Número de Expediente 1110/03

Origen Tipo Extracto
1110/03 Senado De La Nación Proyecto De Declaración FALCO : PROYECTO DE DECLARACION EXPRESANDO PESAR ANTE LA NUEVA OLA DE ATENTADOS TERRORISTAS PERPETRADOS EN LA FRANJA DE GAZA .-
Listado de Autores
Falco , Luis

Fechas en Dir. Mesa de Entradas

MESA DE ENTRADAS DADO CUENTA Nº DE D.A.E.
10-06-2003 11-06-2003 71/2003 Tipo: NORMAL

Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones

DIR. GRAL. de COMISIONES INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS
11-06-2003 SIN FECHA

Giros del Expediente a Comisiones

COMISIÓN FECHA DE INGRESO FECHA DE EGRESO
DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO
ORDEN DE GIRO: 1
11-06-2003 28-02-2005

EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005

ENVIADO AL ARCHIVO : 27-04-2005

En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-1110/03)

PROYECTO DE DECLARACIÓN

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su pesar y profunda preocupación ante la nueva ola de atentados
terroristas perpetrados en la Franja de Gaza y Cisjordania que ponen en
peligro la iniciativa diplomática de paz conocida como "Hoja de Ruta",
acordada por las autoridades israelíes y palestinas en la reunión
cumbre celebrada en la ciudad jordana de Aqaba el 5 de junio de 2003.

Luis A. Falcó.-

FUNDAMENTOS

Señor presidente:

La histórica cumbre de Aqaba (Jordania 5/6/03) en la que participaron
Abu Mazen, su homólogo israelí Ariel Sharon y el presidente
estadounidense, George W. Bush, sirvió para poner en marcha la llamada
"Hoja de Ruta", un plan internacional que aspira a resolver el
conflicto israelí-palestino e instaurar un Estado palestino antes de
2005.

Esta "Hoja de Ruta" fue elaborada por "El Cuarteto" para reanudar las
conversaciones de paz en Oriente Medio. Este Cuarteto -integrado por
Estados Unidos, la Unión Europea, la Federación Rusa y las Naciones
Unidas- ha definido como objetivo el establecimiento de un estado
palestino, primero con un carácter difuso a finales de 2003 y después,
a finales de 2005, con "unas fronteras seguras y reconocidas" (tal como
lo reclama la resolución 1397 del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas del 12 de marzo de 2002) en el marco de un acuerdo global en
Oriente Medio.

Según el experto Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes e
Islámicos de la Universidad de Alicante, "el propósito de la Hoja de
Ruta es crear un clima de confianza que permita reanudar el proceso de
paz y, en último término, alcanzar la independencia palestina".

Este plan de paz, diseñado en la "Hoja de Ruta", establece tres fases
delimitadas para la consecución del fin tan deseado y fijando plazos
perentorios. El plan prevé:

a) Hasta mediados de 2003. Final del terrorismo y la violencia,
normalización de la vida de los palestinos, reforma de las
instituciones palestinas, congelación de la colonización israelí de los
territorios palestinos (incluido el "crecimiento natural de los
asentamientos").
b) De mediados a finales de 2003. Aprobación de una constitución
palestina y creación de un estado con "fronteras provisionales" en el
marco de una conferencia internacional como paso intermedio a una
solución definitiva.
c) 2004-2005. Solución permanente de las cuestiones pendientes
(refugiados, Jerusalén, asentamientos y fronteras) y celebración de una
segunda conferencia internacional que ponga punto final al conflicto
israelí-palestino y normalice las relaciones entre Israel y el mundo
árabe.

Demás está decir que la aplicación de esta "Hoja de Ruta" no será
sencilla y que deberá superar obstáculos de la más diversa índole.
La seguidilla de atentados que mediante este proyecto de declaración
rechazamos, se inscriben en el sentido de entorpecer el desarrollo del
plan de paz que, excepto los "ultras" -tanto israelíes como
palestinos-, anhela el mundo entero.

Estos atentados, que ya han costado la vida de decenas de personas en
la zona de la Franja de Gaza y Cisjordania, son perpetrados por lo
detractores del plan que prefieren acentuar la espiral demencial de la
violencia profundizando la política de ocupación territorial y de los
"hechos consumados". El histórico plan de paz acordado implica muy
claramente "ceder tierras a cambio de paz" y esto es, justamente, lo
que las agrupaciones más radicalizadas no están dispuestas a tolerar.
El poder pacificador y el alcance significativo del acuerdo rubricado
en Aqaba es de tal dimensión que ha operado la unión de los grupos
terroristas más radicalizados quienes, a minutos de los primeros
atentados, se atribuyeron conjuntamente su autoría. En efecto: los
brazos armados de Hamas y la Jihad Islámica, y un grupo armado
vinculado a Al Fatah, el movimiento del premier palestino y del
presidente Yasser Arafat, se adjudicaron los hechos de sangre.

La respuesta de Israel no se hizo esperar y el 10 de junio replicó
mediante un ataque con misiles de tres de sus helicópteros Apache, en
pleno centro de Gaza, contra el automóvil en el que se trasladaba el
líder de Hamas, Abdel Aziz Rantisi quien fue gravemente herido. El
saldo total de esta "represalia" fue de otras 27 personas heridas y 2
personas fallecidas entre las que se encontraba una niña de apenas ocho
años de edad.

Mahmoud Zahar, otro dirigente de Hamas, indicó que "este crimen no será
tolerado" y que "Israel recibirá un duro castigo".

Esta lamentable sucesión de hechos pone en riesgo el plan de paz
dispuesto por la "Hoja de Ruta" y debe servir para fortalecer aún más
las ansias de concretar el objetivo de la pacífica convivencia entre
los sectores mayoritarios y moderados de israelíes y palestinos.

Se impone aislar a los violentos de uno y otro lado. Es necesario que
la comunidad internacional presione para que triunfe la diplomacia, la
racionalidad y la previsión del trabajo mancomunado y permanente por la
paz.
Estos atentados, verdaderos actos de provocación, merecen el repudio
generalizado de quienes velamos por la paz y pretendemos la
descompresión de todo foco de violencia peligroso para la humanidad.

En Aqaba, el premier palestino se había pronunciado por la
"desmilitarización de la Intifada" y se comprometió a luchar contra "el
terrorismo y la violencia bajo todas sus formas contra los israelíes".

Lamentablemente, la reacción de los grupos armados palestinos no se
hizo esperar: "Hemos decidido continuar con la Intifada armada, ya que
nosotros rechazamos las conclusiones de la cumbre de Aqaba, donde la
resistencia (palestina) ha sido asimilada al terrorismo", aseguró
Mohammed Al-Hindi, dirigente de la Jihad islámica. Horas después
sobrevendría el primer atentado infligiéndole el primer duro golpe a la
"Hoja de Ruta".

A pesar de los esfuerzos de paz, el número de muertos en la región,
desde el inicio de la Intifada armada en setiembre de 2000 hasta el 9
de junio de 2003, se elevaba a 3288; entre ellos, 2482 palestinos y 746
israelíes. Las otras 60 víctimas fueron, en su mayoría, ciudadanos de
naciones occidentales.

La virulencia con que se combate el acuerdo firmado no hace más que
ratificar que el camino de la racionalidad emprendido es valedero y
que, por más que se intente sabotearlo, merece ser recorrido con
templanza, valor y rectitud. En tal sentido, tanto las instituciones
democráticas israelíes como las autoridades palestinas legalmente
constituidas deberán esforzarse por no caer presa de la provocación y
trabajar consecuentemente operando medidas concretas que sirvan para
profundizar la paz desde la perspectiva bilateral.

Es hora de que el deseo pacífico de las mayorías se imponga al
terrorismo trasnochado y logre definitivamente el aislamiento de los
violentos.

Acompañar ese proceso y aspirar a su consumación exitosa es, para todos
los países y para todas las comunidades, un deber de sensatez política
y de fraternidad humana impostergable.

Por estas razones, elevo este proyecto a consideración de mis pares
solicitándoles su voto afirmativo para su aprobación.

Luis A. Falcó.-