Número de Expediente 1068/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
1068/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Comunicación | CAPARROS : PROYECTO DE COMUNICACION SOLICITANDO INFORMES ACERCA DEL EMPLEO DE LOS TRATAMIENTOS CON ANTIPARASITARIOS A ENFERMOS DE CHAGAS .- |
Listado de Autores |
---|
Caparrós
, Mabel Luisa
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
05-06-2003 | 11-06-2003 | 68/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
06-06-2003 | 04-07-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
ORDEN DE GIRO: 1 |
06-06-2003 | 04-07-2003 |
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 11-07-2003 |
SANCION: Com.Art106 |
COMENTARIO: |
NOTA:DESPACHO N° 49 |
PRESIDENCIA/OFICIALES VARIOS
ORIGEN | TIPO | NUMERO | FECHA | AR |
---|---|---|---|---|
PE | RP | 391/03 | 13-11-2003 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1068/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación:
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, por intermedio del Ministerio de Salud y Acción Social, se
sirva responder a la siguiente inquietud:
Cuál es el criterio de nuestras
autoridades sanitarias respecto del empleo de los tratamientos con
antiparasitarios a los enfermos, en su etapa crónica de la Enfermedad
de Chagas o tripanosiomiasis americana, de acuerdo a las
recomendaciones de recientes investigaciones científicas, en
contradicción con los tratamientos terapéuticos tradicionales, que se
inclinan por la ausencia de la administración de los mismos,
reservándose su administración solo en los casos agudos y subagudos de
esta parasitosis.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Resulta muy interesante analizar diversos
trabajos realizados por distintos científicos y, en especial, el
presentado por el biólogo molecular argentino Mariano Levin, en los que
se establece la necesidad de llevar a cabo tratamiento antiparasitario,
aún en los casos crónicos de la Enfermedad de Chagas, comportamiento
que se contradice con la conducta terapéutica tradicional, que consiste
en no someter a estos enfermos a este tipo de tratamiento, por
considerarlo ineficaz y sujeto a las acciones colaterales y adversas
que presentan estos medicamentos.
La Enfermedad de Chagas en una parasitosis de
muy elevada incidencia, desde el sur de los Estados Unidos de América
hasta el sur de nuestro país, en el que es considerada como la
principal endemia.
En Argentina existen 4 millones de personas
expuestas a contraerla y entre 2 y 2,5 millones de infectados. La
tercera parte de los mismos, pasarán por la etapa crónica.
Es una enfermedad que posee una gran
selectividad social ya que afecta, principalmente, a los sectores más
pobres, sobre todo aquellos que habitan en viviendas precarias
construidas con adobe y paja, que constituyen el hábitat ideal de los
insectos que actúan como vectores del parásito, llamados en nuestro
país, vulgarmente "vinchucas", voz quechua que significa dejar caerse,
por la poca capacidad de vuelo de estos triatomas. En nuestro país, el
más importante es el Triatoma infestans, aunque existen 17 especies y
más de 100 en el resto de Latinoamérica.
Dichos trabajos se basan en aconsejar el
tratamiento de los casos crónicos de esta enfermedad a partir de
analizar que aún, la presencia de muy pequeños número de parásitos,
característicos de este período, resultaría suficiente como para
desencadenar las específicas reacciones autoinmunes, que terminan
afectando al propio patrimonio celular del infectado, sobre todo a las
células cardíacas, capaz de originar una severa insuficiencia cardíaca
descompensada de difícil control o una arritmia masiva fatal.
El mecanismo descubierto se explicaría de la
siguiente forma: en la etapa crónica de esta enfermedad existen, como
ya se dijo, pocos parásitos circulantes, pero que no escapan al sistema
inmune del enfermo. Los antígenos que se encuentran en la superficie de
los parásitos, atraen a los anticuerpos y a las células del sistema
inmunológico, provocando la destrucción parasitaria, liberándose así en
la sangre sus contenidos internos, entre ellos, los ribosomas, que son
pequeñas unidades de ensamblados de proteínas. Es importante recordar
que el parásito es un organismo unicelular.
Estos ribosomas son atacados por el sistema inmune al ser detectados
como proteínas extrañas. Pero el hecho realmente significativo es que
los fragmentos de estos ribosomas destruidos son prácticamente
idénticos molecularmente a una proteína típica de las células
cardíacas: los llamados receptores beta-adrenérgicos.
Este hecho explica que los anticuerpos que
originariamente atacaban a los parásitos y a los ribosomas, ataquen
también y con gran efectividad al músculo cardíaco y a su sistema de
conducción. De esta manera, el corazón se encuentra sometido a una
destructiva reacción inflamatoria de baja intensidad pero de larga
duración, lo que lleva a la insuficiencia cardíaca, como ya se expresó.
Como puede observarse, esta situación,
modificaría sustancialmente la conducta terapéutica a que son sometidos
los chagásicos crónicos, tradicionalmente tratados sintomáticamente,
evitando la prescripción de antiparasitarios.
A partir de lo expuesto, se comprende mi
inquietud sobre cuál va a ser la conducta y recomendación de la
autoridad sanitaria nacional acerca del tratamiento de esta enfermedad
en su etapa crónica, teniendo en cuenta las investigaciones
mencionadas. No resulta ocioso reiterar que esta afección es la
principal endemia que soporta el país y que son millones con
insuficiencias cardíacas graves e irreversibles, que transcurren,
fundamentalmente, en la etapa crónica de esta enfermedad.
Por este motivo, Señor Presidente, solicito a
los pares de este Honorable Cuerpo, la pronta aprobación del presente
proyecto de comunicación.-
Mabel L. Caparrós.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1068/03)
PROYECTO DE COMUNICACIÓN
El Senado de la Nación:
Vería con agrado que el Poder Ejecutivo
Nacional, por intermedio del Ministerio de Salud y Acción Social, se
sirva responder a la siguiente inquietud:
Cuál es el criterio de nuestras
autoridades sanitarias respecto del empleo de los tratamientos con
antiparasitarios a los enfermos, en su etapa crónica de la Enfermedad
de Chagas o tripanosiomiasis americana, de acuerdo a las
recomendaciones de recientes investigaciones científicas, en
contradicción con los tratamientos terapéuticos tradicionales, que se
inclinan por la ausencia de la administración de los mismos,
reservándose su administración solo en los casos agudos y subagudos de
esta parasitosis.
Mabel L. Caparrós.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Resulta muy interesante analizar diversos
trabajos realizados por distintos científicos y, en especial, el
presentado por el biólogo molecular argentino Mariano Levin, en los que
se establece la necesidad de llevar a cabo tratamiento antiparasitario,
aún en los casos crónicos de la Enfermedad de Chagas, comportamiento
que se contradice con la conducta terapéutica tradicional, que consiste
en no someter a estos enfermos a este tipo de tratamiento, por
considerarlo ineficaz y sujeto a las acciones colaterales y adversas
que presentan estos medicamentos.
La Enfermedad de Chagas en una parasitosis de
muy elevada incidencia, desde el sur de los Estados Unidos de América
hasta el sur de nuestro país, en el que es considerada como la
principal endemia.
En Argentina existen 4 millones de personas
expuestas a contraerla y entre 2 y 2,5 millones de infectados. La
tercera parte de los mismos, pasarán por la etapa crónica.
Es una enfermedad que posee una gran
selectividad social ya que afecta, principalmente, a los sectores más
pobres, sobre todo aquellos que habitan en viviendas precarias
construidas con adobe y paja, que constituyen el hábitat ideal de los
insectos que actúan como vectores del parásito, llamados en nuestro
país, vulgarmente "vinchucas", voz quechua que significa dejar caerse,
por la poca capacidad de vuelo de estos triatomas. En nuestro país, el
más importante es el Triatoma infestans, aunque existen 17 especies y
más de 100 en el resto de Latinoamérica.
Dichos trabajos se basan en aconsejar el
tratamiento de los casos crónicos de esta enfermedad a partir de
analizar que aún, la presencia de muy pequeños número de parásitos,
característicos de este período, resultaría suficiente como para
desencadenar las específicas reacciones autoinmunes, que terminan
afectando al propio patrimonio celular del infectado, sobre todo a las
células cardíacas, capaz de originar una severa insuficiencia cardíaca
descompensada de difícil control o una arritmia masiva fatal.
El mecanismo descubierto se explicaría de la
siguiente forma: en la etapa crónica de esta enfermedad existen, como
ya se dijo, pocos parásitos circulantes, pero que no escapan al sistema
inmune del enfermo. Los antígenos que se encuentran en la superficie de
los parásitos, atraen a los anticuerpos y a las células del sistema
inmunológico, provocando la destrucción parasitaria, liberándose así en
la sangre sus contenidos internos, entre ellos, los ribosomas, que son
pequeñas unidades de ensamblados de proteínas. Es importante recordar
que el parásito es un organismo unicelular.
Estos ribosomas son atacados por el sistema inmune al ser detectados
como proteínas extrañas. Pero el hecho realmente significativo es que
los fragmentos de estos ribosomas destruidos son prácticamente
idénticos molecularmente a una proteína típica de las células
cardíacas: los llamados receptores beta-adrenérgicos.
Este hecho explica que los anticuerpos que
originariamente atacaban a los parásitos y a los ribosomas, ataquen
también y con gran efectividad al músculo cardíaco y a su sistema de
conducción. De esta manera, el corazón se encuentra sometido a una
destructiva reacción inflamatoria de baja intensidad pero de larga
duración, lo que lleva a la insuficiencia cardíaca, como ya se expresó.
Como puede observarse, esta situación,
modificaría sustancialmente la conducta terapéutica a que son sometidos
los chagásicos crónicos, tradicionalmente tratados sintomáticamente,
evitando la prescripción de antiparasitarios.
A partir de lo expuesto, se comprende mi
inquietud sobre cuál va a ser la conducta y recomendación de la
autoridad sanitaria nacional acerca del tratamiento de esta enfermedad
en su etapa crónica, teniendo en cuenta las investigaciones
mencionadas. No resulta ocioso reiterar que esta afección es la
principal endemia que soporta el país y que son millones con
insuficiencias cardíacas graves e irreversibles, que transcurren,
fundamentalmente, en la etapa crónica de esta enfermedad.
Por este motivo, Señor Presidente, solicito a
los pares de este Honorable Cuerpo, la pronta aprobación del presente
proyecto de comunicación.-
Mabel L. Caparrós.-