Número de Expediente 1278/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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1278/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | PUERTA : PROYECTO DE DECLARACION RINDIENDO HOMENAJE A LAS VICTIMAS DE LA HAMBRUNA PROVOCADA POR EL REGIMEN SOVIETICO EN 1932 Y 1933 EN UCRANIA . |
Listado de Autores |
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Puerta
, Federico Ramón
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
26-06-2003 | 02-07-2003 | 80/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
27-06-2003 | 27-08-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
27-06-2003 | 27-08-2003 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 20-10-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 17-09-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA: |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
621/03 | 04-09-2003 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1278/03)
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Senado de la Nación
D E C L A R A
1.- Su homenaje a las numerosas víctimas de la hambruna
provocada por el régimen totalitario soviético en los años 1932 y 1933
en Ucrania.
2.- Sus condolencias a todo el pueblo ucraniano y a los
representantes de su comunidad en la Argentina.
3.- Su reiterado rechazo a toda política de Estado o decisión
de autoridad gubernamental, que, por acción u omisión, lesione los
derechos humanos de las personas.
Federico R. Puerta.-
F U N D A M E N T O S
Señor Presidente:
En estos días, aunque en fecha no determinable exactamente, se
cumplen 70 años de la catástrofe del pueblo ucraniano, que fuera
diezmado por uno de los flagelos más terribles que ha asolado a la
humanidad.
Nos referimos a la hambruna ocurrida durante los años 1932 y
1933 que, según datos aportados por la Embajada de Ucrania en
Argentina, costó la vida a alrededor de 7 millones de personas, que
representaban el 20% del total de la población del país existente en
ese momento.
Pero las consecuencias de tan caótica situación no se
circunscriben a la desaparición física de tan elevada cantidad de seres
humanos, sino que se extienden a los sobrevivientes y a las
generaciones posteriores, que han vivido y aún lo hacen cargando en sus
conciencias un daño moral incuantificable. En efecto, aún hay testigos
que conviven con el recuerdo del agotamiento físico progresivo, las
enfermedades producidas por la inanición, los actos de canibalismo y
los suicidios de quienes no podían soportar ese auténtico infierno en
este mundo.
Debe considerarse, por añadidura, que dicho daño se ha visto
agravado por la certeza de la existencia de gestores de la tragedia,
que, lejos de obedecer a causas naturales, se debió a la política
confiscatoria de alimentos ejercida por las autoridades soviéticas de
aquella época, pues Ucrania formaba parte de la URSS.
Ciertamente, son numerosos los testimonios y documentos que
avalan la certidumbre de la intencionalidad de la hambruna, ejercida
como instrumento de dominación para doblegar la posición
independentista del pueblo ucraniano, que sólo pudo ser artífice de su
propio destino mucho tiempo después y merced a grandes sacrificios.
Para sintetizar lo antedicho, recurrimos a las palabras del
Santo Padre pronunciadas al llegar a Ucrania el 23 de junio de 2001.
Dijo Juan Pablo II: "Los ancianos de nuestro pueblo recuerdan con
nostalgia el tiempo en que Ucrania fue independiente. A aquel período,
bastante breve, siguieron los años terribles de la dictadura soviética
y la dura carestía de los principios de los años treinta, cuando
vuestro país. 'granero de Europa', ya no logró saciar ni a sus propios
hijos, que murieron por millones". Y luego, durante su encuentro con
los representantes del Consejo Panucraniano de las Iglesias y de las
Organizaciones Religiosas (24 de junio de 2001), dijo el Papa: "También
Ucrania ha experimentado, en el largo y doloroso período de las
dictaduras, los desoladores efectos de la opresión atea que al hombre
mortifica, y lo somete a un régimen de esclavitud".
Cabe destacar, a efectos de demostrar la vigencia de las
consecuencias de la tragedia, que el gobierno de Ucrania ha solicitado
a la ONU el reconocimiento de la hambruna de 1932 y 1933 como acto de
genocidio contra su nación. Sustenta su petición en la Convención de la
ONU del 9 de diciembre de 1948 para la prevención y la sanción del
delito de genocidio. Serían de aplicación, según los hechos, los puntos
b) y c) del artículo 2º, que disponen que se entiende por genocidio la
"lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del
grupo, y el sometimiento intencional del grupo a condiciones de
existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o
parcial".
En nuestro país, Sr. Presidente, viven en la actualidad
alrededor de 350.000 personas de origen ucraniano. En la provincia de
Misiones, a la que tengo el orgullo de representar en este H. Senado,
se encuentran radicadas gran parte de ellas. Su laboriosidad y
solidaridad, expresada en tantas obras que engrandecen nuestra Nación,
nos permiten inferir, a pesar del dolor por los hechos narrados, su
distancia con el rencor infructuoso y su cercanía con la esperanza
constructiva.
Mas ellos esperan, sin embargo, unas palabras de homenaje y de
condolencia por sus padres y abuelos masacrados sin misericordia, y un
testimonio del rechazo de las instituciones democráticas argentinas
hacia toda forma de violación de los derechos humanos.
Por lo expuesto, se solicita la aprobación de este proyecto.
Federico R. Puerta.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1278/03)
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Senado de la Nación
D E C L A R A
1.- Su homenaje a las numerosas víctimas de la hambruna
provocada por el régimen totalitario soviético en los años 1932 y 1933
en Ucrania.
2.- Sus condolencias a todo el pueblo ucraniano y a los
representantes de su comunidad en la Argentina.
3.- Su reiterado rechazo a toda política de Estado o decisión
de autoridad gubernamental, que, por acción u omisión, lesione los
derechos humanos de las personas.
Federico R. Puerta.-
F U N D A M E N T O S
Señor Presidente:
En estos días, aunque en fecha no determinable exactamente, se
cumplen 70 años de la catástrofe del pueblo ucraniano, que fuera
diezmado por uno de los flagelos más terribles que ha asolado a la
humanidad.
Nos referimos a la hambruna ocurrida durante los años 1932 y
1933 que, según datos aportados por la Embajada de Ucrania en
Argentina, costó la vida a alrededor de 7 millones de personas, que
representaban el 20% del total de la población del país existente en
ese momento.
Pero las consecuencias de tan caótica situación no se
circunscriben a la desaparición física de tan elevada cantidad de seres
humanos, sino que se extienden a los sobrevivientes y a las
generaciones posteriores, que han vivido y aún lo hacen cargando en sus
conciencias un daño moral incuantificable. En efecto, aún hay testigos
que conviven con el recuerdo del agotamiento físico progresivo, las
enfermedades producidas por la inanición, los actos de canibalismo y
los suicidios de quienes no podían soportar ese auténtico infierno en
este mundo.
Debe considerarse, por añadidura, que dicho daño se ha visto
agravado por la certeza de la existencia de gestores de la tragedia,
que, lejos de obedecer a causas naturales, se debió a la política
confiscatoria de alimentos ejercida por las autoridades soviéticas de
aquella época, pues Ucrania formaba parte de la URSS.
Ciertamente, son numerosos los testimonios y documentos que
avalan la certidumbre de la intencionalidad de la hambruna, ejercida
como instrumento de dominación para doblegar la posición
independentista del pueblo ucraniano, que sólo pudo ser artífice de su
propio destino mucho tiempo después y merced a grandes sacrificios.
Para sintetizar lo antedicho, recurrimos a las palabras del
Santo Padre pronunciadas al llegar a Ucrania el 23 de junio de 2001.
Dijo Juan Pablo II: "Los ancianos de nuestro pueblo recuerdan con
nostalgia el tiempo en que Ucrania fue independiente. A aquel período,
bastante breve, siguieron los años terribles de la dictadura soviética
y la dura carestía de los principios de los años treinta, cuando
vuestro país. 'granero de Europa', ya no logró saciar ni a sus propios
hijos, que murieron por millones". Y luego, durante su encuentro con
los representantes del Consejo Panucraniano de las Iglesias y de las
Organizaciones Religiosas (24 de junio de 2001), dijo el Papa: "También
Ucrania ha experimentado, en el largo y doloroso período de las
dictaduras, los desoladores efectos de la opresión atea que al hombre
mortifica, y lo somete a un régimen de esclavitud".
Cabe destacar, a efectos de demostrar la vigencia de las
consecuencias de la tragedia, que el gobierno de Ucrania ha solicitado
a la ONU el reconocimiento de la hambruna de 1932 y 1933 como acto de
genocidio contra su nación. Sustenta su petición en la Convención de la
ONU del 9 de diciembre de 1948 para la prevención y la sanción del
delito de genocidio. Serían de aplicación, según los hechos, los puntos
b) y c) del artículo 2º, que disponen que se entiende por genocidio la
"lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del
grupo, y el sometimiento intencional del grupo a condiciones de
existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o
parcial".
En nuestro país, Sr. Presidente, viven en la actualidad
alrededor de 350.000 personas de origen ucraniano. En la provincia de
Misiones, a la que tengo el orgullo de representar en este H. Senado,
se encuentran radicadas gran parte de ellas. Su laboriosidad y
solidaridad, expresada en tantas obras que engrandecen nuestra Nación,
nos permiten inferir, a pesar del dolor por los hechos narrados, su
distancia con el rencor infructuoso y su cercanía con la esperanza
constructiva.
Mas ellos esperan, sin embargo, unas palabras de homenaje y de
condolencia por sus padres y abuelos masacrados sin misericordia, y un
testimonio del rechazo de las instituciones democráticas argentinas
hacia toda forma de violación de los derechos humanos.
Por lo expuesto, se solicita la aprobación de este proyecto.
Federico R. Puerta.-