Número de Expediente 1117/07
N° | Origen | Tipo | Extracto |
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1117/07 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | CAPARROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO A LOS ACTOS CONMEMORATIVOS DEL DIA DE LA ARMADA ARGENTINA , A CELEBRARSE EL 17 DE MAYO Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS . |
Listado de Autores |
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Caparrós
, Mabel Luisa
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
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03-05-2007 | 23-05-2007 | 53/2007 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
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09-05-2007 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
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DE DEFENSA NACIONAL
ORDEN DE GIRO: 1 |
10-05-2007 | 28-02-2009 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2009
ENVIADO AL ARCHIVO : 07-07-2009
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1117/07)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1°) Su adhesión a los actos conmemorativos del ¿Día de la Armada Argentina¿ a celebrarse el 17 del mayo de este año y con motivo de cumplirse el 193° aniversario del triunfo de las fuerzas navales argentinas al mando del Almirante Brown en el "Combate de Montevideo", sobre la escuadra realista que dominaba las aguas del Río de la Plata.
2°) Su reconocimiento a los integrantes de la fuerza, que ya sea desde tierra, mar o aire, asumen cotidianamente la defensa y vigilancia del litoral marítimo, la afirmación de la soberanía nacional en el mar argentino, la protección de los recursos ictícolas, el desarrollo de los intereses marítimos nacionales y la defensa de nuestros mares australes, haciendo extensivo nuestro homenaje a quienes dieron sus vidas en la defensa de estos altos intereses de la Patria.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Cuando ya nos encontramos en los albores del siglo XXI, la Armada Argentina continúa la senda marcada por quienes fueran sus precursores, en la defensa de los más altos intereses de nuestra Nación. Al cumplir su 193º aniversario saludamos a sus integrantes y conmemoramos el triunfo de las fuerzas navales argentinas al mando del Almirante Guillermo Brown, quien a fuerza de destreza, coraje e imaginación, supo batir a las fuerzas realistas agazapadas en el Río de la Plata, en el histórico combate de Montevideo, y cuya acción valerosa y sagaz le valiera el reconocimiento de las propias fuerzas enemigas.
El 17 de mayo de 1914 se produjo la consolidación de los principios de la Revolución de Mayo con la terminante victoria naval de Montevideo, obtenida por nuestra escuadra al mando del Almirante Brown sobre la flota de la Real Armada Española que tenía su apostadero en aquel puerto. La fecha es evocada para recordar la victoria que permitió alejar el peligro que representaba el poder naval realista en aguas del Río de la Plata, y contribuyó además a llevar a feliz término las campañas libertadoras de Chile y Perú.
En efecto, el ejército argentino a órdenes del General Rondeau sitiaba Montevideo desde octubre de 1812, pese a ello en el año 1814 Montevideo continuaba resistiendo el asedio. Ello se debía al constante apoyo y envío de provisiones que las naves españolas enviaban a la ciudad sitiada. El Almirante Brown, que había sido designado Comandante de nuestra escuadra, sostuvo ante las autoridades nacionales era imperioso que Montevideo cayese en nuestro poder, pues de lo contrario la corona española podía utilizar esa ciudad para lanzar un ataque sobre Buenos Aires.
Todo indicaba que España trataría de retomar su poder sobre estas tierras libertarias sin más demora y por ello y para llevar a cabo el plan de Brown, se dispuso el envío de una fuerza naval integrada por 9 naves armadas con 147 cañones, mientras que la flota española estaba compuesta por 11 buques que montaban 155 cañones.
El 14 de mayo la flota realista zarpa de Montevideo para hacer frente a nuestra fuerzas y en ese momento Brown concibe el plan de combate. Simulará que se retira mar afuera para que los realistas vayan en su persecuci6n, luego efectuará un cambio de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último les presentará batalla. Las acciones del combate naval se sucedieron entre los días 15 y 17, fecha en que finalmente la fragata "Hércules", buque insignia del Almirante Brown, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad. La fuerza naval española había abandonado la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la Plaza de Montevideo a manos del ejército sitiador patrio que en esos momentos estaba a órdenes del General Carlos M. de Alvear. Ello ocurría el 23 de junio de 1814.
A casi dos siglos de su formación, la Armada Argentina goza del respeto y la admiración de las más insignes flotas del mundo, por su hidalguía y su sentir patriótico puestos de manifiesto en cada una de sus acciones. Verdaderos embajadores honoríficos de los mares, nuestra Armada cuenta con tres componentes básicos con funciones específicas para la defensa en conjunto de los intereses argentinos, tanto en el mar, en tierra o en el aire. De esta forma se integran los Batallones de Infantería de Marina, la Armada Naval y la Aviación Naval, como un tríptico de hombres y mujeres con espíritu de sacrificio, preparados para actuar en las unidades de superficie o submarinas, en la infantería de marina o en las fuerzas aeronavales.
Más allá del reconocimiento que la Armada Argentina ha merecido siempre a nivel federal por sus innumerables contribuciones en la defensa de los intereses de la Nación, corresponde hacer especial mención de la relevante contribución de la fuerza en el crecimiento y fortalecimiento de una de las regiones más vastas del país, la Patagonia Argentina, que desde los tiempos del comandante Luis Piedrabuena fuera vasto escenario de sus increíbles hazañas.
Aquellas acciones no tuvieron como único fundamento la cuestión meramente estratégica, sino que estaba también cargada de motivaciones vinculadas al fomento comercial y al desarrollo de esta vasta zona argentina. No es necesario hacer referencia a lo que significa la Patagonia en cuanto a los contrastes que presenta, entre los enormes potenciales y riquezas que posee por un lado, y la escasez de población, falta de puertos y clima inhóspito, por el otro. Sin embargo, pioneros de la fuerza de marina de guerra en trabajo mancomunado con empresas privadas, han fomentado el crecimiento de la zona mediante la instalación de servicios navieros comerciales y de carga. No es casualidad que las enormes riquezas carboníferas de Río Turbio fueran descubiertas por un marino, el teniente de navío Agustín del Castillo, para impulsarlas luego como pilar fundamental y fuente de trabajo de cientos de familias argentinas que quisieron habitar y forjar su futuro en esas lejanas tierras santacruceñas.
Cuando Comodoro Rivadavia había comenzado a producir gran cantidad de petróleo crudo, fue precisamente la marina de guerra quien se hizo cargo del transporte y conducción del crudo hasta los grandes centros de consumo, comenzando con el buque tanque "Ministro Ezcurra". La denodada tarea de nuestros marinos cobra mayor dimensión si se piensa en las características tan especiales de navegación de aquellos mares bravíos, con escasas comunicaciones, sin puertos que garantizaran la seguridad de los buques, con tráfico remunerativo solo en los tiempos de esquila de las ovejas, y con viajes de ida que se realizaban prácticamente vacíos.
Acompañando el crecimiento y el progreso natural de la Patagonia y atendiendo al mismo tiempo a la evolución propia de los requerimientos militares, la Armada estudió y determinó la exigencia de concebir otro tipo de cargueros, diseñándose entonces los denominados "Costa Sur", encarándose su construcción en el país e incorporándose los ya famosos "Canal de Beagle", "Bahía San Blas" y "Cabo de Hornos". Con el objetivo prioritario de establecer comunicaciones regulares con nuestras Islas Malvinas, el 22 de diciembre de 1980 se incorporó a la flota el ARA "Isla de los Estados".
En 1879 el presidente Nicolás Avellaneda y su Ministro de Guerra y Marina Carlos Pellegrini, mediante la firma del pertinente decreto, dan vida institucional al cuerpo de Infantería de Marina. En realidad se trató de una mera formalidad, pues desde los albores de la patria nuestra historia da cuenta de las heroicas acciones de los infantes de marina. La historia se inicia con el sacrificio del Teniente de Navío Cándido de Lázara, primer caído en acción el 5 de julio de 1807, durante las invasiones de la mayor potencia militar de aquellos tiempos, rechazando el avance enemigo en la Plaza de Toros de Retiro (hoy Plaza San Martín), continúa en la Batalla naval de Montevideo donde el heroico comportamiento de los infantes de marina en la toma de la isla Martín García es reconocido por el mismísimo Almirante Brown, alcanza las costas del Pacífico desembarcando con el Libertador San Martín en el Alto Perú y con Bouchard en tierras más lejanas, y prosigue en un sinnúmero de acciones en las cuales fue modelando su perfil y su espíritu de cuerpo que tiene por legado la infantería de marina de nuestros días.
Finalmente cabe elevar nuestro recuerdo a los integrantes de la Infantería de Marina de la Armada Argentina, quienes en la madrugada del 2 de abril de 1982 y en cumplimiento de órdenes que solo una tropa con elevado grado de alistamiento puede llevar a cabo, desembarcó en las Islas Malvinas. Durante los sucesos, que costaran tantas vidas, se inmoló en cumplimiento de su deber el Capitán de Fragata Pedro Edgardo Giacchino. El mismo recuerdo y reconocimiento es debido a la aviación naval de la fuerza, que en ejercicio de un imitable espíritu de sacrificio y profesionalismo, demostraron haber alcanzado su grado máximo en el conflicto por la reconquista de las Malvinas, en el cual sus pilotos combatieron en desiguales condiciones con pilotos de una de las mejores armadas del mundo moderno, pese a lo cual le infligieron serias pérdidas de sus posiciones tácticas hostiles, como el hundimiento del "Sheffield" y la avería de unidades de combate en las costas y aguas del Estrecho de San Carlos.
Finalmente me cabe el compromiso de destacar que, la Armada Argentina, a través de cada una de las fuerzas que la componen, ha marcado un hito fundamental en la defensa de nuestros derechos soberanos y manteniendo las comunicaciones navales y aéreas de la Provincia de Tierra del Fuego con el resto del país, ayudando a su integración efectiva y definitiva con la Nación Argentina.
Por los motivos expuestos, solicito de mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-
.
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1117/07)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación
DECLARA:
1°) Su adhesión a los actos conmemorativos del ¿Día de la Armada Argentina¿ a celebrarse el 17 del mayo de este año y con motivo de cumplirse el 193° aniversario del triunfo de las fuerzas navales argentinas al mando del Almirante Brown en el "Combate de Montevideo", sobre la escuadra realista que dominaba las aguas del Río de la Plata.
2°) Su reconocimiento a los integrantes de la fuerza, que ya sea desde tierra, mar o aire, asumen cotidianamente la defensa y vigilancia del litoral marítimo, la afirmación de la soberanía nacional en el mar argentino, la protección de los recursos ictícolas, el desarrollo de los intereses marítimos nacionales y la defensa de nuestros mares australes, haciendo extensivo nuestro homenaje a quienes dieron sus vidas en la defensa de estos altos intereses de la Patria.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Cuando ya nos encontramos en los albores del siglo XXI, la Armada Argentina continúa la senda marcada por quienes fueran sus precursores, en la defensa de los más altos intereses de nuestra Nación. Al cumplir su 193º aniversario saludamos a sus integrantes y conmemoramos el triunfo de las fuerzas navales argentinas al mando del Almirante Guillermo Brown, quien a fuerza de destreza, coraje e imaginación, supo batir a las fuerzas realistas agazapadas en el Río de la Plata, en el histórico combate de Montevideo, y cuya acción valerosa y sagaz le valiera el reconocimiento de las propias fuerzas enemigas.
El 17 de mayo de 1914 se produjo la consolidación de los principios de la Revolución de Mayo con la terminante victoria naval de Montevideo, obtenida por nuestra escuadra al mando del Almirante Brown sobre la flota de la Real Armada Española que tenía su apostadero en aquel puerto. La fecha es evocada para recordar la victoria que permitió alejar el peligro que representaba el poder naval realista en aguas del Río de la Plata, y contribuyó además a llevar a feliz término las campañas libertadoras de Chile y Perú.
En efecto, el ejército argentino a órdenes del General Rondeau sitiaba Montevideo desde octubre de 1812, pese a ello en el año 1814 Montevideo continuaba resistiendo el asedio. Ello se debía al constante apoyo y envío de provisiones que las naves españolas enviaban a la ciudad sitiada. El Almirante Brown, que había sido designado Comandante de nuestra escuadra, sostuvo ante las autoridades nacionales era imperioso que Montevideo cayese en nuestro poder, pues de lo contrario la corona española podía utilizar esa ciudad para lanzar un ataque sobre Buenos Aires.
Todo indicaba que España trataría de retomar su poder sobre estas tierras libertarias sin más demora y por ello y para llevar a cabo el plan de Brown, se dispuso el envío de una fuerza naval integrada por 9 naves armadas con 147 cañones, mientras que la flota española estaba compuesta por 11 buques que montaban 155 cañones.
El 14 de mayo la flota realista zarpa de Montevideo para hacer frente a nuestra fuerzas y en ese momento Brown concibe el plan de combate. Simulará que se retira mar afuera para que los realistas vayan en su persecuci6n, luego efectuará un cambio de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último les presentará batalla. Las acciones del combate naval se sucedieron entre los días 15 y 17, fecha en que finalmente la fragata "Hércules", buque insignia del Almirante Brown, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad. La fuerza naval española había abandonado la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la Plaza de Montevideo a manos del ejército sitiador patrio que en esos momentos estaba a órdenes del General Carlos M. de Alvear. Ello ocurría el 23 de junio de 1814.
A casi dos siglos de su formación, la Armada Argentina goza del respeto y la admiración de las más insignes flotas del mundo, por su hidalguía y su sentir patriótico puestos de manifiesto en cada una de sus acciones. Verdaderos embajadores honoríficos de los mares, nuestra Armada cuenta con tres componentes básicos con funciones específicas para la defensa en conjunto de los intereses argentinos, tanto en el mar, en tierra o en el aire. De esta forma se integran los Batallones de Infantería de Marina, la Armada Naval y la Aviación Naval, como un tríptico de hombres y mujeres con espíritu de sacrificio, preparados para actuar en las unidades de superficie o submarinas, en la infantería de marina o en las fuerzas aeronavales.
Más allá del reconocimiento que la Armada Argentina ha merecido siempre a nivel federal por sus innumerables contribuciones en la defensa de los intereses de la Nación, corresponde hacer especial mención de la relevante contribución de la fuerza en el crecimiento y fortalecimiento de una de las regiones más vastas del país, la Patagonia Argentina, que desde los tiempos del comandante Luis Piedrabuena fuera vasto escenario de sus increíbles hazañas.
Aquellas acciones no tuvieron como único fundamento la cuestión meramente estratégica, sino que estaba también cargada de motivaciones vinculadas al fomento comercial y al desarrollo de esta vasta zona argentina. No es necesario hacer referencia a lo que significa la Patagonia en cuanto a los contrastes que presenta, entre los enormes potenciales y riquezas que posee por un lado, y la escasez de población, falta de puertos y clima inhóspito, por el otro. Sin embargo, pioneros de la fuerza de marina de guerra en trabajo mancomunado con empresas privadas, han fomentado el crecimiento de la zona mediante la instalación de servicios navieros comerciales y de carga. No es casualidad que las enormes riquezas carboníferas de Río Turbio fueran descubiertas por un marino, el teniente de navío Agustín del Castillo, para impulsarlas luego como pilar fundamental y fuente de trabajo de cientos de familias argentinas que quisieron habitar y forjar su futuro en esas lejanas tierras santacruceñas.
Cuando Comodoro Rivadavia había comenzado a producir gran cantidad de petróleo crudo, fue precisamente la marina de guerra quien se hizo cargo del transporte y conducción del crudo hasta los grandes centros de consumo, comenzando con el buque tanque "Ministro Ezcurra". La denodada tarea de nuestros marinos cobra mayor dimensión si se piensa en las características tan especiales de navegación de aquellos mares bravíos, con escasas comunicaciones, sin puertos que garantizaran la seguridad de los buques, con tráfico remunerativo solo en los tiempos de esquila de las ovejas, y con viajes de ida que se realizaban prácticamente vacíos.
Acompañando el crecimiento y el progreso natural de la Patagonia y atendiendo al mismo tiempo a la evolución propia de los requerimientos militares, la Armada estudió y determinó la exigencia de concebir otro tipo de cargueros, diseñándose entonces los denominados "Costa Sur", encarándose su construcción en el país e incorporándose los ya famosos "Canal de Beagle", "Bahía San Blas" y "Cabo de Hornos". Con el objetivo prioritario de establecer comunicaciones regulares con nuestras Islas Malvinas, el 22 de diciembre de 1980 se incorporó a la flota el ARA "Isla de los Estados".
En 1879 el presidente Nicolás Avellaneda y su Ministro de Guerra y Marina Carlos Pellegrini, mediante la firma del pertinente decreto, dan vida institucional al cuerpo de Infantería de Marina. En realidad se trató de una mera formalidad, pues desde los albores de la patria nuestra historia da cuenta de las heroicas acciones de los infantes de marina. La historia se inicia con el sacrificio del Teniente de Navío Cándido de Lázara, primer caído en acción el 5 de julio de 1807, durante las invasiones de la mayor potencia militar de aquellos tiempos, rechazando el avance enemigo en la Plaza de Toros de Retiro (hoy Plaza San Martín), continúa en la Batalla naval de Montevideo donde el heroico comportamiento de los infantes de marina en la toma de la isla Martín García es reconocido por el mismísimo Almirante Brown, alcanza las costas del Pacífico desembarcando con el Libertador San Martín en el Alto Perú y con Bouchard en tierras más lejanas, y prosigue en un sinnúmero de acciones en las cuales fue modelando su perfil y su espíritu de cuerpo que tiene por legado la infantería de marina de nuestros días.
Finalmente cabe elevar nuestro recuerdo a los integrantes de la Infantería de Marina de la Armada Argentina, quienes en la madrugada del 2 de abril de 1982 y en cumplimiento de órdenes que solo una tropa con elevado grado de alistamiento puede llevar a cabo, desembarcó en las Islas Malvinas. Durante los sucesos, que costaran tantas vidas, se inmoló en cumplimiento de su deber el Capitán de Fragata Pedro Edgardo Giacchino. El mismo recuerdo y reconocimiento es debido a la aviación naval de la fuerza, que en ejercicio de un imitable espíritu de sacrificio y profesionalismo, demostraron haber alcanzado su grado máximo en el conflicto por la reconquista de las Malvinas, en el cual sus pilotos combatieron en desiguales condiciones con pilotos de una de las mejores armadas del mundo moderno, pese a lo cual le infligieron serias pérdidas de sus posiciones tácticas hostiles, como el hundimiento del "Sheffield" y la avería de unidades de combate en las costas y aguas del Estrecho de San Carlos.
Finalmente me cabe el compromiso de destacar que, la Armada Argentina, a través de cada una de las fuerzas que la componen, ha marcado un hito fundamental en la defensa de nuestros derechos soberanos y manteniendo las comunicaciones navales y aéreas de la Provincia de Tierra del Fuego con el resto del país, ayudando a su integración efectiva y definitiva con la Nación Argentina.
Por los motivos expuestos, solicito de mis pares la aprobación del presente Proyecto de Declaración.
Mabel L. Caparrós.-
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