Número de Expediente 1206/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
1206/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Ley | CURLETTI Y OTRAS : PROYECTO DE LEY INSTITUYENDO LA RED NACIONAL DE LA CULTURA POR LA PAZ Y NO LA VIOLENCIA .- |
Listado de Autores |
---|
Curletti
, Mirian Belén
|
Raso
, Marta Ethel
|
Isidori
, Amanda Mercedes
|
Lescano
, Marcela Fabiana
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
19-06-2003 | 02-07-2003 | 76/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
19-06-2003 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
20-06-2003 | 28-02-2005 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005
ENVIADO AL ARCHIVO : 31-01-0006
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1206/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
RED NACIONAL DE LA CULTURA POR LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA
Artículo 1º: Institúyase la "Red Nacional de la Cultura por la Paz y la
No Violencia" en el marco del Llamamiento de Los Premios Nobel de la
Paz para Los Niños del Mundo para la década 2000-2010 "Hacia una
Cultura de la Paz y la No Violencia", proclamado y reconocido por la
Asamblea General de las Naciones Unidas y la UNESCO, con el objeto de
promover y entrelazar todas las manifestaciones sociales tendientes a
promover la cultura, como antídoto de la violencia y cultivadora de la
paz.
Artículo 2º: Constituyen lineamientos específicos de la presente ley,
promover la organización de los recursos de gestión institucional
privados, gubernamental y no gubernamental y fortalecer la recreación
de espacios culturales y comunitarios tendientes a inculcar una cultura
de paz y no violencia y hacer respetar la practica de las siguientes
actitudes:
a) Respetar la vida y la dignidad de cada persona, sin discriminación,
ni prejuicios;
b) Practicar la no violencia activa, rechazando la violencia en todas
sus formas;
c) Compartir el tiempo y los recursos materiales, cultivando la
generosidad;
d) Privilegiar la escucha y el dialogo, sin ceder al fanatismo, la
maledicencia y el rechazo al prójimo;
e) Preservar el ambiente, teniendo en cuenta las formas de vida de la
naturaleza y el equilibrio de los recursos naturales;
f) Contribuir al desarrollo de la comunidad y propiciar la plena
participación y el respeto de los principios democráticos con el fin de
crear nuevas formas de solidaridad.
Artículo 3º: En el marco de la presente ley, se recreará la
socialización del "Manifiesto de la Cultura por la Paz y la No
Violencia" promoviendo su difusión y explicación con el objeto de
sensibilizar de modo intensivo su compresión entre los diferentes
actores relacionados con los establecimientos educativos, de seguridad
publica y protección a la comunidad.
Artículo 4º: Promuévase a partir del Estado Nacional el
fortalecimiento a la red institucional reconocida por la presente ley,
para impulsar toda acción que promueva cambios culturales en orden a la
practica de la no violencia activa, consistente en el rechazo a toda
forma de violencia física, verbal, gestual, sexual o psicológica hacia
la persona en general y hacia los niños, adolescentes, mujeres,
discapacitados y ancianos en riesgo, en particular.
Artículo 5º: A efectos del articulo anterior, confórmense espacios de
participación entre distintas áreas de gobierno y sectores
representativos de la comunidad para consensuar medidas y acciones,
actuales y futuras, que contribuyan a eliminar las causas de la
violencia.
Artículo 6º: Exhórtese a que en la practica cotidiana, los poderes
públicos y ciudadanos cumplan entre sí los principios de tolerancia, de
fraternidad, de paz y de no violencia, como testimonio de los hechos de
la aceptación del "Manifiesto de la Cultura por la Paz y la No
Violencia" en especial en los ámbitos representativos y educativos,
cuyo espíritu de vivencia, debe servir de modelo democrático en cuanto
al respeto por la opinión ajena, altura cívica en cuanto a las
discrepancias y disensos y humildad republicana, en tanto constituyen
la base formadora de los ciudadanos demócratas y libres que tengan
como sustento la paz y la no violencia.
Artículo 7º: En cumplimiento del objeto de promoción de una cultura de
paz y no violencia, los Poderes del Estado Nacional y las Provincias
que se adhieran a la presente Ley podrán colocar en todas sus notas la
expresión "Cultivemos la Paz y la No Violencia".
Artículo 8º: Invítase a los Estados Provinciales, a adherir a la
presente Ley.
Artículo 9º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Mirian Curletti.- Amanda Isidori.- Marcela F. Lescano.- Marta E.
Raso.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Una cultura de paz, está
basada en los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas
y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la tolerancia,
la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre
circulación de información y la mayor participación de la mujer desde
un enfoque integral para prevenir la violencia y los conflictos y la
realización de actividades encaminadas a crear condiciones propicias
para el establecimiento de la paz y su consolidación.
A iniciativa de 18 premios Nobel de la Paz, la Organización de las
Naciones Unidas, ha presentado al inicio del milenio, en Viena,
Austria, la "Década internacional para una cultura de paz y renuncia a
la violencia para los niños del mundo", entregándose en tal
oportunidad, los "International Childcare Award" como reconocimiento
de méritos en favor de la niñez, al príncipe Alfredo de Liechtenstein,
a la etóloga inglesa Jane Goodall, a la premio Nobel de la Paz
norirlandesa Mairead Corrigan Maguire, a la Princesa Basma de Jordania
y a la actriz estadounidense Mia Farrow.
Según el príncipe Alfredo de Liechtenstein, el principal objetivo del
proyecto es proteger de forma especial los primeros seis años de la
vida del niño, desde la fase prenatal hasta el comienzo de la edad
escolar, pues ese periodo no forma parte del contenido de la Convención
de la ONU sobre protección al menor, sobre todo, teniendo en cuenta que
"los primeros tres años de vida son decisivos para la constitución
psíquica de una persona".
Maguire, luchadora por la paz en Belfast y copromotora del proyecto,
subrayó la importancia de crear una cultura más pacífica, mientras la
científica Goodall destacó que la paz no es posible mientras se sigan
destruyendo los recursos ambientales.
Goodall es fundadora de la organización juvenil "Roots and Shoots", que
opera actualmente en 68 países, dedicada a desarrollar y ofrecer
programas de formación para menores para impulsar la interrelación
entre la naturaleza y la sociedad.
Los galardonados coinciden en que el Programa de la ONU "Década
Internacional para una cultura de paz y renuncia a la violencia para
los niños del mundo", se centra en la necesidad de desarrollar durante
estos diez años nuevos enfoques en el campo de la formación y
educación.
El reto de Naciones Unidas es grande en diversos ámbitos como el
trabajo infantil, los niños soldados y el maltrato en el hogar, sin
olvidar los riesgos a los que se ven enfrentados los niños y jóvenes
con el uso no controlado de las nuevas tecnologías y de la informática.
El movimiento por la cultura de paz, halla su reflejo institucional en
la Declaración y Plan de Acción para una Cultura de Paz, aprobado
unánimemente por la Asamblea General de Naciones Unidas el 13 de
septiembre de 1999. En dicho documento se hace llamamiento a todos
-individuos, grupos, asociaciones, comunidades educativas, empresas e
instituciones- a llevar a su actividad cotidiana un compromiso
consistente en: a) Respetar todas las vidas; b) Rechazar la violencia;
c) Liberar tu generosidad; d) Escuchar para comprenderse; e) Preservar
el planeta; y f) Reinventar la solidaridad.
La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes y
comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su
dignidad y que ponen en primer plano los derechos humanos, el rechazo a
la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de
libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión
entre los pueblos, los colectivos y las personas.
Abolir la violencia, conlleva a la participación de todos los sectores
mediante la práctica cotidiana de los derechos humanos para el logro de
un profundo cambio de actitudes en el seno de la familia, la comunidad,
la región y el país.
Dicho compromiso se hace patente en:
· El fomento de la educación para la paz, los derechos humanos y la
democracia, la tolerancia y la comprensión mutua nacional e
internacional.
· La lucha contra toda forma de discriminación.
· La promoción de los principios y las prácticas democráticas en todos
los ámbitos de la sociedad.
· La erradicación de la pobreza y la búsqueda de un desarrollo endógeno
y sostenible que beneficie a todos y que proporcione a cada persona un
marco de vida digno, promoviendo la justa distribución de la riqueza,
el libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.
· La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los
jóvenes el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia
basadas en la conciliación, la generosidad y la tolerancia, así como el
rechazo a toda forma de opresión y violencia.
En oportunidad de declarar al 2000, Año Internacional de la Cultura de
la Paz y de invitar a firmar el Manifiesto 2000 para asumir el
compromiso poner en práctica los principios universales de la cultura
de paz, la no violencia y la armonía en la familia, la comunidad y el
lugar de trabajo, el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura
expresó que "La cultura de paz es la cultura universal que todos los
pueblos comparten, y es consustancial a nuestra humanidad común" y que
"La paz no se puede garantizar exclusivamente por medio de acuerdos
políticos, económicos o militares, sino que depende en última
instancia, del compromiso unánime, sincero y constante de los pueblos
donde cada uno de nosotros, cualesquiera sean su edad, sexo, posición
social, credo religioso u origen cultural, ha de contribuir a crear un
mundo en paz."
En este sentido, la acción integral del Gobierno debe trabajar las
causas profundas que engendran la violencia, entre ellas la pobreza, la
exclusión, la ignorancia y la discriminación, hecho que significa un
desafío para los lineamientos del modelo de país que queremos los
argentinos.
Una estrategia general, inculcada desde esta óptica, tiende a
concertar y aunar consideraciones sociales, económicas y culturales que
contenga una "solidaridad sin fisuras", tanto en la reflexión como en
la acción, indispensable para reparar las injusticias y desactivar los
peligros que encierra la mundialización, cortando los brotes de
intolerancia y fanatismo.
Con el criterio de replantearse la mundialización desde una óptica
humana y no mercantilista, la Conferencia General de la UNESCO 2001,
aprobó por unanimidad la primera Declaración Universal sobre la
Diversidad Cultural, siguiendo con los preceptos de la década por la
paz y la no violencia, y declaró al año 2001, "Año del Diálogo entre
Civilizaciones" revalorizando a la tolerancia como el fundamento mismo
del diálogo y el pluralismo.
En el entendimiento que la cultura es el antídoto para la violencia y
las intolerancias que se viven en un país, promovemos en la presente
iniciativa a la cultura como eje fundamental para construir la paz y a
las organizaciones como actores fundamentales en la construcción de los
lazos sociales para promoverla.
Por lo expuesto Señor Presidente, solicitamos la aprobación del
presente Proyecto de Ley.
Mirian Curletti.- Amanda Isidori.- Marcela F. Lescano.- Marta E.
Raso.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1206/03)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
RED NACIONAL DE LA CULTURA POR LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA
Artículo 1º: Institúyase la "Red Nacional de la Cultura por la Paz y la
No Violencia" en el marco del Llamamiento de Los Premios Nobel de la
Paz para Los Niños del Mundo para la década 2000-2010 "Hacia una
Cultura de la Paz y la No Violencia", proclamado y reconocido por la
Asamblea General de las Naciones Unidas y la UNESCO, con el objeto de
promover y entrelazar todas las manifestaciones sociales tendientes a
promover la cultura, como antídoto de la violencia y cultivadora de la
paz.
Artículo 2º: Constituyen lineamientos específicos de la presente ley,
promover la organización de los recursos de gestión institucional
privados, gubernamental y no gubernamental y fortalecer la recreación
de espacios culturales y comunitarios tendientes a inculcar una cultura
de paz y no violencia y hacer respetar la practica de las siguientes
actitudes:
a) Respetar la vida y la dignidad de cada persona, sin discriminación,
ni prejuicios;
b) Practicar la no violencia activa, rechazando la violencia en todas
sus formas;
c) Compartir el tiempo y los recursos materiales, cultivando la
generosidad;
d) Privilegiar la escucha y el dialogo, sin ceder al fanatismo, la
maledicencia y el rechazo al prójimo;
e) Preservar el ambiente, teniendo en cuenta las formas de vida de la
naturaleza y el equilibrio de los recursos naturales;
f) Contribuir al desarrollo de la comunidad y propiciar la plena
participación y el respeto de los principios democráticos con el fin de
crear nuevas formas de solidaridad.
Artículo 3º: En el marco de la presente ley, se recreará la
socialización del "Manifiesto de la Cultura por la Paz y la No
Violencia" promoviendo su difusión y explicación con el objeto de
sensibilizar de modo intensivo su compresión entre los diferentes
actores relacionados con los establecimientos educativos, de seguridad
publica y protección a la comunidad.
Artículo 4º: Promuévase a partir del Estado Nacional el
fortalecimiento a la red institucional reconocida por la presente ley,
para impulsar toda acción que promueva cambios culturales en orden a la
practica de la no violencia activa, consistente en el rechazo a toda
forma de violencia física, verbal, gestual, sexual o psicológica hacia
la persona en general y hacia los niños, adolescentes, mujeres,
discapacitados y ancianos en riesgo, en particular.
Artículo 5º: A efectos del articulo anterior, confórmense espacios de
participación entre distintas áreas de gobierno y sectores
representativos de la comunidad para consensuar medidas y acciones,
actuales y futuras, que contribuyan a eliminar las causas de la
violencia.
Artículo 6º: Exhórtese a que en la practica cotidiana, los poderes
públicos y ciudadanos cumplan entre sí los principios de tolerancia, de
fraternidad, de paz y de no violencia, como testimonio de los hechos de
la aceptación del "Manifiesto de la Cultura por la Paz y la No
Violencia" en especial en los ámbitos representativos y educativos,
cuyo espíritu de vivencia, debe servir de modelo democrático en cuanto
al respeto por la opinión ajena, altura cívica en cuanto a las
discrepancias y disensos y humildad republicana, en tanto constituyen
la base formadora de los ciudadanos demócratas y libres que tengan
como sustento la paz y la no violencia.
Artículo 7º: En cumplimiento del objeto de promoción de una cultura de
paz y no violencia, los Poderes del Estado Nacional y las Provincias
que se adhieran a la presente Ley podrán colocar en todas sus notas la
expresión "Cultivemos la Paz y la No Violencia".
Artículo 8º: Invítase a los Estados Provinciales, a adherir a la
presente Ley.
Artículo 9º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Mirian Curletti.- Amanda Isidori.- Marcela F. Lescano.- Marta E.
Raso.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Una cultura de paz, está
basada en los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas
y en el respeto de los derechos humanos, la democracia y la tolerancia,
la promoción del desarrollo, la educación para la paz, la libre
circulación de información y la mayor participación de la mujer desde
un enfoque integral para prevenir la violencia y los conflictos y la
realización de actividades encaminadas a crear condiciones propicias
para el establecimiento de la paz y su consolidación.
A iniciativa de 18 premios Nobel de la Paz, la Organización de las
Naciones Unidas, ha presentado al inicio del milenio, en Viena,
Austria, la "Década internacional para una cultura de paz y renuncia a
la violencia para los niños del mundo", entregándose en tal
oportunidad, los "International Childcare Award" como reconocimiento
de méritos en favor de la niñez, al príncipe Alfredo de Liechtenstein,
a la etóloga inglesa Jane Goodall, a la premio Nobel de la Paz
norirlandesa Mairead Corrigan Maguire, a la Princesa Basma de Jordania
y a la actriz estadounidense Mia Farrow.
Según el príncipe Alfredo de Liechtenstein, el principal objetivo del
proyecto es proteger de forma especial los primeros seis años de la
vida del niño, desde la fase prenatal hasta el comienzo de la edad
escolar, pues ese periodo no forma parte del contenido de la Convención
de la ONU sobre protección al menor, sobre todo, teniendo en cuenta que
"los primeros tres años de vida son decisivos para la constitución
psíquica de una persona".
Maguire, luchadora por la paz en Belfast y copromotora del proyecto,
subrayó la importancia de crear una cultura más pacífica, mientras la
científica Goodall destacó que la paz no es posible mientras se sigan
destruyendo los recursos ambientales.
Goodall es fundadora de la organización juvenil "Roots and Shoots", que
opera actualmente en 68 países, dedicada a desarrollar y ofrecer
programas de formación para menores para impulsar la interrelación
entre la naturaleza y la sociedad.
Los galardonados coinciden en que el Programa de la ONU "Década
Internacional para una cultura de paz y renuncia a la violencia para
los niños del mundo", se centra en la necesidad de desarrollar durante
estos diez años nuevos enfoques en el campo de la formación y
educación.
El reto de Naciones Unidas es grande en diversos ámbitos como el
trabajo infantil, los niños soldados y el maltrato en el hogar, sin
olvidar los riesgos a los que se ven enfrentados los niños y jóvenes
con el uso no controlado de las nuevas tecnologías y de la informática.
El movimiento por la cultura de paz, halla su reflejo institucional en
la Declaración y Plan de Acción para una Cultura de Paz, aprobado
unánimemente por la Asamblea General de Naciones Unidas el 13 de
septiembre de 1999. En dicho documento se hace llamamiento a todos
-individuos, grupos, asociaciones, comunidades educativas, empresas e
instituciones- a llevar a su actividad cotidiana un compromiso
consistente en: a) Respetar todas las vidas; b) Rechazar la violencia;
c) Liberar tu generosidad; d) Escuchar para comprenderse; e) Preservar
el planeta; y f) Reinventar la solidaridad.
La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes y
comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su
dignidad y que ponen en primer plano los derechos humanos, el rechazo a
la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de
libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión
entre los pueblos, los colectivos y las personas.
Abolir la violencia, conlleva a la participación de todos los sectores
mediante la práctica cotidiana de los derechos humanos para el logro de
un profundo cambio de actitudes en el seno de la familia, la comunidad,
la región y el país.
Dicho compromiso se hace patente en:
· El fomento de la educación para la paz, los derechos humanos y la
democracia, la tolerancia y la comprensión mutua nacional e
internacional.
· La lucha contra toda forma de discriminación.
· La promoción de los principios y las prácticas democráticas en todos
los ámbitos de la sociedad.
· La erradicación de la pobreza y la búsqueda de un desarrollo endógeno
y sostenible que beneficie a todos y que proporcione a cada persona un
marco de vida digno, promoviendo la justa distribución de la riqueza,
el libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.
· La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los
jóvenes el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia
basadas en la conciliación, la generosidad y la tolerancia, así como el
rechazo a toda forma de opresión y violencia.
En oportunidad de declarar al 2000, Año Internacional de la Cultura de
la Paz y de invitar a firmar el Manifiesto 2000 para asumir el
compromiso poner en práctica los principios universales de la cultura
de paz, la no violencia y la armonía en la familia, la comunidad y el
lugar de trabajo, el Director General de la UNESCO, Koichiro Matsuura
expresó que "La cultura de paz es la cultura universal que todos los
pueblos comparten, y es consustancial a nuestra humanidad común" y que
"La paz no se puede garantizar exclusivamente por medio de acuerdos
políticos, económicos o militares, sino que depende en última
instancia, del compromiso unánime, sincero y constante de los pueblos
donde cada uno de nosotros, cualesquiera sean su edad, sexo, posición
social, credo religioso u origen cultural, ha de contribuir a crear un
mundo en paz."
En este sentido, la acción integral del Gobierno debe trabajar las
causas profundas que engendran la violencia, entre ellas la pobreza, la
exclusión, la ignorancia y la discriminación, hecho que significa un
desafío para los lineamientos del modelo de país que queremos los
argentinos.
Una estrategia general, inculcada desde esta óptica, tiende a
concertar y aunar consideraciones sociales, económicas y culturales que
contenga una "solidaridad sin fisuras", tanto en la reflexión como en
la acción, indispensable para reparar las injusticias y desactivar los
peligros que encierra la mundialización, cortando los brotes de
intolerancia y fanatismo.
Con el criterio de replantearse la mundialización desde una óptica
humana y no mercantilista, la Conferencia General de la UNESCO 2001,
aprobó por unanimidad la primera Declaración Universal sobre la
Diversidad Cultural, siguiendo con los preceptos de la década por la
paz y la no violencia, y declaró al año 2001, "Año del Diálogo entre
Civilizaciones" revalorizando a la tolerancia como el fundamento mismo
del diálogo y el pluralismo.
En el entendimiento que la cultura es el antídoto para la violencia y
las intolerancias que se viven en un país, promovemos en la presente
iniciativa a la cultura como eje fundamental para construir la paz y a
las organizaciones como actores fundamentales en la construcción de los
lazos sociales para promoverla.
Por lo expuesto Señor Presidente, solicitamos la aprobación del
presente Proyecto de Ley.
Mirian Curletti.- Amanda Isidori.- Marcela F. Lescano.- Marta E.
Raso.-