Número de Expediente 1097/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
1097/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Resolución | FALCO : PROYECTO DE RESOLUCION RINDIENDO HOMENAJE A MOISES LEBENSOHN AL CONMEMORARSE EL 50° ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO .- |
Listado de Autores |
---|
Falco
, Luis
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
10-06-2003 | 11-06-2003 | 71/2003 Tipo: NORMAL |
ENVIADO AL ARCHIVO : 17-06-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 11-06-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: SOBRE TABLAS |
NOTA: |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1097/03)
PROYECTO DE RESOLUCIÓN
El Senado de la Nación
RESUELVE:
Rendir homenaje a Moisés Lebensohn, al conmemorase el 13 de junio de
2003 el 50º aniversario de su fallecimiento.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La mística, la ética, la causa, la lucha y por sobre todo, lo humano,
envuelven la figura de Moisés Lebensohn.
Su voz, su pensamiento y su acción deben ser rescatados no sólo para el
Partido Radical, sino para todas las fuerzas políticas y el pueblo;
porque Moisés no era sólo un radical con una arraigada lucha por y para
su partido, fue, más allá de todo, un gran humanista.
Nacido en 1907 en la ciudad costera de Bahía Blanca, tomó del mar su
templanza, la imponencia y su fuerza incontenible.
Las figuras insoslayables de Além e Yrigoyen arraigan para siempre su
fe en la UCR y la lucha por el pueblo, por la Nación.
Se graduó de abogado a los 20 años y su compromiso y militancia
política comenzaron con fuerza en la ciudad de Junín. Allí habría de
ocupar el único cargo gubernamental de su carrera, desempeñando
funciones en el Consejo Deliberante en 1936.
Sin duda, esto lo marcaría profundamente tratando de dar coherencia y
contenido así como sustento a la acción, a lo largo de toda su vida.
Ya en 1931 había fundado el Diario Democracia, cuando contaba con 24
años de edad. A través de sus páginas se iría constatando el perfil de
ideólogo orgánico y luchador incansable.
Duros años combativos y de formación lo hicieron férreo opositor al
régimen conservador instaurado tras la caída de Yrigoyen. Fueron sus
años de madurez y desarrollo político. Su preocupación siempre estuvo
centrada en buscar y erradicar las causas que habían hecho posible
semejante degradación política.
Se transformó, entonces, en el formador ideológico de la corriente
intransigente, la que no pactaba, la que no acordaba.
Así, entre 1935 y 1944 incursionó fuertemente en la puja con el
"unionismo alvearista". Será el momento del señalamiento de los
"enemigos" principales y las "armas" para derrotarlos.
En 1936 escribe: "La opresión económica se acrecienta y la República se
acerca a una factoría colonial".
En la frase resumía el doloroso retorno a la lucha contra el régimen
fraudulento y corrupto que traslucía sus vicios, por ejemplo, en el
denunciado Pacto Roca-Runciman.
De allí que creyera que la lucha se había entablado ahora "entre el
pueblo y la oligarquía enseñoreada en el poder".
En 1937 define los enemigos: 1) la política partidaria al servicio
personal; 2) la oligarquía, que dominaba al gobierno.
La estructura partidaria anquilosada no permitía su adaptación a los
nuevos tiempos. Criticó a los dirigentes sepultados en un discurso
pasado, a aquellos que se alejaron de la lucha en favor de la política
posibilista; a aquellos que no desafiaron y creyeron en la bondad de la
oligarquía en lugar de cuestionar los privilegios económicos y
sociales. Y, en el mismo nivel de vehemencia, los criticó por bloquear
el acceso de la juventud a los cuadros partidarios.
Las armas para vencer a los enemigos: 1) la juventud; 2) la
organización partidaria, basada en la democracia interna y vehiculizada
a través de la asamblea y el voto directo de los afiliados y la
representación de las minorías; 3) el programa, definido como
emancipador y base de actuación del partido.
Ello conllevaría claridad, fundamento y horizonte al papel que la UCR
tenía en la política Argentina. La juventud era central en su visión,
de ella dependía el país y la UCR. Fue, entonces, su organizador.
Dirigiendo un enfervorizado discurso ante los jóvenes radicales en un
acto partidario dijo:
"La juventud radical aspira a una democracia económica sobre
fundamentos renovados [...]. Sostenemos en los hechos la voluntad de
crear una democracia auténtica, con hondo sentido humano, un régimen de
verdadera libertad y de verdadera justicia al servicio de la
nacionalidad; un régimen que subordine la economía al hombre y movilice
los recursos naturales, no en el limitado beneficio de sus poseedores,
sino del desarrollo nacional y el bienestar social."
Así pues, el partido debería sumir ante el pueblo la obligación de
emancipar y transformar.
Entre 1938 y 1946 el Movimiento de la Juventud Radical, animado por
Lebensohn, realizó cuatro congresos, cuyas conclusiones se
transformaron en la base de la Renovación y los principios
doctrinarios.
En este lapso se abocó a la construcción de ese programa que,
finalmente, fue aprobado por la Junta Ejecutiva de la Juventud Radical
de la Provincia de Buenos Aires y base del Programa aprobado en
Avellaneda.
En 1945, la lucha por la definición de ese Programa queda plasmada
justamente, en lo que se llamó el Programa Avellaneda, fruto de la
organización de los intransigentes. Era una propuesta amplia que
definía el perfil del país deseado.
Su contenido incluía medidas económicas keynesianas, estado regulador,
nacionalizaciones, derechos para los trabajadores, incentivo al
cooperativismo, educación popular y laica, integración con América
Latina; como así también una reforma agraria "inmediata y profunda".
Recordamos que fuera del partido se hallaba FORJA (Fuerza de
Orientación Radical para la Joven Argentina) cuyos grupos y tendencias
convergieron mayormente en el MIR (Movimiento de Intransigencia y
Renovación), a mediados de los 40.
Fueron sus dirigentes y la fuerza de la juventud, organizada por
Lebensohn, quienes posibilitaron que sus ideas se "filtraran" poco a
poco en el partido. Así, en 1948, el Programa se convirtió en el
Programa de la Unión Cívica Radical.
En ese mismo camino, Lebensohn fue elegido en 1949 presidente del
Bloque Radical Constituyente.
Finalmente, en 1953 fue elegido Presidente de la Convención Nacional de
la Unión Cívica Radical. Ese mismo año, el 13 de junio, moriría.
Moisés, figura de suma humildad, abandonado muchas veces de sí mismo
por la entrega cotidiana al pueblo y a su partido, de pensamiento
profundamente democrático, murió fiel a sus principios inquebrantables.
Nunca alejó de su pensamiento al Hombre, "creía encontrar en cada
hombre del pueblo un hermano de la causa por la que luchaba". El pueblo
y la juventud fueron sus grandes preocupaciones y destinatarios de sus
ideas y su acción.
Murió diciendo: "Hay mucho que hacer en la República, hay que luchar,
luchar, luchar...".
Su lucha fue siempre por la "Argentina soñada" tal como lo repitió
incansablemente. Hoy, quienes lo recordamos con emoción y respeto,
tenemos la obligación ética, moral y por lo tanto democrática, de
continuar con su legado de Pensamiento y Acción.
Por estas razones, pongo este proyecto de resolución a consideración de
mis pares y les solicito su voto afirmativo para su pronta aprobación.
Luis A. Falcó.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1097/03)
PROYECTO DE RESOLUCIÓN
El Senado de la Nación
RESUELVE:
Rendir homenaje a Moisés Lebensohn, al conmemorase el 13 de junio de
2003 el 50º aniversario de su fallecimiento.
Luis A. Falcó.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La mística, la ética, la causa, la lucha y por sobre todo, lo humano,
envuelven la figura de Moisés Lebensohn.
Su voz, su pensamiento y su acción deben ser rescatados no sólo para el
Partido Radical, sino para todas las fuerzas políticas y el pueblo;
porque Moisés no era sólo un radical con una arraigada lucha por y para
su partido, fue, más allá de todo, un gran humanista.
Nacido en 1907 en la ciudad costera de Bahía Blanca, tomó del mar su
templanza, la imponencia y su fuerza incontenible.
Las figuras insoslayables de Além e Yrigoyen arraigan para siempre su
fe en la UCR y la lucha por el pueblo, por la Nación.
Se graduó de abogado a los 20 años y su compromiso y militancia
política comenzaron con fuerza en la ciudad de Junín. Allí habría de
ocupar el único cargo gubernamental de su carrera, desempeñando
funciones en el Consejo Deliberante en 1936.
Sin duda, esto lo marcaría profundamente tratando de dar coherencia y
contenido así como sustento a la acción, a lo largo de toda su vida.
Ya en 1931 había fundado el Diario Democracia, cuando contaba con 24
años de edad. A través de sus páginas se iría constatando el perfil de
ideólogo orgánico y luchador incansable.
Duros años combativos y de formación lo hicieron férreo opositor al
régimen conservador instaurado tras la caída de Yrigoyen. Fueron sus
años de madurez y desarrollo político. Su preocupación siempre estuvo
centrada en buscar y erradicar las causas que habían hecho posible
semejante degradación política.
Se transformó, entonces, en el formador ideológico de la corriente
intransigente, la que no pactaba, la que no acordaba.
Así, entre 1935 y 1944 incursionó fuertemente en la puja con el
"unionismo alvearista". Será el momento del señalamiento de los
"enemigos" principales y las "armas" para derrotarlos.
En 1936 escribe: "La opresión económica se acrecienta y la República se
acerca a una factoría colonial".
En la frase resumía el doloroso retorno a la lucha contra el régimen
fraudulento y corrupto que traslucía sus vicios, por ejemplo, en el
denunciado Pacto Roca-Runciman.
De allí que creyera que la lucha se había entablado ahora "entre el
pueblo y la oligarquía enseñoreada en el poder".
En 1937 define los enemigos: 1) la política partidaria al servicio
personal; 2) la oligarquía, que dominaba al gobierno.
La estructura partidaria anquilosada no permitía su adaptación a los
nuevos tiempos. Criticó a los dirigentes sepultados en un discurso
pasado, a aquellos que se alejaron de la lucha en favor de la política
posibilista; a aquellos que no desafiaron y creyeron en la bondad de la
oligarquía en lugar de cuestionar los privilegios económicos y
sociales. Y, en el mismo nivel de vehemencia, los criticó por bloquear
el acceso de la juventud a los cuadros partidarios.
Las armas para vencer a los enemigos: 1) la juventud; 2) la
organización partidaria, basada en la democracia interna y vehiculizada
a través de la asamblea y el voto directo de los afiliados y la
representación de las minorías; 3) el programa, definido como
emancipador y base de actuación del partido.
Ello conllevaría claridad, fundamento y horizonte al papel que la UCR
tenía en la política Argentina. La juventud era central en su visión,
de ella dependía el país y la UCR. Fue, entonces, su organizador.
Dirigiendo un enfervorizado discurso ante los jóvenes radicales en un
acto partidario dijo:
"La juventud radical aspira a una democracia económica sobre
fundamentos renovados [...]. Sostenemos en los hechos la voluntad de
crear una democracia auténtica, con hondo sentido humano, un régimen de
verdadera libertad y de verdadera justicia al servicio de la
nacionalidad; un régimen que subordine la economía al hombre y movilice
los recursos naturales, no en el limitado beneficio de sus poseedores,
sino del desarrollo nacional y el bienestar social."
Así pues, el partido debería sumir ante el pueblo la obligación de
emancipar y transformar.
Entre 1938 y 1946 el Movimiento de la Juventud Radical, animado por
Lebensohn, realizó cuatro congresos, cuyas conclusiones se
transformaron en la base de la Renovación y los principios
doctrinarios.
En este lapso se abocó a la construcción de ese programa que,
finalmente, fue aprobado por la Junta Ejecutiva de la Juventud Radical
de la Provincia de Buenos Aires y base del Programa aprobado en
Avellaneda.
En 1945, la lucha por la definición de ese Programa queda plasmada
justamente, en lo que se llamó el Programa Avellaneda, fruto de la
organización de los intransigentes. Era una propuesta amplia que
definía el perfil del país deseado.
Su contenido incluía medidas económicas keynesianas, estado regulador,
nacionalizaciones, derechos para los trabajadores, incentivo al
cooperativismo, educación popular y laica, integración con América
Latina; como así también una reforma agraria "inmediata y profunda".
Recordamos que fuera del partido se hallaba FORJA (Fuerza de
Orientación Radical para la Joven Argentina) cuyos grupos y tendencias
convergieron mayormente en el MIR (Movimiento de Intransigencia y
Renovación), a mediados de los 40.
Fueron sus dirigentes y la fuerza de la juventud, organizada por
Lebensohn, quienes posibilitaron que sus ideas se "filtraran" poco a
poco en el partido. Así, en 1948, el Programa se convirtió en el
Programa de la Unión Cívica Radical.
En ese mismo camino, Lebensohn fue elegido en 1949 presidente del
Bloque Radical Constituyente.
Finalmente, en 1953 fue elegido Presidente de la Convención Nacional de
la Unión Cívica Radical. Ese mismo año, el 13 de junio, moriría.
Moisés, figura de suma humildad, abandonado muchas veces de sí mismo
por la entrega cotidiana al pueblo y a su partido, de pensamiento
profundamente democrático, murió fiel a sus principios inquebrantables.
Nunca alejó de su pensamiento al Hombre, "creía encontrar en cada
hombre del pueblo un hermano de la causa por la que luchaba". El pueblo
y la juventud fueron sus grandes preocupaciones y destinatarios de sus
ideas y su acción.
Murió diciendo: "Hay mucho que hacer en la República, hay que luchar,
luchar, luchar...".
Su lucha fue siempre por la "Argentina soñada" tal como lo repitió
incansablemente. Hoy, quienes lo recordamos con emoción y respeto,
tenemos la obligación ética, moral y por lo tanto democrática, de
continuar con su legado de Pensamiento y Acción.
Por estas razones, pongo este proyecto de resolución a consideración de
mis pares y les solicito su voto afirmativo para su pronta aprobación.
Luis A. Falcó.-