Número de Expediente 1042/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
1042/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | PRADES Y OTROS : PROYECTO DE DECLARACION ADHIRIENDO AL DIA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE Y OTRAS CUESTIONES CONEXAS . |
Listado de Autores |
---|
Prades
, Carlos Alfonso
|
Losada
, Mario Aníbal
|
Agundez
, Jorge Alfredo
|
Moro
, Eduardo Aníbal
|
Curletti
, Mirian Belén
|
Raso
, Marta Ethel
|
Baglini
, Raúl Eduardo
|
Lescano
, Marcela Fabiana
|
Zavalía
, José Luis
|
Falco
, Luis
|
Taffarel
, Ricardo César
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
04-06-2003 | 11-06-2003 | 67/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
05-06-2003 | 07-08-2003 |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
ORDEN DE GIRO: 1 |
05-06-2003 | 07-08-2003 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 01-09-2003
Resoluciones
SENADO |
---|
FECHA DE SANCION: 20-08-2003 |
SANCION: APROBO |
COMENTARIO: |
NOTA:CONJ. S-1053 Y 1080/03 |
Órdenes del Día
NÚMERO | DE FECHA | ESTADO | ANEXO |
---|---|---|---|
514/03 | 12-08-2003 | APROBADA | Sin Anexo |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1042/02)
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Senado de la Nación
1. Declara su ferviente adhesión al DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE, que
tendrá lugar el día 6 de Junio de 2003 y REAFIRMA conmemorando este
día, la necesidad de movilizar nuestros recursos para iniciar la
evolución del sistema de energía actual que está destruyendo
progresivamente nuestro medio ambiente y pone en peligro la salud
humana, a FUENTES DE ENERGÍA RENOVABLE, que tienen como recursos el SOL
y el VIENTO, y son limpias, de bajo costo pero por sobre todo
inagotables.
2. Ratifica el compromiso de cumplir exhaustivamente con el objetivo
propuesto de desarrollar a través de la Energía Eólica, la PRODUCCIÓN
DE HIDRÓGENO, y lograr que nuestra PATAGONIA se convierta en el Mayor
Productor Mundial de Energía No Contaminante.
Carlos Alfonso Prades - Mario Aníbal. Losada - Jorge Alfredo. Agundez -
Luis Falcó - Marcela Fabiana Lescano - Mirian Belén Curletti - José
Luis Zavalía - Raúl Eduardo Baglini - Marta Ethel Raso - Eduardo Aníbal
Moro - Ricardo César Taffarel.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La energía es una parte prácticamente integral para todo aspecto de la
vida - es muy difícil imaginar la vida sin ella. Todavía muchas de
nuestras más serias amenazas al aire limpio, agua, y ecosistemas
saludables se derivan del USO DE ENERGÍA DEL SER HUMANO.
Actualmente, la mayoría de la energía es producida por el carbón, el
petróleo, el gas natural, y el uranio. Estas fuentes de energía
destruyen ecosistemas frágiles y ponen en peligro la salud humana.
Contaminan nuestro aire y agua y desestabilizan nuestro clima:
§ Las lluvias ácidas y la contaminación de mercurio en las centrales
eléctricas de carbón dañan nuestros bosques, la flora, fauna, y la
salud humana.
§ Los derrames de petróleo y los desperdicios tóxicos relacionados con
la energía destruyen los ecosistemas marinos y contaminan la tierra y
el agua.
§ La energía nuclear produce desperdicios radioactivos que envenenan el
medio ambiente por millones de años.
§ Las consecuencias del efecto invernadero ya se pueden sentir y
podremos ver en el futuro impactos mayores.
La gravedad del trastorno del clima que tendremos que enfrentar en el
futuro dependerá significativamente de cuándo y cuán pronto reduciremos
el uso de nuestros combustibles y optaremos por sistemas de energía
limpia y renovable.
Las fuentes de energía renovable son prácticamente inagotables. Generan
energía con un mínimo de contaminación: No existen derrames de
petróleo; no se producen ni fugas radioactivas, ni desperdicios
nucleares, ni contaminación de aire, ni lluvias ácidas.
Las fuentes de energía renovable no tienen costos, las encontramos
disponibles al aire libre. El uso de recursos renovables de energía nos
brindaría aire y agua limpios y de esta manera también mejoraría la
salud humana e incrementaría la seguridad de la energía.
Nuestro planeta sufre constantes agresiones debido a los fenómenos
provocados por la inadecuada utilización de los recursos naturales.
Esto ha dado lugar a fenómenos como el efecto invernadero, la
destrucción de la capa de ozono, la deforestación y la contaminación de
los suelos y agua.
Gran parte de la población mundial vive en áreas en las que los niveles
de contaminación atmosférica exceden los lineamientos establecidos por
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más de 1.200 millones de
personas pueden estar expuestas a excesivos niveles de dióxido de
azufre, más de 1.400 millones expuestas a excesivos niveles de materia
particulada en suspensión.
El que la OMS haya establecido niveles tolerables de estos
contaminantes en el medio ambiente se debe a que tienen comprobadas
consecuencias nocivas sobre la salud de las personas. Las enfermedades
asociadas con la contaminación del medio ambiente no siempre son
tomadas en cuenta: los problemas respiratorios, las afecciones
cardiovasculares y el cáncer son los más importantes. El mundo lanza
continuamente a la atmósfera cantidades excesivas de sustancias
contaminantes que son perjudiciales para la salud humana.
Los contaminantes atmosféricos no son estáticos; por el contrario, se
trasladan de la mano del viento a regiones alejadas y caen sobre la
superficie del planeta en forma de lluvia, contaminando el suelo, los
mares, los ríos, las lagunas e incluso las napas subterráneas.
Las emisiones de diversas sustancias, como por ejemplo el azufre y el
nitrógeno, dan origen a diversos trastornos de la salud humana, pueden
repercutir en forma directa sobre los receptores celulares o alterar la
naturaleza de los suelos y las aguas, y así causar enfermedades en
forma indirecta.
La lista de sustancias contaminantes que actualmente son liberadas al
medio ambiente es casi infinita: dióxido de carbono, monóxido de
carbono, cuerpos orgánicos volátiles, plomo, benzeno, benzoapireno,
amoniaco, ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y partículas
en suspensión. Todas estas sustancias tienen un impacto negativo sobre
nuestro organismo.
El dióxido de azufre es una sustancia muy soluble en agua, y por lo
tanto su exposición irrita las mucosas de la nariz, la boca, la faringe
y los bronquios en cuestión de minutos. Adicionalmente, también irrita
las vías respiratorias, reduciendo a su vez la capacidad pulmonar y
causando ronquera, respiración entrecortada y presión en el pecho.
Las partículas en suspensión o particulado son liberados por los
procesos de combustión de combustibles fósiles: Estos pueden perjudicar
la función respiratoria, llevando hacia la morbilidad y mortalidad
respiratoria críticas, pues irritan el tracto respiratorio, estrechan
las vías de ventilación, exacerban el asma y la bronquitis, y aumentan
las tasas de infecciones respiratorias.
El ozono perjudica el funcionamiento pulmonar, y los efectos ocurren
principalmente durante una exposición al ozono mientras las personas
realizan ejercicios físicos. Los estudios de campo sugieren que la
irritación de los ojos, nariz, garganta, el malestar en el pecho, tos y
dolores de cabeza pueden estar asociados con las altas concentraciones
de ozono en el aire.
Los gases de óxido de nitrógeno son tóxicos para los humanos y dan
origen también a la formación de ozono troposférico que causa impactos
en la salud y en la vegetación. Los mayores impactos del dióxido de
nitrógeno en la salud son los aumentos en la incidencia de las
infecciones en la parte baja de las vías respiratorias en niños y en la
disminución de la respuesta de las vías respiratorias en los asmáticos.
La exposición repetida puede llevar a lesiones pulmonares. Los óxidos
de nitrógeno (principalmente el dióxido) son un buen ejemplo de cómo un
contaminante presente primero en la atmósfera puede afectar recursos de
agua y napas de agua potable subterráneas, impactando por diversas vías
la salud humana.
Los efectos de la contaminación ambiental constituyen un problema
global. No sólo porque las sustancias contaminantes puedan viajar de
región en región, sino porque su presencia en el medio ambiente
responde a países industrializados y a países en vías de desarrollo.
Las emisiones de contaminantes están aumentando en muchos de los países
en desarrollo y en algunas áreas ya se han observado los primeros
impactos sobre la salud.
Los países en desarrollo son en la actualidad fuentes de contaminación
ambiental regional. En la mayoría de los países en vías de desarrollo
donde los impactos de la contaminación ambiental están ampliamente
diseminados, las emisiones representan un evento emergente y se puede
esperar que aumenten sustancialmente en el futuro. En algunos casos
éstas incrementarán dramáticamente si no se toman las medidas
preventivas que el caso requiere.
El calentamiento global -que se produce por la acumulación de dióxido
de carbono y de otros gases llamados de efecto invernadero que impiden
que los rayos solares que atraviesan la atmósfera puedan salir, y de
ese modo elevan la temperatura del planeta- altera las condiciones del
equilibrio natural y afecta la salud de las personas.
Son los combustibles fósiles (el carbón y todos los derivados del
petróleo) los que al ser empleados para obtener energía liberan a la
atmósfera varias sustancias químicas (la mayor parte en forma de
gases), conocidas como gases de efecto invernadero, que inciden
negativamente sobre la salud de la población. Por combustión completa,
los combustibles fósiles liberan dióxido de carbono, agua y óxidos de
nitrógeno; por combustión incompleta liberan monóxido de carbono,
óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y partículas en suspensión.
Mientras están en el aire, estos contaminantes son transformados por
las radiaciones solares, dando lugar a reacciones fotoquímicas que
producen más contaminantes secundarios que dan lugar al llamado smog
fotoquímico, que produce cáncer y leucemia.
El monóxido de carbono (CO) es el más tóxico de todos los contaminantes
que contiene el aire. Los glóbulos rojos lo absorben antes que al
oxígeno, ya que posee una afinidad por la hemoglobina 260 veces mayor
que el oxígeno. De esta forma, la sangre lo transporta a los distintos
tejidos del organismo, con consecuencias terriblemente perjudiciales,
en especial para órganos sensibles como el cerebro y el corazón.
Los primeros síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono son el
cansancio y el agotamiento, sea ante un esfuerzo o durante el reposo;
le siguen cefaleas, mareos, trastornos del sueño, irritabilidad y
cambios bruscos del carácter, que progresivamente van minando el
rendimiento intelectual y laboral. De seguir respirando aire con mucho
CO, los síntomas se acentúan: disminuyen la agudeza visual, la destreza
manual y la capacidad de aprendizaje. Finalmente, los síntomas derivan
en serios problemas cardiovasculares (insuficiencia coronaria, infarto
de miocardio), neurológicos (insuficiencia cerebral con parálisis o
hemiplejía) o distintos tipos de cáncer, que pueden ocasionar la
muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud, el aire que respiramos no
debería contener más de 0,01 ppm (partes por millón) de CO. Si bien
esta es la cifra que se considera como ideal para el normal desarrollo
de la vida humana, nuestro organismo puede tolerar hasta 9 ppm.
Mediciones realizadas en Buenos Aires, arrojan cifras alarmantes: Los
niveles de CO ocasionalmente llegaban a 9 ppm. Pero en el transcurso de
estos años, se ha experimentado un incremento sostenido de la
contaminación, y ahora estamos en valores promedio de 13 y 14 ppm. Hay
días de 17 a 19 ppm, en que la cantidad de CO es el doble de lo que
admite la OMS.
Para intentar revertir la situación actual y evitar el llamado
calentamiento global, distintas entidades intergubernamentales han
recomendado centrar los esfuerzos de las naciones en la reducción de
las emisiones de dióxido de carbono (CO2) proveniente de los
combustibles fósiles. Tarea ardua si se toma en cuenta que,
actualmente, del total de energía producida en el planeta, el 63%
proviene de combustibles fósiles, el 19% de fuentes hidroeléctricas y
el 17% de centrales nucleares.
Organizaciones no gubernamentales, como Greenpeace, que se plantean
como misión la defensa del medio ambiente, proponen el reemplazo de los
combustibles fósiles por las llamadas fuentes de energía limpias o no
convencionales, principalmente la energía solar, la energía eólica, la
biomasa. Actualmente, algo más del 1% de la energía que alimenta la
planeta es producido por estas fuentes no convencionales de energía.
Un tercio de la población mundial no tiene acceso a la electricidad. El
costo de extender la distribución eléctrica en áreas remotas es
extremadamente alta, la energía renovable sería más rentable en esos
lugares.
La energía limpia permitirá a las naciones armar un plan de desarrollo
sin preocupación en las fluctuaciones del precio de los mercados
internacionales de combustible. La conversión a las energías renovables
y el uso eficaz de energía en general crearán millones de oportunidades
nuevas de empleo. Y el tener agua y aire más limpios indicará el ahorro
en billones de dólares por el tratamiento médico de enfermedades
relacionadas a la contaminación.
Es estudiando estos antecedentes, que surge el HIDRÓGENO como una de
las energías preferidas para el futuro.
El HIDRÓGENO es:
BARATO,
SIMPLE,
ABSOLUTAMENTE LIMPIO
Y NO CONTAMINANTE.
Las fuentes de Hidrógeno, o materias primas, nos la ofrece la
naturaleza en forma de agua, biomasa y en los hidrocarburos. Los dos
primeros son inagotables y donde hay vida están presentes.
Las redes energéticas hoy constituidas por sistemas eléctricos, ductos
de transporte y distribución de gas, tanques de almacenamiento y
despacho de combustibles líquidos tradicionales, pasan a integrarse y
complementarse mediante el uso del Hidrógeno.
Utilizando ese hidrógeno, ya sea por combustión o por conversión
electroquímica en las celdas de combustible, es factible obtener
nuevamente electricidad, además de calor que puede ser usado en
diversas aplicaciones, y agua como subproducto.
Esto es muy valioso: el único residuo de la conversión energética del
hidrógeno es el AGUA.
El fuerte impulso que el hidrógeno está teniendo en muchas regiones del
mundo, impulsado fundamentalmente por razones como las enunciadas al
principio, muestran a esta tecnología con un grado de madurez y
consolidación como para que en poco tiempo más, se constituya en una
realidad cotidiana.
Nuestro país es considerado como precursor del tema en América Latina,
con unos diez centros universitarios y académicos dedicados al
hidrógeno, a los que se suma un creciente número de municipios,
provincias y sectores del gobierno como su Congreso Nacional, y también
un expectante cuadro empresario que busca nuevos emprendimientos y
negocios.
En Argentina, aparece un recurso de extraordinaria importancia: el
VIENTO en la Región Patagónica, que conforma un escenario de gran
atracción a nivel mundial, porque junto a la existencia de puertos y
disponibilidad de agua constituyen una cantera inextinguible y de gran
potencia para la producción y exportación de hidrógeno, con una
oportunidad muy favorable a fin de establecerse como un proveedor de
hidrógeno obtenido a partir de una cadena energética inagotable y sin
contaminación, capaz de servir a la Región Patagónica, al País, el
MERCOSUR y a geografías del planeta que requieran importar energía.
Solo el uso del hidrógeno permitirá en forma práctica transformar el
enorme potencial eólico de la Patagonia en energía limpia y accesible,
a toda hora y en distintos lugares, porque puede almacenarse.
Las piezas principales para poner en marcha el combustible hidrógeno en
el país están presentes, en particular un núcleo de técnicos y
profesionales con conocimientos en el tema y relevante participación en
foros nacionales e internacionales, la mayoría de ellos nucleados en la
Asociación Argentina del Hidrógeno.
Pensar en Hidrógeno, es pensar en Futuro, porque potenciará la calidad
de vida: La alimentación - el transporte - la colonización de espacios
vacíos - la agroindustria - las exportaciones e importaciones - las
forestaciones - el cuidado ambiental - la educación - las relaciones
humanas - la salud - los servicios - la vivienda.
Podemos solucionar nuestras necesidades de energía y la protección de
la salud humana, así como para nuestro clima y otros ecosistemas
naturales. La clave es el asegurar el uso eficaz de la energía y el
cambio a un sistema de energía más limpio y renovable que tiene como
sustento a formas de energía inagotables.
A través de este proyecto de declaración, ratifico mi tarea de cumplir
exhaustivamente con la propuesta que me trajo hasta el Senado de la
Nación: "Desarrollar a través de la Energía Eólica, la PRODUCCIÓN DE
HIDRÓGENO, y lograr que nuestra PATAGONIA se convierta en el Mayor
Productor Mundial de Energía No Contaminante".
La política no es el arte de lo posible sino el arte de construir la
fuerza social y política capaz de cambiar la realidad haciendo posible,
en el futuro, lo que hoy aparece como un imposible. Ayudemos a
preservar la vida en el planeta para las futuras generaciones.
Es por lo expuesto anteriormente, que solicito a mis pares me acompañen
en el presente proyecto de declaración.
Carlos Alfonso Prades - Mario Aníbal. Losada - Jorge Alfredo. Agundez -
Luis Falcó - Marcela Fabiana Lescano - Mirian Belén Curletti - José
Luis Zavalía - Marta Ethel Raso - Eduardo Aníbal Moro - Ricardo César
Taffarel.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-1042/02)
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Senado de la Nación
1. Declara su ferviente adhesión al DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE, que
tendrá lugar el día 6 de Junio de 2003 y REAFIRMA conmemorando este
día, la necesidad de movilizar nuestros recursos para iniciar la
evolución del sistema de energía actual que está destruyendo
progresivamente nuestro medio ambiente y pone en peligro la salud
humana, a FUENTES DE ENERGÍA RENOVABLE, que tienen como recursos el SOL
y el VIENTO, y son limpias, de bajo costo pero por sobre todo
inagotables.
2. Ratifica el compromiso de cumplir exhaustivamente con el objetivo
propuesto de desarrollar a través de la Energía Eólica, la PRODUCCIÓN
DE HIDRÓGENO, y lograr que nuestra PATAGONIA se convierta en el Mayor
Productor Mundial de Energía No Contaminante.
Carlos Alfonso Prades - Mario Aníbal. Losada - Jorge Alfredo. Agundez -
Luis Falcó - Marcela Fabiana Lescano - Mirian Belén Curletti - José
Luis Zavalía - Raúl Eduardo Baglini - Marta Ethel Raso - Eduardo Aníbal
Moro - Ricardo César Taffarel.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La energía es una parte prácticamente integral para todo aspecto de la
vida - es muy difícil imaginar la vida sin ella. Todavía muchas de
nuestras más serias amenazas al aire limpio, agua, y ecosistemas
saludables se derivan del USO DE ENERGÍA DEL SER HUMANO.
Actualmente, la mayoría de la energía es producida por el carbón, el
petróleo, el gas natural, y el uranio. Estas fuentes de energía
destruyen ecosistemas frágiles y ponen en peligro la salud humana.
Contaminan nuestro aire y agua y desestabilizan nuestro clima:
§ Las lluvias ácidas y la contaminación de mercurio en las centrales
eléctricas de carbón dañan nuestros bosques, la flora, fauna, y la
salud humana.
§ Los derrames de petróleo y los desperdicios tóxicos relacionados con
la energía destruyen los ecosistemas marinos y contaminan la tierra y
el agua.
§ La energía nuclear produce desperdicios radioactivos que envenenan el
medio ambiente por millones de años.
§ Las consecuencias del efecto invernadero ya se pueden sentir y
podremos ver en el futuro impactos mayores.
La gravedad del trastorno del clima que tendremos que enfrentar en el
futuro dependerá significativamente de cuándo y cuán pronto reduciremos
el uso de nuestros combustibles y optaremos por sistemas de energía
limpia y renovable.
Las fuentes de energía renovable son prácticamente inagotables. Generan
energía con un mínimo de contaminación: No existen derrames de
petróleo; no se producen ni fugas radioactivas, ni desperdicios
nucleares, ni contaminación de aire, ni lluvias ácidas.
Las fuentes de energía renovable no tienen costos, las encontramos
disponibles al aire libre. El uso de recursos renovables de energía nos
brindaría aire y agua limpios y de esta manera también mejoraría la
salud humana e incrementaría la seguridad de la energía.
Nuestro planeta sufre constantes agresiones debido a los fenómenos
provocados por la inadecuada utilización de los recursos naturales.
Esto ha dado lugar a fenómenos como el efecto invernadero, la
destrucción de la capa de ozono, la deforestación y la contaminación de
los suelos y agua.
Gran parte de la población mundial vive en áreas en las que los niveles
de contaminación atmosférica exceden los lineamientos establecidos por
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Más de 1.200 millones de
personas pueden estar expuestas a excesivos niveles de dióxido de
azufre, más de 1.400 millones expuestas a excesivos niveles de materia
particulada en suspensión.
El que la OMS haya establecido niveles tolerables de estos
contaminantes en el medio ambiente se debe a que tienen comprobadas
consecuencias nocivas sobre la salud de las personas. Las enfermedades
asociadas con la contaminación del medio ambiente no siempre son
tomadas en cuenta: los problemas respiratorios, las afecciones
cardiovasculares y el cáncer son los más importantes. El mundo lanza
continuamente a la atmósfera cantidades excesivas de sustancias
contaminantes que son perjudiciales para la salud humana.
Los contaminantes atmosféricos no son estáticos; por el contrario, se
trasladan de la mano del viento a regiones alejadas y caen sobre la
superficie del planeta en forma de lluvia, contaminando el suelo, los
mares, los ríos, las lagunas e incluso las napas subterráneas.
Las emisiones de diversas sustancias, como por ejemplo el azufre y el
nitrógeno, dan origen a diversos trastornos de la salud humana, pueden
repercutir en forma directa sobre los receptores celulares o alterar la
naturaleza de los suelos y las aguas, y así causar enfermedades en
forma indirecta.
La lista de sustancias contaminantes que actualmente son liberadas al
medio ambiente es casi infinita: dióxido de carbono, monóxido de
carbono, cuerpos orgánicos volátiles, plomo, benzeno, benzoapireno,
amoniaco, ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y partículas
en suspensión. Todas estas sustancias tienen un impacto negativo sobre
nuestro organismo.
El dióxido de azufre es una sustancia muy soluble en agua, y por lo
tanto su exposición irrita las mucosas de la nariz, la boca, la faringe
y los bronquios en cuestión de minutos. Adicionalmente, también irrita
las vías respiratorias, reduciendo a su vez la capacidad pulmonar y
causando ronquera, respiración entrecortada y presión en el pecho.
Las partículas en suspensión o particulado son liberados por los
procesos de combustión de combustibles fósiles: Estos pueden perjudicar
la función respiratoria, llevando hacia la morbilidad y mortalidad
respiratoria críticas, pues irritan el tracto respiratorio, estrechan
las vías de ventilación, exacerban el asma y la bronquitis, y aumentan
las tasas de infecciones respiratorias.
El ozono perjudica el funcionamiento pulmonar, y los efectos ocurren
principalmente durante una exposición al ozono mientras las personas
realizan ejercicios físicos. Los estudios de campo sugieren que la
irritación de los ojos, nariz, garganta, el malestar en el pecho, tos y
dolores de cabeza pueden estar asociados con las altas concentraciones
de ozono en el aire.
Los gases de óxido de nitrógeno son tóxicos para los humanos y dan
origen también a la formación de ozono troposférico que causa impactos
en la salud y en la vegetación. Los mayores impactos del dióxido de
nitrógeno en la salud son los aumentos en la incidencia de las
infecciones en la parte baja de las vías respiratorias en niños y en la
disminución de la respuesta de las vías respiratorias en los asmáticos.
La exposición repetida puede llevar a lesiones pulmonares. Los óxidos
de nitrógeno (principalmente el dióxido) son un buen ejemplo de cómo un
contaminante presente primero en la atmósfera puede afectar recursos de
agua y napas de agua potable subterráneas, impactando por diversas vías
la salud humana.
Los efectos de la contaminación ambiental constituyen un problema
global. No sólo porque las sustancias contaminantes puedan viajar de
región en región, sino porque su presencia en el medio ambiente
responde a países industrializados y a países en vías de desarrollo.
Las emisiones de contaminantes están aumentando en muchos de los países
en desarrollo y en algunas áreas ya se han observado los primeros
impactos sobre la salud.
Los países en desarrollo son en la actualidad fuentes de contaminación
ambiental regional. En la mayoría de los países en vías de desarrollo
donde los impactos de la contaminación ambiental están ampliamente
diseminados, las emisiones representan un evento emergente y se puede
esperar que aumenten sustancialmente en el futuro. En algunos casos
éstas incrementarán dramáticamente si no se toman las medidas
preventivas que el caso requiere.
El calentamiento global -que se produce por la acumulación de dióxido
de carbono y de otros gases llamados de efecto invernadero que impiden
que los rayos solares que atraviesan la atmósfera puedan salir, y de
ese modo elevan la temperatura del planeta- altera las condiciones del
equilibrio natural y afecta la salud de las personas.
Son los combustibles fósiles (el carbón y todos los derivados del
petróleo) los que al ser empleados para obtener energía liberan a la
atmósfera varias sustancias químicas (la mayor parte en forma de
gases), conocidas como gases de efecto invernadero, que inciden
negativamente sobre la salud de la población. Por combustión completa,
los combustibles fósiles liberan dióxido de carbono, agua y óxidos de
nitrógeno; por combustión incompleta liberan monóxido de carbono,
óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y partículas en suspensión.
Mientras están en el aire, estos contaminantes son transformados por
las radiaciones solares, dando lugar a reacciones fotoquímicas que
producen más contaminantes secundarios que dan lugar al llamado smog
fotoquímico, que produce cáncer y leucemia.
El monóxido de carbono (CO) es el más tóxico de todos los contaminantes
que contiene el aire. Los glóbulos rojos lo absorben antes que al
oxígeno, ya que posee una afinidad por la hemoglobina 260 veces mayor
que el oxígeno. De esta forma, la sangre lo transporta a los distintos
tejidos del organismo, con consecuencias terriblemente perjudiciales,
en especial para órganos sensibles como el cerebro y el corazón.
Los primeros síntomas de la intoxicación por monóxido de carbono son el
cansancio y el agotamiento, sea ante un esfuerzo o durante el reposo;
le siguen cefaleas, mareos, trastornos del sueño, irritabilidad y
cambios bruscos del carácter, que progresivamente van minando el
rendimiento intelectual y laboral. De seguir respirando aire con mucho
CO, los síntomas se acentúan: disminuyen la agudeza visual, la destreza
manual y la capacidad de aprendizaje. Finalmente, los síntomas derivan
en serios problemas cardiovasculares (insuficiencia coronaria, infarto
de miocardio), neurológicos (insuficiencia cerebral con parálisis o
hemiplejía) o distintos tipos de cáncer, que pueden ocasionar la
muerte.
Según la Organización Mundial de la Salud, el aire que respiramos no
debería contener más de 0,01 ppm (partes por millón) de CO. Si bien
esta es la cifra que se considera como ideal para el normal desarrollo
de la vida humana, nuestro organismo puede tolerar hasta 9 ppm.
Mediciones realizadas en Buenos Aires, arrojan cifras alarmantes: Los
niveles de CO ocasionalmente llegaban a 9 ppm. Pero en el transcurso de
estos años, se ha experimentado un incremento sostenido de la
contaminación, y ahora estamos en valores promedio de 13 y 14 ppm. Hay
días de 17 a 19 ppm, en que la cantidad de CO es el doble de lo que
admite la OMS.
Para intentar revertir la situación actual y evitar el llamado
calentamiento global, distintas entidades intergubernamentales han
recomendado centrar los esfuerzos de las naciones en la reducción de
las emisiones de dióxido de carbono (CO2) proveniente de los
combustibles fósiles. Tarea ardua si se toma en cuenta que,
actualmente, del total de energía producida en el planeta, el 63%
proviene de combustibles fósiles, el 19% de fuentes hidroeléctricas y
el 17% de centrales nucleares.
Organizaciones no gubernamentales, como Greenpeace, que se plantean
como misión la defensa del medio ambiente, proponen el reemplazo de los
combustibles fósiles por las llamadas fuentes de energía limpias o no
convencionales, principalmente la energía solar, la energía eólica, la
biomasa. Actualmente, algo más del 1% de la energía que alimenta la
planeta es producido por estas fuentes no convencionales de energía.
Un tercio de la población mundial no tiene acceso a la electricidad. El
costo de extender la distribución eléctrica en áreas remotas es
extremadamente alta, la energía renovable sería más rentable en esos
lugares.
La energía limpia permitirá a las naciones armar un plan de desarrollo
sin preocupación en las fluctuaciones del precio de los mercados
internacionales de combustible. La conversión a las energías renovables
y el uso eficaz de energía en general crearán millones de oportunidades
nuevas de empleo. Y el tener agua y aire más limpios indicará el ahorro
en billones de dólares por el tratamiento médico de enfermedades
relacionadas a la contaminación.
Es estudiando estos antecedentes, que surge el HIDRÓGENO como una de
las energías preferidas para el futuro.
El HIDRÓGENO es:
BARATO,
SIMPLE,
ABSOLUTAMENTE LIMPIO
Y NO CONTAMINANTE.
Las fuentes de Hidrógeno, o materias primas, nos la ofrece la
naturaleza en forma de agua, biomasa y en los hidrocarburos. Los dos
primeros son inagotables y donde hay vida están presentes.
Las redes energéticas hoy constituidas por sistemas eléctricos, ductos
de transporte y distribución de gas, tanques de almacenamiento y
despacho de combustibles líquidos tradicionales, pasan a integrarse y
complementarse mediante el uso del Hidrógeno.
Utilizando ese hidrógeno, ya sea por combustión o por conversión
electroquímica en las celdas de combustible, es factible obtener
nuevamente electricidad, además de calor que puede ser usado en
diversas aplicaciones, y agua como subproducto.
Esto es muy valioso: el único residuo de la conversión energética del
hidrógeno es el AGUA.
El fuerte impulso que el hidrógeno está teniendo en muchas regiones del
mundo, impulsado fundamentalmente por razones como las enunciadas al
principio, muestran a esta tecnología con un grado de madurez y
consolidación como para que en poco tiempo más, se constituya en una
realidad cotidiana.
Nuestro país es considerado como precursor del tema en América Latina,
con unos diez centros universitarios y académicos dedicados al
hidrógeno, a los que se suma un creciente número de municipios,
provincias y sectores del gobierno como su Congreso Nacional, y también
un expectante cuadro empresario que busca nuevos emprendimientos y
negocios.
En Argentina, aparece un recurso de extraordinaria importancia: el
VIENTO en la Región Patagónica, que conforma un escenario de gran
atracción a nivel mundial, porque junto a la existencia de puertos y
disponibilidad de agua constituyen una cantera inextinguible y de gran
potencia para la producción y exportación de hidrógeno, con una
oportunidad muy favorable a fin de establecerse como un proveedor de
hidrógeno obtenido a partir de una cadena energética inagotable y sin
contaminación, capaz de servir a la Región Patagónica, al País, el
MERCOSUR y a geografías del planeta que requieran importar energía.
Solo el uso del hidrógeno permitirá en forma práctica transformar el
enorme potencial eólico de la Patagonia en energía limpia y accesible,
a toda hora y en distintos lugares, porque puede almacenarse.
Las piezas principales para poner en marcha el combustible hidrógeno en
el país están presentes, en particular un núcleo de técnicos y
profesionales con conocimientos en el tema y relevante participación en
foros nacionales e internacionales, la mayoría de ellos nucleados en la
Asociación Argentina del Hidrógeno.
Pensar en Hidrógeno, es pensar en Futuro, porque potenciará la calidad
de vida: La alimentación - el transporte - la colonización de espacios
vacíos - la agroindustria - las exportaciones e importaciones - las
forestaciones - el cuidado ambiental - la educación - las relaciones
humanas - la salud - los servicios - la vivienda.
Podemos solucionar nuestras necesidades de energía y la protección de
la salud humana, así como para nuestro clima y otros ecosistemas
naturales. La clave es el asegurar el uso eficaz de la energía y el
cambio a un sistema de energía más limpio y renovable que tiene como
sustento a formas de energía inagotables.
A través de este proyecto de declaración, ratifico mi tarea de cumplir
exhaustivamente con la propuesta que me trajo hasta el Senado de la
Nación: "Desarrollar a través de la Energía Eólica, la PRODUCCIÓN DE
HIDRÓGENO, y lograr que nuestra PATAGONIA se convierta en el Mayor
Productor Mundial de Energía No Contaminante".
La política no es el arte de lo posible sino el arte de construir la
fuerza social y política capaz de cambiar la realidad haciendo posible,
en el futuro, lo que hoy aparece como un imposible. Ayudemos a
preservar la vida en el planeta para las futuras generaciones.
Es por lo expuesto anteriormente, que solicito a mis pares me acompañen
en el presente proyecto de declaración.
Carlos Alfonso Prades - Mario Aníbal. Losada - Jorge Alfredo. Agundez -
Luis Falcó - Marcela Fabiana Lescano - Mirian Belén Curletti - José
Luis Zavalía - Marta Ethel Raso - Eduardo Aníbal Moro - Ricardo César
Taffarel.-