento de
gobierno. Su voz tenía un encanto especial y en aquella época, sus discursos calaron hondo y conquistaron
voluntades, lo que lo convierte en una de las figuras más ilustres de nuestra historia.
Como primer magistrado de la República fue un digno continuador de las presidencias de Mitre y Sarmiento.
Tres acontecimientos enaltecen particularmente sus méritos de gobernante: la forma como encaró la crisis
económica, la conquista del desierto y la federalización definitiva de la provincia de Buenos Aires. Esto
último no lo consigue sin sangre, pero sella así para siempre, la unidad nacional.
Desde el Rectorado de la Universidad de Buenos Aires, obtuvo la ley universitaria que lleva su nombre, la
que sigue rigiendo la vida de nuestras altas casas de estudios.
Como ministro de Instrucción Pública del Presidente Domingo Faustino Sarmiento, Avellaneda ligó su nombre
a la inmensa obra cultural llevada a cabo durante aquel período. Desde 1869, tras de su famoso discurso en
el debate acerca de la intervención en San Juan, aparece como posible candidato a presidente de la Nación;
su brillante desempeño, la afianza. En los comicios de 1874 triunfa, merced al apoyo del interior de la
República; sus opositores, disgustados con el resultado, promueven la revolución de ese año.
Asumió la presidencia el 12 de octubre de 1874, con Mariano Acosta en la vicepresidencia. En esos años se
logra la conciliación de los nacionalistas de Mitre del "Club Libertad" y los autonomistas de Alsina, del
"Club Veinticinco de Mayo", conciliación basada en los acuerdos entre el gobierno nacional y el gobierno
de la provincia de Buenos Aires, en los dos puntos cruciales del entendimiento entre estos dos Estados: el
puerto único y la sede del gobierno central. La Conciliación se había adueñado de la política de la
República. La paz entre los jefes de las dos tendencias políticas más importantes, quedaba asegurada.
En política institucional tres fueron los temas primordiales que abordó Avellaneda: la tierra pública, la
inmigración y la cuestión de la capital de la República.
El problema de las tierras públicas fue preocupación de Avellaneda presidente desde que era estudiante y
más tarde, fue su tema de tesis para el doctorado. Sus aspiraciones se concretaron en varias medidas de
gobierno destinadas al aumento de la superficie de estas tierras, por penetración en la zona del indio y
su población, destinándolas a la actividad agrícola. Entre octubre de 1875 y octubre de 1876 se sancionan
tres leyes para fomentar la inmigración y radicarla en las tierras públicas; a la tercera, que lleva el
número 817, se la conoce como Ley Avellaneda de Inmigración y Colonización.
Avellaneda creó el Departamento General de Inmigración, definió técnicamente al inmigrante y aseguró a los
que realmente lo fuesen, la integración a la vida nacional. Fundó la Oficina de Tierras y Colonias,
dependiente, así como el Departamento de Inmigración, del Ministerio del Interior. Al terminar el período
presidencial existían diez prósperas colonias oficiales y cuatro particulares: 150.000 inmigrantes se
habían radicado en el país.
Buenos Aires era la capital de hecho y concluiría por serlo de derecho. El 21 de septiembre de 1880, una
ley del Congreso Nacional declara a Buenos Aires, Capital de la República y el 6 de diciembre del mismo
año, la legislatura porteña cede "el territorio que ha de federalizarse".
Desde el punto de vista económico, su gestión presidencial comenzó signada por una violenta crisis debido
a que la deuda externa e interna y el déficit presupuestario aumentaron a partir de 1862. Los empréstitos
llamados "segundo" y "tercero" salieron del Gobierno para gastos de administración o cancelar deudas
anteriores, depositando el remanente en el Banco de la Provincia de Buenos Aires para fomentar la
iniciativa privada, mediante créditos liberales. Estos créditos se usaron para la compra de bienes de
consumo y para la especulación, provocando un aumento de las importaciones suntuarias. En definitiva,
resultaron créditos que no se pagaron, lo que puso al Banco Provincial al borde la quiebra. La crisis que
se insinuaba en 1873, se agudizó en 1874 y llegó a su punto culminante en 1876.
Avellaneda impuso el criterio de no recurrir a nuevos empréstitos para cumplir con la Banca Londinense,
evitando "contraer deudas para pagar deudas". Cambiaron varios ministros de Economía a causa de sucesivas
crisis hasta que Victorino de la Plaza - ministro de Avellaneda - logró revitalizar la situación económica
dejando varias enseñanzas útiles, tales como que una moneda papel no convertible y no sujeta al mercado
internacional del oro, permite sortear graves aprietos financieros, sin necesidad de empréstitos
salvadores.
En política educacional, el antiguo ministro de Sarmiento siguió la línea trazada en el período del
sanjuanino. Se observaron las primeras promociones de las escuelas normales de Paraná y Tucumán; se
inauguraron en Corrientes, Santiago del Estero, San Luis y Rosario nuevas escuelas para preparar a futuros
maestros, lo que permitió aumentar la población escolar y disminuir el analfabetismo. Es de destacar que
durante el período se alcanzó la cifra de 14 colegios nacionales en todo el país y que éstos así como las
escuelas normales, fueron mixtos. En la renovación de Diputados de 1880, en el último mensaje
presidencial, se dejó constancia que los dos tercios de los legisladores elegidos, eran egresados de esos
institutos. Se abrieron establecimientos de Enseñanza Superior de Agronomía en Salta, Tucumán y Mendoza, y
en San Luis de Ingeniería Civil y Minería. Se creó la Universidad Nacional de Córdoba, la segunda de la
Argentina. En cuanto a la primera, la de Buenos Aires, se organizó en 1874, en cinco Facultades: Derecho
y Ciencias Sociales, Filosofía y Humanidades, Matemáticas, Ciencias Médicas y Ciencias Físico- Naturales.
En política internacional, supo llevar las negociaciones necesarias para la firma del tratado de paz con
Paraguay, el 3 de febrero de 1875.
Lamentablemente su muerte fue prematura, acaecida a bordo del buque que lo conducía desde Europa, el 25 de
noviembre de 1887. Con su desaparición, se frustró lo que pudo haber sido una realidad nacional
auspiciosa, dejando una esperanza truncada. Pocas vidas han sido intensas como la suya, ya que en apenas
48 años conquistó las más altas posiciones del país; ello y mucho mas que no se ha dicho, me instan a
solicitarles me acompañen a brindar merecido homenaje a este ilustre hombre de nuestra República.
Nélida Martín.- Mario D. Daniele.- Mabel H. Müller.- María C. Pérceval.- Luis E. Martinazzo.